moral que distingue tres niveles de desarrollo de la conciencia moral en los
seres humanos. Se trata de las teorfas elaboradas por L. Kohlberg sobre la
base de anteriores investigaciones Ilevadas a cabo por J. Piaget. Como vere-
mos mas adelante, el segundo nivel en la teorfa de Kohlberg es el nivel
convencional, en el que la moralidad se manifiesta en la tendencia del
individuo a identificarse con su propia comunidad, de modo que identifica
que se consideran vigentes en ella. En
cambio, en el nivel postconvencional, la persona es capaz de distinguir las
normas comunitarias, convencionalmente establecidas, de los principios uni-
versalistas de justicia, principios que le permiten sopesar el grado de morali-
las notmas morales correctas con la
dad de las normas de cualquier comunidad, incluida la suya.
Las éticas que asumen los descubrimientos de Kohlberg (6ticas que
podemos llamar «universalistas») intentan dar raz6n de la existencia de ese
nivel postconvencional de la conciencia moral, y por ello se niegan a redu-
cir la moralidad a la mera constatacin de lo que se considera bueno y
correcto en las distintas tradiciones de las comunidades concretas.
11.3. CONTRASTE ENTRE EL AMBITO MORAL Y OTROS AMBITOS
En los apartados anteriores hemos podido apreciar hasta qué punto la
moralidad es un fenémeno tan surmamente complejo que permite ser descri-
to desde distintos puntos de vista, cada uno de los cuales pone el énfasis en
alguno de los rasgos propios de lo moral. Uno de esos rasgos que todos los
enfoques éticos reconocen, aunque no todos le conceden el mismo valor, es
Jo que podemos Hamar la normatividad, es decir, el hecho de que todas las
concepciones morales exponen ciertos preceptos, normas y principios como
abligatorios para todo el conjunto de sujetos morales. Esta dimensién pres
criptiva de la moralidad se corresponde con la intencién orientadora que
posee toda moral concreta. Pero el hecho de que la moral se manifieste no
solo, pero también como un cédigo de normas, como un conjunto de pres-
cripciones, provoca en muchas personas una cierta confusién entre las nor-
mas morales y otros tipos de normas (jurfdicas, religiosas, sociales, técnicas,
ere.) que a menudo presentan los mismos contenidos. No estaré de mis, por
tanto, hacer unas breves consideraciones sobre lus diferencias ~y semejan-
tas~ que, a nuestro juicio, existen entre los distintos ambitos normativos
11.3.1, Moral y derecho
5] rérmino «derecho» admite una gran variedad de significados en
cuyo andlisis no podemos entrar aqui, pero sin duda uno de tales signifi-
. 40cados es el que se refiere al derecho positivo, es decir, a ese cédigo de nor-
mas destinadas a orientar las acciones de los ciudadanos, que emana de las
autoridades poltticas y que cuenta con el respaldo coactivo de la fuerza fisica
del estado para hacerlas cumplir. Las normas del derecho positivo estable-
cen el ambito de la legalidad, esto es, el marco de mandatos, prohibicio-
nes y permisos que han de regir obligatoriamente los actos de los ciu-
dadanos en el territorio de un determinado estado, so pena de cargar con
las consecuencias desagradables que el propio estado tenga previsto
imponer a los infractores. Esta descripcin del derecho posi
ivo nos per-
mite apreciar algunas semejanzas entre las normas juridicas 0 legales y
las morale:
a) El aspecto prescriptivo: en ambos casos se trata de enunciados que
indican que ciertos actos son obligatorios para las personas.
b) Referencia a actos voluntarios, lo que implica responsabilidad e
imputabilidad.
¢) En muchos casos el contenido de ambos tipos de prescripciones es el
mismo («prohibicién de matar», «prohibicién de robar», «obligacién de
auxiliar al projimo que pide socorro», etc.), aunque esta coincidencia de
contenidos no es total ni tiene por qué serlo: existen contenidos morales
que no forman parte del derecho positivo, y viceversa, existen o pueden
existir contenidos juridicos que no tienen carécter moral.
Sin embargo, también es posible sefialar algunas diferencias notables
entre ambos tipos de normas:
a) Las normas morales connotan un tipo de obligacién «interna», una
auto-obligacién que uno reconoce en conciencia, es decir, como conteni-
do normativo que alguien se impone a sf mismo, con independencia de cudl
sea el origen factico de la norma.
[Es indiferente que hayamos aprendido la norma moral en la familia, en la
escuela o en la calle; también es indiferente que la norma en cuestion perte-
hezca a una tradicidn religiosa, o a una tradicién laica. Lo importante es que
uno acepta la norma voluntariamente y la considera como una obligacin,
hasta el punto de que, si en adelante uno cede a la tentacién de vulnerarla,
aparecerd un sentimiento de autorreproche o remordimiento.]
En cambio, las normas juridicas sélo pueden imponer un tipo de obliga-
cién «externa»: no precisan que el sujeto las acepte de buen grado para que
su cumplimiento sea exigible (aunque el funcionamiento estable del esta-
do aconseja que la mayor parte de las normas juridicas se acepten volunta-
riamente). En rigoruna norma juridica obliga a todo miembro de la socie-
dad en tanto que ciudadano que vive bajo la jurisdiccién de un estado, y
que por ello esta sometido al ordenamicnto legal promulgado por las insti>
tuciones politicas de dicho estado.
