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El Gobierno considera que el ‘botellón’ se ha

convertido en un problema de Estado. Se
Una antropóloga se
anuncian leyes coercitivas, se envían policías a sumerge en parques
las plazas pero nadie sabe por qué los
chavales buscan la diversión en la calle y con
y plazas para
el alcohol como principal desinhibidor. Identidad entender lo que los
grupal, autonomía, terapia antiestrés...
motivos, muchos; soluciones, pocas.
chavales ven como
una “borrachera

Seis meses
en busca del porqué del
■ Funcionarios
municipales
recogen los
residuos del
último
liberadora”

M
ALBERTO GAYO

inutos y minutos de in-

formativos televisivos y

J. DE LAMADRID
‘botellón’ en el radiofónicos, tertulianos
casco viejo de exaltados hablando de lo
Sevilla. que no conocen, políti-
cos esgrimiendo las mis-

´
mas estadísticas una y otra vez... ¿dónde
están los protagonistas de esta historia?

BOTELLON
La joven antropóloga María Jesús Sán-
chez ha recorrido más de sesenta botello-
nes en Cáceres, Salamanca y Madrid du-
rante seis meses para investigar qué es lo
que se esconde detrás de tanto alcohol y
buen rollo. Forma parte de su tesis de fin
de carrera y por ahora es la única testigo
directa cualificada de un fenómeno que
tiene alarmada a la sociedad española.
Además de recordar que el botellón no
es de ahora y que habría que remontarse a
finales de los 80 para encontrar en la mo-

▲
da de la litrona el primer antecedente, es-

Los jóvenes y el alcohol

■ Málaga, Sevilla y Santiago de Bebedores de fin de semana 92,4%
Compostela en plena ebullición
callejera el pasado sábado 9 de
febrero. Algunos ayuntamientos Bebedores que consumen
han habilitado cabinas para 16,8%
en parques o lugares abiertos
orinar y grandes contenedores
de basura para disminuir el
impacto del ‘botellón’.
Principales motivos para comenzar a consumir alcohol
Por integrarse en un grupo
o por los amigos 33,3%

Por probar o por tontería 24,4%

No sabe o no recuerda 14%

Por diversión o animación 10,1%

Por curiosidad o novedad 6,4%

Por placer 2,6%

Por moda 1,3%

(Sondeo de opinión del Instituto de la Juventud de España. Noviembre 2001- Instituto
Nacional de Estadística)

