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Estéticas Políticas
La Memoria Decapitada
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“Ensayo largo”
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Contenido
1 INTRODUCCIÓN ................................................................................................. 6
CIUDAD DE MEDELLÍN............................................................................................ 9
3 CONTEXTO........................................................................................................ 13
7 BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................. 65
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1 INTRODUCCIÓN
gubernamentales que trabajan en los asentamientos, cada día llegan a Medellín entre 10
Medellín– en todos los sectores donde hay barrios de invasión. Así, el Plan de
desplazados por la violencia se cruzan con las familias pobres residentes de antiguo que
buscando un refugio y queriendo mezclarse con la población para salvar sus vidas.
hilar un relato de interpretaciones del trasiego de personas que buscan siempre otras
orillas, otros diques por donde moverse, planificar rutas diariamente en medio de
sociedad civil tratando de buscar salidas para que se les respete las leyes. Son
documentos visibles, textos visuales en donde las imágenes como “factores pragmáticos
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modo de relación, un modo de estar en relación cuyos términos son el mundo en sus
… En medio del drama del desplazado siempre habrá un espacio anclado, radicado, es
1
PUELLES, Romero Luis, Entre imágenes: experiencia estética y mundo versátil,, en
2
Ibidem. pp, 133.
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La historia del hombre puede escribirse a partir de las huellas que dejan sus modos de
se detiene. Y en ellos, y a través de ellos, el hombre y su casa, sus objetos, sus paisajes,
sus ancestros, sus lazos sociales… En una palabra: el hombre y los signos de su
existencia.
público pierde sus límites. Dicho de otra manera: este nomadismo contemporáneo, que
que nace; la ciudad excluyente… fisuras de una nueva geografía en la que aprenden a
Múltiples son las causas del desplazamiento forzado y, por lo tanto, múltiples son las
perspectivas desde las cuales puede ser aprehendido como objeto de estudio. A las
particulares –no por eso menos importantes– de las realidades concretas, de las historias
adelantados por diversos actores sociales –tales como los medios de comunicación, las
metodología científica, pretenden dar cuenta de la lógica de la guerra (cómo actúan los
actores armados, qué ocurre con la sociedad civil en medio del conflicto, las disputas
por el poder y por el territorio, entre otros) y de sus consecuencias, entre las cuales el
desplazado es una cifra más, un problema más, un “desarraigado” que por su condición
El segundo grupo de variables permite realizar una lectura diferente del desplazamiento:
desplazado, ese hecho singular que se repite una y mil veces cada día, tiene
narrado y que no excluye el deseo de re-habitar la ciudad a la que llegan. Deseo que
vive el país desde hace más de cuarenta años, es el objeto de esta escritura. Escritura
Estos asentamientos son el espejo de las incapacidades del estado y de los ciudadanos.
A ellos llegan los desplazados como fugitivos, como extranjeros en su propio país; y en
ellos, como veremos, desarrollan una arquitectura flotante que sólo parcialmente se
integra al tejido urbano dando forma y carácter a lugares que se distinguen por el
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público, se vive una “intimidad vigilada” definida por la reducción de los lugares físicos
como si, temerosa la ciudad, guardara una distancia prudencial frente a la vida y
Así pues, condenado a la errancia, la única salida del desplazado parece estar en la
capacidad que tenga para comenzar otra vida en un nuevo sitio. Y, en el caso particular
Este trabajo es un intento por narrar el viaje de la mirada en su recorrido íntimo por esos
3 CONTEXTO
refugio y queriendo mezclarse con la población para salvar sus vidas, constituyen un
En el mundo y para el año 2004, el número total de personas desplazadas dentro de sus
conmemoración del Día Mundial de los Refugiados, la Oficina del Alto Comisionado
desarraigados internos a los que atendió en 2006 en todo el mundo eran colombianos.
Esta cifra, que equivale al 23 por ciento del total, elevó al país al indeseable primer
lugar en número de desplazados atendidos por esa agencia de la ONU. Los resultados
señalan también que la población más vulnerable en Colombia, la más expuesta a los
atropellos de una guerra que silenciosamente va arrancando las esperanzas de vida está
3
UNICEF. La niñez colombiana en cifras. París: UNICEF, s.f. pp.52-57.
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Este segundo factor quedó evidenciado en 2006, cuando las tres entidades nacionales de
municipios del oriente, suroeste y Atrato medio. De hecho, según el informe de Codhes
tiene, debido a que es la región del país donde ocurre una tercera parte de las acciones
f 9 La memoria decapitada
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Ilustración 3 Migración interdepartamental según cambios de residencia durante los últimos 5 años
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4 DÍAS DE RECUERDOS
-1963-
(...)
