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TRABAJO MONOGRÁFICO:
2010-II
Dedicatoria:
Tiene un espesor que varía entre aproximadamente 100 km para los océanos y 150
km para los continentes y es la zona donde se produce, en interacción con la
astenosfera, la tectónica de placas
La litosfera conforma la parte sólida de la corteza terrestre. Como hemos visto, los
elementos que en ella predominan son oxígeno (O), azufre (S), aluminio (Al), hierro
(Fe), calcio (Ca), sodio (Na), potasio (k) y magnesio (Mg).
Una de las clasificaciones más útiles de los elementos los agrupa en tres grandes
sistemas.
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• Rocas Metamórficas.- Son aquellas rocas situadas cerca de un cuerpo
de magma caliente se pueden transformar por la acción del calor. Las
rocas que han sido enterradas a gran profundidad por la acción de placas
tectónicas convergentes pueden transformarse por el aumento de la
presión y de la temperatura. Ese cambio se denomina metamorfismo, un
proceso que puede modificar cualquier tipo de roca, sea sedimentaria,
ígnea o incluso metamórfica
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Son los diferentes fragmentos en qué se encuentra dividida la litosfera. Actualmente
se diferencian siete grandes placas tectónicas y unas siete pequeñas placas
tectónicas. El nombre de estas placas son:
TIPOS DE CONTACTOS:
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a. Contacto Divergentes:
Es cuando dos placas se mueven alejándose una con respecto a la otra
creando nueva litosfera, este tipo se da en las dorsales oceánicas, los sismos
que aquí se producen son someros (poco profundos) alineados estrictamente a
lo largo del eje de divergencia, los mecanismos en este tipo de frontera son
normales, la magnitud de los sismos no es mayor a 8.
b. Contacto Convergentes:
También conocida como subducción, es donde una placa (oceánica) se
subduce (introduce) sobre la otra (continental), aquí es donde la corteza
oceánica se elimina al penetrar la corteza continental, no se elimina de una
manera inmediata, en el sentido que desaparece o se desintegra sino que
penetra el manto a grandes profundidades, los sismos que se producen varían
en profundidad ya que pueden ser someros o muy profundos (700 Km.), los
mecanismos en este tipo de frontera son inversos, la magnitud máxima de los
sismos no está bien determinada ya que se han registrado dos sismos muy
grandes: a) Chile con magnitud 9.4 y b) Alaska con Magnitud 9.
c. Contacto Transcurrentes:
Las placas tienen un movimiento lateral una con respecto a la otra, en este tipo
de frontera no se destruye ni se crea litosfera, los sismos que aquí se producen
son someros, teniendo un corrimiento tan profundo como 25 Km., los
mecanismos en este tipo de fronteras son fallamiento de rumbo, la magnitud de
los sismos no es mayor a 8.5.
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la corteza oceánica o parte superficial del manto consolidado, de unos 10 Km. de
espesor. Se presenta dividida en placas tectónicas que se desplazan lentamente
sobre la astenosfera, capa de material fluido que se encuentra sobre el manto
superior.
La relación existente entre la Litosfera y otros Subsistemas como Hidrosfera,
Atmosfera y Biosfera es que es la parte sólida del geosistema, por lo tanto sirve de
soporte a las demás entidades.
• La hidrosfera está constituida por: aguas atmosféricas, como las nubes, las
neblinas y la humedad del aire; aguas oceánicas, como océanos y mares:
aguas subterráneas, originadas por la infiltración de las aguas provenientes de
las lluvias, ríos y lagunas y acumuladas en el subsuelo; aguas superficiales,
integrada por: aguas lénticas o quietas, como los lagos, lagunas, estanques,
pantanos, charcos; aguas lóticas o corrientes, como los manantiales, arroyos,
riachuelos y ríos; y finalmente, aguas congeladas o glaciares.
