Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
200810058084
2. Los riesgos de responsabilidad por daños a terceros efectuados por los contratistas del
estado, trasladado vía seguro de responsabilidad extracontractual exigible para ciertos
tipos de contratos de acuerdo con el decreto 679 de 1994.
3. El riesgo de ruptura del equilibrio financiero del contratista por causas que no son
imputables a éste (hecho del príncipe, potestades excepcionales).
4. Otras consecuencias derivadas de la ruptura del equilibrio financiero se encuentran
consagradas en los artículos 4, 5, 14, 17,27 de esta ley.
Para el desarrollo del tema del equilibrio económico del contrato es preciso señalar que este se
entiende como “la proporcionalidad o correspondencia existente entre las obligaciones y las
facultades de cada una de las partes del contrato conmutativo”, que nace a partir de su
celebración -generalmente- y que se encuentra concebido para regir el comportamiento de las
partes durante la relación contractual.1
“(...) Ha sido una constante en el régimen jurídico de los contratos que celebra la
administración pública, reconocer el derecho del contratista al mantenimiento del
equilibrio económico-financiero del contrato, como quiera que la equivalencia de las
prestaciones recíprocas, el respeto por las condiciones que las partes tuvieron en
cuenta al momento de su celebración y la intangibilidad de la remuneración del
contratista, constituyen principios esenciales de esa relación con el Estado.
1
Cfr. Régimen de Contratación estatal en Colombia. www.girardota.gov.co/index.php?...estatal...estatal-
en-Colombia
“En efecto, se ha reconocido que el equilibrio económico de los contratos que celebra
la administración pública puede verse alterado durante su ejecución por las siguientes
causas: por actos de la administración como Estado y por factores externos y extraños
a las partes.
“Quiere la Sala precisar el entendimiento que debe dársele al principio del equilibrio
financiero del contrato, en el sentido de que cuando se presente una situación
imprevista, el cocotratante adquiere pleno derecho a que se le restablezca la ecuación
económica del contrato a un punto de no pérdida. No se trata de que la administración
colabore o ayude parcialmente al contratista para que éste pueda soportar el pasivo
que la ejecución del contrato le generó, como ha sido el acostumbrado criterio de
interpretación cuando el desequilibrio financiero obedece a causas imprevistas para las
partes contratantes. De ninguna manera. Considera la Sala, apartándose del criterio ya
tradicional en algún sector de la doctrina extranjera, e identificándose con el criterio del
legislador colombiano, que el equilibrio económico del contrato comporta para el
contratista una compensación integral, completa, plena y razonable, de todos aquellos
mayores costos en los que debió de incurrir para lograr la ejecución del contrato.”
Son estos dos últimos eventos, Hecho del Príncipe y Teoría de la Imprevisión donde es preciso
realizar un análisis de la jurisprudencia sobre el caso.
La teoría de la Imprevisión
2
Sentencia dictada el 29 de mayo de 2003, Radicación número: 14577, Magistrado Ponente: Ricardo
Hoyos Duque.
Para la procedencia de dicha teoría es necesario el cumplimiento de los siguientes requisitos
desarrollados en las sentencias de 29 de mayo de 2003, expediente: 14577 ;9 de junio de 2005
expediente: 14291.
-La existencia de un hecho exógeno a las partes que se presente con posterioridad a la
celebración del contrato.
-Que el hecho altere en forma extraordinaria y anormal la ecuación financiera del contrato.
-Que no fuese razonablemente previsible por los cocontratantes al momento de la celebración
del contrato.
Anterior a esta posición el Consejo de Estado planteó dos líneas, la primera donde el Estado
debía al contratista compensar por los sobrecostos en los que este incurrió para el
cumplimiento del contrato sorteando así los efectos de la imprevisibilidad, en esta posición se
encuentra la sentencia de 27 de septiembre de 1979, radicación número: 2742, en este sentido
la sentencia de 18 de abril de 1989, radicación número 5426.
Otro de los eventos que pueden ocasionar el desequilibrio económico del contrato es aquel que
se da por actos de la administración general como estado, conocido como Hecho del Príncipe.
