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ANÁLISIS
La Treponematosis en la
historia de Colombia:
Una mirada desde la Ecología Histórica
Abstract
Treponematosis is a disease that has affected mankind for millenniums, its origin
has been an issue of heated discussions over the years among historians, physicians
and anthropologists around the world. This paper attempts to follow the course
of the disease in Colombia, as well as observing its implications in the lifestyle
Recibido: of the people who inhabited current colombian territory during pre-columbian
06/10/2005
En revisión desde: and colonial times, from an ecological perspective. Author analyzes environmental
15/10/2005 and social factors that allowed an endemic distribution of the disease in pre-
Aceptado para publicación: columbian and neogranadine populations, using archaeological evidence
03/02/2006 supported by historical information from archives and second-hand sources.
L
as enfermedades treponematósicas*, de carácter infeccioso, son
producidas por espiroquetas. Pertenecen al género Treponema de la
familia de las Treponematáceas y son de cuatro tipos específicos: T.
carateum; T. pertenue; T. pallidum endémicum y T. pallidum pallidum,
responsable cada uno en su respectivo orden de la pinta1; yaws2; bejel o sífilis no
venérea y la sífilis venérea. Desde el punto de vista clínico, dichos treponemas se
dividen en dos grupos, aquellos que se transmiten de manera exclusivamente
venérea, excepcionalmente a través de las fisuras o lesiones de áreas mucosas; y
los de transmisión no venérea por contacto directo piel a piel, excepcionalmente
a través de contacto sexual. En el primer grupo, se encuentra sólo la sífilis y en el
segundo, la pinta, el yaws y la sífilis endémica.
Las enfermedades treponematósicas poseen una amplia distribución a nivel
mundial, por consiguiente los avances científicos de los siglos XIX y XX en
Medicina y particularmente en Bacteriología, contribuyeron al conocimiento
de sus agentes causales. A pesar de esto, el origen y procedencia geográfica de las
enfermedades treponematósicas aún hoy es motivo de discusión. Los aportes
Revista Inversa
hechos por autores como Cockburn (1963) quien sostuvo que todas las especies
del género treponema son descendientes de una especie ancestral; lo propuesto
por Hudson (1965), quien afirmó que el T. pertenue es el directo antecesor de
todos los treponemas, mostrándose bajo varios patrones clínicos, en condiciones
epidemiológicas diferentes; y la teoría de Hackett (1963), que propone la existencia
hace más de quince mil años del T. carateum, el cual según él, sufrió tres
mutaciones que generarían los diferentes tipos de treponematosis conocidas
actualmente; contribuyeron en su momento a aclarar un poco el panorama que
por años estuvo lleno de controversia.
La treponematosis venérea (sífilis), generó las más acaloradas discusiones 7
durante los siglos XV y XVI, debido a sus devastadores efectos en Europa.
Cronistas, historiadores y médicos, por siglos, sostuvieron el hecho del origen
americano de la misma, sin un sustento científico concreto y visto bajo el velo
de dogmas religiosos, ya que generalmente fue confundida con las bubas. En el
siglo XX, la Arqueología aportó evidencias óseas que revivieron nuevamente la
subsisten hasta la fase discrómica6 tardía, siendo la población joven la más afectada.
El yaws, bejel y la sífilis venérea causan deformaciones óseas en las fases tardías de
la enfermedad. La enfermedad causada por el T. pertenue, se transmite por contacto
directo con lesiones jóvenes, ya sean pápulas precoces, papilomas7 o máculas8, o por
picadura de insectos o fómites9. Una vez los treponemas han entrado en el cuerpo,
se genera una multiplicación, debido a la invasión del sistema linfático subcutáneo
que favorece la propagación sanguínea. Conforme transcurre el tiempo, los brotes se
superponen lo que lleva a la característica forma de frambuesa; dicho brote provoca
rasquiña, con lo que se contribuye a la autoinoculación. Los papilomas por lo general,
se ubican en las zonas húmedas del cuerpo como axilas, pliegues de coyunturas,
zona anal y vaginal. El hueso es alcanzado en la segunda fase, que empieza a partir
del cuarto o doceavo mes, evidenciándose un adelgazamiento por resorción de tejido
óseo y comúnmente periostitis10. Las lesiones óseas van acompañadas de intenso
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dolor sobre todo por los huesos afectados.