20 interviú 18 de febrero de 2002 www.zetainterviu.com interviú 21

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BOTELLÓN
Un congreso bajo sospecha y una ‘ley Rajoy’ todavía sin consenso
El congreso ‘Jóvenes, noche y alcohol’
buscaba la opinión de 1.400 expertos
para solucionar el consumo abusivo
entre los jóvenes. Antes de reunirse, el
ministro Rajoy anunció una nueva ley que
ensombreció la cita y no ha logrado el
visto bueno de partidos y asociaciones.
L
a repercusión ha sido tremen-
da. La semana pasada se re-
cordará como la semana del
congreso Jóvenes, noche y alco-
hol, un encuentro de más de mil
profesionales organizado por el Mi-
nisterio del Interior para abordar el
consumo abusivo de alcohol entre
los más jóvenes. Pero algo falló.
Responsables del Plan Nacional
sobre Drogas habían anunciado
que de los grupos de trabajo y po-
nencias saldrían unas conclusio-
nes, y de éstas se extraería una
normativa para acabar, entre otras
cosas, con el botellón. El pasado
día 12, durante la inauguración y
en presencia de la Reina, el minis-
tro Rajoy rompió, no se sabe si
premeditadamente, los esquemas
del encuentro al anunciar una futu-
“Los hábitos sociales no se cambian
por decreto. Pasó con el horario de
cierre y fracasó”, dice el sociólogo Elzo
22 interviú 18 de febrero de 2002
PACO RODRÍGUEZ
ra ley que prohibirá el consumo de
alcohol en la vía pública a menores
y a mayores de edad. El malestar
porque ni siquiera el Gobierno ha-
bía esperado a conocer la opinión
de los especialistas para lanzar
sus intenciones ensombreció la ci-
ta. “Irresponsabilidad”, “paripé” y
“falta de respeto con los partici-
pantes” han sido algunas de las
calificaciones más escuchadas.
Además, muchos educadores y
ONG han echado en falta la pre-
sencia de jóvenes en las mesas
de trabajo para explicar cuáles
son sus expectativas de ocio o los
motivos que les llevan a beber al-
cohol en la calle. Sólo unos cuan-
tos chavales de instituto acudie-
ron a jugar al baloncesto, al sca-
lextric o a talleres en una carpa
anexa al congreso.
“Los hábitos sociales no se mo-
difican nunca por decreto. Todavía
recuerdo cuando se intentó acor-
tar por decreto el horario de cierre
de los bares. Hubo protestas, pa-
só el tiempo y esa política fracasó.
Primero hay que concienciar a la
sociedad porque todavía un padre
prefiere que su hijo llegue a casa
con una borrachera terrible a que
aparezca con un amigo raro. Hacer
leyes apresuradas sólo conlleva
que sean incumplibles. En el País
Vasco los chavales ya han empeza-
do a reunirse para beber en lonjas
y garajes fuera de las miradas de
los vecinos”. Las palabras del so-
ciólogo vasco Javier Elzo resumen
un sentir, pero es sólo uno del mi-
llón que han surgido por un fenóme-
no typical spanish como el botellón.
Elzo continúa: “Lo fundamental es
la integración y participación de la
juventud en la toma de decisiones”.
Las críticas que ha recibido el
departamento de Rajoy de parti-
dos políticos y colectivos sociales
RUFINO VIVAS
y juveniles por una legislación que
no se da ni en países más restric-
tivos como Inglaterra y Francia y
por el hecho de que no profundiza-
se en las raíces –el peligro que su-
pone para un adolescente atibo-
rrarse de alcohol, ya sea en la ca-
lle o durante un bautizo– y sólo en
las consecuencias del botellón
–ruido y suciedad– han obligado a
recular a Interior, que ha comenza-
do a matizar su propuesta.
Leire Pajín, responsable de ju-
ventud y movimientos sociales del
PSOE, asegura a interviú que lo
único que demuestra este congre-
so es que las ponencias y las con-
clusiones “estaban redactadas de
antemano”. Ya en clave política,
Pajín explico que en siete años de
gobierno popular “ha aumentado
la inseguridad ciudadana, el ma-
lestar de los vecinos, el consumo
de alcohol y la indignación de los
jóvenes porque sólo se lanzan so-
bre ellos mensaje negativos”. Y
aclaró que el Ejecutivo mezcla va-
rios debates. “El excesivo consu-
mo de alcohol es preocupante pe-
ro el ministro no habló en ningún
momento de prevención y todavía
no ha puesto en marcha una asig-
natura transversal, la educación
para la salud, que incluía la LOG-
SE; no hay una oferta pública y pri-
vada de ocio alternativo que cuen-
te con la opinión de los adolescen-
tes; y luego está el problema pun-
RUFINO VIVAS
Bebidas alcohólicas más consumidas los fines de semanas
Cerveza
Combinados (cubatas)
Vino
Licores de frutas
Aperitivos (vermut) 1%
(Población entre 15 y 29 años. Observatorio Español sobre Drogas)
■ En ciudades Tipología de bebedores en fin de semana (entre 15 y 19 años)
como Cáceres,
Consumo cero
las reuniones
nocturnas se
realizan en la Consumo ligero
plaza Mayor
bajo control Consumo moderado
policial (junto a
estas líneas). Consumo alto
A la izquierda,
un grupo de Consumo excesivo
chavales se
divierten en una Consumo de gran riesgo
calle de (El consumo se mide por unidades de bebida estándar (UBE)), cantidad
Santiago de de alcohol contenida en un vaso de vino o en una caña de cerveza
Compostela. -alrededor de 12,5 centímetro cúbicos de alcohol puro-)
