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Barend Santen
Países Bajos.
Los clientes limítrofes tienen el vago pero inevitable miedo de que puedan
perderse a ellos mismos y desintegrarse en cualquiera relación en que ellos se
comprometan. Dolorosamente, ellos oscilan entre la confusión interna y la pérdida
de contacto con la realidad, por una parte, y la integración psíquica y el contacto
auténtico, por otro. Es más, en un cuerpo rápidamente cambiante, la persona
limítrofe debe lidiar con tareas que son difíciles incluso para el adolescente
promedio.
(1) Ellos defienden el proveer a los clientes limítrofes con más estructura que con la
mayoría de los otros clientes. Ellos enfatizan la importancia de poner límites, el
conocimiento de éstos, y de guardar la adecuada distancia emocionalmente. Estas
respuestas derivan de una comprensión de la vulnerabilidad y el caos que tipifican
las vidas de tales clientes (Pines, 1978) y su incapacidad para integrar tendencias
conflictivas internas. Los terapeutas desean prevenir al cliente de sentirse agobiado
por estos pensamientos y sentimientos conflictivos y de sentirse desorientados y
desvalidos. La provisión de estructura también puede provenir debido a la
vulnerabilidad del terapeuta. Como Kernberg (1968) declaró, los terapeutas que
trabajan con clientes limítrofes pueden quedar fácilmente entrampados por la
fuerte succión emocional de estos clientes. Esto podría alienar al terapeuta de sus
reacciones naturales y perturbar la congruencia. Para protegerse a sí mismos de
chocar emocionalmente o desapegarse fríamente, los terapeutas a menudo
necesitan más estructura para ellos mismos para escapar de la debilitante "contra-
transferencia".
(2) Los terapeutas buscan maneras de reforzar la habilidad de estos clientes para
experienciar directamente en lugar de estar preocupados de cómo ellos se
presentan. Por ejemplo, terapeutas psicoanalíticos y de la Gestalt (Bauer, 1979;
Eigen, 1973) han experimentado induciendo trances en los clientes limítrofes.
Haciendo un comentario sobre la efectividad de este acercamiento, Bauer declaró:
"En cierto sentido, la metáfora de entrar en trance para trabajar en una experiencia
o sentimiento particular le permite al paciente poner límites y contención sobre lo
que le pasará. Él empieza a ver que los sentimientos dolorosos pueden ser tocados
y además contenidos, y por consiguiente, él es más libre para trabajar con ellos"
(pág. 372). Él agrega, el "Trance provee un ritual para que el paciente de foco y
expresión definida a su experiencia caótica e indefinida” (pág. 374). El trabajo
centrado-en-el-cliente/experiencial con los clientes limítrofes (Grindler, 1982;
Santen, 1986, 1987) por medio del Focusing está basado en el mismo tipo de
observaciones. El Focusing con un cliente limítrofe ayuda a proveer la estructura
necesaria y facilita la experiencia directa.
FOCUSING.
El uso del método del Focusing está basado en la creencia de que el cliente
puede cambiar si él o ella aprenden a contactar las experiencias problemáticas de
una manera aceptante. El cliente es guiado a atender silenciosamente la totalidad
de la sensación corporal (emociones y experiencias anteriores relacionadas al
problema) y a experienciar esto directamente como un todo. Entonces, se proponen
preguntas abiertas a la sensación sentida del problema. Uno puede considerar el
Focusing una forma de terapia centrada-en-el-cliente en la que nuestra mente
funciona como el terapeuta mientras que el cuerpo es el cliente. Después que se
proponen las preguntas abiertas, el cliente espera sus reacciones corporales y
chequea para ver si ellas encajaran con el problema que se está abordando. De
esta manera, el Focusing es un diálogo sin coerción en el cual el focalizador formula
descripciones verbales cortas o imágenes relacionadas a la cualidad sentida del
problema. La validez de la contestación está determinada al chequear una y otra
vez con la sensación corporalmente sentida hasta que el encaje se sienta correcto.
(2) La oportunidad de proponer a los clientes cerrar sus ojos (si ellos quieren
hacerlo) y de atender en medio de su cuerpo también puede ayudar a bajar sus
niveles de miedo. Debido a que muchos clientes limítrofes son relativamente
incapaces de inhibir y seleccionar estímulos desde su mundo exterior e interior, el
proceso de Focusing les ayuda a evitar el sentirse agobiados. El Focusing también
puede ayudar a tales clientes a limitar los estímulos de las fuentes externas e
internas.
(3) Trabajar con clientes limítrofes requiere un balance delicado entre respetar y
desviar sus mecanismos de defensa. Dentro de la estructura del Focusing, este
balance se alcanza permitiéndole al cliente, alternativamente, mantener y luego
dejar ir el control del ego; una variación de relajación y alerta mental (Gendlin,
1969; Molinero, 1970). De esta manera, el material del pre-consciente entra en la
conciencia y luego se usa constructivamente por medio del ego del cliente.