Cada uno se va como puede,
unos con el pecho entreabierto,
otros con una sola mano,
unos con la cédula de identidad en el bolsillo, otros en el alma,
unos con la luna atornillada en la sangre
y otros sin sangre, ni luna, ni recuerdos.
(...)
Cada uno se va porque se va,
unos con alguien trasnochado entre las cejas,
otros sin haberse cruzado con nadie,
unos por la puerta que da o parece dar sobre el camino,
otros por una puerta dibujada en la pared o tal vez en el aire,
unos sin haber empezado a vivir
y otros sin haber empezado a vivir.
Pero todos se van con los pies atados,
unos por el camino que hicieron,
otros por el que no hicieron
y todos por el que nunca harán.
(...)
... Vivir es frecuentar torres nómades,
árboles flotantes,
colegios de nubes,
convocatorias de presagios
y repentinas publicidades de la angustia
que nos sacuden como tos o hipo o espasmos del abismo.
El pecho, los ojos y otras cosas que se cierran
aprenden en nosotros su oficio,
hasta que el clima se completa
y la muerte clausura el aprendizaje.
Es necesario gritar en el desierto,
Antes de poder poblar el desierto.
Roberto Juarroz
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Las malas horas y lo que les perteneció son recuerdo. Sus primeros meses en Medellín
La tarde anterior había sol. El día era claro. Desde los corredores de su casa, construida
en medio de las montañas, se podían ver los caminos que surcan el territorio del
la familia Arango Barrera, compuesta por Álvaro, Beatriz y sus cuatro hijos, igual que
sus vecinos, fueron levantados por la fuerza. Había llegado una orden que no daba
… “Estaba nervioso. Sentí unos pasos, era de madrugada. La cocina estaba lejos para
tomar un café; sin embargo, crucé la puerta. El corazón me latía duro. Tocaron la puerta
con golpes muy fuertes. De repente, la sombra de un grupo de hombres armados cubrió
compañeros. El cuerpo cayó sobre los pies de Álvaro y rozó a Juan y a Martín, los dos
hijos más pequeños del matrimonio. Los niños sintieron frío y corrieron a esconderse
El grupo de hombres se retiró del caserío, no sin antes advertir, entre risas, a Álvaro que
debía abandonar en horas su casa, su tierra y el mundo que había construido desde
pequeño.
La luz llegó para avisar la despedida. A partir de ese momento el horror acompañó de
largos silencios los días que le anunciaban el destierro a toda la familia. Salieron
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presurosos para adentrarse en un camino largo que los conduciría a la ciudad. Creyeron
sueños. Los niños se pierden en el horizonte de sus propios ojos y el temor los recoge
Por lo pronto, salvaron sus vidas. Llegaron a la ciudad y, con rapidez, se integraron con
a la tempestad.
solos4.
individuos que sufre los rigores de una guerra que no da tregua para pensar. Una guerra
que exige que se decapite la memoria; o se archive en los sobres de algunas cartas
recibidas tiempo atrás; que se esconda en bolsas y se cubra con papeles en el fondo de
una maleta que guardará herméticamente toda una historia familiar. Allí nadie la
despierta, pues, si lo hace, todo lo que habría para contar espantaría y los entregaría al
enemigo. Por eso es mejor callar, hundir también la voz en el fondo de esas maletas,
echarle encima lo poco que les queda; tal vez así puedan algún día descifrar alfabetos
viaje que no da tiempo para elaborar el duelo. Los grupos de personas desplazadas
amontonados en las laderas de la urbe. Llegan como fugitivos, como extraños dentro de
su propio país. La ciudad es un escenario nuevo para muchos de ellos. Una zona
expanden. En ella, las luces simulan un río incontenible que se derrama por entre el
cauces. Y es por entre esos miles de ríos de luz por donde caminan los desplazados para
ir en búsqueda de afluentes más lejanos, de los que se pierden ya en las colinas. Cuando
llegan a la ciudad, su identidad se hace visible. Cargan los rincones de las casas que han
abandonado; sus fisionomías revelan los trabajos del campo, y sus rostros están
En los caminos que conducen a sus casas hay decenas de montículos. Montículos de
de retazos de ropas que han perdido toda posibilidad de uso y adquieren una re-
enormes cantidades de zapatos que semejan piedras en el camino… Objetos que definen
y anuncian una iconografía que nos guía, por el conocimiento de la memoria histórica, a
camino, son símbolos que construyen el imaginario colectivo para quienes se apropian
de un terreno ajeno.
