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CAPITULO 7 Formacién de los suelos Segiin el proceso de formacién, un suelo puede ser sedi- mentario, residual, 0 colocado por el hombre (relleno artifi- ial). En un suelo sedimentario las particulas se formaron fen un determinado lugar, fueron transportadas y se deposi- taron finalmente en otro emplazamiento. Un suelo residual se ha formado por Ia meteorizacién de la roca in situ, con ceseaso 0 nulo desplazamiento de las particulss. El hombre puede construir rellenos o terraplenes de suclo. Estos tres tipos de depésitos se comentan sucesivamente en este capi- tulo. Se presta atencién en. primer lugar al concepto de “estructura”, que servird para la deseripcién de los diversos, tipos de suelos. 7.4 ESTRUCTURA DEL SUELO (ambign se denomina “Fabrica” y “arquitectura™) y-las fucreas-ontre-pertioulas-de-svelo-adyacente. Aqut nos limi taremos.principalmente alas particulas pequetias, de forma plana, ya a orientacién de las particu indivi duales. Los conjuntos de partculas més grandes se consi derarin en capitulos posteriores. Como fuerzas correspon- dientes a la estructura dol suelo se considerarin principal mente las generadas entre las propias particulas, de naturaleza electroquimica. ‘Los dos casos limites en Ia estructura de un suelo, son fas estructura floculada y la estructura dispersa, como se presentan en fa Fig. 7.1. En la estructura floculada las particulas de suelo presontan contactos borde-cara, atra- endow motuamente. Una estructura dispersa, por otro lado, posce particulas en disposici6n paralela que tienden a repelerse mutuamente. Entre ambos casos cabe un ni mero infinito de estades intermedios. Con los actuales conocimientos y métodos de medida de la orientacién y fueraas entre las particulas, esté poco jusifcado intentar defini estructuras de tipo intermedio. Asi pues, los te tminos flocuada y dispersa s© utilizan en sentido general para descrbie suelos que poseen estructuras préximas alas Ge la Fig. 7.1. En el capitulo S se estudiaron las fuerzas elétricas centre partfculas, introduciendo los conceptos de floculado y disperso. No’ pretendemos ahora hacer distincién entre Jos dos tipos de floculaciGn representados en la Fig. 5.15. 85 Una determinada estructura de suelo puede modificarse rnotablemente provocando desplazamientos entre las par- ‘iculas. En general, los desplazamientos tienden a romper Jos enlaces entre particulas y a disponerlas en una estruc- tura paralela. Si se sometiera la estructura floculada de la Fig. 7la a un desplazamiento tangencial horizontal, las partfeulas tenderian a alinearse en la forma de Ia estruc- ‘tura dispersa de Ia derecha de la figura. Una compresion tiende a que las particulas adyacentes se desplacen hacia ‘una disposicién paralela, dando Tugar probablemente a pequefias zonas de particulas con orientacién aproxima- damente paralela, pero con orientaciones diferentes de ‘unas a otras zonas. El tratamiento mecinico de un ele- mento de suelo hasta que se haga homogénco (lo que se denomina “remoldeo”) tiende a alinear las particulas adyacentes y a romper los enlaces entre particulas. dependeri-en-gran-parte~de-bn-estructura-que-posea. En ‘general, ueclemento.de-suelo-floculadostiene.-una-mayor Resistencia, una-menor-compresibilidad y una-mayor-por- ‘sneabilidad-que-el-mismo-suelo.conla-mismazelacién-de veotose-pero-en-estadondisperso. La mayor resistencia y menor compresibilidad en estado floculado se debe a ia atraccién entre particulas y a la mayor dificultad para desplazarlas cuando se encuentran en disposicién desor- denada. La mayor permeabilidad del suelo floculado se debe a la existencia de canales més grandes para el paso del agua. Mientras que un elemento floculado y otro dis- perso con la misma relacién de vacfos tienen aproxi- madamente la misma seccién libre para el paso del agua, fen el suelo floculado los canales de flujo son menores en mmimero pero de mayor didmetro. Ast pues, existe una ‘menor resistencia al paso del agua a través de un suelo floculado que a través de un suelo disperso. Al a Fig. 7.1. Tipos de estructuras de un suelo. a) Floculada. 