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Gadol

Carlos Palacios, Natalia Robledo y Nurys Silva


inio
Ilustraciones: Héctor Hugo Calvo y Miguel Fernando Bustos
E
tonadas.
n las noches de tormenta se ven las sombras de seis pequeños personajes que
tienen en sus manos la industria que fabrica todos los seres de la naturaleza.
Los sonidos de las miles de máquinas van acompasados con el silbido del
viento que, en su largo viaje por los senderos del bosque, logra incomparables

Ayer el menor de los seis duendecillos se excedió en el uso de una sustancia basada en
Gadolinio (Gd). Dicha sustancia controla el transcurso del tiempo y hoy solamente usted y
yo, señor lector, sabemos que el tiempo ha retrocedido aproximadamente 4.5 millones de
años. Probablemente, todo lo que se encuentra a su alrededor parece intacto; sin embargo,
permítame advertirle que esto puede deberse a la costumbre, por lo que en muy poco
tiempo todo podrá cambiar radicalmente. El problema no está en el retroceso del tiempo,
pues el duendecillo sabe que el proceso se revierte con otra sustancia basada en Disprocio
(Dy). El problema está en volver a reconstruir de forma correcta todos los seres que por el
camino del retroceso se perdieron. Es así como usted, yo y todos los de nuestra especie
podemos quedar convertidos en monstruos, si el duendecillo no recuerda cómo hace
alrededor de 5 millones de años fabricaron a todas las especies (incluyendo la nuestra).
Lamento haber aburrido al lector con las explicaciones dadas, sin embargo, todo es para
decirle que este escrito es sumamente delicado. Usted ha sido elegido para dar al duendecillo
la señal de la máquina, el botón y las sustancias correctas, para volver a fabricar los seres
perdidos. Todo lo anterior se logrará mediante un salto por cada cuadro, acción que será
codificada por el duendecillo.
Si desea dejar de lado esta gran responsabilidad, es el momento indicado para hacerlo.
Usted puede abandonar este escrito ahora, siempre y cuando no haya movido las páginas. Si
desea continuar, es necesario que en el transcurso del texto elija siempre el camino que lo
lleve a la conformación del hombre y no de otra especie, o de lo contrario usted, yo y el resto
de congéneres quedaremos convertidos en otros seres.
Como estamos seguros de que usted no nos ha abandonado,
sumerjámonos en nuestra nueva realidad actual, es decir, hace
4’500,000 de años. En este momento la línea evolutiva de los
chimpancés se separa de la nuestra.
El duendecillo recuerda que fue por esta época cuando creó al
Ardipithecus ramidus para quien menciona rasgos muy primitivos en su
dentición, similares a los de los chimpancés, quienes tienen un
esmalte muy fino. Es aquí donde surge el primer interrogante, que
tiene que ver con el habitat y por consiguiente con la dieta de estos
seres del pasado, pues en ésta época ya se había dado la proliferación
de medios abiertos por la disminución del C02. ¿Podría usted decidir
en qué medio ubicar al Ardipithecus ramidus?

Opción 1: Selva.
Opción 2: Sabana.

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Usted ha escogido la opción 1 es decir, la selva.
En este ambiente los Ardipithecus ramidus se alimentan de manera muy
parecida a los chimpancés, es decir, de frutos, hojas, tallos tiernos,
brotes y otros productos vegetales blandos, y por consiguiente tienen
un esmalte dental fino.
Gracias a que usted escogió el ambiente preciso para el óptimo
desarrollo de este homínido primigenio, ha sido posible la evolución
del Australopithecus anamensis, pues el duende decidió hace 4’000,000 de
años dar dicho paso, para poblar las zonas de bosque abierto del este
de África que existían en ese entonces. Pero de nuevo nos
encontramos ante un olvido del duende. Esta vez se trata del modo de
locomoción que debe tener este ser:

Opción 3: El Australopitecus anamensis no tiene una posición erguida.