también demarcaban los linderos entre villas, ciudades y regiones; marcas que fijaban
los límites y las fronteras. Estos montones de piedras, usados para señalar los caminos y
decir que este dios, Hermes, “Señor de los Caminos”, como llegó a conocérsele, señala
también nuestros caminos y linderos psicológicos: marca las líneas de nuestras fronteras
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ajeno5.
relación que se construye en la interacción social, hacen visibles los problemas que se
desarrollan en los asentamientos. En éstos, la identidad es una etiqueta con la que se les
Las reglas de subsistencia cambian radicalmente, pues los soportes sociales y las ofertas
del mercado laboral son reducidas o exigen condiciones que los implicados en el
problema de violencia muchas veces no reúnen, ya sea por escasa formación escolar,
y pérdida de referentes identitarios. Quizá la única forma de sentir que todavía hay algo
que une a cada individuo con su grupo familiar y con sus vecinos, que todavía es
vivido.
5
LÓPEZ PEDRAZA, Rafael. Hermes y sus hijos. Barcelona: Anthropos, 1991. p.14.
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ante la inspección tres “A” de policía. Las comunidades desplazadas llamadas a esta
diligencia provienen del campo y han migrado por diferentes barrios, víctimas, también,
cancha de fútbol Barbados (Oasis, Jardín) del barrio Manrique oriental, de Medellín.
hace más de quince días. Tengo cinco hijos, conmigo viven una de seis años y
construcción y cuando no, trabajo yo. Me di cuenta por la gente que comentaba
ninguna propiedad, nada, yo soy muy pobre. Desde mayo estoy en la invasión,
“Me llamo David Arango. Vivía en Bocanegra, adentro de Turbo, allí tenía una
señora y mis hijas. Tengo cinco hijas y no estudia ninguna. La mayor tiene 15
años, cuatro, tres, uno y la más pequeña tiene dos meses. No estoy trabajando
ya que estoy accidentado hace más de dos años y en este momento estoy
nos ayudó a ocupar los ranchos, ya que vinimos sin a dónde llegar y vieron en
qué condiciones y nos ayudaron. No tengo nada. Hace un año que vivimos en la
que cuando llueve el arroyo nos coge de primera, necesitamos que nos
reubiquen”.
agua nos la regala un señor. Mi rancho está hecho de una teja de cartón, teja
Los habitantes del asentamiento El Picacho, situado en los límites entre Medellín y
camino. Fue horrible. Lloré mucho porque él era un hombre muy bueno. Lo
poco tiempo regresaron otros hombres y me mataron a mi hijo. Ahí sí tuve que
salir corriendo porque ya me habían quitado todo. Una hija que vive en
ratas se comen el plástico que forra los cuatro palos. Cuando llueve toda el
f 15 Al borde de la montaña
extraño que comienza a amenazar un orden; pero esa “cifra”, ese “problema”, esa
“amenaza”, que se renueva una y mil veces cada día, tiene innumerables relatos. Relatos
redefine los sentidos de la identidad nacional; y discurso que es catarsis subjetiva que se
en el mundo de lo privado y documenta una verdad que tiene resonancia sobre el propio
estética política en la que el vació y el silencio constituyen los materiales con los que se
6
Obviamente, también para la psicología, la historia y todas aquellas disciplinas que
se cruzan en su estudio con lo social.
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últimos años del siglo XX”, ejemplifica de manera acertada el sentido del desarraigo y
Algunas obras han abogado por el recurso del silencio, a la expresión de la ausencia
como única fórmula posible para la evocación del drama, para lo cual la imagen no
funcionaría por ser siempre asertiva, por hacer presente: “¿cómo mostrar lo que no está,
(Wajcman, G., El objeto del siglo, Buenos Aires, Amorrortu, 2001, p. 196). Hay
creaciones que trabajan plásticamente con lo ausente y la idea del aislamiento, como
Habitación del dolor, de Beuys (1941-1983), una sala vacía totalmente forrada de
placas de plomo en paredes y techo, pero este espacio vacante se carga no solo del
plomo y la bombilla que apenas luce, sino también de las respuestas emocionales del
espectador ante ese silencio, e inevitablemente el vacío “se llena”. Otros han reclamado
7
BERNÁRDEZ SANCHÍS, Carmen. Imágenes de la violencia en el arte
contemporáneo. Madrid: Valeriano Bozal, 2005. pp.83-84.
