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ASUETO

Hojas de poesía Año 1 - Nº 2 - ……….

EL LUGAR DEL POETA


(sobre la generación del 40)
La poesía argentina llega hacia los años 40 a un Cierto es que en general la lírica del 40 no se
llano fecundo que va a darnos un carácter y un ligó a la exaltación de temas y mensajes
desarrollo propios. Llano, en tanto que no habrá expansivos. La imaginación poética se asienta
figuras absolutamente sobresalientes o al menos más que en los objetos, en la sonoridad flotante
disparidades notables: fecundo, por la de la palabra, en el pulso interior de una
proliferación de autores. afectividad cuidadosamente formulada.
Las sólidas y a la vez solitarias voces de poetas No parecía el mundo de esos años, envuelto en la
como Lugones, Banchs o Marasso no se habrán crueldad de la "gran guerra", proveer fácilmente
de perder, y tendrán estos poetas sus epígonos e de material noble a la poesía. No resulta, de
imitadores: pero serán las voces del 40 las que ninguna manera, inexplicable la búsqueda de
formarán el primer gran momento generacional seguridad interior.
en la lírica argentina El canto florecerá en las El poeta y crítico Eduardo Romano, en un
principales regiones del país, con una fuerza y importante ensayo de los años 60 cuyo título
una savia nueva. anticipa con crudeza su visión: “¿Qué es eso de
Entre las notas propias de la generación del 40, una generación del 40"?, anatemizará a los
se ha señalado su carácter "neorromántico". poetas de la época escribiendo, por ejemplo: “Yo
Carácter sostenido por una cierta actitud de creo que sintieron y comprendieron lo que
repliegue interior expresado a través de un tono ocurría; porque lo entendieron es que se
elegíaco y grave, tensado en base a un alto, replegaron en la vacuidad vocinglera de un
depurado y nostálgico lirismo. aparato retórico. No huyeron de la realidad en su
Por esos años circulan entre las manos de los conjunto, sino del peligro que entrañaba
poetas, autores como Milosz, Rilke, Cernuda y aceptarse en ella como eran. Más urgente que el
los argentinos Ricardo Molinari y Juan L Ortiz, de la realidad, era para ellos el problema de re
este último considerado por algún antologista del ubicarse en los viejos esquemas de la Argentina
40 como Alfredo Veiravé, un auténtico pastoril mediante una poesía convencional". Y
representante de la promoción. luego agrega: “Ellos eluden la crisis de su clase,
Quizás por primera vez en nuestra lírica, se hace refugiándose en una Argentina segura, interior".
visible una actitud de hondo respeto por la Sin embargo estas preocupaciones también
producción y reflexión poéticas. El poema habían sido advertidas por algunos de los autores
comienza a ser visto con cierta autonomía en del 40, como es el caso de Alfredo Martínez
relación al oleaje de lo circundante. Esto le valió Howard, cuando expresa: “creo en una poesía
a los hombres del 40 cierto desprecio, cierta que, con pocas reservas, puede nombrarse pura.
invidencia desde la posición de algunos críticos Pero creo también que ella no puede realizarse
de los años 60, imbuidos en fórmulas tomadas de sin el remordimiento de renunciar a los deberes
la sociología mecanicista. Hacia estos años de que exige esta hora del mundo. El arte de hoy
fines de siglo, otros críticos han retomado de está destinado a colaborar en el advenimiento de
alguna manera esta actitud, convirtiendo al una mejor realidad, donde será posible esa otra
concepto de "neorromántico" en casi una de la belleza por ella misma".
descalificación, no menor que la de Escribe Teresita Frugoni en su libro sobre el 40
"provinciano", concepto éste que, en su que las líneas principales de esta generación son:
valoración positiva, fue también un atributo la revalorización de la labor poética, la seriedad
cuarentista. contrapuesta a los juegos metafóricos del 22, la
ausencia de un único maestro; las influencias Por otra parte, de ninguna manera debiéramos
múltiples como Neruda. Rilke, Milosz, Cernuda, considerar que la gran promoción poética del 40
Molinari, Mastronardi y Borges y hasta el mismo podría restringirse al concepto de
Lugones; la carencia de mensajes trascendentes; "neorromántico", tomándolo en lo que tiene de
la contemplación y la nostalgia del pasado; la reminiscente o nostálgico. Por el contrario, es
restitución del amor a sus potencialidades muy vasta la geografía poética que por esos años
mágicas". llega a la superficie, y con componentes variados
Más allá de acordar o no con algunos de estos que enlazan a un Antonio Esteban Agüero con
aspectos o atributos, es pertinente realizar las primeras obras de una línea vanguardista en
algunas consideraciones: en primer lugar, la que se inscribirá, por ejemplo, Olga Orozco.
atendiendo a que los poetas del 40 son los Todo esto nos muestra la amplitud de la estética
primeros que en forma más o menos simultánea cuarentista.
tratan a la poesía en su profundidad esencial, Sin embargo, la riqueza del imaginario del 40
ateniéndose a las leyes internas que la rigen; el hará que las diversas e incluso contrapuestas
trabajo sobre la palabra es atento y se trata de tensiones y tendencias vayan a coincidir en un
despegar a los enunciados de excesos verbales; punto esencial: el de la perennidad y vibración;
hay una delicada aplicación al ritmo y a la el de la entidad de la palabra como sustento y
musicalidad: reencuentra el poema su sentido sostén de toda construcción lírica, más allá de
melódico: es en sí mismo 'canto'. En esta cualquier sentido utilitario, ajena a toda
concepción el poema se abre como un espacio en servidumbre. Esto, porque a partir del 40, será
sí en el que habita el poeta. La forma y el sonido posible pensar que el único lugar del poeta es el
serán asuntos propios del poema, su sentido más poema.
propio.
Julio Castellanos

