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NUTRICIÓN.-
Administrar pienso específico para cachorros al menos hasta el año de edad (en
razas gigantes 18 meses). La comida casera es menos equilibrada que el pienso y
además favorece la formación de placa dental a largo plazo.
Hay que calcular cada 15 días el aumento de peso del cachorro y reajustar la
cantidad de comida diaria.
Conviene dar 3-4 comidas los primeros meses para luego ir reduciéndolas hasta
dejarlo en 2 comidas hacia los 4-6 meses que serán las que haga el resto de su
vida.
El estrés puede hacer que el cachorro pierda el apetito (viajes, visita al veterinario,
casa y familia nueva...)
Nunca debemos darle ya que como hemos visto no es lo más adecuado para él y
nos arriesgamos a que deje de comer el pienso; además reforzamos su papel
dominante sobre nosotros y nos pierde el respeto.
Retirarlo y no dar nada (ni siquiera pienso) hasta la siguiente toma. Mucho
cuidado con las basuras y las plantas.
CONDUCTA DE ELIMINACIÓN.-
Si le pillamos haciendo sus necesidades donde no debe hay que hacerle ver que no
es lo correcto (un “NO” o “MAL”) al tiempo que le indicamos el lugar adecuado (el
periódico, jardín, calle...). Si le vemos cuando ya ha acabado de hacerlo no servirá
de nada reñirle ni castigarle. De la misma forma el premio debe ser simultáneo a la
acción correcta.
Lo ideal es prevenir que el cachorro cometa errores para crear cuanto antes la
conducta de eliminación correcta. Una buena idea es meter al cachorro en una zona
restringida (un cuarto de aseo) y cubrir todo el suelo con periódicos, así siempre lo
hará en el papel y le premiaremos, luego iremos retirando periódicos en los días
sucesivos hasta dejar sólo uno.
Hay que marcarle muy claramente la diferencia entre lo que hace bien y mal.
Suele orinar al poco de despertarse (5-10 minutos) y defecar tras comer (en los
10-15 minutos). Antes de proceder olisquea el suelo y da vueltas el círculo antes de
agacharse, si vemos esta conducta hay que llevarlo inmediatamente a la zona de
eliminación.
PREMIOS
JUEGOS Y JUGUETES.-
Para llamar la atención del cachorro nos pondremos a jugar con algo nosotros
solos en el suelo, lanzándolo de una mano a otra, haciendo como que lo sacudimos
y lo arrastramos por el suelo. Cuando el cachorro vea lo bien que lo estamos
pasando querrá participar (nunca obligarle a jugar, si él prefiere dormir es mejor
dejarlo) y se acercará a investigar el juguete. Nosotros seguiremos jugando como si
él no estuviera y cuando esté tan deseoso de jugar que llame nuestra atención
(ladrar, intentar morder el juguete...) sólo entonces jugaremos con él.
Los juegos que más les gustan son los de tirar cada uno de un lado del juguete y
sacudirlo, perseguirlo (lo cambiamos de mano y no dejamos que lo coja), ir a por él
cuando lo lanzamos (al principio no suelen traerlo, es mejor no ir a quitárselo
porque entonces querrá jugar a que le persigamos y no aprenderá a traerlo, cuando
se aburra de jugar el sólo vendrá corriendo con el juguete para seguir jugando con
nosotros y más adelante se convertirá en el juego de tirar-traer)...y cualquier juego
que se os ocurra.
Cuando nos cansemos de jugar con el perro podemos dejarle un rato que siga él
jugando sólo pero hay que estar pendientes porque cuando veamos que el juego
decae debemos retirar el juguete, no permitirle que se lo lleve a su cama o lo
esconda. Conviene que el perro sepa desde el principio que nosotros mandamos,
así cuando quiera jugar tiene que pedirnos un juguete y nosotros se lo dejamos,
pero tendrá claro que el juguete no es suyo, y evitaremos que sea dominante sobre
él (que muerda cuando se lo queramos quitar por ejemplo).