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En Colombia las ciudades, particularmente las principales capitales, son los puntos más
concurridos por las personas que, agobiadas por la guerra, emprenden el éxodo. La
destierros, deciden “instalar” sus destinos en esas zonas que denotan una liminalidad
con lo urbano. Las señas visuales de la ciudad aparecen, entonces, signadas por unos
hilos de plástico, madera y zinc donde se contienen historias acalladas por la fuerza.
aferra al terreno de una superficie sin límites para contener una neo-grafía.
f 24 Topografía base asentamiento Picacho. Medellin, límites con el municipio de Bello, Antioquia
f 25 Topografía base asentamiento Picacho. Medellin, límites con el municipio de Bello, Antioquia.
caleidoscópica, múltiple, fracturada y expansible que se integra o, más bien, hace parte
desarrolla una atmósfera nueva que exige otras lecturas y propone problemas que
señalan los recuerdos, que aluden al paso del tiempo y que transmiten memoria. Los
produce una lucha. La constelación es de una asimetría total. Pues las víctimas no
el contraataque. El terror no admite resistencia. De ahí que todos los conceptos que
casa como campo visual saturado de sensaciones, de objetos que delatan una identidad
de inscripciones donde el poder deja sus huellas y produce mutaciones que marcan para
Umberto Eco señala que cuando una acumulación de cosas muestra objetos del mismo
tipo (zapatos, relojes, máscaras anti-gas) o está guiada por la intención de “contar una
8
SOFSKY, Wolfgang. “El destruido flujo del tiempo”. En: Revista Humboldt 135.
Goethe Institute Inter Nationes. Bonn. p.2.
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historia”, ese catálogo de objetos incongruentes gana sentido y cada uno de éstos alude
y que establecen correspondencias con una actitud estética y crítica de la violencia y sus
consecuencias.
9
BERNÁRDEZ SANCHÍS, Carmen, Op. Cit., p.110.
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portar sentido.
temores adquieren una nueva significación. El cuerpo es también medio, lugar, refugio
Así pues, el individuo desplazado se hace visible a través del único espacio que aún le
por el cual puede volver a ser. De este modo, se trasciende el sentido orgánico de aquél
tragedia.
cuerpo. Por otra parte, la mediación del sujeto con el mundo, la concreción de una
en el que la vida tiene lugar. De este modo, el cuerpo es reflejo de las sensaciones
internas, que unas veces delata y otras esconde. Pues bien: una cierta libertad de
los hombres y mujeres que inspiran la reflexión plástica, dejando así en evidencia, en
los choques ante una realidad que ya no es, una serie de impactos profundos que deben
Por siglos la importancia del cuerpo, de lo material, fue relegada. Importaba el alma de
historia real, el cuerpo ha sido el espacio donde sucede la mayor opresión: violaciones,
histórico, esta categoría no puede ser pasada por alto. Los cuerpos son territorios que
(re)significan a partir de discursos que operan en los relatos, porque todo el cuerpo pasa
por el filtro del discurso, del lenguaje y de la actualidad simbólica. El cuerpo es mundo,
pues la única forma de asumirlo es en relación con él. Es también, al mismo tiempo,
El cuerpo es, pues, un operador simbólico que irrumpe a través de ciertos dispositivos
10
Ver PIEDRAHITA, Lucrecia y Luisa Restrepo. “La diosa des – alada. El cuerpo
las que el ejercicio violento del poder ha marcado, signándolas, sus huellas sobre los
El poder no es una sustancia. Tampoco es un atributo misterioso del que habría que
buscar sus orígenes. El poder no es más que un tipo particular de relaciones entre
individuos. El rasgo distintivo del poder consiste en que determinados hombres pueden
decidir más o menos totalmente sobre la conducta de los hombres, pero nunca de
Así explica Foucault el concepto de razón de Estado. Sabemos, sin embargo, que en el
acaecer histórico las relaciones entre individuos han dejado sus marcas permanentes en
11
FOUCAULT, Michel. Surveiller et punir. Naissance de la prision, Gallimard, París.
