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Alcalá de Guadaíra en España era conocida por su tradición de panadería y pintura paisajista. La ciudad atraía a artistas debido a su ambiente artístico y romántico, inspirado por los molinos harineros y riberas del río Guadaíra. En la década de 1890, el pintor español Ignacio Zuloaga mantuvo un taller abierto en Alcalá durante cinco años. Alcalá se convirtió en el centro de la Escuela Paisajista, que incluía a varios pintores como Manuel Villalob
Alcalá de Guadaíra en España era conocida por su tradición de panadería y pintura paisajista. La ciudad atraía a artistas debido a su ambiente artístico y romántico, inspirado por los molinos harineros y riberas del río Guadaíra. En la década de 1890, el pintor español Ignacio Zuloaga mantuvo un taller abierto en Alcalá durante cinco años. Alcalá se convirtió en el centro de la Escuela Paisajista, que incluía a varios pintores como Manuel Villalob
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Alcalá de Guadaíra en España era conocida por su tradición de panadería y pintura paisajista. La ciudad atraía a artistas debido a su ambiente artístico y romántico, inspirado por los molinos harineros y riberas del río Guadaíra. En la década de 1890, el pintor español Ignacio Zuloaga mantuvo un taller abierto en Alcalá durante cinco años. Alcalá se convirtió en el centro de la Escuela Paisajista, que incluía a varios pintores como Manuel Villalob
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Alcalá de Guadaíra es tierra de panaderos y de pintores, actividades distantes
pero emparentadas por el oficio de las manos. El pan de Sevilla tal vez se fabricaba en Alcalá porque sus amaneceres son más frescos y permitían amasar la harina con menos sudores (aún existe el puente por donde salía de madrugada el tren a repartir su cargamento de pan). Tal vez también, su ambiente era artístico y bohemio porque como contaba Valle-Inclán los poetas frecuentaban las tahonas para tomarse la penúltima copa. Esta circunstancia atraía a mujeres complacientes y amantes de agotar la noche, pero también a artistas de toda clase. Zuloaga mantuvo taller abierto en Alcalá durante cinco años (1893 - 1898). Alcalá se convirtió en el centro de la Escuela Paisajista que hallaba en las riberas del Guadaíra y en sus molinos harineros la atmósfera romántica que embargaba la literatura europea de entonces y que atrajo a muchos viajeros extranjeros, entre los primeros al pintor David Roberts. Integraban la escuela llamada "pleinarista" (pintura al aire libre) los pintores Sánchez Perrier (Sevilla, 1855), Gonzalo Bilbao (Sevilla, 1860), el alcoreño Arpa Perea (Carmona, 1860), Bacarisas (Gibraltar, 1873), Nicolás Alpériz (Sevilla, 1870), José Rico Cejudo (Sevilla, 1864), Manuel Villalobos (Sevilla, 18??) y Felipe Gil Gallango (Sevilla, 1863) entre otros muchos.