Asimismo “la medida de carácter general debe incidir en la economía del contrato y alterar la
ecuación económico financiera del mismo, considerada al momento de su celebración” también
dentro del hecho del príncipe “… no quedan comprendidas […] aquellas decisiones y conductas
que correspondan a autoridades públicas distintas de aquella que es parte en el contrato de
que se trate ya sea que pertenezcan al mismo orden jurídico o a otro distinto. 4
“... sólo resulta aplicable la teoría del hecho del príncipe cuando la norma general que tiene
incidencia en el contrato es proferida por la entidad contratante. Cuando la misma proviene de
otra autoridad se estaría frente a un evento externo a las partes que encuadraría mejor en la
teoría de la imprevisión”.
“Y en este punto se observa que, si bien para que se pueda predicar la existencia del hecho del
príncipe se exige que la medida que incide de manera gravosa en el contrato provenga de una
autoridad distinta de la contratante, debe tenerse en cuenta que en algunas ocasiones, esa
persona jurídica contratante actúa a través de distintos representantes, sin que por ello pierda
su unidad e identidad, por lo cual, para efectos de determinar la existencia del hecho del
príncipe, ella sigue siendo una misma autoridad administrativa, actuando a través de dos de
sus órganos y en tal caso, será procedente alegar dicha teoría cuando la actuación de uno de
éstos, incide en el contrato suscrito por el otro, a nombre de la persona jurídica pública a la que
ambos pertenecen; al respecto, la doctrina francesa ha dicho: (…) 5
Un corta reseña de las sentencias emanadas del Consejo de Estado señalan la concepción de
esta teoría en el ordenamiento colombiano:6
3
Las tres etapas desarrolladas en el texto sobre el desarrollo jurisprudencial de la teoría de la imprevisión
se pueden confrontar en: La responsabilidad contractual del Estado ¿Una responsabilidad sin imputación?
http://foros.uexternado.edu.co/ecoinstitucional/index.php/derpri/article/viewFile/554/524 (01/10/2010)
4
Sentencia proferida el 4 de febrero de 2010, Radicación número: 16022, Magistrado Ponente: Enrique
Gil Botero.
5
Sentencia de septiembre 18 de 2003. Radicación número. 15.119, Magistrado Ponente: Ramiro
Saavedra Becerra.
6
Cfr. http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur//normas/Norma_temas.jsp?i=10690
Sentencias Sección TEXTO DEL DOCUMENTO
Tercera
La diferencia que advierte el Consejo de Estado ente la teoría de la imprevisión y el hecho del
príncipe, es que en la imprevisión es un hecho ajeno a la voluntad de la partes que hacen parte
del contrato, mientras que en el denominado hecho del príncipe el acto general proviene de una
de las partes, de la entidad pública contratante. En sentencia ya referida 16022 la Sala
concluyó en esa oportunidad, “con fundamento en la jurisprudencia sobre las cargas
impositivas en los contratos estatales, que las mismas “no significan per se el rompimiento del
equilibrio económico del contrato, sino que es necesario que se demuestre su incidencia en la
economía del mismo y en el cumplimiento de las obligaciones del contratista”. Exigencia que
está en consonancia con lo que a propósito de la responsabilidad por el hecho de la ley, con
fundamento en el daño especial, ha señalado la doctrina: debe tratarse de un perjuicio que por
su “especificidad y gravedad, sobrepase los normales sacrificios impuestos por la legislación”.
Teoría de la Imprevisión
La teoría de la imprevisión, se presenta cuando situaciones extraordinarias, ajenas a las partes,
imprevisibles y posteriores a la celebración del contrato alteran la ecuación financiera del
mismo en forma anormal y grave, sin imposibilitar su ejecución. Tiene aplicación cuando ocurre
un hecho exógeno a las partes con posterioridad a la celebración del contrato, que altera en
forma extraordinaria y anormal la ecuación financiera del contrato y que no es razonablemente
previsible por los cocontratantes al momento de la celebración del contrato.