Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Al Gore
Debate, Barcelona, 2007
Pág.
Texto seleccionado
14
La verdad es que la democracia corre peligro ahora en Estados Unidos, no por culpa de
un conjunto de ideas, sino debido a una serie de cambios sin precedentes que se han
dado en el medio ambiente, dentro del cual las ideas viven y se propagan.
15
Pensé que la cobertura exhaustiva de interminable del juicio de O.J. Simpson era un
exceso desafortunado, una desagradable desviación del buen gusto y juicio de nuestros
medios informativos de la televisión. Ahora sabemos que sólo fue el primer ejemplo de
una nueva pauta de obsesiones múltiples que de vez en cuando se apoderan de los
medios de comunicación
16
Y mientras los telespectadores estadounidenses dedicaban cien millones de horas de su
vida cada semana a estas y otras historias similares, nuestro país estaba tomando sin
hacer ruido lo que los historiadores futuros describirán como una serie de decisiones
catastróficas sobre la guerra y la paz
17
La fe (…) en la viabilidad de la democracia representativa descansaba sobre la
confianza en la sabiduría de una ciudadanía bien informada, el ingenioso proyecto de
controles y equilibrios, y la convicción de que el imperio de la razón es el soberano
natural de un pueblo libre.
18
La República de las letras ha sido invadida y ocupada por el imperio de la televisión
Los estadounidenses ven la televisión una media de cuatro horas y treinta y cinco
minutos al día, noventa minutos más que la media mundial. Si calculamos ocho horas
de trabajo al día, entre seis y ocho horas para dormir, y un par de horas para bañarse,
vestirse, comer y trasladarse al centro de trabajo, representa las tres cuartas partes del
tiempo libre del que goza el estadounidense medio.
19
En EE.UU., la televisión superó por primera vez a la prensa como fuente de
información en 1963. Pero durante las siguientes dos décadas, las cadenas televisivas
imitaron a los principales periódicos de la nación siguiendo fielmente las normas del
periodismos profesional. De hecho, hombres como Edward R. Murrow lograron elevar
el listón de la profesión.
Hace muchos años un joven e inteligente consultor político describió de una manera
sucinta la nueva realidad del discurso público de EE.UU.: «si no sale en la televisión no
existe».
En una sola generación, los estadounidenses impusieron un cambio radical en su rutina
cotidiana y empezaron a sentarse inmóviles, contemplando una serie de imágenes en
una pantalla durante más de treinta horas a la semana.
20
Como los anunciantes no tardaron en descubrir, el poder de la televisión para motivar
cambios de comportamiento carecía de precedentes.
22
Como resultado, nuestra democracia corre el peligro de ser socavada. En efecto, se
compra la opinión de los votantes, del mismo modo que se crea de manera artificial la
demanda de productos nuevos. … Walter Lippman escribió: «Pensábamos que la
fabricación del consentimiento […] había muerto con la aparición de la democracia
[…], pero no ha sido así. De hecho, su técnica ha mejorado notablemente […]. Bajo el
impacto de la propaganda, ya no es posible creer en el dogma original de la
democracia» (W,Lippmann, La opinión pública, Cuadernos de Langre, San Lorenzo de
El Escolril, 2003)
23
La utilización de la palabra impresa para trabajar por el consenso general ha caído en
desuso. Para bien o para mal, nos apoyamos mucho en imágenes electrónicas capaces de
provocar reacciones emotivas, que pocas veces exigen reflexión.
28
La amenaza actual … se basa en diversos problemas graves que se derivan del cambio
drástico y fundamental operado en la manera de comunicarnos.
…
Los inmensos torrentes de información de hoy corren en una sola dirección. El mundo
de la televisión imposibilita que los individuos participen en lo que debería ser una
conversación nacional.
Los individuos reciben pero no pueden enviar. Asimilan, pero no pueden compartir.
Oyen, pero no hablan. Ven movimientos constantes, pero no se mueven. La «ciudadanía
bien informada» corre el peligro de convertirse en la «ciudadanía bien conformada».
29
La elevada inversión económica necesaria para adquirir y poner en marcha un canal de
televisión, así como la naturaleza centralizada de los canales de televisión vía satélite,
por cable y terrestres han conducido a la creciente concentración de propiedades en
manos de un número cada vez menor de grandes empresas, que en la actualidad
controlan la mayor parte de la programación televisiva en Estados Unidos.