Opción 4: Sí, el Australopithecus anamensis tiene una posición erguida.

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Usted ha escogido la opción 2, que es la correspondiente a un
ambiente de sabana.
Lamentamos informarle que los Ardipithecus ramidus están muy bien
equipados para desenvolverse en un ambiente selvático, por lo que
enviarlos a la sabana es contraproducente. Así, les es difícil
alimentarse, y en caso de que lo logren no sobrevivirán por mucho
tiempo, pues en el transcurso de unos pocos años tendrán los
dientes tan desgastados que no podrán masticar los alimentos que
obtengan por suerte, dada su dura consistencia.
Esta difícil situación ocasionará con seguridad la muerte y posterior
extinción, tanto de dichos seres como de usted, querido lector.
Prepárese, pues en cinco segundos desaparecerá como por encanto,
o si esta mañana amaneció de suerte, podrá alimentarse de pasto.

¡Qué lástima! Usted ha acabado con esta historia, y en consecuencia


con todos nosotros demasiado rápido.
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Usted ha escogido la opción 3, que supone una
posición no bípeda para el Australopithecus anamensis.
Este ser ha podido alcanzar velocidades hasta de
150 km/h, gracias a que sus huesos y por
consiguiente su contextura, se ha hecho cada vez
más liviana. Sin embargo, se hace necesario aclarar
que este tipo de Australopithecus anamensis gasta
Usted ha escogido colaborarle al duende con la opción 5, que tiene que ver
mayor energía debido a su velocidad y a una mayor
con el poblamiento de las tierras frías por parte del Australopithecus
exposición a la radiación solar. Esta conformación
anamensis.
física permite dos posibilidades.
Aunque este homínido puede mantener la temperatura corporal gracias al
cambio de habitat, debe enfrentarse en condiciones desventajosas con
Opción 5: Desplazamiento a tierras frías.
otros depredadores, debido a su contextura liviana. Lo anterior lleva a la
Opción 6: Este tipo de homínido continúa en los
extinción de dicha especie y todo su linaje, por lo que usted y yo, señor
bosques abiertos.
lector, hemos desaparecido.

Usted ha escogido la opción 6, razón por la cual el duende ha codificado


la función que mantiene al Australopithecus anamemsis no bípedo en un
medio forestal abierto.
Lamentamos informarle que este pobre ser no sobrevive a las
condiciones ambientales que usted y el duende le proporcionan.
La causa de su perdición es la incapacidad de generar un mecanismo que
le permita ahorrar energía. Así, aunque logra alcanzar las presas nunca es
capaz de protegerlas y en ocasiones, ni siquiera de matarlas.
Este pobre homínido decae ante el desgaste de energía que causa el tener
que recorrer largas distancias en una posición no bípeda, que como es
lógico, le significa deshidratación por exceso de radiación solar.
En conclusión, este no es el camino, y le recomendamos disfrutar los
pocos segundos que le quedan de vida.
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Usted ha escogido la opción 4, que le otorga al Australopitecus amanensis una posición erguida dentro de
un ambiente forestal abierto, que incluye bosques de galería cerca al curso de los ríos y paisajes de
sabana abierta.
La posición erguida le permite el ahorro de energía al recorrer largas distancias, ya que puede
refrescarse con la brisa y recibir una menor radiación solar. Además, libera sus extremidades
superiores de las ataduras de la tierra, pudiendo llevar las crías y alimentos en sus manos y brazos. A lo
anterior le podemos agregar que el centro de gravedad en esta postura describe una trayectoria más
recta, por lo que resulta más eficaz y ahorradora de energía que la de sus antepasados.
El duende recuerda el cambio del foramen magnum de una posición trasera a una posición inferior en
la base del cráneo, así como las curvaturas de la columna vertebral, cervical y lumbar hacia delante y
dorsal hacia atrás. El problema que ahora tiene el duende es que no sabe cómo colocar los músculos
que llevan a cabo la posición erguida mencionada en el párrafo anterior. Para ser más exactos, ha
olvidado la composición de los tres músculos de la cadera: el glúteo menor, medio y mayor. Aún más,
no recuerda cuáles son los músculos abductores y cuál es el extensor,

Opción 7: El músculo extensor es el glúteo mayor, y los abductores el medio y el menor.