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La gran mayoría de las plantas (biósfera) se fijan al suelo (litósfera), por medio de
raíces (plantas floríferas, helechos, cola de caballo, etc.), una porción de tallo
(musgo, líquenes, algas). Sin embargo, es de anotar que, las tierras emergidas
presentan variadas características físicas (porosidad, textura) y químicas (porcentaje
de calcio, magnesio, potasio, arcilla, humus, etc.), las cuales condicionan el tipo de
vegetación. Así por ejemplo; los suelos salinos existentes en el litoral peruano,
permiten la existencia de un tipo de vegetación la grama salada, la verdolaga marina,
etc.; o en los suelos arenosos de Olmos, Sechura y Pabur, solo crece la yuca de
monte, que tiene la particularidad de almacenar agua en sus raíces, y de esa
manera, pueden soportar las largas sequías estivales.
De la misma manera, las propiedades físicas y químicas del suelo (litósfera), influyen
en la riqueza y la composición de la fauna (biósfera) terrestre. Así, en lo suelos
arenosos crece una fauna completamente pobre, constituida por pequeños reptiles,
en cambio los suelos humosos son propicios para el desarrollo de lombrices.
Los rayos solares calóricos (insumo), al incidir sobre las aguas frías del mar peruano
(aguas oceánicas: hidrosfera), originan el proceso de evaporación que al elevarse al
espacio se convierten en nubes (atmósfera) en donde al encontrarse con
temperaturas diferenciales, se generan las precipitaciones, las cuales unas van
directamente al mar peruano, otras caen sobre el manto edáfico: suelo (Litósfera)
que mediante infiltración alimenta el nivel de las aguas subterráneas. Hay que
destacar que las precipitaciones que caen sobre los relieves, especialmente laderas,
son la fuente de alimentación de los ríos, pero también de la vegetación (biosfera),
que según la naturaleza física y química de los suelos hace posible determinado tipo
de vegetación (biosfera), la misma que sirve de guarida y protección a los animales.
Tenemos como los bosques de algarrobos de Costa norte y del Sur chico que toman
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agua de las neblinas y de la atmósfera húmeda, en climas de fuertes calores
(temperaturas de 30° a 40° C), como en Olmos y Sechura, sirven de protección y
auto conservación de los burros salvajes.
Los rayos solares luminosos (insumo), son indispensables para las plantas
(biósfera), por cuanto al incidir sobre las hojas, se hace posible el proceso de
asimilación clorofílica que consiste en el aprovechamiento de la energía lumínica,
para la formación de hidratos de carbono; también es necesaria para que la planta
verde pueda transpirar, mediante lo cual arroja agua, a través de su sistema
radicular, hacia fuera, originando la desecación de pantanos (aguas lénticas), como
el caso del ceibo otros.
La llanura del Departamento de lea, como forma de relieve más o menos plana
(litósfera), cada día es incorporada a la frontera económica, en la medida que se
amplía el espacio agrícola, mediante e! cultivo de vid, olivo, naranjos, alfalfa y otros,
en su mayor parte, agricultura de tipo intensiva que sólo la puede realizar un grupo
social con capacidad para efectuar grandes inversiones; pues es necesario
maquinaria para la extracción del agua subterránea, así como para el cultivo.
A esto hay que agregar: esta agricultura de la alfalfa por ejemplo, a su vez corrigen
los suelos salinos y arenosos, haciéndolos aptos para diversos productos agrícolas.
La atmósfera es la capa de gas que rodea un cuerpo celeste con la suficiente masa
como para atraerlo. Algunos planetas están formados principalmente por gases, con
lo que tienen atmósferas muy profundas.
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La Tierra tiene una fina atmósfera, cuya formación empezó hace alrededor de unos
4600 millones de años. La misma está constituida principalmente por nitrógeno y
oxígeno, este segundo en menor porcentaje; tiene además gases en mucha menor
proporción, como: argón, dióxido de carbono, vapor de agua, neón, helio, kriptón,
hidrógeno y ozono.
Como resultado de la atracción que ejerce La Tierra sobre su atmósfera, los gases
aparecen más concentrados en los veinte o treinta metros de altura. Mientras más se
asciende, esta concentración disminuye, hasta fundirse con el espacio exterior.
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Para facilitar su estudio, la atmósfera del Sol se dividió en capas fotósfera (zona
ligada a su superficie), cromósfera) porción intermedia) y corona (la capa más
externa).
