Bolivia enfrenta numerosos problemas ambientales de diversa magnitud
y gravedad, desde situaciones muy localizadas hasta problemas que
pueden afectar inmensas regiones. Con el fin de optimizar las acciones de Seguimiento del Observatorio Ambiental de la Liga de Defensa del Medio Ambiente, se adoptó un enfoque hacia temas, regiones y problemáticas de alto riesgo. Desde un inicio, se desarrolló la priorización de los temas y situaciones de mayor urgencia y magnitud, para de esta forma reducir el riesgo de una elevada dispersión y evitar atender numerosas problemáticas de forma indiscriminada y poco eficiente. La priorización tiene un sentido práctico de dimensionar las capacidades y posibilidades de un seguimiento eficaz. La realización de un diagnóstico rápido del estado ambiental de Bolivia el año 2007, permitió contar con una identificación de las numerosas problemáticas que se enfrentan en las diferentes regiones del país, considerando diversos agentes de presión o impacto. En el proceso de priorización se utilizaron, como base de análisis, un conjunto de criterios de selección, los cuales permitieron dimensionar la magnitud y gravedad de las problemáticas socio ambientales. Entre las problemáticas más relevantes, se identificaron los impactos o amenazas derivados de megaproyectos, operaciones mineras e hidrocarburíferas, contaminación urbana a gran escala, expansión de fronteras agropecuarias y agricultura a escala industrial. De esta forma, se seleccionaron participativamente, ocho grandes temas en diversas regiones del país, los cuales constituyen una de las líneas de acción del Observatorio Ambiental de LIDEMA. La selección de temas prioritarios tiene relación con impactos ambientales en curso o con amenazas potenciales inminentes de gran magnitud, los cuales comprometen la estabilidad de extensas regiones y afectan a importante conglomerados poblacionales. Todas estas situaciones críticas, van acompañadas invariablemente de una notoria debilidad en la aplicación de medidas de prevención, control, fiscalización y mitigación socio ambiental. Los temas críticos priorizados, se constituyen así en 6 Observatorio Ambiental de lidema P r o b l e m a s S o c i o - a m b i e n t a l e s d e l o s H i d r o c a r b u r o s e n Bo l i v i a Estudios de Caso a partir de los cuales ya se han iniciado acciones de seguimiento y vigilancia. En este proceso, uno de los primeros desafíos fue sistematizar la gran cantidad de información dispersa y en diversos formatos en los diferentes temas. Dicha sistematización desembocó en la selección de información clave y actualizada sobre las problemáticas y los sectores involucrados, la misma que fue ordenada siguiendo la metodología internacional de evaluación: Estado-Presión-Respuesta (o Gestión), la cual permite definir la situación actual del problema o proceso, los impactos y sus efectos (actuales o potenciales en el caso de amenazas) así como los agentes de presión y, finalmente las acciones realizadas desde el Estado y desde la sociedad civil para revertir, mejorar o controlar la situación. Los resultados de la sistematización de información constituyen así resúmenes muy sucintos de cada tema y se presentan en esta serie de publicaciones de estudios de caso. Uno de los temas de muy alta prioridad se refiere al tema de la exploración y explotación de Hidrocarburos en Bolivia. El sector hidrocarburífero, ha sido tradicionalmente considerado como el corazón de la matriz energética del país. Sin embargo, a lo largo de varias décadas ha impulsado someramente el desarrollo nacional, debido fundamentalmente a que la distribución de beneficios favoreció mayoritariamente a empresas y consorcios transnacionales. Paralelamente se generaron enormes impactos socio-ambientales en las diversas regiones de producción y exploración, muchos de los cuales han quedado como pasivos. En la actualidad se han producido cambios estructurales en el sector de hidrocarburos, ciertamente favorables para el país, reduciendo la preeminencia que tenían hasta hace unos años las empresas transnacionales. Sin embargo, los avances en términos de prevención, control, mitigación y fiscalización ambiental, han sido muy magros, situación que genera un elevado nivel de riesgo de ocurrencia de impactos ambientales y sociales, en las regiones donde el Estado, a partir de YPFB y las formas asociativas de operación, busca la reactivación y nuevas oportunidades de producción hidrocarburífera. Esperamos que esta publicación aporte en la profundización del conocimiento de esta problemática y al fortalecimiento de la gestión ambiental en general. Observatorio Ambiental de lidema 7 P r o b l e m a s S o c i o - a m b i e n t a l e s d e l o s H i d r o c a r b u r o s e n Bo l i v i a
Estudio de caso
Definición del problema
Al igual que la minería, gas-hidrocarburos, es un sector económico y político extremadamente complejo. Ambos sectores son, al menos por el momento, los mayores generadores del ingreso nacional por exportaciones y los soportes principales de la economía nacional, situación que ha servido para afianzar su preeminencia, por no decir su arrogancia. A diferencia de la minería, donde la explotación implica un enorme sector de cooperativas, al sector informal y pequeñas empresas; las connotaciones sociales directas del sector hidrocarburífero, no son tan determinantes, puesto que la producción se ha concentrado a nivel de grandes empresas, en general subsidiarias de poderosas transnacionales como TOTAL, SHELL, REPSOL, AMOCO o MAXUS. Otro elemento sustancial es que una importante, aunque no mayoritaria, proporción de la producción hidrocarburífera, se destina al consumo interno, lo cual genera un compromiso que no es observado en la minería, cuya producción casi en su totalidad es para los mercados externos. De cualquier forma, al igual que en el tema minero, la historia entre empresas petroleras y los sucesivos gobiernos es muy sombría y llena de contravenciones a las normas y la propia Constitución Política del Estado. En el marco de análisis crítico del presente documento, es importante manifestar de forma antelada, que el sector hidrocarburífero es sin duda uno de los que ha generado mayores impactos negativos socio-culturales y socio-ambientales en el país. Esto ha prevalecido, aun considerando que los impactos deberían ser más controlables por parte del Estado, al tratarse de unas pocas grandes empresas y no una multitud de cooperativas y pequeñas empresas como en el caso minero.
La reducción de los efectos negativos de las operaciones hidrocarburíferas
en las diversas regiones depende necesariamente de un fortalecimiento real y efectivo de la gestión ambiental y la aplicación de las normas vigentes, de la toma de actitudes socio-ambientalmente responsables por parte del sector energético del Estado y de un compromiso ético de las empresas hacia el cumplimiento de las obligaciones ambientales, todas éstas situaciones, implican un perfil muy elevado de exigencia y predisposición de cambio. Dentro de este difícil panorama de compromisos necesarios, subyace el de asumir el respeto hacia los objetivos de creación de las áreas protegidas, aspecto que actualmente está fuertemente entredicho