Opción 8: El músculo extensor es el glúteo medio y los otros dos son abductores.
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7
Usted ha escogido la opción 7, que es la opción en la que los músculos
abductores son el glúteo menor y medio, mientras que el extensor es el
mayor. Esta distribución muscular es necesaria para mantener el
equilibrio en una locomoción bípeda.
Aparte de esta distribución, para una correcta locomoción dichos
músculos deben nacer en la región iliaca e insertarse en el fémur, pero a
diferencia de todos los cuadrúpedos, los músculos medio y menor se
originan de lado y no hacia atrás. Además, los fémures se dirigen
oblicuamente desde la cadera hasta las rodillas, que a diferencia de los no
bípedos, se encuentran muy juntas.
En este punto del relato hemos llegado a una característica muy propia
del ser humano, la de alinear las piernas con el tronco.
El desafío al que nos enfrentamos ahora es saber hacia donde se dirige la
línea evolutiva del hombre.

Opción 9: Al Hombre moderno se llega por la línea evolutiva del


Autralopithecus afarensis.
Opción 10: Al hombre moderno se llega por la línea evolutiva de una
especie cuyo nombre el duende no recuerda.

Usted ha escogido la opción 10, es decir, aquella que parte de un homínido sin
nombre que vivió entre hace 4 y 3 millones de años para llegar al Homo
sapiens sapiens.
Se hace interesante aclarar que el nombre de este homínido se desconoce
porque el día de su fabricación los seis duendes habían consumido hongos, y no
precisamente champiñones. Lo que sucedió finalmente fue que justo al
momento del bautizo del nuevo modelo de homínido, el duende empezó a
balbucear hasta quedarse dormido, con tan mala suerte que nunca nadie pudo
entender qué era lo que estaba diciendo, y él lo olvidó.
...Y en este momento decisivo de la historia, donde un olvido puede ser de vida
o muerte, el duende no ha recobrado la memoria e insiste en que cualquier
cambio en la codificación de los hechos del pasado sería fatídico, por lo que se
niega a volver a bautizarlo. Como el objetivo es recorrer la línea evolutiva del
hombre moderno, usted debe decidir cual de las dos especies derivadas de este
homínido llevan a él.

Opción 11: Australopithecus africanus.


Opción 12: Primer Homo.