TIPOS DE JUGUETES
El dejarle que nos muerda las manos jugando tiene sus ventajas (siempre tenemos
un juguete “a mano”, y nunca mejor dicho) pero hay que enseñarle desde el primer
día cuánta fuerza debe hacer ya que se emocionan y pueden llegar a hacer daño
(sobre todo con los dientes de leche por lo afilados que son) así que si aprieta más
de lo que debe tenemos que demostrárselo quejándonos y parando el juego, no
conviene reñirle o castigarle porque no lo entenderá. Al jugar entre cachorros si
uno muerde fuerte el agredido gritará y no querrá jugar, nosotros debemos imitar
esta forma de adiestramiento pasivo. Los perros suelen tener mucho cuidado
cuando juegan con niños porque han tenido experiencias en las que si mordían
fuerte el niño lloraba y se acababa el juego, los niños son unos grandes educadores
pasivos.
Los juguetes deben ser específicos para el perro. Esto no quiere decir que no se
puedan fabricar juguetes caseros pero hay que estar seguros de que no puede
arrancar piezas pequeñas que se pueda comer. Conviene que los juguetes del perro
no se parezcan a otras cosas que no son juguetes, por ejemplo si le dejamos que
juegue con unas bolas de papel no lo distinguirá de esos documentos importantes
que sin querer dejamos a su alcance y no sirve de nada castigarle porque él no
verá la diferencia entre un papel y otro.
Conviene reservar algún juguete que le guste mucho para cuando le vamos a dejar
solo un tiempo relativamente largo. El dejarles la tele o la radio puesta no es
aconsejable ya que sólo sirve para anticiparles que la salida va a ser larga y
ponerles nerviosos. El juguete especial se le dará jugando un poco antes con él (5
minutos) para que le apetezca jugar.
Antes de las salidas conviene asegurarnos de que tiene agua y de que ha hecho sus
necesidades.
Los juguetes ideales para perros que pasan mucho tiempo solo son los rellenables
ya que además de poder utilizarse como pelota o mordedor podemos meter dentro
golosinas para perro e incluso congelarlos para que dure más tiempo la diversión de
morder el juguete y obtener el premio. Este tipo de juguetes rellenables debe ser
revisado tras cada uso (ver que no haya grietas en la goma porque el perro podría
arrancar un trozo y tragárselo). Los juguetes rellenables equivalen a los huesos
para roer con el que los antepasados de los perros pasan horas entretenidos, con la
ventaja de que son mucho más higiénicos y menos peligrosos que si le damos un
hueso de verdad…¡y podemos ir cambiando el sabor de la golosina!
HIGIENE.-
Las legañas deben retirarse diariamente con una gasa empapada en suero, agua
templada, o toallitas de perro específicas para este fin. No conviene usar algodón
por si le entran fibras en los ojos.
Las uñas deben cortarse dependiendo del desgaste. Lo normal es cada 2-3 meses.
Hay que vigilar el espolón ya que al no estar en contacto con el suelo no se gasta y
puede llegar a clavarse. Si lo hacemos en casa usaremos un corta uñas de perro y
en caso de hacerle sangre aplicaremos presión sobre la almohadilla del dedo que
sangre y pondremos una gasa empapada en agua oxigenada sobre la uña hasta
cortar la hemorragia. Lo mejor es dejar el corte de uñas en manos del veterinario.
DESPARASITACIÓN Y VACUNAS.-
Para evitar que acabe durmiendo en nuestra cama hay que seguir las siguientes
pautas:
- Darle de comer 1 hora antes de acostarnos (para que no llore por
hambre y le de tiempo a vaciar el intestino)
- Jugar todo el tiempo con él hasta la hora de acostarnos (para que esté
cansado)
- Retirar los juguetes meterlo en su cuna y apagar la luz, no conviene
despedirnos porque es darle más importancia a algo que debe ser una
rutina.
- Acostarnos nosotros y estar en silencio (si oye ruidos querrá participar)
si llora no hacer nada durante un margen de 10 minutos.
- Si pasados 10 minutos sigue llorando levantarnos y reñirle (tono de
voz enfadado) evitar cogerle, acariciarle o calmarle porque se habrá
salido con la suya. Estar con él poco tiempo y volver a acostarnos
aunque siga chillando, darle otros 10 minutos. Si sigue llorando repetir
el proceso cuantas veces sea necesario, cada vez más enfadados….NO
CEDER NUNCA Y LLEVARLE A LA CAMA porque para la siguiente noche ya
sabrá que tiene que llorar al menos 1 hora para salirse con las suya y lo
cogerá con ganas….