La vía ciega

La memoria sentimental
es un germinar inútil
-dice la razón-, a partir
de materia en reposo.
A esta falla
no es ajeno el final de la era,
seguramente crítico,
ni el delito imaginario.
Lo que sigue,
despertar al joven espectro,
es actividad propia del alma,
siempre perdida
sobre lechos irreales.

No hay beneficio en este curso.


Sólo las maniobras
de algo torpe que busca su alimento
en la tracción del pasado,
donde el insomne y el que duerme son uno.

Rodolfo Godino
Soles apagados

Desde la fronda del tiempo


caen los días
como las hojas secas.

El amor y el olvido,
nosotros,
venimos desde soles apagados.

En algún lugar, quedan


los besos y el perfume,
rescoldos de secretas muertes.

Condena

Todo ser viviente


es un condenado a muerte.

Sin embargo,
la sentencia se aplaza
y se embriaga la sed
en el infinito remanso del tiempo.

Carlos Gómez Chapanay


El vaso de agua

Cuando me acuesto, desde que era niño,


pongo a mi lado un vaso de agua.
A1 apagar la luz, si lo contemplo
brillar en la penumbra, me imagino
que el agua es otro nombre de mi madre
y estoy seguro de que, ya dormido,
alumbrará el acuario de mis sueños.
Sombra, misterio, música nocturna
que bebo a lentos sorbos o me bebe.
¿Eres tú quien me sueña en ese extraño
país donde algún día nos veremos?
¿Dormir es un ensayo de la muerte?
Por las mañanas, cuando me recuerdo,
muchas veces el vaso está vacío.
Y vuelvo, desganado, a la rutina
de calles y de rostros, mientras llega
1a oscuridad, el rito silencioso
de llenar nuevamente el vaso de agua
para ponerlo al lado de mis sueños
y saber que allí estás, que me proteges,
que hay algo puro en medio de la noche.

Antonio Requeni
Deseo

Paralizar el instante
en todos los cielos
y ensayar la eternidad.

Volver a la costumbre
con un sueño descifrado
y la luz
detrás del rostro.

En un sueño

La mujer acaricia
al enfermo.
Sus ojos lloran,
por él
por ella.

El llanto
moja mi espejo.

María Esber
Modos de la Revelación

El empañado espejo de la memoria


multiplica descontentos y falacias,
diluye los matices del aura,
aleja el timbre de su voz, única.

El quiere ser visto y escuchado, quiere


ser herido en el centro de su centro
por el puñal de la Revelación.

No se ha dado cuenta, necio,


que modos de la Revelación
hay en la paciencia del árbol,
en cubrir al otro con la propia piel,
en la humedad de las viejas pupilas
por el bondadoso afecto
con que lo ungieron los amigos,
por ejemplo.

Rodolfo Modern
Cuando el aire se enfría

El otoño yace
en las veredas.

¿Qué dirán los huesos


de los árboles
cuando el aire
se enfría y palidece?

Hay un silencio estremecido


de últimas voces.

Nadie en la tarde

Nadie en la tarde
sólo la montaña
su eternidad
ahoga el tiempo
el arroyo crea el silencio
mientras el aire
continúa sus perpetuas fugas.

Nené Funes
Y vuelven

Cómo rescatar un aroma


esparcido en el tiempo.
A mitad de camino
exactamente a mitad de camino
entre un silencio y tu silencio
se cargan de dulzura las palabras.

Se aroman de silencio
dulcemente.

y vuelven.

Un lampo

Desenrejado
incierto
sin medida
el espacio del sueño.

Y sin embargo
tan sólo un lampo diminuto
donde se posa alguna vez
y cabe para siempre.