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8
Usted ha escogido la opción 8, por lo que el duende ha
colocado un glúteo medio como extensor. Es posible que
con esta opción puedan permanecer erguidos, pero su
caminar no es cómodo, debido a que los músculos
abductores tienen la función de estabilizar el cuerpo en
sentido transversal y el extensor en sentido anteroposterior.
Esta organización de los músculos sólo les proporciona un
caminado bastante gracioso sin mucho equilibrio y sin
posibilidades de sobrevivir.
Estos homínidos sobrevivirán por algún tiempo gracias a la
comida que reciben de otros animales por sus monerías. Sin
embargo, pronto perderán la gracia y se convertirán en el
plato fuerte del público que ahora los alimenta.
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Usted ha escogido la opción 9, es decir, la línea evolutiva del Australopithecus afarensis. Este ser no
vive ni en una selva húmeda ni en una estepa árida, sino en un habitat intermedio.
Esta especie presenta un gran dimorfismo sexual, que se ve reflejado en la estatura y en el peso.
Así, los machos cuentan en promedio con 30 cms y 15 kg más que las hembras. Ambos sexos
tienen unas piernas notablemente cortas.
El Australopithecus afarensis puede movilizarse tanto en los árboles como en el piso, ya que a la
posición erguida se suma el que las falanges de sus dedos, especialmente las de los pies, están
curvadas. Además, aunque el tórax es similar al de los antropomorfos, posee una mayor capacidad
de giro.
El duende recuerda que el incremento de Radón (Rn) genera una transformación del
Australopithecus afarensis, que da como resultado los distintos tipos de Paranthropus. Entre ellos
encontramos el Paranthropus aethiopicus, el Paranthropus boisei y el Paranthropus robustus.
La característica principal de los Paranthropus está relacionada con su imponente aparato
masticador, que muestra una marcada especialización alimentaria, la cual se hace mayor en el
Paranthropus boisei y menor en el Paranthropus aethiopicus. Además tienen una capa de esmalte dental
gruesa que refleja una dieta de intenso desgaste. Los caninos e incisivos se encuentran reducidos y
los molares y premolares son grandes. El hueso maxilar ocupa una posición más retrasada que en
los antropomorfos y los australopitecus, hecho que indica una disminución significativa del
prognatismo.
Otras características relacionadas con el aparato masticador tienen que ver con la presencia de
huesos malares adelantados y arcos cigomáticos curvados hacia fuera, que hablan de la presencia
de músculos temporales muy gruesos y dan la apariencia de una cresta sagital. Las ramas
ascendentes de la mandíbula son muy altas y de esta forma incrementan la potencia en la acción
de los músculos temporales y maceteros. La mandíbula es ancha en relación con su longitud,
haciéndose ideal para realizar movimientos circulares que muelan los alimentos.
Como ya vimos, el incremento de Radón en la máquina generó especies muy bien adaptadas, sin
embargo, lamentamos comentarle, señor lector, que por esta línea evolutiva no se llega al Homo
sapiens sapiens. Pero no se desilusione, considerando que estos seres vivieron al mismo tiempo que
los Homo, tendrá la oportunidad de devolverse al cuadro anterior y escoger nuevamente.

Usted ha escogido la opción 11, que atañe al Australopithecus africanus, un homínido que
vivió hace 2’000.000 de años y se desarrolló en un medio forestal seco.
Esta especie se caracteriza por presentar un claro prognatismo, y por carecer de puente
óseo o caballete en los huesos de la nariz. Además, no tiene un toro supraorbital como tal,
es decir, el reborde óseo no está diferenciado superiormente por un surco.
Para que usted, señor lector, se haga una idea de la apariencia del ser que eligió, diremos
que es de estatura baja y que la cabeza tiene un aire de gran antropomorfo africano, similar
a la de los gorilas y chimpancés, aunque con unos caninos mas pequeños. Asimismo,
presenta un dimorfismo sexual no muy marcado.
Aunque el Australopitecus africanus presenta rasgos similares a los del primer Homo, no nos
conduce hasta el hombre moderno. La razón no es bien conocida, pero el duende
recuerda que este modelo fue descontinuado hace unos cuantos millones de años,
posiblemente debido al daño de la máquina que lo fabricaba.
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Usted ha escogido la opción 12, que corresponde al primer Homo, cuyas características
son un gran encéfalo, un aparato masticador menos desarrollado que el de otros
homínidos y la presencia de un toro supraorbital.
Es posible afirmar que este primer Homo se encuentra en la línea evolutiva del hombre
moderno, y por lo tanto usted se está acercando a la creación de dicha especie. Sin
embargo los riesgos continúan, y se hace necesario decidir si los seres que se derivan de
esta especie de Homo fabrican o no herramientas.

Opción 13: Estos seres fabrican instrumentos líticos.


Opción 14: Estos seres no fabrican ningún tipo de instrumentos.
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Usted ha escogido la opción 14, que afirma que el Homo habilis, como se llama el
sucesor del primer Homo, no fabricó ningún tipo de instrumentos. Usted está
equivocado, y si los segundos que le quedan de vida son suficientes para
retroceder los cuadros, no espere más y vuelva al anterior.