41En este punto se aprecia una posible fuente de conflictos: algunos conte-
nidos morales que alguien reconoce en conciencia pueden estar en contra-
diccién con lo que ordena el estado en un momento determinado. De este
modo puede sutgir la llamada «objecién de concienciar de la persona fren-
tea las normas legales correspondientes.
b) Las normas morales se presentan ante la propia conciencia como «ins-
tancia Ultima» de obligacién (en esto, como veremos, se asemejan a las nor
mas rcligiosas). Esto significa que el sujeto considera a su propia conciencia
como tribunal tiltimo de apelacién ante el cual se tiene que dar cuenta del
cumplimiento o incumplimiento de la norma moral. La propia persona (su
conciencia) es a la vez quien promulga el mandato moral, el destinatario de
dicho mandato y el tribunal ante el que responde. En cambio, los mandatos
legales no se manifiestan como instancia Gltima de referencia para la
conciencia del sujeto: el ciudadano sabe que tales mandatos son promulga-
dos por los organismos legislativos del estado, que obligan a todos los miem-
bros de la comunidad politica, y que en caso de incumplimiento habré de
responder ante los tribunales de justicia; pero, con todo, en los casos de con
flicto entre las normas juridicas vigentes y la propia conciencia, puede ~y
algunos casos debe hacer prevalecer su ctiterio moral sobre los imperativos
legales, porque la conciencia sdlo reconoce a los contenidos morales por ella
misma aceptados como la instancia altima vinculante,
c) Por tiltimo, las prescripciones morales exhiben un carécter de uni-
versalizabilidad que no que poseen las jurfdicas. En rigor, estas diltimas slo
exigen su cumplimiento al conjunto de ciudadanos a quienes afecta el
ordenamiento juridico de un estado determinado, mientras que los precep-
tos morales contienen una pretension de universalidad que se extiende a
toda persona en cuanto tal. Decir que las prescripciones morales son uni-
versalizables significa que su contenido se considera exigible a todo ser
humane que se encuentre en [a situacin en la que la norma es aplicable.
Esta diferencia en el alcance de las normas también puede ser una fuente
de conflictos entre la conciencia moral de las personas y los mandatos
legales que les afectan en tanto que ciudadanos de un estado determinado.
{Por ejemplo, si tina persona afirma la conviecién moral de que se debe pre-
setvar el equilibrio ecoldgico para tener un medio ambiente sano, esta afir-
macién implica que ella cree que todos debemos reconocer este deber moral
‘Aunque un determinado gobierno permita en su terrivorio las actividades
contaminantes, este deber moral de preservar ef patrimonio natural deberia
sobligar en conciencia a todos, a pesar de que sea mas rentable econémica-
mente contaminar que no hacerlo. La universalidad con que se expresan las
convicciones morales como ésta deberfa ser argumento suficiente, en una
eventual toma de decisiones, para inclinar la balanza del lado moral frente a
las pretensiones economicistas de una répida rentabilidad,
42Otro ejemplo: Aunque el gobierno de la Alemania nazi condenase legal-
mente a muerte a millones de personas por pertenecer a determinadas razas y
credos, la accién fue claramente inmoral, dado que la conciencia moral alcan-
zada por la humanidad en su conjunto no puede por menos que considerar
inhumano semejante modo de actuar. Esta conciencia moral no es ningtin fan-
tasma: es la firme conviccién, defendida incluso al precio de perder la vida, de
todos aquellos que se enfrentaron ayer a los nazis, y que hoy se siguen enfren-
tando a cualquier tipo de discriminacién racista, xendfoba 0 sectaria.}
Pye
DERECHO
— Preseriptividad — Auto-obligacién — Obligatoriedad externa
—Orientan actos libres, | (obligatoriedad interna) | __ (bajo coaccién fisica)
responsables — Instancia tltima — No es instancia
e imputables (incondicionalidad) iltima para orientar
| — Multitud de contenidos |— Universalizabilidad: se | Ia accién
comunes considera que obligan | — Universalidad parcial:
a todo humano en obliga a todo ciudadano
tanto que humano en tanto que sometide
al ordenamiento
juridico del estado en
ei que vive
11.3.2. Moral y religion
Cualquier credo religioso implica una determinada concepcién moral,
puesto que las creencias en general -no sélo Las religiosas, sino también las
concepciones del mundo explicitamente ateas—, contienen necesariamente
consideraciones valorativas sobre determinados aspectos de la vida, consi-
deraciones que a su vez permiten formular principios, normas y preceptos
para orientar la accién. Las religiones de gran tradicién histérica, como el
cristianismo, el islam, o el budismo, disponen de doctrinas morales muy
elaboradas, en las que se detallan fines, ideales, virtudes, normas, ete. De
este modo, el creyente de una determinada religién recibe —personalizén-
dola, acepténdola en conciencia coo suya propia~ la concepcién moral
del grupo religioso al que pertenece, y con ella asimila también un deter-
minado cédigo de normas que para él tendra la doble condicién de cédigo
religioso (prescripciones que proceden de la divinidad a través de la reve-
lacion y del magisterio de los jerarcas) y de cédigo moral (prescripciones
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