tual del ‘botellón’ en el que no ca- y reclamó mayores inversiones en
ben medidas represivas sino diálo-
go para solucionarlo”. La diputada
socialista añadió que sin que el
cultura, “y no hablo de la cultura
de ‘Operación Triunfo’, sino en una
cultura alternativa que facilite es-
PSOE esté en contra a priori de
medidas legales van a exigir al PP
pacios autogestionados por los
chavales y que fomenten y permi-
la efectividad de esas leyes “por- tan expresiones como la música,
que en la Comunidad Valenciana,
gobernada por el PP, llevan desde
el teatro o la escritura, ahora impo-
sibles de llevar a cabo. Las medi-
el 97 con una ley similar que el
propio presidente Zaplana recono-
das ejemplarizantes no sé a quién
tranquilizan, porque el alcohol con-
ce que no ha servido para nada”. vive socialmente y lo que hay que
Ángel Pérez, portavoz de IU en intentar es un consumo racional y
la Comunidad de Madrid, insistió responsable”. Para Julio del Valle,
en esta línea al asegurar que cual- responsable del Consejo de la Ju-
quier norma represiva es ineficaz, ventud, “cualquier medida restricti-
■ El Samur contabilizó en
enero 611 intoxicaciones
etílicas sólo en la capital.
El 90 por ciento se produjo el
fin de semana, pero sólo el
20 por ciento fue por
consumo en la vía pública.
48%
17%
16%
2%
9,5%
50,2%
28,5%
6%
3,5%
2,3%
va no va a lograr que el alcohol de-
je de ser un problema para los
más jóvenes, sólo va a incremen-
tar el mafioseo y la clandestinidad
en la venta de bebidas alcohóli-
cas. Sólo acallan las protestas por
el ‘botellón’ pero no impedirán que
un chaval beba”.
El director gerente de la Agencia
Antidroga de Madrid, José Manuel
Torrecilla, muy crítico con la deci-
sión del Ayuntamiento de Madrid
de que la policía tome las plazas y
parques de la capital para evitar el
botellón, dice a interviú que las
molestias para el vecindario sólo
son las consecuencias de un pro-
blema que tiene su origen en el
consumo. “Si hay más información
y se disminuye su disponibilidad
avanzaremos más porque las me-
didas que sólo tratan los síntomas
no valen”. Desde la Generalitat,
Joan Colom, responsable de Dro-
godependencias, apuesta por evi-
tar culpar al usuario, por controlar
la venta en locales y vía pública,
por sensibilizar a las administra-
ciones locales, por reducir riesgos
en los que consumen y por la pre-
vención en la familia y la escuela.
El responsable del Plan Nacio-
nal sobre Drogas, Gonzalo Ro-
bles, ya aclaró antes del congre-
so que “no estamos en una cru-
zada contra el alcohol, sino con-
tra el desmadre y para romper la
asociación entre consumo de al-
cohol y divertirse”.
▲
ta antropóloga asegura que en muchas
ocasiones la reunión en torno al botellón
es un “remedio polivalente”, una “borra-
chera liberadora” para cohesionar al gru-
po, que “aportando al individuo un senti-
do de pertenencia, le involucra en el co-
lectivo lejos de adultos, profesores, pa-
dres, madres, jefes y demás sectores de la
población al que están sometidos en tér-
minos de jerarquía los días de diario”.
Obtienen autonomía en un ámbito de cele-
bración (cumpleaños, final de los exáme-
nes) en el que muchos dejan suspendida su
pertenencia a otros grupos para integrarse
en ése; ayuda a superar “situaciones de al-
to estrés como los fracasos sentimentales
o decepciones personales”, es un momen-
to en el que priman “los comentarios li-
vianos, las risas, los chistes, donde se per-
mite al sujeto quejarse, lamentarse o ha-
blar de lo que le preocupa sin que por ello
decaiga su prestigio social”; dan priori-
dad a la simpatía y se fuerzan las relacio-
nes sociales... “En el botellón no hay casi
nada que no se pueda hacer, las normas
las dictan ellos”, explica.
“En general, la gente que encontramos
haciendo ‘botellón’ se siente muy libre de
En esta actividad
hay territorios y
se suele excluir
al que no bebe
haber escogido esta actividad, lo recono-
cen como una conducta plena de autono-
mía, dominan sus actos y son ellos los que
ponen sus normas, los que sancionan
comportamientos (...) Para ser uno mis-
mo necesitan desinhibirse bajo los efectos
del alcohol”, comenta la antropóloga, pa-
ra preguntarse a continuación: “¿Hemos
de pensar entonces que a lo largo de los
días entre semana se les imponen postu-
ras tan rígidas y efectivas que acotan la
libertad y las posibilidades de expresión
de esta población que, para cuando llega
el fin de semana, sólo a través del alcohol
logra dejar atrás estos planteamientos?”.
La tesis profundiza también sobre la
existencia de territorios (los grupos eligen
su plaza y no se mezclan) y de exclusión
respecto a los que optan por no beber.
“De las pocas ocasiones en que había al-
guien que no estuviera bebiendo o com-
partiendo algunas de las cosas que se lle-
van a los ‘botellones’ (como hachís o ma-
rihuana) éste no ha permanecido hasta el
final, y en muchos casos ha abandonado
en poco tiempo al grupo”, aclara la antro-
póloga. El clima es importante pero no un
▲
aspecto definitivo, ya que en otros países
www.zetainterviu.com interviú 23
020-024_BOTELLON 15/2/2002 18:29
Alcohol y conducción
Los que tenían previsto conducir