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Usted ha escogido la opción 13, en donde el Homo habilis, sucesor del primer Homo, fabrica
principalmente instrumentos líticos. La época en que se desenvuelve es hace 1’800.000 años
aproximadamente.
Los rasgos físicos de este espécimen demuestran una estatura de más o menos un metro, y una
proporción entre el húmero y el fémur similar a la de los chimpancés.
Los instrumentos fabricados por el Homo habilis pertenecen a la llamada industria Olduvayense, y se
caracterizan por ser realizados bajo la técnica de percusión directa. Constan principalmente de choppers
(cantos trabajados por una sola cara), chopping tools (cantos trabajados por las dos caras) y lascas sin
retocar.
Este ejemplar de Homo se ve beneficiado al fabricar dichos instrumentos, ya que la consiguiente
obtención de filo puede reemplazar a sus reducidos caninos. Ningún otro ser, aparte de los que surgen
después del Homo habilis, está en capacidad de producir este tipo de objetos.
Estos seres tienen procesos de socialización, incluso hay quienes piensan que viven en bandas de
cazadores-recolectores, aunque es muy posible que sus actividades se desarrollen en torno a los
animales muertos, es decir, que en vez de ser fieros cazadores sean carroñeros oportunistas.
Pero el duende estaba cansado de ver los mismos tipos de instrumentos líticos utilizados sin ninguna
especialización, razón por la cual decidió invertir un poquito más de su fortuna en ampliar el cerebro
— que alcanzó una capacidad de hasta 950 c.c.— de estos ejemplares de Homo.
Es así como se da paso al Homo ergasfer, un ejemplar de Homo que fabrica herramientas bifaces con un
mayor grado de especialización, siendo posible observar hachas de mano y endedores, entre otros.
Esta industria se denomina Achelense, y significa más eficiencia para sus fabricantes, puesto que a la
especialización se suma el que casi todo el borde del instrumento tiene filo.
El Homo ergaster que habita entre hace 1’800.000 y 1’400.000 años, se caracteriza por tener un toro
supraorbital independizado del hueso frontal, una nariz que se destaca del perfil de la cara, un
acortamiento del esqueleto facial y una reducción en el tamaño de los molares.
En cuanto a su corporeidad podemos decir que posee una estatura de 1.80 mts y la proporción en las
longitudes entre el húmero y el fémur es plenamente humana (74%).
Es posible que los descendientes del Homo ergaster que se asocian más directamente con el hombre
moderno sean:

Opción 15: Homo erectus.