6) Di- pers | I 86 La naturateza del suelo ‘Tabla 7.1 Influencia de la forma de transporte sobre las caracteristicas de los sedimentos ‘Agua ‘ite Hiclo Gravedaa Organismos Tamafo Reduccién por disolucén, Wi Considerable reduc. Considerable abra. Impactos consi Ligeros efectos de ‘era abrasion en suspensién, clon sién e impacto derables abrasin por el fbrasiine lmpacto en el tuansparte directo amate, por organisms Forma ¥ redon- Redondeo de arenas y grivas Elevado grado de Particlat angulosss Angulosas, no ez redondeo Y aplanadas (ea) esféricas ‘Textura tuperti- Arena: isa, pulimentada, bri- El impacto produce Superficies estriadas al ante Limo: escaso efecto CCasifcaclin por Considerable tamaios (progsesiva) superices mates Muy considerable | Muy escasa Non, Limitada 7.2. SUELOS SEDIMENTARIOS La formacién de los suelos sedimentarios puede expli- ccarse més adecuadamente considerando la formacién, el transporte y el depésito de Ios sedimentos. Formacién de sedimentos Blmodonprincipsl-dela-formacin-de-sedimentosnlo constituyanda-moteorizacién-fisica-y-quimica-de-las.cocas enelansuporficientorrestes, En general las particulas de Himos-teone-y=prava se forman por-la-meteorizacion-fisice: de-las-soeas, mientras que las particulas-ereillosas proce den de la-aieracién-quimica-de-lasmismes. La formacién de particulas arcillosas a partir de las rocas puede produ- cirse, bien por combinacion de elementos en disolucién 0 por la descomposicién quimica de otros minerals. ‘Trangporte de los sedimentos Los sedimentos pueden ser transportados por cual- ‘quiera de los cinco agentes siguientes: aguayraitey-hielo, gravedadoycorguniamosavivos, El transporte afecta a los sedimientos de dos formas principales: a) swodificarta forsnaycl-tamaiionjula-toxturade-las-particuas,por-abra- sibnyesgsta, impacto. -disaluciSn: b) a i foulas, La tabla 7.1 re- sume alguno de los efectos de los cinco agentes citados sobre los sedimentos. Depésito de los sedimentos Después que las particulas se han formado y han sido ‘transportadas se depositan para formar un suelo sedimen- tario. Las tres causas principales de este depésito en el agua son Ia reduccién de velocidad, la disminucién de la solubilidad y el aumento de electrdlitos. Cuando una corriente desemboca en un Iago, océano, 0 un gran volu- ‘men de agua, piorde Ia mayor parte de su velocidad. Dis- minuye asi la fuerza de la comtiente y se produce una sedimentacién. Cualquier cambio en la temperatura del ‘agua 0 en su naturaleza quimica puede provocar una re- duccién en la solubilidad de Ia comriente, reduciéndose la pprecipitacién de algunos de los elementos disueltos. La Fig. 7.2 muestra la estructura que puede presentar un suelo sedimentario formado en agua salada, comparindola ‘con Ia de otro depésito en agua dulce. Como ya se sefialé cn la Fig, 5.14, eb-swolo-depositadenenegua-stlada-flocu- Jaréerdineipidamente, peesontando.asi-sna-mayor-ume- dad-yotelacidarde-wacion. 7.3. SUELOS RESIDUALES, Los suelos residuales se originan cuando los productos de la meteorizacién de las rocas no son transportados ‘como sedimentos sino que se acumulan in situ. Si la velo~ cidad de descomposicién de la roca supera a la de anrastre de los productos de descomposicién, se produce una acumulacién de suelo residual. Entre los factores que in- fluyen sobre la velocidad de alteracién en la naturaleza de Jos productos de meteorizacién estén el clima (tempera- tura y Iluvia), el tiempo, ta naturaleza de la roca original, a vegetacidn, el drenaje y la actividad bacteriana. El perfil de un suelo residual puede dividirse en tres zonas: a) 1a zona superior en la que existe un elevado grado de metzorizacién pero también cierto arrastre de ‘materiales; b) Ia zona intermedia en cuya patte superior existe una cierta meteorizacién, pero también cierta gra- duecién hacia Ia parte inferior de la misma; y c) la zona parcialmente meteorizada que sirve de transicién del suelo residual a Ia roca original no alterada. La temperatura y otros factores han favorecido el des- arrollo de espesores importantes de suelos residuales en ‘muchas partes del mundo, en especial en el Sur de Asia, ‘Africa, Sureste de América del Norte, América Central, 13s jslas del Caribe y América del Sur. Como podemos dedu- cir de esta distribuci6n, los suelos residuales tienden a ser ‘mas abundantes en zonas himedas, templadas, favorables al ataque quimico de las rocas y con suficiente vegetacion, para evitar que los productos de meteorizaci6n sean fécil- mente arrastrados y formen sedimentos. Aunque los sue- los residuales esti ampliamente extendidos por todo el ‘mundo, han sido poco estudiados por los expertos en mecdnica de suelos, debido a que suelen encontrarse en Formacién de los suelos 87 o Fig, 7.2 Estructura de un suelo neturat a) Depéeitoinaterado en agua solada. 