Lesión cutánea sin elevación, ni
depresión que se percibe a la vista En la tercera etapa de la enfermedad, alrededor de 5 a 10 años después de la
pero no al tacto (Perina, 1984). primera fase, se observan cambios deformantes y destructivos. La tibia es el hueso
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más afectado y puede adquirir una forma curvada, por la depositación extensiva de
Tumor eruptivo que se presenta
en la piel sin pus ni serosidad
tejido óseo, dando como resultado la pierna en bumerang; seguida por el fémur, ulna,
(Bechelli, 1972). radio, clavícula, y, huesos de las manos y los pies. Aunque la afección del cráneo es
poco común, puede afectar a aquellos huesos de la cara sobretodo los maxilares y la
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Inflamación superficial de la piel región nasopalatina11, dando como resultado lo que se conoce como gangosa o
8 que se torna rojiza.
rinofaringitis mutilante12.
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Fase en la cual la piel sufre la El T. pallidum endémicum se contrae en la niñez. El bejel se caracteriza por un
pérdida de su color natural. sarpullido cutáneo, comenzando en la mucosa oral, debido al contacto directo con
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Lesiones secas o húmedas
una lesión o indirecto al tener contacto con elementos contaminados. Puede afectar
la piel, huesos y cartílagos. La infección comienza con placas en la mucosa orofaríngea,
Sayra Guinette Aldana Hernández
perteneciente a una época más tardía con una antigüedad 860+/-55 años d.C. (PK
187+500), que presentó lesiones como resultado de una reacción perióstica con
ensanchamiento del hueso estriado, hoyuelos y cavitaciones superficiales. En el
municipio de Obando, los restos del individuo PK 187+400 del periodo Quimbaya
Tardío, que corresponden a los siglos XI a XVI d.C. (Rodríguez et al., 1998),
presentaron lesiones típicas resultado de una infección treponematósica como mayor
engrosamiento en la cara posterior, reacción perióstica con mayor incidencia en el
lado lateral, acompañada de estrías y hoyuelos. Recientemente en el año 2004, también
en trabajos adelantados por Rodríguez Cuenca en el Valle del Cauca, se halló un
individuo masculino con periostitis en tibia y fíbula (Rodríguez, 2005).
Igualmente en El Salado (Salamina, Magdalena), se encontraron cinco esqueletos
fragmentados, en los cuales se identificaron que «las lesiones infecciosas predominan
en el cuadro paleopatológico, entre ellas la treponematosis» (Rodríguez et al, 2002).
Para el altiplano cundiboyacense se han reportado dos casos, uno por el profesor
Silva Celis, quien exhibe en el Museo Arqueológico de Sogamoso dos tibias en
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Deformación de los dedos de
sable, con periostitis extendida, provenientes del área Muisca aunque
las manos que en ocasiones puede
generar pérdida como en el caso infortunadamente descontextualizadas. El segundo caso, fue encontrado en el
de la lepra. municipio de Madrid (Cundinamarca), en un yacimiento del Formativo con fechas
15
que van del 3000 al 2000 a.P. en un trabajo de rescate adelantado por Rodríguez
Patología que se caracteriza por
el estrechamiento y la forma de Cuenca en el año 2003. Se trataba de un individuo del sexo femenino (entierro 11)
muesca de los incisivos centrales. con tibia en sable, así como periostitis en tibia y peroné (Rodríguez C. et al., 2003).