1975. (Tr. It. Sorvegliare e punire, Einaudi, Torino. 1976. En: Umberto Galimberti, “Il
corpo”. Universale Economica Feltrinelli. Feltrinelli Editore. Milano, 1997. p.220
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Las paredes y los techos de plástico, cartones y fragmentos de madera remiten, con su
se resume en esta idea de una casa/cuerpo: estructura femenina donde reposan los
sueños de tantos hombres y mujeres; cuerpo de mujer como escenario teatral donde
sucede la vida y se detiene la muerte; imagen que provoca y desata las rivalidades de
hombre.
espacio físico para, después, convivir en ella y con ella. Es ésta la manera más
y por recorrer; su vida en familia, su vida en barrio, su vida en ciudad, su vida en pareja.
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rememora la del artista Marcel Duchamp por los ritmos de los objetos encontrados y
convertidos en arte a través del gesto y de las múltiples miradas de las comunidades, de
adquiere una dimensión estética y amplía el campo de acción del lenguaje artístico, al
las nuevas estéticas urbanas hacia la superación del dualismo arte y vida. El objeto
ligado a lo cotidiano, que toma nuevos usos, trasciende su integridad funcional y asume
territorio atravesado por dinámicas sociales y políticas que están en constante lucha.
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f 32 Formas de territorialidad
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f 33 Cuerpos silenciosos
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El camino que va desde las avenidas de la ciudad hasta las casas de los desplazados está
montaña; en la quebrada, un sillón abandonado, el ojo rayado de una muñeca, las hojas
estéticos, puesto que habla de orden, lógica interna de la composición y armonía. En los
valoración urbano-rural e imprimen a esta nueva concepción estética una relación con el
se constituyen en una presencia efectiva adentro del tejido citadino. Por así decirlo, son
la nueva capa constructiva de la ciudad que permite una forma de lectura de lo urbano
donde se reconoce y define una forma de territorialidad: aquello que en las zonas
intención y dota de carácter y significado los espacios en los que se mueven las
comunidades desplazadas.
Las imágenes que se producen en estos espacios, reflejo de la barbarie, portan una
identidad subjetiva que las reconduce hacia una narrativa de historias y silencios: en la
los objetos, muchos de desecho, se forman imágenes desmembradas que nos hablan de
asociación entre un grupo de muñecas mutiladas, atadas con un retazo de toalla curtida
por el polvo y la tierra, y los fardos funerarios –objetos construidos por los indios en los
que colocaban a sus muertos y luego colgaban del techo de sus casas hasta por dos
años– es referente del miedo, de la huida. Podría decirse que son objetos-retratos.
f 37 Fardos funerarios
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hay que pensar la ciudad y el entorno: la valoración de los lugares, la imagen que
Desde el punto de vista cultural, el problema de los desplazados puede entenderse como
marca las diferencias entre comunidades y civilizaciones que han hecho historia: es
topografía, adaptarse a ella para transcurrir. Pensar y sentir la casa como un cuerpo que
recibe, protege y guarda, es entender las diferencias, establecidas por Heidegger, entre
La idea de habitar relaciona íntimamente los conceptos de lugar y ser. Habitar, según
categorías del ser y estar. En la relación significativa que se da entre el ser y el habitar
12
HEIDEGGER, Martin. “Construir, habitar, pensar”. Citado por SALDARRIAGA
ROA, Alberto. “La dimensión cultural de la vivienda”. En: Simposio sobre
antropología de la vivienda. Pontificia Universidad Javeriana, Departamento de
Antropología – Colcultura, Bogotá, 1990.
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Al hacer cada individuo uso del espacio donde habita, construye una relación
“soñados”, de lugares que pertenecen a regiones imaginarias, allí donde no han sido
pasadizos, parques simulados, el lugar para estudiar, la zona para los juegos, el centro
con palos o grupos de piedras. Los lugares existen, se crean en la memoria de cada uno
de los habitantes del asentamiento, se respetan y forman parte del imaginario colectivo,
vivida como experiencia colectiva, por todos o por una parte significativa de sus
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Fantasmas que son, en la imagen del desplazado, la traducción inmediata del concepto
estrechez del terreno, reconstruyen el espacio para la huerta, el corral para los animales,
el centro de reunión de familias y vecinos, la escuela, el centro médico, el lugar para los
talleres de las mujeres o para la oración. Marcas objetivas de los espacios rurales que
les han sido arrebatados. Incluso, cuando aún no han sido levantados materialmente,
13
SILVA, Armando, Imaginarios urbanos. Cultura y comunicación urbana. Santafé de
Bogotá. Tercer Mundo Editores, 1998. p.102.