6) Depésto intcto en agua dulee. e) Suelo remoldeado, zonas de economéa subdesarrollada, en contraste con los, Suelos sedimentarios que existen en los cemtros més im- portantes de poblaci6n e industria. ‘Sowers (1963) ha dado los siguientes espesores tipicos de suelos residuales: S.E. de los Estados Unidos 6 @ 23 m Angola am Sur de la India 8a 15m ‘Africa del Sur 9a 18m ‘Africa Occidental 10 a 20m Brasil 10.2 25m 14 DEPOSITOS ARTIFICIALES En las dos secciones anteriores se ha comentado a for ‘macién de depésitos de suelo por la naturaleza. Un depé- sito realizado por el hombre se denomina terraplén o relleno, Un terraplén constituye realmente un depésito “sedimentario” en el que el hombre realiza todos los pprocesos de formacién. El suelo se extrae por excava tién o voladura de un cierto yacimiento (zona de pre amo), se transporta mediante un vehiculo que puede ser un camién, trail, vagoneta o bulldozer, 0 por medio de barcazas 0 tuberias y se deposita por vertido directo. El material puede dejarse tal como cae, como es 1 caso del pie de bloques de la presa de tierra de la Fig. 1.8, fel relleno hidréulico de la estructura de la Fig. 1.9, 0 puede tratarse mecdnicamente para aumentar su compaci- dad (compactacién) como en el nicleo de Ia presa de a Fig. 8 0 la explanada de carretera de la Fig. 1.11. Los princi- ppios de la compactacién y las propiedades de los suelos ‘compactados se tratan en el capitulo 34, 75 ALTERACIONES DE LOS SUELOS DESPUES DE ‘SU FORMACION FH ingenioro civil que trabaja én suelos debe proyectar su estructura no sélo para las propiedades del suelo exis- tentes al comienzo de la obra sino también para toda vida do proyecto de la estrictura. Necesita, por tanto, Conover las propiedades del tereno al comienzo de la bra y la forma en que ests propiedades vaiarén & lo largo del tiempo. Tanto el tamafo y la forma de un dep6- Sito determinado como las propiedades mecinicas. del Suelo que lo ‘componen pueden varir de manera muy sig nificata. Muchas de estas vriaciones se producen inde- pendientemente de a actividad humana, mientras. que bias se deben ala propia obra ‘Los importantes cambios de comportamiento que pueden producirse durante el periodo de utlizacién de un Euelo hacen la ingenier‘a de suelos al mismo tiempo dic ¢ interesante, El ingenieo pronto aprende que el suelo no ts inert, sino bastante activo ¥y muy sensible alas cond Giones de su entorno. La tabla 7.2 enumera los factores ue tienen mayor influencia sobre cf comportamiento de tin suelo, Presiones En general un aumento de la presiGn sobre un elemento de suelo produce un incremento de la resistencia al esfuer~ zo cortante, una disminucién de la comapresibilidad y una reduccién de la permeabilidad; 1os efectos contrarios producen si las presiones disminuyen. Los cambios oi hados por una reduccién de presiones suelen ser menores {que 10s producidos por un incremento de presiones de igual magnitud. 88 La naturaleza del suelo ‘Tabla 72 Factores que influyen sobre el comportamiento del suelo Factores que ‘nfluyen en Factores que 1 oemacin dan lugar del depeaito ambigs de ‘ie clo comportsmiento Suelo sedimentario Naturaleza de los sedimentos Esfuerzos Métodos de transporte y sedimentacion Tiempo Naturaleza del medio en el que se realiza la sedimentacion Agua Suelo compactado Naturaleza del suelo Entomo fisico Humedad de puesta en obra Energia y tipo de Perturbacién ccompactacién, Durante la formaci6n de un suelo sedimentario la pre- sién total a una cota determinada continda aumentando al, i creciendo Ia altura de suelo sobre el punto considerado. Asi pues, las propiedades de un suelo sedimentario a una determinada profundidad estin cambiando continuamente al formarse el depOsito. La eliminacién de las tierras su- periores, por ejemplo por erosién, da lugar a una reduc ion. de’las.presiones, Un-elomonto-de-stelo-que-esté-em eonsolidada**. Existen procesos constructives que dan lugar a un ‘aumento de las presiones de confinamiento del suelo ‘mientras que otras producen una reducci6n de presiones. Por ejemplo, el terraplén representado en la Fig. 1.6 causo uun gran incremento de las presiones verticales del terreno fen su base. Cuando so aleanz6 el equilibrio bajo la carga de este terraplén, el terreno de base tenia una resistencia ‘mucho mayor. Por otro lado, la excavacién realizada para cl Canal de Panamd (Fig. 1.14) produjo una descarga con- siderable del terreno en la zona del Canal y en las proxi ‘midades del mismo. Esta descarga dio lugar a una dismi- rnucién de la resistencia de las lutitas inmediatas al Canal, contribuyendo a los deslizamientos que se produjeron a to largo del mismo. Tiempo EI tiempo es una variable que interviene en los demés factores que contribuyen a las variaciones de comporta- ‘miento del suelo (en especial las presiones, la humedad y las condiciones del medio). Como se advirtié en el capi- + © naturatmenteconsolidado. (NT) + Bn este miamo sentido so ha utiiasdo mucho ol término ‘iunque scluslmente se tende a reseratio para ‘consolidacion patados, mis que