Revista Inversa
«Cráneo femenino adulto (458-55) nótese
cicatrización esclerótica, erosión lagunar y
destrucción activa en parietal izquierdo
(posible origen treponematoso)». Foto y
pie de foto tomados de Correal (1989).
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entre algunos grupos aborígenes colombianos, tuvieron incidencia y fueron
factores de riesgo para el contagio de la treponematosis. Entre los Urabaes por
ejemplo, no se concedía importancia a la conservación de la virginidad entre
las candidatas al matrimonio. Por el contrario, se prefería a las mujeres que
habían sido públicas ya que la prostitución era apreciada entre estos pueblos
(Duque Gómez, 1967), comportamientos que permitían el contacto cercano
con un amplio grupo de personas, generando un mayor riesgo de contagio
con lo cual sería más fácil su difusión en cadena.
Igualmente, varios de los cronistas del Nuevo Reino, hacen referencia
explícita a la práctica de la prostitución y el «pecado nefando»21, aunque este 15
comportamiento en algunos grupos era abiertamente aceptado, en otros, era
duramente castigado como lo refiere Fray Pedro Simón: «el pecado nefando
era castigado con estacas pues se debe sufrir por el lugar por donde habían
pecado». Según Pablo Rodríguez (2002), la prostitución era un acto de
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las condiciones de vida de las poblaciones nativas, e implicaron una pérdida
del control sobre el medio debido a la invasión, lo que se reflejó en su drástica
disminución demográfica de los siglos XVI al XVIII.
Como resultado de esta situación de dominación se dio paso a una nueva
configuración espacial y socioeconómica durante la mayor parte de la colonia,
la cual consistió en la creación de repartos y agregaciones. Estas últimas
utilizadas sobretodo en el altiplano cundiboyacense, consistían en el traslado
y agrupación de varias etnias en un solo territorio, lo que provocó la iniciación
de nuevos procesos adaptativos22, ya que modificaron las prácticas utilizadas
en la obtención de recursos. La pérdida de costumbres como la 17
microverticalidad y las colonias extraterritoriales, así como las redes de comercio
entre diferentes comunidades, conllevó una escasez de víveres y a unas
condiciones sanitarias y habitacionales precarias.
Como un proceso paralelo, se inició la transformación del paisaje agrario a
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como el transporte y manipulación de los alimentos, y sanear los focos de 25
Llamada así debido al sitio donde
ociosidad, que en el imaginario común estaban representados por los mendigos explotó la epidemia.
y vagabundos venidos de otros pueblos, así como los lugares de confluencia de 26
Su testimonio fue el más
esclavos, campesinos, obreros y prostitutas, como lo eran las fondas y chicherías. controversial, pero al mismo
En la Colonia, para modificar los patrones de frecuencia de las tiempo el más aceptado, pues, a
enfermedades 24 se tomaban medidas drásticas como el aislamiento de partir de lo que él escribe en su
Historia general y natural de las
individuos enfermos, el cierre de fronteras, el control de los «focos de Indias y tierra firme del mar océano
enfermedad» o la expulsión de los vagabundos y las prostitutas en momentos en 1535, se empezó afirmar poco
críticos, como aquellos en que se anunciaban las pestes. Así mismo, el paso después que el mal gálico o el mal
de bubas era originario de 19
por alto o violación de las medidas sanitarias impuestas (la manipulación
América: «Padecieron más estos
indebida de las basuras, la contaminación de las aguas o calles), conllevaban cristianos, primeros pobladores
una sanción de tipo moral, social o económica, dependiendo de la gravedad desta isla, mucho trabajo con las
de la infracción. niguas, e muy crueles dolores e
pasión del mal de las búas, porque
el origen dellas son las Indias. E
«Ella no tomaba la corteza del guayaco, como se hace actualmente, sino el corazón de
árboles jóvenes que cortaba en pequeños pedazos y ponía a hervir en agua con fguine. Era
esa cocción lo que les hacía beber al levantarse, tras lo cual los ponía a trabajar en el bosque
o en su campo de maíz para excitar el sudor más copioso posible. Cuando los veía en ese
20 estado los hacía reposar al sol y les daba a comer carnes secas, es decir asadas y ahumadas,
y ninguna otra bebida que la tisana. Pasaban así los días en trabajar, sudar y beber la
tisana; ella hacía que la bebieran mucho más ampliamente antes de acostarse y los mantenía
muy abrigados durante la noche» (Labat, 1979: 203).