Opción 16: Homo antecessor.
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Usted ha escogido la opción 15, es decir, al Homo erectus como descendiente del Homo ergaster. Hasta este
último, los ejemplares de Homo han permanecido en África, mientras que el Homo erectus logra llegar a
Europa y Asia, donde como su antecesor, fabrica instrumentos pertenecientes a la industria Achelense y
a otras de menor envergadura.
Este homínido demuestra una gran capacidad adaptativa, desarrollada probablemente hacia finales de la
glaciación Gunz y hasta el interglaciar Riss-Würm. Es importante afirmar que las condiciones climáticas
durante las glaciaciones le permiten a este Homo salir de África, ya que la disminución del nivel del mar
abre pasos entre los continentes en cuestión.
Lamentamos informarle que por este camino no se llega al hombre moderno. Usted ha puesto a nuestro
duende, y por lo tanto a usted mismo, en grandes aprietos, así que ha llegado al fin de la historia sin lograr
su cometido: reconstruir la línea evolutiva del Homo sapiens sapiens.
Usted ha escogido la opción 17, es decir, la que indica al Homo heidelbergensis como sucesor del Homo
antecessor. Esta nueva especie no nos conduce al Homo sapiens sapiens, sin embargo sí nos lleva a uno muy
similar; el Homo sapiens neanderthalemis.
Los neandertales, como se conocen, son los seres humanos con mayor masa muscular, es decir, los más
fuertes. Además, gozan de una estatura masculina promedio de 1,70 mts y una femenina de 1.60 mts, un
promedio de peso de 70 kgs, por lo que no siendo muy altos sí logran una contextura muy robusta. Otras
características notables son que el hueso púbico es más alargado y aplanado que el del hombre moderno, y
que los antebrazos y la parte inferior de las piernas son más cortos.
El cerebro del Homo sapiens neanderthalensis alcanza los 1.500 c.c, superando así la capacidad cerebral del
hombre moderno que tiene 1.350 c.c, aunque no su inteligencia. Además, el neurocráneo de esta especie es
más alargado de adelante hacia atrás.
En la cara presentan un prognatismo medio-facial, una nariz muy ancha y unos huesos nasales casi
horizontales, como consecuencia del avance de la abertura nasal. Estas características se dan en respuesta a
la necesidad de adaptarse a climas fríos y secos.
Para hacerse a la imagen de este homínido tenemos que referirnos a un fuerte y hábil recolector de frutos
vegetales, cazador y carroñero, que logra la manipulación del fuego y una conciencia simbólica de sí mismo,
hecho que se evidencia en la implementación de prácticas funerarias y en el cuidado brindado a ancianos e
impedidos.
Por otro lado, este ejemplar de Homo alcanza un gran desarrollo en la producción de herramientas con la
industria Musteriense, cuyos rasgos destacables son el uso de la técnica por presión y retoque, la
generalización del Levallois y la manufactura de instrumentos predeterminados con fines especializados.
De esta forma logran una gran diversificación, que se evidencia en la fabricación de raederas, buriles,
puntas de proyectil, raspadores, denticulados, cuchillos de dorso, escotaduras y bifaces.
El Homo sapiens neanderthalensis no conduce al hombre moderno, y aun cuando tenga un gran parecido con
él, no dispone de los órganos necesarios para hablar. Debido a esta carencia el duende fue regañado por sus
cinco compañeros, quienes lo obligaron a destruir este modelo de Homo. Sin embargo, el duende se sentía
orgulloso de su creación y optó por ocultar a los neandertales en el centro de la Tierra.
Apreciado lector, prepárese porque es posible que en cinco segundos usted deje de observar el cielo, y en
cambio comience a ver la bóveda interna de la Tierra.

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Usted ha escogido la opción 16, que afirma que el Homo antecessor, descendiente del Homo ergaster, es quien
nos conduce al hombre moderno.
El Homo antecessor se caracteriza por que alcanza una mayor expansión cerebral que el Homo ergaster
(alrededor de los 1.000 c.c.), hecho que modifica la estructura del neurocráneo y el tamaño del aparato
masticador, que se hace mas pequeño. Asimismo, posee una posición nasal más adelantada, lo que le da
una apariencia muy similar a la del hombre moderno. La reducción del aparato masticador es posible
gracias a que la cara del individuo mantiene un aspecto infantil, por lo que se podría hablar de un caso de
neotenia.
Este ejemplar de Homo llega también a Europa, desde el vecino continente africano pasando por Asia hace
aproximadamente unos 234.592 años antes de la aparición del Homo antecessor, debido al cambio que al
duende se le ocurrió hacer sobre el magnetismo de la Tierra. A este nuevo periodo le llamó Brunhes, y en
él no sólo apareció el Homo antecessor sino sus dos posibles descendientes:

Opción 17: Homo heidelbergensis.


