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Miércoles 14.04.

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EL CORREO V?

VÍCTIMAS DEL PARO (5)

Del despacho al olivar


Carlos Marina cambió una inmobiliaria en Sevilla por un
trabajo de jornalero en la finca de su madre en Badajoz

Carlos Marina maneja el tractor en la finca de su madre, en Alenge, Badajoz. :: B. FERNÁNDEZ

:: FRANCISCO APAOLAZA ondulaciones del terreno, un in- él (al menos entre semana) los pa- con el que llevar algo que un día
LOS DATOS
Son las nueve de la mañana y en menso mar de tierra arada en el seos en Vespa por Sevilla y las citas será mío».
la finca de Alange (Badajoz) huele que caben más de 3.300 campos u Carlos Marina. Estudió Hoste- con los amigos después de trabajar. Desde que ha cambiado su ex-
a tierra mojada. Los zorzales en- de fútbol, hay plantados cereales lería después de varios años en la Comenzaban los madrugones. clusivo club de golf por los terro-
tran como balas en las copas de los y 40.000 olivos. Facultad de Ingenieros Técnicos nes de Badajoz, está más moreno,
olivos en busca de su comida dia- A 200 kilómetros , en Sevilla, Agrícolas. Más tarde desempeñó Cuarenta euros al día ha perdido peso y le ha crecido la
ria y Carlos Marina (Sevilla, 1976) vivía Carlos, diplomado en hoste- labores de agente inmobiliario. Desde entonces se levanta a las barba. «Antes iba al gimnasio,
camina entre el espectáculo en lería, aficionado a los toros y a sus siete, desayuna con su madre ahora salgo a trabajar. Hago una
busca de su jornal. La escena poco amigos y convertido en agente u Es jornalero. Trabaja en una –que se ha trasladado a su finca– labor física que me mantiene en
tiene que ver con el despacho de inmobiliario en 2007. Fue llegar y finca de Badajoz, propiedad de su y sale al campo en una jornada forma». ¿Tiene reparos por reali-
la inmobiliaria en la que trabajaba besar la crisis. «Ya dijeron que iba madre y de sus tíos, con 3.300 hec- que dura hasta la hora de comer. zar una labor que normalmente
antes de la crisis, en el edificio de a pararse el mercado, pero no que táreas de olivos y cereales. Cada día que trabaja –ha pasado harían otros? En absoluto. «No
oficinas de aquella calle que, a iba a pararse tanto». Los bancos semanas sin jornal por las llu- soy el primero. Varios tíos míos
esta hora, debe seguir atascada. cerraron el grifo de las hipotecas u Una jornada por 41 euros. Cla- vias– cobra 41 euros, unos 600 al trabajan o han trabajado en este
Entonces vestía chaqueta azul o y su negocio no daba para nada. O va estacas, retira los chupones de mes de media. A veces, repite la campo».
tiradora, corbata y castellanos. para casi nada. «Vendimos cuatro los árboles, recoge aceitunas... tarea por la tarde, hasta las cuatro Carlos se enciende un ducados.
Ahora que la crisis económica ha pisos el último año». y media. Hace una pausa cada hora para fu-
sacudido su vida como una cocte- Primer cambio de tercio: en Por este jornal clava estacas marse un pitillo y en eso invierte
lera biográfica, botas de agua. Y no 2009 decidió intentar algo en su que guían a los árboles jóvenes, la media hora que utilizan los de-
para mal. A distinto, sí. El destino propia ciudad y se presentó a les arranca los pequeños chupo- más para almorzar a media maña-
lo ha recolocado como empleado unas oposiciones de la Empresa nes (retoños que restan fuerza a na. Él sigue en el tajo hasta las dos
jornalero en la finca familiar, algo Municipal del Agua en las que no la planta), recoge aceitunas y y media. Comienza a apretar el
impensable en otras épocas. consiguió plaza. hace «un poco lo que haga falta». hambre y en el cortijo espera la
«Hace tres años tantas cosas eran Segundo cambio de tercio. «Sa- En solitario y en cuadrilla. cocina de Angustias, su madre.
impensables...». bía qué es trabajar en el campo y Esta no es una historia de fra- Pero aún hay mucha tarea. Carlos
En el siglo XIX su bisabuelo para estar en Sevilla cogiendo caso, más bien un cambio de se planta en la oreja el auricular de
compró estas tierras. Siguen sien- moscas sin un duro y que se lo die- rumbo. «Aquí estoy bien. Aunque la radio y sigue adelante en busca
do un buen pellizco de 3.300 hec- ran a otro... Pues lo haría yo. Se lo suene a utópico. La vida en el de su jornal. Algún día volverá a
táreas que hoy pertenecen a su dije a mi madre y me respondió campo es muy sana y al fin y al Sevilla, «cuando escampe». Nadie
madre y sus tíos. En las suaves que sí», explica. Se acababan para cabo estoy aprendiendo un oficio le dice ‘señorito’.

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