niveles de indicar procesos presiones. (NT: tulo 2, para aprecar los efectos completos de una varia in de presiones, el agua debe ser expulsada 0 absorbida por el elemento del suelo. Debido a la permeabilidad rel tivamente baja de los suelos de grano fino, se requiere un cierto tiempo para que esta agua escape o penetre en tales suelos. El tiempo es un factor evidente en las reacciones qurmicas, como las que se producen en los procesos de meteorizacién. Agua Como se coments en el capitulo 2, el agus puede tener dos efectos perjudiciales sobre el suelo. En primer lugar, Ja mera presencia de agua hace disminsir las fuerzas de atracein entre las partulas arcillosas. En segundo lugar, el agua intersticial puede soportar los esfuerzos aplicados, modificando asf el comportamiento del suelo. Una mues tra de arcilla que puede tener una resistencia proxima a Ia del concreto pobre cuando se deseca, puede transformarse en fango al sumergiria en agua. Asi pues, el aumento de hhumedad de un suelo reduce por Jo general, la resistencia del mismo. Tanto la naturaleza como Ia actividad humana pueden alterar las condiciones del agua intersticial. En muchas partes del mundo existe una variacién muy marcada en las condiciones de humedad a lo largo del afo. En la estacién seca y célida existe escasez. de lluvia y el nivel frestico desciende; en la estacidn htimeda, hay abundancia de agua superficial y se produce una elévacién general del nivel fredtico, Estas variaciones estacionales en las condiciones de humedad producen un cambio apreciable en las pro- piiedades del suelo a lo largo del afo, Existen_ muchos procesos constructivos que modifican las condiciones del agua fredtica. Por ejemplo, la presa representada en la Fig. 18 dio lugar a un embalse, que indujo en el terreno un fuerte aumento de la presign intersticial. No sélo el terreno de cimentacin de Ia presa sufrié un’ incremento de presién intersticial sino que muchos suelos secos, que nunca habjan estado inunda- dos, quedaron sumergidos por el agua del embalse. La construccién de los dos edificios que aparecen en las Figs. 14 y 1.5 hizo necesario abatir el nivel frestico. Esta operacién produjo una variacin en las propiedades del terreno. Entorno 0 medio ambiental Existen varias caracteristicas del entomo de un suelo que pueden tener influencia sobre su comportamiento. Consideraremos aqui la naturaleza del fluido intersticial y Ja temperatura. Una arcilla sedimentaria © compactada puede haberse formado con un fluido intersticial de una ierta composicién y a una cierta temperatura, pero am- bos factores pueden variar a lo largo de la vida del de- pésito, Un ejemplo es a arcilla marina depositada en agua fon un elevado contenido de sales: 35 gr de sal por litro de agua en unas condiciones marinas tipicas. Las arcillas marinas han suffido frecuentemente levantamientos tect6- nicos por lo cual se encuentran por encima del nivel del mar, y el agua que se filtra a través de las mismas tiene tun contenido en sales muy inferior al del agua del mar. et nineteen tet teh CANAAN EL RNG AT CL TI COTTE, Asi, a lo largo de la historia de un sedimento arcilloso puede producitse un arrastre o lavado gradual de la sal que ocupa los poros, de forma que al cabo de muchos miles de atios de lavado o lixiviacién, el fluido interstcial puede ser muy diferente del que existia en el instante de Ja formacién del sedimento. Como se comenté en el capi- tulo 5, la disminucién del contenido de electrdlitos. del agua en torno a las particulas de suelo puede reducir Ia fuerza neta de atracciSn entre las mismas. En otras pala- bras, el arrastre de la sal de los poros puede dar lugar a una reduccién de la resistencia al corte. El ejemplo mas espectacular de la reduecién de re tencia al corte producido por la lixiviacidn corresponde a las “arcillas de elevada susceptibilidad” 0 “arcillas sen- sibles” (quick clays). Estas arcillas marinas se depositaron en un estado muy floculado. A pesar de la elevada hu- ‘medad, estas arcllas han desarrollado una resistencia rela- tivamente grande debido a los enlaces formados en. los contactos borde-cara. Al cabo de los afios la mayoria de los electrlitos existentes en el fluido intersticial han sido arrastrados por lavado. En estas nuevas condiciones, la aucilla tenderfa a estar en un estado disperso (Fig. 7.20), y, para la misma humedad, su resistencia seria muy pe- {quefia. Sin embargo, este cambio no se aprecia totalmente hasta que la arcilla no sufre una perturbacién suficiente para romper los enlaces formados durante largos afios bajo las presiones de_confinamiento. Con ta perturbacién, In arcilla pierde toda su resistencia y se