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manchas solares. Una fulguración se corresponde con nubes gaseosas que se
elevan miles de kilómetros sobre la fotósfera, a una temperatura que puede llegar a
los 10.000 ºC. La duración de las fulguraciones es desde algunos minutos hasta
varias horas; cuanto mayor es el número de manchas, mayor es la actividad de las
fulguraciones.
NOTA: Cabe mencionar aquí que cuando se desee observar el Sol, es muy
importante tener en cuenta algunos detalles, como por ejemplo, no observarlo nunca
a simple vista sin una protección adecuada. No es conveniente utilizar anteojos
oscuros ni los llamados "ahumados"; se debe emplear entonces una película
fotográfica velada, absolutamente negra. El no tener en cuenta esta recomendación
puede ocasionar lesiones oculares irreversibles o bien, directamente, la ceguera
(tanto total como parcial). Si se observa a través de un telescopio no se debe mirar
por el ocular. Lo más conveniente es observar el disco solar proyectado sobre un
cartón blanco, o mejor todavía a través de filtros especiales; por medio de esos filtros
se pueden llegar a observar las fulguraciones y eventualmente las prominencias.
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Tierra, al no ser uniforme en todos los puntos, es el factor que más afecta a esta
variedad climática. Son distintos los factores ambientales que se ven afectados por
esa cantidad de radiación.
TEMPERATURA
La energía solar calienta la atmósfera, así como la superficie terrestre y los
mares. Tan sólo la mitad de la energía solar llega a la superficie terrestre; el
resto es interceptado por la atmósfera, que la absorbe o la refleja de nuevo al
espacio. La temperatura del aire varía considerablemente no sólo a escala
mundial, sino también en un mismo sitio, según el momento del día y la
estación del año que sea. Como norma, el calor predomina en las proximidades
del ecuador (por llegar a estas zonas los rayos solares de modo más
perpendicular) durante todas las estaciones y en las latitudes más altas durante
el verano del hemisferio al que nos referimos.
El día suele ser más caluroso que la noche en todos los lugares. El frío
caracteriza a los polos en todas las estaciones, y a las regiones de latitudes
medias en el invierno del hemisferio al que nos estamos refiriendo.
Estas variaciones térmicas estacionales son consecuencia de la inclinación del
eje de la Tierra con respecto al sol.
HUMEDAD
La atmósfera contiene vapor de agua. Cuando éste se condensa se producen
las precipitaciones en forma de lluvia, nieve, aguanieve o granizo. Las mayores
precipitaciones tienen lugar en las regiones más próximas al ecuador. A medida
que nos aproximamos a los polos, las precipitaciones disminuyen. Aquellas
zonas que se encuentran a barlovento (a favor del viento) en las zonas
montañosas son más húmedas que las localizadas a sotavento, es decir donde
no sopla el viento. Las regiones más secas del planeta se encuentran en el
centro de las grandes masas de tierra y en las zonas subtropicales a ambos
lados del ecuador.
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PRESIÓN ATMOSFÉRICA
Gracias a un eficaz sistema de intercambio global de energía, las regiones
ecuatoriales no se queman, ni las regiones polares se congelan por completo.
El sol calienta la tierra de forma desigual; la forma esférica del planeta, el
movimiento de rotación y la desigual distribución de las masas de tierra y de
agua contribuyen a este calentamiento desigual.
La presión atmosférica varía según la densidad del aire y esta densidad estará
directamente afectada por la humedad y la temperatura. Con el aumento de
temperatura, las partículas que conforman los gases de la atmósfera tienden a
expandirse. Por otro lado, cuando existe un aumento en la cantidad de vapor de
agua de la atmósfera, menos denso que el resto de los gases que la componen,
hace que la mezcla de gases sea menos densa. Así, el aumento de estos
factores, temperatura y humedad, disminuirán la densidad del aire, y por lo
tanto, harán disminuir también la presión. Ocurrirá lo contrario cuando la
humedad sea escasa y las temperaturas sean bajas.