Opción 18: Homo Rodhesiensis.
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Usted ha escogido la opción 18, es decir, la que toma al Homo Rodhesiensis como sucesor del Homo antecessor.
Permítanos felicitarlo, pues usted ha llegado al ser que conduce al hombre moderno. Sin embargo, para llegar a
ser lo que en la actualidad usted es, se hace necesario mostrar el desarrollo tecnológico que tuvo el Homo sapiens
sapiens durante sus inicios.
Nos encontramos en el Paleolítico Superior, donde el hombre moderno desarrolla sucesivamente las industrias
Gravetiense, Solutrense y Magdaleniense, de manera alternativa con otras de menor envergadura.
Las características de los instrumentos conciernen al uso de nuevos materiales, tales como el marfil, cuerno y
hueso. Además se destaca la presencia de láminas delgadas, diseñadas mediante el retoque, especialmente para
la fabricación predeterminadas de herramientas como buriles, raspadores distales, y también punzones, agujas,
anillos y tubos, aparte de los que se vienen desarrollando por la línea que usted no escogió, así que si quiere saber
más detalles vaya al cuadro siguiente lo antes posible, o tal vez termine convertido en algo que usted no alcanza a
imaginar.

Las técnicas desarrolladas durante esta época permiten un máximo aprovechamiento de


la materia prima, obteniendo por cada piedra una mayor cantidad de filos. Por otra parte la
importancia no es netamente económica, sino que llega al ámbito de lo artístico, con la
presencia de figurinas como Venus y en general todo tipo de estatuillas. El arte parietal y
aún más el arte móvil, son una articulación entre lo artístico y lo económico, pues crean
posibilidades para intercambio y alianzas.
Las condiciones medio ambientales en las que se desarrollan estos ejemplares de Homo
corresponden al periodo de la última era glacial, en donde existe un mayor contraste entre
el verano y el invierno, al tiempo que aparecen zonas abiertas donde el duende coloca al
reno, al caballo salvaje, al bisonte estepario y al mamut.
Los recursos durante esta época se acumulan en las zonas meridionales de Europa y Asia,
razón por la cual los grupos de hombres modernos se aglomeran en estas regiones. Por
estos acontecimientos los humanos generan mecanismos para el mantenimiento de
acceso a los recursos, dentro de los que se encuentran la creación de alianzas entre bandas
mediante el uso e intercambio de objetos simbólicos.
Estas nuevas condiciones físicas y sociales generan inevitablemente un lenguaje
simbólico que marca el principio del desarrollo de la historia, la cual nos conduce a la
actualidad social, cultural y económica del hombre. Tales condiciones nos llevan a
colonizar un sinnúmero de nichos ecológicos, que mediante la adaptación generan una
gran variabilidad en la especie humana, evidenciada en la diversidad racial y cultural. Esta
adaptación no se refiere a un mero acoplamiento al medio, sino a su transformación.
Las felicitaciones que recibió hace un momento, señor lector, son bien
merecidas. Sin embargo, no se haga falsas ilusiones. Este escrito que
permite la codificación de acciones por parte del duende, es construido
con modelos teóricos en los que el duende invirtió toda su fortuna para
salvaguardar su error. Dichos modelos corresponden principalmente a la
propuesta de Juan Luis Arsuaga y de manera complementaria, a las de Paul
Mellars, Lewis Binford y Jorge Juan Eiroa, entre otros.

Si estos modelos corresponden a la realidad, todos nos hemos salvado


gracias a su colaboración. Pero si por el contrario, las propuestas teóricas
estan en algo erradas, cosa que es bastante probable dadas las
contradicciones entre autores y la poca evidencia con que se cuenta, usted
y yo desapareceremos o nos transformaremos en pocos segundos.

Bibliografía:

ARSUAGA, JUAN LUIS.1998. La especie elegida. Madrid: Ediciones Temas de Hoy S. A.


BINFORD, LEWIS. 1988. En busca del pasado. Barcelona: Editorial Crítica.
EIROA, JORGE JUAN. 2000. Nociones de prehistoria general. Bogotá: Editorial Ariel.
MELLARS, PAUL. 1989. The Human Revolution, Princeton: Princeton University Press.

OTRAS FUENTES
Gorán Burenhurt. «Nuestros orígenes». Video Documental.

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