transforma en una ‘masa pastosa sucloagua de resistencia al corte nula. Estas arcllas sensibles han dado lugar a aumerosos problemas ‘en los paises escandinavos y en Canadé donde estén muy cextendidas, EI destizamiento que aparece en la Fig. 1.13 se produjo en una arcilla de este tipo. La vaiacién de temperatura desde el instante de ta for- macién del depésito hasta un cierto momento posterior puede dar lugar a una variacién en el comportamiento del suelo. Ast pues, una arclla depositada en un lago glacial va aumentando gradualmente de temperatura a lo largo de su vida. Ademds, un suelo situado a gran profundidad en el terreno, cuando se extrae y se leva al laboratorio para realizar pruebas, puede suftir variacién de propiedades debido a la diferencia de temperatura entre el terreno y el laboratorio. La reducciOn de temperatura en un suelo cohesivo sicle causar un hinchamiento del suelo y que parte del aire ocluido en el fluido intersticial pase al es- tado gaseoso. De todo Jo expuesto, el ingeniero puede deducir que es necesario considerar c6mo pueden varar las propiedades del suelo a lo largo de Ia vida de la estructura, y no es perar hacer un proyecto adecuado Gnicamente a partir de las propiedades del terreno existentes antes de la construc- cién, Puede enfrentarse con un fallo desastroso si proyes- ta una presa de tierra contando con la resistencia que tiene el terreno antes de le construecién de la misma, En otros capitulos de este libro se comentardn los principios necesarios para seleccionar, los valores adecuados de resis tencia, permeabilidad y compresibilidad a emplear en un problema determinado. Formacién de los suelos 89 76 ESTUDIO DEL TERRENO En la table 7.3 se enumeran algunos de los métodos de estudio del terreno’ més generalmente utilizados. El programa de estudio de terreno adecuado de una obra determinada depende del tipo de obra, de la importancia de la misma y de la naturaleza del terreno in situ. Por ejemplo, una pres importante requerira generalmente una investigacion mis completa del terreno que una carretera Tgualmente puede citarse el caso de las arcllas blandas Tabla 7.3 Método de estudio del terreno Reconocimiento Inspeccién visual Fotografia aérea Informes y mapas geologicos Datos de obras ya realizadas Exploracién Geofisica Eléctrica Pozos~muesteeo y prucbas Sondeos—muestreo y pruebas Pruebas de campo Pruebes de penetracién Pruebas de veleta Determinacién del aivel Treitico—medida de presiones interstciales Pruebas de bombeo Pruebas de carga Pruebas de compactacién Los primeros cuatro métodos de estudio del terreno citados en Ia tabla 7.3 cubren generalmente un drea muy amplia y siren para que el ingeniero tenga una vision general de toda Ia zona. Los métodos geofisicos hacen posible detectar estratos del terreno bien diferenciados. Estos. métodos permiten explorar un volumen relatv mente grande de terreno en un perfodo limitado de tiempo. La toma de muestras (muestreo) bien en pozos, calica tas 0 sondeos, junto con las pruebas de Iaboratorio seu lizan ampliamente en el estudio de suclos, en especial para cstructuras importantes y con terrenos relativamente uni formes. El investiador puede obtener muestras inalteradas de clevada calidad en pozo a cielo abierto, pero evidente- mente por este método s6lo se puede Megar a escasas pro- fundidades. Las zanjas 0 pozos pueden excavarse a mano 0 iecinicamente mediante una pala excavadona 0 bulldozer. Los sondeos pueden realizare con sondas o barrenas, con © sin entubacién, o ademado. Existen dificultades para obtener muestras inalteradas de calidad, especialmente cuando se trata de profundi- ddades importantes. La operacién de toma y transporte de 1 Br lector puede consultar Ia obra de TerzaghiPeck (1967) para un tratamiento mis detallado dela exploracin del tereno. 90 La naturaleza del suets renee on a a eae oe a oe ® . HoffmaneMainak — Plantema Cerrado Abierto Pesado (Msg) Nese ey Pesado (Brunner) Medio (Stump) —— a ra we Sez 50" = nl ae| [asl fool dee Dinerions en mm “Ha vrata fora oj del cone Fig. 73. Penetrémetros(Sepin Schultze y Knausenberper, 1957). ‘muestras, asf como la preparacién de los especimenes para las pruebas dan lugar a que el suelo quede sometido a es- fuerzos muy diferentes de los existentes in sim. Esta variacién inevitable del sistema de esfuerzos modifica el comportamiento del suelo. Ademds, la extracciOn, trans- porte y preparacion de las muestras las somete general- mente a deformaciones que alteran la estructura del suelo. Por estas razones es muy dificil la determinacién de las propiedades i situ a partir de pruebas de laboratorio. En capftulos posteriores de este libro se comentarin los ‘métodos de prueba en el laboratorio, citando algunos de Jos efectos més importantes de la perturbacién de las muestra. ‘Las pruebas de campo adquieren una gran importancia en Jos suelos muy susceptibles a la perturbacién y cuando Jas condiciones del terreno varian en sentido horizontal 0 vertical. El método de prueba in situ més ampliamente utilizado es el de penetracion. La Fig. 7.3 muestra algunos de los penetrémetros utilizados para el estudio del terre- no. Estos penetrémetros se hincan o se hacen penetrar a resin en el terreno, midiendo la resistencia a la penetra cién, La prueba més ampliamente utilizada es la “pe- netracion estindar” (0 normal) que consiste en la hinca del tomamuestras que aparece en la Fig. 7.4, dejando caer una maza de 140 libras (63.5 kg) desde una altura de 30 pulgadas (76 em). La resistencia a la penetracin se ex- presa por el aimero de golpes necesarios para hincar el tomamuestras 1 pie. (30 em.). ‘La tabla 7.4" presenta una correlacin entre ta resis: tencia a la penetracién estindar y Ia compacidad relativa de Ia arona o la resistencia a compresiGn simple de la arcilli, La prucba de penetracion estindar éonstituye un método muy valioso para la exploracién del terreno. Sin embargo, solamente debe utilizarse @ titulo indieativo ya que existen muchas razones por las cuales los resultados son s6lo aproximados. ‘La Fig. 75 muestra los resultados de tas pruebas de penetracién realizadas en laboratorio, en un depésito de gran didmetso. Estas pruebas muestran que la resistencia a In penetracién depende do diversos factores dstintos de la compacidad relativa. Como puede verse, neesistoncia-aoa peneiracién-a8-funciSn-de-la-prosién-de-confinamiento y el-tipo-de-arena. Ademés, los valores indican una amplia ispersién de os resultados. Laninfluencia=del-tipo-de arena cobredda-cesistonca- ala penetracién-es-especialmente importante .con-capacidades-bajas, que son las de mayor interés, Otro factor que puede tener una notable influen- cia sobre la resistencia a la penetracion de una arena es la = * arn ey wi a ‘Aguers para el Sgua, 16 ram ote contral pride Zapata de ceo” || oro rh Peso total Bi Fig. 74, Penetrémotro esti sda (agin Terzaghiy Pack, 1967). sateen eNO IR, ar nT TNO at ee ccsseuenneeniiseing, Formacién de los suelos 91. ‘Tabla 7.4 Prueba de penetracién estindar, Compacidadselativa Resistencia de tls arena aril Resistencia a Resistonela a Resiencia com ua penetacion N Compaciaa ta penetaciin N reson sipple {eolpesiey eta {obese ‘Gelem®) CConsitencia 0-4 Muy suelta <2 <025 Muy blanda 440 Suelta 24 0.25-0.50 Blanda 10-30 Media 48 050-1.00 Media 30-50 Compacta Bs 1.00-2.00 Semidura >50 Muy compacta 15.30 2004.00 Dura 330 >4.00 Rigida Segin Terzaghi y Peck, 1948. presién de pozo o intersticial existente en el instante de realizar las medidas. Si el nivel de agua en el sondeo se hace descender antes de realizar la prueba de penetraci se obtendré una resistencia més baja. La experiencia ha demostrado que la determinacién de la resistencia al corte de una arcilla a partir de la prueba de penetracién puede ser muy inexacta. La prueba de penetracién estindar debe utilizarse sélo como indicacin o junto con otros métodos de exploraci. En ciertos pafses, como Holanda, las condiciones del terreno son tales que la prueba de penetracién ha resul- tado valiosa. También se han utilizado ampliamente mé- todos més sofisticados (como el penetrémetzo con véstago de firiccién (Begemann, 1953)}. La prueba de veleta 0 molinete (vane test) ha resultado también muy itil para determinar la resistencia al corte de arcillas blandas y limos. La Fig, 7.6 muestra veletas de diversos tamafios y formas utiizadas para pruebas in situ. Se hace penetrar la veleta en el terreno y a continuacién se mide el par 0 momento torsor necesario para hacerla grar. La resistencia al corte se determina a partir del momento torsor necesario para romper el terreno a lo lar- g0 de los bordes verticales y horizontales de la veleta En posteriores capftulos de este libro se demostrard que una exploracién adecuada del terreno debe com- prender la determinacién de Ia presién intersticial a diver- sas profundidades. Los métodos para la determinacién de Ia presiGn interstical se comentan en la parte IV. En esa misma parte se indica también cémo la permeablidad del terreno puede estimarse a partir de pruebas de bombeo. En obras importantes pueden ser también convenientes diversas pruebas de carga y de compactacion en el campo. En estas pruebas, se somete uma pequefia extensin del terreno a cargar por a estructura a un estado de esfuerzos in situ aproximados & los que tendré posteriormente. El ingeniero extrapola los resultados de estas pruebas de campo para predecir el comportamiento de Ta estructura real 7.7 PERFILES O CORTES ESTRATIGRAFICOS DEL TERRENO Las Figs. 7.7 a 7.17 presentan una serie de perfiles del terreno y la tabla 7.5 da amplia informacién sobre la his. toria geolégica de los mismos. La finalidad de la presenta cién de estos perfiles es: 1. Indicar eémo la historia geolégica influye sobre las ccaracteristicas del terren 2. Dar valores tipicas de las propiedades del suelo. 