…
Las divisiones de informativos… tienen menos reporteros, menos reportajes,
presupuestos inferiores, menos desplazamientos, menos oficinas, menos independencia
de criterio, más vulnerabilidad a la influencia de los directivos, y más dependencia de
fuentes gubernamentales y notas de prensa de relaciones públicas enlatadas
…
El «si sangra, manda» y el «si piensa, apesta» son los axiomas que les sirven de guía.
31-32
Como no pueden sumarse a la conversación, algunos ciudadanos se han dedicado a
reunir dinero con el fin de comprar treinta segundos durante los cuales pueden expresar
su opinión. No obstante casi nunca se les permite hacer eso. MoveOn.org intentó
comprar un anuncio para la transmisión de la Super Bowl de 2004, con el fin de difundir
su oposición a la política económica de Bush, que en aquel entonces se estaba
debatiendo en el Congreso. La CBS contestó a MoveOn que emitir apoyos no estaba
permitido. Después, tras haber rechazado a MoveOn, la CBS empezó a emitir anuncios
de la Casa Blanca en sentido contrario. MoveOn protestó y los anuncios fueron
retirados durante un tiempo hasta que la Casa Blanca se quejó y la CBS volvió a emitir
de inmediato sus anuncios, si bien siguió negando a MoveOn el derecho a emitir el
suyo.
33-34
Cualquier medio de comunicación dominante nuevo conduce a una nueva ecología
informativa (…) cambia la forma en que se distribuyen ideas, sentimientos, riqueza,
poder e influencia, y la forma en que se toman decisiones colectivas.
(…),
35
La política del miedo
Edmund Burke escribió veinte años antes de la revolución americanas que «ninguna
pasión despoja con tanta eficacia a la mente de todos sus poderes de actuar y razonar
como el miedo».
40
En una democracia, la premisa generalizada (aunque pocas veces expresada) es que los
ciudadanos se comportan como seres humanos racionales y razonan ante los problemas
presentados como si cada cuestión pudiera ser analizada de una forma racional y
debatida con imparcialidad, hasta llegar a una conclusión colectiva bien razonada. Pero
las nuevas investigaciones demuestran que las cosas no funcionan así, por supuesto.
41
Neurólogos e investigadores explican que las imágenes van directamente a una zona del
cerebro no mediatizada por el lenguaje o el análisis razonado.
…han estudiado la forma en que tomamos decisiones ante la presencia de una gran
incertidumbre, y han descubierto que desarrollamos atajos (llamados «heurística») para
ayudarnos. … Con frecuencia tomamos decisiones instantáneas basadas sobre todo en
nuestras reacciones emocionales, el lugar de considerar todas las opciones de una forma
racional.
46
En nuestra cultura, el principal medio de contar historias es la televisión. … Su
predominio ha llegado a ser tan grande que el estadounidense medio pasa dos tercios de
su «tiempo discrecional» viendo la televisión. En l actualidad, toda información política
importante tiene lugar dentro de los límites de los anuncios televisivos de treinta
segundos.
… En las encuestas posteriores al 11 S … «los que más veían la televisión, sentían más
tensión». …
Más aún, está documentado que la televisión puede crear falsos recuerdos, tan
poderosos como los recuerdos normales. Cuando se rememoran, los recuerdos creados
por la televisión poseen el mismo control sobre el sistema emocional que los recuerdos
reales. (Jerry Mander, Cuatro buenas razones para eliminar la televisión, Gedisa,
Barcelona, 2004).
… La gente que ve telediarios por rutina tiene la impresión de que las ciudades donde
vive son mucho más peligrosas de lo que son en realidad. … Y la presencia del delito
aumenta a menudo porque los consultores de los propietarios de las cadenas televisivas
han asegurado a sus clientes que la audiencia aumenta cuando los delitos violentos
encabezan los titulares de los telediarios.
47
Cuando nuestro campo visual detecta un movimiento repentino, se envía un mensaje a
las profundidades del cerebro consciente: ¡MIRA! Y eso es lo que hacemos. … los
anuncios televisivos y muchas secuencias de imágenes de la televisión activan la
respuesta orientativa una vez por segundo.