Gaspar Pío del Corro


Diálogo
El fuego crece
con su condenado
Rimbaud.
Alma mía,
-nave de negro pulmón-
respiras...
Casi un susurro,
o un temblor de agua.

¿Quién le teme
al cuerpo desnudo que liberas?

Alma mía,
tú y yo
siempre,
condenados al instante.

Jorge Vázquez Yofre

Colaboradores de este número:

Julio Castellanos (Córdoba, 1947). Ha publicado, en poesía: Umbrales (1983); Líneas (1985);
Elementos (1987) ; Nubes (1989); Lugares (1991); Poemas del amor (1992); Cercanías (1994) y El
motivo es la mujer (1996). Colabora con ensayos en periódicos y revistas nacionales. Docente en la
Escuela de Letras Modernas de la Universidad Nacional de Córdoba.

Gaspar Pío del Corro. Ha publicado en poesía: Misa de Alba. (1° Premio de la Universidad Católica de
Córdoba en el IV Congreso Eucarístico), 1960; y Antes que el Silencio 1997. En ensayo: El mundo
fantástico de Lugones, La visión de la realidad en la poesía cordobesa contemporánea, La zona
novelística de Roberto Arlt, Facundo y Fierro, El dolor de la Patria, Zama: zona de contacto, La
narrativa de Antonio Di Benedetto. Es profesor Emérito de la Universidad Nacional de Córdoba, conde
ha ejercido las cátedras de Literatura Argentina, de Hermenéutica y Pensamiento Latinoamericano.

Rodolfo Godino (San Francisco, Cba., 1936). Ha publicado los libros de poesía: El visitante (1961); Una
posibilidad, un reino (1964); La mirada presente ( 1972); Homenajes (1976): Gran cerco de sombras
(1982); Curso (antología 1961-1982) y A la memoria imparcial (1995). Ha sido colaborador de
publicaciones nacionales y extranjeras (Sur, Nueva Crítica, La Nación, Papeles de Son Amandans, etc.) y
ha recibido, entre otras, las distinciones Premio Nacional de Poesía Iniciación (1960), Premio del Fondo
Nacional de las Artes (1964). Gran Premio Bienal de Poesía (1982), y el Premio de Poesía "La Nación"
(1994). Ha residido largo tiempo fuera del país y vive actualmente en Buenos Aires.

Rodolfo Modern (Buenos Aires, 1922). Ha publicado en poesía: Distanciado cielo (1963); Levántate y
canta (1968); Rueda en el espejo (1971); Así, de esta manera (1974), Faja de Honor de la Sade. Andanzas
de Odiseo (1975); De lámparas y fuentes (1978); En blanco y negro (1980) 2° Premio Municipal;
Ascensión de lo grave ( 1987); Existencia común (1989) 2° Premio Fondo Nacional de las Artes: Asedio
del ángel (1990); Telón de fondo (1992); Tiempo de espera (1995) 1er. Premio Fondo Nacional de las
Artes; Antología Poética (1995). También ha cultivado la narrativa, el ensayo y el teatro con numerosos
libros publicados en esos géneros, y ha realizado traducciones de Herman Hesse, Rainer María Rilke.
George Trakl, Gottfriedd Benn, Paul Celan y otros autores. Fue Profesor Titular de Literatura Alemana en
las Universidades de Buenos Aires y de La Plata. Es Miembro de Número de la Academia Argentina de
Letras.
Antonio Requeni (Buenos Aires, 1930). Ha publicado, entre otros, los libros de poemas Camino
de canciones (1953-Faja de Honor de la Sade), Umbral del Horizonte (1960), Manifestación de
Bienes (1965). (Premio Fondo Nacional de las Artes y de la VI Fiesta de las Letras de Necochea),
Inventario (1974- Pluma de Plata del PEN Club), Línea de sombra (1984- ler. Premio Municipal de
Poesía), El vaso de agua (1997).
En 1984 se le otorgó el Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía; en 1989 el
Laurel de Plata a la Personalidad del Año (rubro poesía) del Rótary Club de Buenos Aires;
en 1990 el Premio Esteban Echeverría de Gente de Letras.
Su libro Cronicón de las Peñas de Buenos Aires (1984) obtuvo el Primer Premio Municipal de
Ensayo Ricardo Rojas y el Premio Konex. Es Miembro de Número de la Academia Argentina de Letras.

ASUETO
Juan José Paso N° 364 - 5870-Villa Dolores-Córdoba.- Tel. (03544)- 423725 ó 421243
Consejo de Redacción:
Nené Funes - Carlos Gómez Chapanay - María Esber - Jorge Vázquez Yofre -

Registro Propiedad intelectual en trámite.

Se terminó de imprimir en Abril de 1999 en Gráfica Bonel - Villa Dolores -Córdoba-

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