Sayra Guinette Aldana Hernández
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Según Abascal (1951), es un «El funcionamiento que tengo para inferir esto es el que en las partes obsenas de uno, y otro
vocablo africano y significa fresa. sexo de los que se hallan infectos de este mal, aun cuando halla mucho tiempo, que los
El mismo autor menciona que demás symptomas desaparecieron, no obstante suelen nacer en ellas ciertas crestas dentadas
estas palabras son originarias de
3 dialectos africanos con idéntica de la misma figura, que las tiene la serpiente iguana, cuyo cuerpo está rodeado por todas
significación y del céltico antiguo, partes de estas tuberosas excrecencias propia representación del animal de donde el daño
compartiendo raíces en los tuvo su principio» (Brunet, 1775: 76-77).
principales idiomas europeos.
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El guayaco lograba elevar el nivel El éxito de los tratamientos con el guayaco fue tal, que al llegar los españoles,
de la temperatura corporal, lo que estos observaron la fácil curación de lo que ellos llamaban bubas, en la mayoría de
a su vez contribuía con la los casos confundida con la sífilis, enfermedad que como se ha dicho, en Europa
eliminación del treponema, por su
tendencia a extinguirse a
causó una disminución poblacional considerable. Es por esto, que no se hizo
temperaturas mayores de 42 ºC. esperar su importación al Viejo Continente dadas sus magníficas propiedades y
(Naranjo, 1999). efectos benéficos en el organismo.
Por lo tanto, el tratamiento de la sífilis durante los siglos XVI al XVIII tanto
en América como en Europa, fue el resultado por una parte del tratamiento
dado por los aborígenes a base de tisanas sudoríficas como el guayaco, palo
santo y raíz china, sumado a los fundamentos teóricos europeos así como los
tratamientos a base de mercurio debido al auge de la alquimia en España en el
siglo XVI, entendida no sólo como los trabajos conducentes a provocar la
transmutación de los metales, la búsqueda del elixir o de la piedra filosofal, sino
también, otras prácticas muy directamente relacionadas con ellas como la
destilación, metalurgia o elaboración de medicamentos tanto de origen vegetal
como mineral.
De esta manera, la sífilis era controlada efectivamente no solamente por medio
de estos productos vegetales, sino también, por el uso los ungüentos mercuriales
y la utilización de fórmulas como la de Vigo32. El mercurio era combinado con
especias y aceites, de tal manera que aquella mezcla se adhiriera al cuerpo y
provocara sudoración. Si la enfermedad no cedía ante tales aplicaciones, aún
siguiendo las recomendaciones del médico, era sometido a sahumerios con azogue
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o cinabro33. Existían varias recetas para elaborar el ungüento. Cada una de ellas
variaba en la mezcla dependiendo de la complexión y temperamento del enfermo,
el grado de avance en el cual se encontraba la enfermedad y, que tan corrompido
se encontraba el cuerpo por la misma.
La terapéutica colonial concebía la enfermedad como un desequilibrio
«energético», inducido por el exceso o la escasez de los humores en el organismo.
