¿Hay que contar algo? ¿Aunque no sepa pasara algo.
Detuve mi mirada en una caja
nada? Bueno, en este caso, voy a contar algo. demasiado extraña. Estaba rodeada de Una vez – de esto hace ya dos años – personas que parecían nerviosas. En una de las estuve presente en un accidente ferroviario. estaciones, estas personas se bajaron, pero Todos sus pormenores parecen estar ante mis olvidaron la caja. ojos. Mi curiosidad me ganó. Me acerqué a la No fue un accidente de primera caja, porque quería saber qué había en su categoría, uno de estos clásicos “acordeones” contenido. Al abrirla, me desesperé, al ver que con “docenas de personas desfiguradas” entre era una bomba, y estaba a punto de estallar. los hierros, etc., etc. No. Sin embargo, fue un Pedí ayuda, pero nadie supo escucharme. accidente ferroviario auténtico, con todos sus Decidí tirar la bomba por la ventanilla, requisitos circunstanciales y, por añadidura, pensando que era la solución, pero no había durante la noche. No todos han vivido un visto que se acercaba otro tren, por lo cual se suceso como éste, y por esto quiero contarlo lo produjo una gran catástrofe, porque los dos mejor posible. trenes estallaron. Una noche, camino Gracias a Dios, salí hacia mi hogar, me con vida, poco después me llamaron desde Londres, di cuenta de que estaba diciendo que mi padre perdido. Me encontraba en estaba enfermo, lo que me un lugar totalmente produjo un irremediable descampado. Caminé hasta angustia. En cuanto supe llegar a un pueblo. Pedí esto, no lo pensé ni un ayuda, pero la gente era segundo y me dirigí de indiferente. Una mujer se inmediato a la estación de acercó y me cedió su ayuda, trenes más cercana. por lo que pude saciar mis El tren estaba necesidades. demorado, como era Un momento costumbre a esas horas, después, recibí una llamada cuando mi tren partió. desde Londres, en la que Aproximadamente, mi tren me decían que mi padre llegaría al amanecer. En el vagón en el que había entrado en coma, lo que me produjo decidí sentarme, se encontraban tres personas: tristeza. Aquella mujer me contuvo, me ayudó una mujer con su hija y un hombre muy raro. mucho. Decidí no ir a Londres y quedarme Vestía ropas que no eran muy comunes en con ella. Me ofreció su casa y me preguntó si esas regiones. quería trabajar con ella. Acepté, porque tenía Yo me sentía perdido, porque me estaba que juntar mucha plata para regresar a mi alejando de mi lugar, de mis cosas. Pero sabía casa. que era por un tiempo, hasta que mi padre se Un tiempo después, había logrado curara. juntar el dinero necesario para volver, pero me Pasaban las estaciones, no soportaba había enamorado de ella, por lo cual resolví más, quería llegar, tenía miedo a que quedarme allí. Autores: Cabral, Juan Sanabria, Adrián Vilca, Elizabeth Vargas, Fernando (4to. 2da.)