3. Mostrar claramente la gran variabilidad del compor- tamiento del suelo con la profundidad. 4, Dustrar la forma de presentacién de datos referentes al terreno. ara la eleccién de estos perfiles se siguicron tres cri terios: en primer lugar, se escogieron ejemplos con dife- rentes historias geoldgicas; en segundo lugar, la mayorfa de los perfiles corresponden a casos de los que existen abundantes referencias, con numerosos detalles sobre las ‘aracteristicas del terreno y sobre los problemas corres- pondientes a tales perfles; y por titimo, gran parte de los perfiles seleccionados corresponden a obras de ingenieria interesantes o de gran importancia. Algunas de las caracteristicas del terreno que aparecen cn los perfiles ya se han comentado en este libro. Entre clas estén la humedad, el peso especifico, la relacién de vacios, la porosidad, los limites de Atterberg y el tamano, de las particulas. Otras caracteristicas, en especial las re- ferentes a la resistencia y compresibilidad, se estudiarin més adelante, volviendo entonces a hacer referencia a estos perfiles. Los perfiles aclaran muchos conceptos presentados an- teriormente en este libro; algunos de ellos se comentan a continuaci6n: Historia de presiones o esfuerzos En un suelo sedimentario normalmente consolidado la relacién de vacfos y Ia humedad disminuyen con la pro- fundidad, mientras que la resistencia al corte aumenta como consecuencia. Esta caracteristica se aprecia en varios de los perfiles recogidos, por ejemplo, en la arcills marina noruega (Fig. 7.7), la arcilla del estuario del Tamesis (Fig. 7,10) 0 la arcilla canadiense (Fig. 7.11). La arcilla de Lon- res esti sobreconsolidada ya que estuvo sometida a una ‘carga de tierra superior a la existente actualmente, arras- 92 La naturaleza del suelo %— osu Se 8 a te > Secada al sire 0.60.2 0.70 kyle? pose ° See aac ty oS asa saat | | {Se ae oa = a. Be som | tote | comme [ES ‘a — oonget cue leet Bl cg eres our | a lata 7 ; : ; vat £ fae, | i wu taal 2 ab C eZ igen Le °9 20 70 0 % 20 seein : es ie a ad o Resultados de pruches de penetracinesténdar. a) Arena gruese, 6) Arena Gibbs y Holt, 1957). wn ARUP OTN tt ERENCE eA: om @ Formacién de los suelos. 93 30 hss ss 260 @ 120 Dimensions (ni) 130 5. | Js i 19 10 ® Fig, 78. Veletas o Molinetes, ») Sonda do veleta, 6) Veletas os tudiadss por Aas (1965) ‘Tabla 7.5. Perfiles 0 cortes estratigrificos del terrend ‘Nimero Desominacién 10 n ‘Acca marina ‘de. Noruegs ‘Acila de Lon: ‘ans ‘Acca azul de ‘Boston Acila del es: ‘waro del Ta ‘Arclaestrati- cada cana: dionse Arcilla de la ciudad de México ‘Avila de Chi ‘ago y arena ‘Arcla de Aft ‘adel Sur Arcilla test dual’ brasi- iene ‘Arena del rio Voigt Terrones de Kewasai Formacion ‘Sedimentos trnsportados por rior do glecarcs, Depositada_ bajo, condiciones tarinas en el Foceno, hace ipreximadamente 30 ilo Sodimentos tansportados por ‘ommentes de glaclaes en Tu- sion del Mosno y depo. sitados en las tanga ‘aguas masinas de a Bahia de Heston Sedimentos tcansformados.y “ransportados por corentes Y dopostades tn un esturio Un periodo postglacial Sedimentos tansportados por omientes de placiares en fu in 9 depos en os Sedimentos de oxigen volcini- co depostados en forma ka ‘ast en a Valle de Mexico (durante et Gal del Pleisto- ‘a argilla © deposits en capas ‘de “Til” porlos glacares en {ses de avance y retro, ‘epositindase et agos gla" ‘Formada in situ por alteracién ‘dela roca ‘Arena aluval de 0 Volga Depésita lavas dal Holoce- io. Los 4am 8 ‘son 4eeleno hidielico Efectos posteriores Sedimentos en proceso ‘de ieranaminto.y ifaviclinn Done Speier ae: lovacin y aeaste son Jr for supeions y 1728 ohh ei cae Londtes ‘Ascilla sometia a pto- eios de. levante Snieno, inmersn ‘evo "ivantamient® [EL bombeo de agua ds- ‘de pouos.