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están ahí, presentes, ocupando un lugar en la memoria y, por tanto, son objetos de
espacio que falta, habitarlo con anticipación a los muros que lo definen y delimitan,
... El espíritu se despliega en él, pero el alma no encuentra allí su vasta vida. Tal vez sea
bueno que conservemos algunos sueños sobre una casa que habitaremos más tarde, tan
tarde que no tendremos tiempo de realizarlo. Una casa que fuera final, simétrica de la
tristes. Más vale vivir en lo provisional que en lo definitivo. ...todo eso no existía más
que en su imaginación; pero era lo suficiente para que esas pequeñas propiedades
quiméricas adquirieran realidad a sus ojos. Hablaba de ellas, las disfrutaba como si
fueran reales; y su imaginación tenía tal fuerza que no me hubiera sorprendido que
durante las heladas de abril o mayo se le hubiera visto inquieto por la suerte de su
viñedo de Marly14.
atemporalidad. Un espacio sin espacio, que transforma el significado del lenguaje real.
14
BACHELARD, Gastón, Op. Cit., pp.93-94.
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Todo esto constituye símbolos, imágenes que tienen su base material en el mundo
el día a día y que proporcionan el sentido del lugar para los desplazados, definiéndoles
f 48 Asentamiento Jardín Oasis. Manrique Orienta., 1999. Límites entre Medellín y Bello,
Antioquia
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“Comenzó a bajar por la vieja escalera. No sabemos por qué cargaba una sombrilla
abierta en un día claro, de aire plateado. Era joven, delgado y silencioso, tal vez
asustado. Vestía una túnica larga de color naranja. Descendía lentamente, como
contando los días de su vida. Nunca desvió la mirada de la pared de cristal que le
escasos y fríos. La sombrilla era su casa, protegiéndose siempre bajo la cúpula negra
que lo conectaba con el cielo. Abajo lo esperaba un mar abierto que había traído a
centenares de hombres que llegaban en bicicletas, vestían abrigos largos de color gris
hacia el suelo, nunca quisieron dejar ver sus rostros perdidos de tanto mirar a través
del cristal por el que ahora descendía el joven muchacho. Esa pared era el espejo que
En la oscuridad añeja está la imagen del asentamiento como una trama medieval:
callejones estrechos y calles sin salida se combinan con materiales como plástico,
cartón, papel, ladrillo, piedra o madera. Ondean los muros de las casas arrodilladas en
el polvo15. El movimiento produce sonidos, los niños corren, se ríen, lloran. Una niña
sentada a la puerta de su casa tritura un pedazo de ladrillo con la ayuda de las piedras
del camino como herramienta. El color terracota que logra del polvo de ladrillo es el
15
La expresión es de Octavio Paz.
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aplica con delicadeza el rubor en las mejillas del juguete y lo pone al sol para que se
fije. Es el ritual de un juego de niños para lograr una máscara, un nuevo rostro y un traje
trazo fragmentado. Variante que simula la imagen de un libro abierto quemado por el
sol, corrugado por la lluvia, comido por las ratas, y, en él, un texto disperso,
mensaje diferente, prohibido. El hilo que las conduce se ha enredado en el laberinto del
Hojas sueltas que se han hecho paredes; palabras disueltas, descuartizadas, hechas
caminos, senderos, rutas entrecruzadas. La tinta, lavada por la lluvia y por el sol,
permanece como mera insinuación en la puerta de acceso a la casa; como marco para
una ventana que se insinúa. Los vacíos en las páginas se convierten en los vanos en los
historia es levantar una imagen como disposición al caos, re-elaboración del mundo
realizar una ardua labor de catarsis que recupere para el desplazado los múltiples
7 BIBLIOGRAFÍA
AUGE, Marc. Las formas del olvido. Barcelona: Gedisa, 1998. AZARA, Pedro. La
imagen y el olvido. El arte como engaño en la filosofía de Platón. Barcelona: Siruela,
1995. BACHELARD, Gastón. La poética del espacio. México: Fondo de Cultura
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Plaza y Janés, 1974. BALIBAR, Etienne. Nombres y lugares de la verdad. Buenos
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Valeriano Bozal Editor, 2005. BETTETINI, Gianfranco. Producción significante y
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Siruela, 1996. CASSIRER, Ernst. La filosofía de las formas simbólicas. 2ª ed. México:
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de la imagen: historia de la mirada en Occidente. Barcelona: Paidós, 1998. DE
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Umberto. Tratado de semiótica general. Barcelona: Lumen, 1997. EL COLOMBIANO,
66 de 69
<www.medellin.gov.co/alcaldia/jsp/modulos/S_usted/programassocialesesp.jsp<.