(4) El Focusing ayuda al cliente a usar palabras y/o imágenes para dar una forma
más diferenciada a las experiencias pre-conceptuales pero corporalmente sentidas.
Para los clientes limítrofes, encontrar más formas de expresarse verbalmente es
muy importante. Si ellos no tienen éxito en encontrar medios verbales para
expresar estas experiencias, ellos permanecerán ligados-estructuralmente en un
torbellino de sentimientos y pensamientos.
(5) Usualmente los clientes limítrofes pueden evocar imágenes visuales fácilmente
(Salzmann & Machover, 1952). A menudo éstas involucran recuerdos y fantasías; a
veces ellas tienen un carácter alucinatorio. Al focalizarse en estas imágenes,
pueden reconocerse y procesarse aspectos emocionales conectados a ellas.
ESTUDIO DE CASO.
“Parece volverse una cara real... Por lo menos está casi riendo... La forma
también cambia... Realmente no se ríe. Esos ojos, sí, ellos no miran... Oh,
están volviéndose más profundos”.
En este período, el progreso fue hacer que terminara en una imagen colmada
de deseo de cercanía entre la madre y niña:
Lo que al principio fue llamado el "frío" ahora era descrito como "paralizada
de miedo" Wanda se visualizó de vuelta en la clínica donde ella estuvo dos años
atrás. El psiquiatra aparecía de nuevo. Él hacía sus preguntas. Wanda
reexperimentó esta situación como una intrusión que la asustó. El Focusing sobre
este sentimiento inició una cadena de cambios sentidos. Ella estaba abrumada por
las asociaciones, los recuerdos por largo tiempo olvidados, y otras muchas cosas
que se relacionaban a este sentimiento de intrusión. La confundían y la asustaban.
Sin embargo, ella empezó a compartir estos sentimientos por primera vez con una
de las enfermeras en nuestra clínica. En sus sesiones de terapia, ella empezó a
compartir con asombro que, cuando estaba en la otra clínica, ella no había sentido
el miedo que ella experimentó durante esta escena mientras hacía Focusing.
Entretanto Wanda realmente se abría más al mundo. Ella habló más sobre lo
que la proximidad de los otros evocaba en ella.
Terapeuta: ¿Casi como si hubieras perdido el piso bajo tus pies, como
si no tuvieras nada donde estar parada?
Wanda: Sí, a veces es como si yo estuviera en arena movediza, y luego
ya no hay nada que pueda coger para sostenerme.
“Siempre que digo "sí" hay siempre algo dentro de mí eso dice "no"
también”.
Habiendo dicho esto, Wanda empezó a llorar. Ella no había llorado durante
años. "Pienso que me había rendido hace años”, ella sollozó, "Todo sale mal. Nunca
puedo hacer nada bueno". Éstas fueron semanas de malestar en las cuales Wanda
me permitió apoyarla silenciosamente sosteniendo su hombro. Su miedo a la
proximidad había desaparecido sustancialmente. Ella explicaba ahora que, muchas
veces, ella no había querido vivir más. Explorando estos recurrentes deseos de
muerte, parecía que éstos tenían que ver con su sentimiento de que independiente
de lo que ella hiciera, no importa cuánto lo intentara, ella nunca podría hacerlo
bien. Por primera vez ella empezó a hablar acerca de su madre. Se sentía
rechazada por ella.
Wanda comenzó a hablar abiertamente sobre sus sentimientos hostiles hacia
su madre, y también los expresó directamente hacia ella: "Deseo que pudiera
odiarte", ella le dijo. "Entonces sería mucho más fácil para mí dejarte. Tu no me
entiendes". Abiertamente, ella culpó a sus padres por enviarla a las clínicas.
Inicialmente, para Navidad ella se negaba a ir a casa. "Mejor me iría a vagar por
ahí", ella dijo. Cuando su madre describió sus propios sentimientos, Wanda
contestó: "La manera en que te sientes ahora, yo siempre la sentía, en una lucha
interna”.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN.
Terminaré citando a Wanda una última vez. Ella dijo una vez, “Sobre todo,
todo yo lo veo como ser humano, y sólo en segundo lugar como un terapeuta". Si
ella no me hubiera experimentado de esa manera, pienso que el proceso
terapéutico no habría tenido lugar. No era simplemente una experiencia técnica con
Focusing lo que hizo la situación lo bastante segura. Era más bien la manera
totalmente no demandante en la que fue hecha. Se necesitan tanto la habilidad
técnica como el cuidado genuino.
REFERENCIAS.