Así, el aire cálido, más ligero, tiende a ascender y el aire frío, más denso,
desciende. Estos movimientos de ascenso y descenso del aire (corrientes de
convección) crean zonas de diferente presión y éstas a su vez crean los vientos
atmosféricos, que actúan conjuntamente con las corrientes oceánicas para
distribuir el calor por todo el globo terráqueo. Las zonas de baja presión se
localizan en el ecuador y en torno a los 60° de latitud en los hemisferios norte y
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sur. Las zonas de alta presión se encuentran en los polos así como en los
subtrópicos a 30° de latitud norte y sur.
La atmósfera del suelo es uno de los elementos que menos atención ha despertado
entre los edafólogos. Sinceramente no alcanzo a entender la razón, por cuanto nos
puede aportar información importante acerca de una plétora de procesos
biogeoquímicos que allí acaecen. Del mismo modo, resulta imprescindible para la
respiración de numerosas biocenosis edáficas y de las propias raíces. Los gases que
allí acaecen son básicamente los mismos que los de la atmósfera aérea, aunque no
puede decirse lo mismo de sus proporciones. Teniendo en cuenta que los procesos
biológicos fluctúan ampliamente cerca de la superficie del medio edáfico de forma
estacional (y a veces en menores lapsos de tiempo), así como la enorme variabilidad
de nichos o hábitats que alberga, su variabilidad espacio-temporal es muy elevada.
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Ya que la vida del suelo consume abundante oxígeno, emitiendo a su vez CO2, no
debe extrañar que el aire del suelo sea mucho más rico en este gas de invernadero
que la atmósfera aérea, por ejemplo. Antes de continuar digamos que la atmósfera
del suelo comparte con el agua el relleno de sus poros, por lo que su volumen
cambia en función del grado de saturación de los suelos en el líquido elemento. Del
mismo modo, ahora los expertos en cambio climáticos se encuentran alarmados por
las consecuencias del deshielo del permafrost de los suelos circumboreales, debido
a su enorme potencial para emitir metano, si se llegara a dar tal circunstancia.
Reseñemos por último que se trata de un post de divulgación para los más jóvenes o
no iniciados en la ciencia del suelo.
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que contienen se descompondría liberando más metano que CO2. Y es que la
atmósfera de los suelos hidromorfos o mal drenados difiere de los que no padecen
tal circunstancia, albergando concentraciones mucho más elevadas de N2O (óxido
nitroso), nitrógeno gaseoso y metano. Tales cambios son el resultado del tránsito
entre un ambiente oxigenado y anóxico del medio edáfico. Pero ya volveremos sobre
este tema en otro post. Tan solo mentar una obviedad que no debe olvidarse, en
ausencia o graves carencias de oxígeno, el metabolismo edáfico se modifica
enormemente ya que la plétora de reacciones oxidativas que en el acaecen son
interrumpidas o ralentizadas. Así, por ejemplo, la materia orgánica de los suelos
encharcados o mal drenados suele ser muy superior (aunque de peor calidad) que la
que se encuentra en los bien aireados, debido a que no puede descomponerse
debidamente al interrumpirse las reacciones de oxidación que tal proceso requiere.
Otros muchos procesos de alteración biogeoquímica que ocurren en el suelo también
lo hacen vía oxidativa. Por estas razones lo que se denomina potencial redox de un
suelo es otro parámetro de vital importancia, como expondremos con más detalle en
otro post.
La atmósfera del suelo también atesora una gran cantidad de vapor de agua.