48
El efecto casi hipnótico de la televisión es uno de los motivos de que la economía
política apoyada por la industria televisiva sea diferente de la política vibrante del
primer siglo de EEUU.
49
Existen tres técnicas que, combinadas, provocan el miedo: la repetición, conseguir que
lo anormal parezca normal y la mala administración.
La política de la riqueza
102
Mientras la prensa escrita permitía que la opinión pública participara en la conversación
nacional, la radio era algo nuevo: un medio de comunicación unilateral que entregaba
instantáneamente la misma información, o contenidos todos los hogares que contaran
con algún receptor, sin necesidad de que sus oyentes supieran o no leer y escribir.
Sin la aparición de la radio, es dudoso que estos regímenes totalitarios hubieran logrado
la obediencia de las masas del modo en que lo hicieron. Como diría más tarde Joseph
Goebbels, ministro de Propaganda de Hitler: «No nos habría sido posible conquistar el
poder o utilizarlo como lo hemos hecho sin la radio (…). La radio es el intermediario
más influyente e importante entre un movimiento espiritual y la nación, entre la idea y
el pueblo» (Joseph Goebbels, The Radio as the Eight Great Power, 18 de agosto de
1933. www.calvin.edu/academic/cas/gpa/goeb56.htm.)
De manera similar, el historiador italiano Gianni Isola, que estudió la consolidación del
poder de Mussolini, escribió «La radio nació en Italia bajo el fascismo, y el fascismo la
utilizó desde el principio con fines propagandísticos». Marco Palla, otro estudioso
taliano, añade «El efecto de la presencia ubicua del Estado gracias a la radio debió de
ser más influyente que cualquier otro instrumento de propaganda».
106
Uno de los primeros éxitos de Bernays estuvo relacionado con su trabajo para la
American Tobacco Company, cuando entrevistó a psicoanalistas con el fin de descubrir
el motivo de que las mujeres de la década de 1920 no fumaran cigarrillos. Tras conocer
su opinión de que las mujeres de aquella época consideraban los cigarrillos símbolos
fálicos del poder masculino, y por consiguiente inapropiados para ellas, Bernbays
contrató a un grupo de mujeres para que se vistieran y actuaran como sufragistas.
Desfilaron por la Quinta Avenida de Nueva York en una manifestación a favor de los
derechos de la mujer, y cuando llegaron los fotógrafos de los diarios, encendieron
cigarrillos y los calificaron de «antorchas de libertad». La estrategia consiguió romper la
resistencia de las mujeres a los cigarrillos.
107
Como era inevitable, Bernays también empezó a aplicar sus intuiciones a la venta de
ideas políticas. «Si comprendemos el mecanismo y los motivos de la menta colectiva –
dijo-, ¿no será posible controlar y regalmentar a las masas a nuestro capricho sin que se
den cuenta? La práctica reciente de la propaganda ha demostrado que es posible, al
menos hasta cierto punto y dentro de unos límites».
108
En 1922, Walter Lippmann fue le primero en proponer que los partidarios de la
democracia debían adoptar también las técnicas de la propaganda mediante la
utilización de lo que llamó «la fabricación del consenso». … que una clase gobernante
especializada tomara las decisiones definitivas y después las vendiera a la gente con
propaganda.
«Saber cómo crear el consenso alterará todos los cálculos políticos y modificará todas
las premisas políticas ―dijo Lippmann―. Como resultad de una investigación
psicológica, combinada con los modernos medos de comunicación, la práctica de la
democracia ha doblado una esquina. Se está produciendo una revolución, muchísimo
más significativa que cualquier variación de poder económico.»
109
Y la radio, por supuesto, fue la precursora de u medio infinitamente más poderoso: la
televisión.
(…)
109-110
Para la primera generación de emisiones televisivas, la física del medio incluía la
dependencia del espectro electromagnético para la distribución y separación de un canal
de los demás por suficientes longitudes de onda, de modo que el resultdo neto era una
grave escasez de frecuencias disponibles apropiadas para la distribución. Dos
consecuencias se desprenden de esta física. Una, la escasez significaba que sólo unas
pocas frecuencias o canales podían ser utilizadas por cada zona geográfica individual.
Dos, el gobierno debía decidir a quién se le concedía el privilegio de usar estos escasos
recursos y según qué criterios.
