A PROPOSITO DE LA ELECCION DE ALFONSO RODRIGUEZ BADAL A LA
ALCALDIA DE CALVIA.
No quería participar en el rifi-rafe que han armado en relación con la
designación de Alfonso Rodríguez Badal como candidato a la Alcaldía de Calvia pero creo que se deben alinderar las discrepancias. Pienso, que no siempre llueve a gusto de todos, y que si así fuera, el libre disentimiento, la lucha dialéctica y por ende la democracia dejarían de tener sentido. Personalmente soy socialista por razón ideológica pero no soy militante con carnet del PSOE para tener la independencia suficiente para criticar los yerros que cometan o para aplaudir con los aciertos sin que nadie pueda señalarme o indicarme donde me debo parar para “salir o no salir en la foto” en razón a la disciplina de partido como alguna vez lo sugirió Alfonso Guerra.
En el mundo de la política nada es inocente. Todo responde a
determinadas relaciones de poder. Por ello es importante no mezclar la lucha democrática con elementos que creen confusión priorizando el dialogo y el enfrentamiento dialectico en la búsqueda permanente de consensos sobre los temas que estén sobre la mesa. Afirmaba Michael Walzer que, “es malo que haya un solo apaga fuegos pero es horroroso quedarse quieto viendo como el fuego consume todo lo que encuentra, que es lo que hace la izquierda muy a menudo”. Y es gracias a este pensador que he decidido intervenir.
Permítaseme dirigirme a todos los militantes del PSOE trayendo a la
memoria el cuento de Kafka “El Buitre”. Es una fabula sobre el poder que debe servirnos de ejemplo.
“El buitre me picoteaba los pies. Ya me había desgarrado los zapatos y
las medias y ahora me picoteaba los pies. Siempre tiraba un picotazo, volaba en círculos amenazadores alrededor y luego continuaba su obra. Pasó un señor, nos miró un rato y me preguntó por qué toleraba al buitre.
- Estoy indefenso –le dije-, vino y empezó a picotearme; lo quise
espantar y hasta proyecté torcerle el pescuezo, pero estos animales son muy fuertes y quería saltarme a la cara. Preferí sacrificar los pies; ahora están casi hechos pedazos. - No se debe atormentar – dijo el señor-, un tiro y el buitre se acabó.
- ¿Le parece? –Pregunté-, ¿quiere encargarse usted del asunto?
- Encantado –dijo el señor-, no tengo más que ir a casa a buscar mi
fusil, ¿puede aguantar media hora más?
- No sé – le respondí, y por un instante me quedé rígido de dolor;
después agregué: - por favor, pruebe de todos modos.
- Bueno –dijo el señor-, me apuraré.
El buitre había escuchado tranquilamente nuestro diálogo y había
dejado vagar la mirada entre el señor y yo. Ahora vi que había comprendido todo: voló un poco más lejos, retrocedió para alcanzar el impulso óptimo, y, como un atleta que arroja la jabalina, encajó su pico en mi boca, profundamente.
Al caer de espaldas sentí como una liberación; sentí que en mi sangre,
que colmaba todas las profundidades y que inundaba todas las riberas, el buitre, irremediablemente, se ahogaba.”
Que no nos vaya a suceder lo que al hombre de la historia por andar
en discusiones anodinas, en ellas no hay sino vencidos, otros, los que no queremos, salen ganando con nuestros errores.
Personalmente creo que la elección de Alfonso Rodríguez Badal como
candidato a la alcaldía de Calvia es un paso importante en la renovación del partido y un giño bien intencionado a las nuevas generaciones de ciudadanos que, todo hay que decirlo, andan totalmente despistados sobre el acontecer de la política partidista por cuanto los limites ideológicos entre los partidos son cada vez menos estables, mas borrosos y por lo mismo difíciles de diferenciar, tanto más cuanto que, los dos partidos mayoritarios para poder gobernar tienen que buscar los votos en el mal llamado centro político. Otro día, con más tiempo, le dedicare unas líneas al “centro político”. Por hoy solo quiero llamar la atención de todos los socialistas de Calvia para que con una sola voz ayudemos al candidato a la alcaldía, Alfonso Rodríguez Badal, en el entendimiento de que nuestro esfuerzo debe ser entendido, por las directivas del partido y por el futuro alcalde, como exigencia de participación permanente de los ciudadanos en las decisiones municipales.
Introducción al derecho internacional privado: Tomo III: Conflictos de jurisdicciones, arbitraje internacional y sujetos de las relaciones privadas internacionales