Recordemos de nuevo, que el agua contenida en la porosidad del medio edáfico, es
decir, en los espacios inmediatos a las partículas sólidas, actúa como disolvente de
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muchas substancias, comportándose también como fluido transportador de
partículas. En función de su cantidad ocupa poros de mayor o menor tamaño,
desplazando al aire. Como norma, el aire se ubica en los de mayor tamaño y el agua
los más pequeños. Por esta razón, los suelos con prolongados periodos de
hidromorfía sufren problemas de oxigenación. Para una óptima producción de
cosechas, podemos decir que aire y agua deben repartirse balanceadamente un 50%
del volumen del suelo si bien los datos exactos dependerán de la textura y estructura
del suelo. Así por ejemplo, conforme disminuye el tamaño medio de las partículas
del suelo se modifica el espacio poroso. Un modelo muy simplificado puede
observarse en la gráfica que mostramos abajo. En cualquier caso, será la estructura
(para lo cual la cantidad y calidad de la materia orgánica del suelo es determinante),
la que determine y reparta tanto el número de poros como su distribución por
tamaños. Por ejemplo, un suelo arcilloso, en el que el movimiento del agua es lento y
la aireación escasa, puede ser afectado por problemas de drenaje y aireación si no
atesora una buena estructura. Y viceversa, si un terreno tras ser cultivado
prolongadamente solo es enmendado por fertilizantes inorgánicos, puede sufrir un
proceso de deterioro de la estructura del suelo, llegando poder a sufrir los problemas
mentados si no se aportan abonos orgánicos que compensen las pérdidas
previamente generadas. Suele admitirse que, si el volumen de suelo ocupado por el
aire es menor del 10% comienzan a producirse problemas de oxigenación.
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Relación entre textura y porosidad
Oxígeno 21 10-20
Nitrógeno 78 78,5-80
CO2 0,03 0,2-3
Vapor de agua variable en saturación
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En esta imagen podemos ver el reparto aire y agua en el suelo a saturación,
capacidad de campo y punto de marchitamiento.
Como es lógico entre fluidos (líquidos y/o gaseosos) que se encuentran en contacto
(y sean miscibles) el aire del suelo y el atmosférico intentan llegar a un estado de
equilibrio que siempre será inestable, debido a sus cambios de composición mutua
(especialmente en el suelo). Tal hecho permite tanto la oxigenación del suelo, como
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el enriquecimiento en CO2 de la atmósfera aérea (epigea). De no ser así el medio
edáfico sería anóxico y no solo las biocenosis, sino la edafosfera como tal serían
completamente distintas. Tal proceso de intercambio viene a realizarse mediante dos
procesos distintos: el movimiento en masa y la difusión. El primero es generado por
las variaciones de presión y temperatura entre los distintos horizontes del suelo y la
atmósfera aérea. El gradiente entre ambos estimula que salga el aire del suelo y se
renueve por el que se encuentra sobre su superficie. El viento impulsa el aire dentro
del suelo y succiona aire de la atmósfera. Del mismo modo, las aguas
precipitacionales, al percolar por los poros del suelo, expulsan este último (prueben
en una maceta con tierra seca a introducir chorros de agua y observarán las burbujas
del aire expulsado).
Por otro lado, la superficie del suelo actúa como una membrana permeable que
permite el tránsito de los gases en uno u otro sentido. De este modo, se intercambian
selectivamente gases entre el medio edáfico y la atmósfera por la tendencia a
equilibrar sus respectivas composiciones. En consecuencia, cuando aumenta la
concentración de CO2, en el suelo, se produce un flujo hacia la atmósfera, y lo
mismo ocurre con el oxigeno, aunque en sentido contrario. Se trata pues del
mecanismo esencial para el intercambio recíproco de gases entre el suelo y el
“cielo”. La difusión depende de cada tipo de gas, así como de la porosidad del
sistema edáfico, condicionado por su textura y estructura. Una aproximación más
formal y compleja a este proceso de intercambio de gases puede encontrase en el
susodicho curso de la Universidad de Granada.
Como hemos comentado en otros post, cada horizonte del suelo posee unos
ambientes iónicos, temperaturas, texturas y estructuras diferentes. Del mismo modo,
sus atmósferas no son las mismas. Por estas razones cuando un suelo esta
compuesto de horizontes de propiedades muy contrastadas, las biocenosis edáficas
y los procesos biogeoquímicos que en él acaecen tienden a diferir. Debido a que la
edafogénesis suele producir este tipo de contraste entre horizontes, la evolución de
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un suelo da lugar a su diversificación de ambientes, a los cuales debemos añadir
otros efectos, como el rizosférico (la acumulación de una buena parte de la vida
alrededor de los sistemas radicales de las plantas).
BIBLIOGRAFÍA:
IBÁÑEZ, Juan José. El Aire del Suelo: La Atmósfera del Sistema Edáfico.
http://www.madrimasd.org/ visitado el 20/09/2010.
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