Por consiguiente aparecen los mismos dos puntos vulnerables a la corrupción. Uno, se
necesitan ingentes cantidades de dinero para construir, mantener y poner en
funcionamiento dicho sistema. Dos, se necesita influencia política para recibir la
bendición gubernamental necesaria para ser el único monopolio , y se necesitan
indulgencias gubernamentales para todas las elecciones políticas que se derivan de los
criterios utilizados para tomar esa dicisión. De manera similar, en el caso del satélite, el
coste de ponerlos en órbita limita notablemente el número de empresas capaces de
permitírselo.
111
Estas limitaciones físicas han provocado que las concentraciones empresariales y de
poder fueran inevitables en el caso de la televisión. Cuesta comprender cómo en el
espacio de una generación ha cambiado tanta propiedad de medios. Hoy es raro ver un
negocio informativo familiar, orgulloso de su independencia y de una tradición
periodística que ha sobrevivido durante más de seis generaciones. Esos negocios han
sido engullidos por multinacionales, cuyas obligaciones consisten en cumplir las
expectativas de Wall Street, antes que las expectativas de los Padres Fundadores de
contar con una ciudadanía bien informada.
Ahora que las multinacionales pueden dominar la expresión de opiniones que inundan
las mentes de los ciudadanos, y elegir selectivamente ideas amplificadas hasta tal punto
que ahogan a otras que, sea cual sea su validez, no cuentan con patrocinadores ricos, el
resultado es un golpe de Estado de facto que se ha impuesto al imperio de la razón. La
codicia y la riqueza se reparten el poder en nuestra sociedad, y ese poder es utilizado a
su vez para aumentar y concentrar más riqueza y poder en manos de unos pocos.
Las mentiras útiles
114
La libertad de obtener información que fluya sin obstáculos es básica para la
democracia.
Por desgracia, no se equivocan del todo. Hoy día es frecuente que se vea al votante más
que nada como un blanco fácil para la manipulación de los que buscan su
«consentimiento» para ejercer el poder. Ahora mismo pasa por «conversación» nacional
lo que no es más que un monólogo televisivo compuesto de mensajes propagandísticos
muy refinados. Así, en las elecciones de noviembre de 2006, cuando pregunté a los
candidatos de los dos partidos por el presupuesto de sus campañas, ambos me dijeron
que se habían gastado más de dos tercios en espacios electorales de medio minuto por
televisión.
272
Ya hace tiempo que la época de los panfletos y los ensayos políticos impresos ha sido
sustituida por la televisión, un medio absorbente que parece empeñado en divertir y
vender más de lo que informa y educa. Si la información y las opiniones que salen al
mercado de la ideas proceden exclusivamente de las personas con bastan te dinero para
pagar el astronómico precio e ingreso, se corre el riesgo de que todos los ciudadanos
cuyas opiniones no se pueden expresar con suficiente peso descubran que son
impotentes como ciudadanos, que no tienen ninguna influencia en lo que ocurre en
nuestra democracia y que la única postura de recibo es el desapego, la frustración o la
rabia.
275
Cuando se bombardea a las personas con una publicidad ubicua e incesante, a menudo
se empieza a tener la sensación de que la razón y la lógica ya no son más que siervas de
una fuerza de venta sofisticadísima y ahora que las mismas técnicas dominan los
mensajes políticos que transmiten los candidatos a los votantes, la integridad de nuestra
democracia se ha visto ensombrecida por la misma nube de sospecha.
276
La solución al mal que aqueja a nuestra democracia no es simplemente una mejor
educación,(aunque sea importante), ni una educación cívica (que también lo es), sino el
restablecimiento de un discurso auténticamente democrático en el que las personas
puedan participar de forma significativa, una conversación en democracia donde las
ideas meritorias y las opiniones de los individuos susciten finalmente una respuesta
seria.
…una ciudadanía bien informada es imposible sin una ciudadanía bien conectada
…No puede haber una ciudadanía bien informada sin un flujo constante de información
veraz acerca de los hechos de la actualidad, ni sin la oportunidad plena de participar en
un debate sobre las decisiones que debe tomar la sociedad.
287
En www.current.tv también ofrecemos gratuitamente lo que yo creo que es el mejor
programa educativo online sobre la confección de contenidos televisivos de calidad.