por la noche consumieron algún
tipo de bebida alcohólica
Los que habían superado los límites
de alcoholemia permitidos y tenían
previsto conducir habían ingerido
bebidas de alta graduación
Los que declararon su intención de
conducir superaron el nivel de
alcoholemia de 0,5 gramos por litro
de sangre
(Fuente: Instituto de Seguridad de Vehículos Automóviles,
Universidad Carlos III y Race).
BOTELLÓN
■ Según la antropóloga que ha visitado más
de sesenta ‘botellones’, la edad de los
bebedores oscila entre los 14 y los 23 años.
Arriba, plaza de Salamanca; a la derecha,
una calle de Albacete.
“Sólo les queda la calle”
T
ienen entre 14 y 23 años,
los hay que alargan el bo-
tellón toda la noche y los
hay que lo usan como paso pre-
vio al garito. Toman las calles
“porque es lo único que les
queda”. La antropóloga María
Jesús Sánchez no tiene solucio-
nes mágicas, sólo ha visto que
los adolescentes tienen ganas
de hacer cosas, “de saltar, de
gritar, de hacer malabares, tea-
tro, música, pero se sienten
presionados, con falta de auto-
estima. Ven que su estancia en
el hogar familiar se va a alargar,
que les espera el empleo ines-
table y se han dado cuenta que
el espacio público es lo único
24 interviú 18 de febrero de 2002
Página 24
79,5%
78%
5,5%
que les queda. ¿O es que al-
guien piensa que un chaval se
va a poner a nadar o a jugar al
balón a las tres de la madruga-
da?”. “Al final –aclara la antro-
póloga–, los chicos y chicas
buscan su grupo de pares y la
desinhibición para relacionar-
se. Igual que hay ‘okupas’ de
casas por falta de viviendas hay
quien ocupa la calle porque no
tienen donde ir”. De la tesis de
María Jesús nadie sabe si ten-
drá final porque aún no está
acabada. Si la ley del Gobierno
prohibiendo consumir alcohol
en la vía pública sale adelante,
su trabajo nunca se completa-
rá. ¿O quizá sí?
▲
mediterráneos como Italia y Portugal (con
clima y precios del alcohol similares a los
de España) no se produce esta práctica.
La autora reconoce que ha sido difícil se-
guir los pasos a un grupo que haga bote-
llón todos los fines de semana pero reco-
noce que hay “tantas formas de hacer
‘botellón’ como grupos”. Entre los moti-
vos esgrimidos por los chicos y chicas
congregados en plazas de Madrid y Cáce-
res destacan los económicos: “No sola-
mente es que resulte más barato en pro-
MANUEL PODIO
porción (a menudo se reúnen para com-
prar las botellas, poniendo cada uno 500
pesetas, a veces incluso menos, cuando la
copa en los locales de la zona centro de
Madrid estaría entre las 800 y las 1.200
pesetas), además hay que tener presente
que es mayor la cantidad por ese precio
(pueden beber hasta tres copas en esa no-
che por esas 500 pesetas)”. El segundo
motivo señalado siempre es el deseo de
emborracharse, de coger el puntillo antes
de irse a los locales de ocio o de regresar a
casa. Además, añaden el ruido que hay en
los locales de copas y la aglomeración
que se produce en ellos durante los fines
de semana. “En su discurso está el inten-
to por racionalizar su conducta frente a
los que argumentan que los del ‘botellón’
son las nuevas generaciones de alcohóli-
cos y una panda de ‘colocados’”.
También afirma la antropóloga que los
que practican el botellón no beben más
cada vez que lo hacen ni suben de gradua-
ción alcohólica: “Influyen más los gustos
personales o las ofertas de los estableci-
mientos”. Y ha comprobado que en los
grupos más mayores (de más de 20 años)
se habla de los grados de éste o áquel licor
con todo detalle, “mientras que en el gru-
po de 16 años parecía no existir grandes
diferencias entre una botella de Martini
(21 grados) y una de whisky (40)”.
Frente a los que piensan que los que
montan botellones son incapaces de ha-
cer otra cosa, esta antropóloga asegura
que la mayoría tiene una vida normaliza-
da, hacen deporte, estudian, trabajan. El
Es una práctica
puntual que
se abandona
al llegar a
ciertas edades
botellón “es una práctica en la mayoría
de los casos puntual, que se multiplica
en los meses de verano y primavera, o
bien se abandona al llegar a determina-
das edades, que remite a condiciones
muy concretas de los sujetos y no tanto a
una práctica que otorga una identidad
colectiva a los grupos que la realizan
(no creo que exista tal grupo que se le
pueda decir ‘los del botellón’)”.
María Jesús Sánchez echa de menos
comunicación entre los afectados (jóve-
nes y vecinos). “Las alternativas que se
proponen se deciden y se crean desde sec-
tores que no hacen ‘botellón’. No se pien-
sa en negociar los cambios, y se está dis-
puesto a hacer desaparecer esta práctica
sin contestar a las preguntas más eviden-
tes, ¿a qué responde el botellón?”.
Entre las características comunes a to-
dos los botellones, la investigadora re-
salta el hecho de compartir la bebida
(“se bebe del mismo vaso y eso supone
que aquel con quien lo comparte sea de
su confianza”), la libertad de movimien-
tos y la efervescencia colectiva, “que
hace que la noche sea recordada como
un momento importante”. La ingesta
abusiva de alcohol, la suciedad y los rui-
dos son la cruz de la fiesta.