Entendía el contagio como producto del contacto con seres inanimados
contenidos en el aire, los cuales entraban en el organismo contaminándolo y
descompensado el húmedo radical. El médico buscaba y empleaba mecanismos
de retorno de la circulación normal de energía, «al flujo natural de los neumas o 21
espíritus por los canales del cuerpo» eliminando todos aquellos factores que no
permitían la libre circulación de la misma en el organismo. La dieta34 buscaba
restablecer dicho equilibrio mediante contrarios. Bajo esta concepción, las bubas
se consideraban de humor frío, mientras que el gálico se consideraba de naturaleza
caliente y húmeda. De esta manera, Daza (1626) aseguraba que los apostemas
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los dientes como si tuvieran convulsiones o espasmos y presentaban con
frecuencia cámaras» (Restrepo, Op. Cit., Pág.73).
Pero los signos en cada enfermo no sólo dependían de la constitución humoral
del individuo. Se creía que según el tipo de oficio al cual se dedicara el enfermo,
la enfermedad anidaba en un lugar específico del cuerpo:
«Debo decir que con mas intensión dicho fermento actualier, o radicaliter, haze su asiento
en el hígado, o en la cabeza o en otro algún miembro, según el oficio, que cada uno tiene»
(Suárez de Ribera, 1721:53).
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Se esperaba entonces, que los escritores y hombres de negocios como eran
dados a un continuo estudio, padecieran mayor debilidad de la cabeza y el
estómago; en los labradores y «gente rústica», que el fermento venéreo debilitara
las articulaciones, los nervios y músculos, debido a las extenuantes jornadas a las
cuales se veían sometidos. Finalmente, los músicos y cantantes verían más
«son quatro los motivos por que el fermento galicano se cura mas fácilmente en los plebeyos,
en los labradores, y en la demás gente rusticana, que en los nobles. El primero, porque los
plebeyos, obedecen exactamente a los remedios; y lo contrario se experimenta en los nobles.
El segundo, porque los plebeyos, toleran mejor las alteraciones de los remedios, por que
están acostumbrados a un continuo trabajo, del que carecen los nobles. El tercero, porque
los médicos no menos atienden a su crédito, que a la salud del noble. El quarto porque los
plebeyos, labradores, y demás gente rusticana tienen fuerças mas robustas que los nobles,
aunque no beben vinos generosos, ni se alimentan con perdizes, pollas, buen carnero, ni
con pan de leche» (Suárez de Ribera, 1721:66).
no sólo sufría de lepra, sino de yaws y sífilis. Algunos autores aseguraban que el
carate y el pián, afectaban en una mayor proporción a los afrodescendientes; es
necesario aclarar que no existía ninguna predisposición natural a ello, más que,
las características medioambientales de humedad y calor en las cuales se veían
circunscritos la mayoría de ellos lo que hacía casi inevitable su contagio.
Consideraciones finales
Como se ha visto, la treponematosis es una enfermedad que ha estado presente
en el territorio colombiano desde por lo menos dos milenios antes de Cristo
hasta el presente. Las campañas de salud han permitido controlarla, aunque las
condiciones geográficas del territorio permiten su presencia recurrente en buena
parte del mismo. Su curación ahora es fácil y definitiva si se toman las medidas
adecuadas durante la primera fase.
Aunque la controversia sobre el origen de esta dolencia aún esta abierta, las
investigaciones en Bacteriología así como en Genética siguen aportando datos
valiosos. La Arqueología arroja nueva información que puede contribuir a rastrear
el recorrido histórico de esta enfermedad. Por su parte la Antropología, permite
determinar el impacto de esta enfermedad en las poblaciones antiguas y
pronosticar su posible impacto en poblaciones vivas, dependiendo de las
condiciones de vida (medioambientales y culturales) de los grupos humanos.
El estudio de enfermedades infecciosas en la época precolombina y
24 particularmente en el periodo colonial, es una temática que ofrece varias
alternativas de investigación. No sólo desde un punto de vista académico y
científico, sino desde una perspectiva social, ya que los documentos de archivo
son una fuente potencial de información, aún sin explotar en este campo, no
sólo para el conocimiento de la historia epidemiológica de Colombia, sino de
Sayra Guinette Aldana Hernández
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