-ha hecho deseonder a capa fredtiea ‘Observaciones| ‘Normalmente consolidadas ‘Pao ln costa rupert Sobreconsoidada en le par- {te superier y nonnalmen- te comolidada on laine [Normalmente consolidada ‘bao Ia costa superficial ‘Las votascaras de limo de ositadas en primavera y Worano: las vets obscura de “arc” en invemo a artes de a ciu- Hnarclia etd oral. mente consoldada y 20 ‘tras sobreconsolidada, Los datos dea Fig 7.17 6 ‘otuveron con sts ‘onguadas extn 8s poess Perl que aparece en a panel Referencias Bjerrum, 1954 Stempton y Henkel, Ward’ Samuels y Butler, 1959" Horn y Lambe, i968 Skempton, 1948 Skegpton y Henkel, Miligan, Soderman 'y Ruta, 1962 deny" Borozuk, 1962 Jennings, 1953 Vargas, 1953 94 La naturateza del suelo Dessipion peg Muredad (3 1020.30 40 aloes mation a rca nas eters 10 w= 3; PT Bae arcs ban omogine 15| Prt Profan 25 ‘ed @ Fig, 7.7. Aecilla marine de Noruoge. a) Resultados do un sonde Drammen. b) Resultados de tn sondeo en Manglerud, Oxo. (Seguin Bjerrum, 1958) trando después la erosion parte de estas tierras. Como era de esperar, Ja arcilla de Londres sobreconsolidada no muestra una reduccién apreciable de la humedad o un aumento de la resistencia con la profundidad. En la parte superior de la mayoria de los perflles del terreno aparecen costras debidas a la desecacién y meteo- izacién, La desecaci6n crea presiones de poro negativas ‘que aumentan las presiones entre las particulas de suelo y sobreconsolidan Ia arcilla, La desecacién también favorece la alteracién. quimica, 10 que provoca en el suelo una sobreconsolidacién aparente. En la acilla de le ciudad de México y en Ia de Lon res la presién intersticial del terreno es inferior a la pre- sién estética, La importancia de esta disminucién de presién intersticial se comenta con detalle en las partes IV y V de este libro La acilla residual brasilefia (Fig. 7.16) muestra indicios de sobreconsolidacién en la mitad superior del estrato y de consolidacién normial en la mitad inferior. Es dudoso sin embargo que se puedan utilizar los términos “sobre- consolidado” y “normalmente consolidado” en el caso de Ios suelos residuales. ‘Sensibilidad El tiempo y las variaciones de presién y condiciones ambientales desde el instante de 1a formacién pueden dar lugar a que un suelo tenga una mayor resistencia en es- tado inalterado que en estado remoldeado (una vez que el, suelo se ha amasado, como para la prueba del limite Iiqui- do descrita en el capitulo 3). El término sensibilidad (so susceptibilidad) se emplea para describir esta diferencia de resistencia, la cual viene determinada por la relacién entre Is resistencias correspondientes al estado inalterado y al remoldeado. La sensibilidad estd relacionada con el indice de liquidez, ya que la mixima pérdida de resistencia de- beria producirse en un suelo floculado cuyo contenido de agua fuera muy grande respecto a su limite liquido deter- ‘minado con suelo remoldeado. Como se ha afirmado en la seccién anterior, los suelos sedimentarios depositados en ‘un medio marino y lavados después de Ia sedimentacién vienen a presentar una elevada sensibilidad. Cualquier sue- Jo con una Sensibilidad igual o superior a 8 se denomina “sensible”. La arcilla de Manglerud (Fig, 7.7) constituye ua caso limite de arcila muy sensible, con una sensibili dad superior a 500. La arcilla del estuario’ del Témesis también es sensible. Variabilidad del terreno Los perfiles del terreno ofrecen muchos ejemplos de variabilidad, tanto en pequefias como en grandes distan- cias. En la'arcilla de Manglerud y en la del estuario del ‘Timesis, pueden apreciarse estratos bien diferenciados de Formacién de los suelos 95 muchos metros de espesor. En las arcillss sedimentarias La arcilla de Ia ciudad de México, que contiene mont- suele existir una gran variacin en las propiedades del sue-morilonita y cenizas volcdnicas es unta de las arcllas més | lo en distancias de centimetros. Estas variaciones en pe- plésticas que puede encontrar el ingeniero de suelos. quefias dstancias se aprecian claramente en la arila fina- Como puede verse en la Fig. 7.13, esta arcilla tiene va mente estratificeda canadiense (Fig. 7.12). La Fig, 7.12 lores del IP superiores 2 400. Los suelos sudafticanos (Fig. muestra las grandes diferencias de humedad y plasticidad 7-15) pueden tener elevados valores del IP y quedar por eae He encima de la Iinea A en ef grifico de plasticidad. Esta entre las eapas oscuras (“acilla”) y las claras ("Timo"). caracteristica es comin a los suelos que presentan proble- mat de expmsion, como es el eas0 de las arias sudafe Pasticdad canas. 1a plustildad registrada para Is area en lot dlvertos 74 RESUMEN DE PUNTOS FRINCIPALES perfies varia enoomemente. Las acillasglaciles, que con- tienen generalmente una proporcién importante del mine- 1 La determinacién del perfil del terreno es un paso f ral arciloso iia, tienden a poseer una plasticidad relativa- csencial en casi todos los problemas de mecinica de rminado valores del in Gaus Meta de 15 4 20 pause ace aces (peg 2 a8 propisdades de oe solos en un perl dependen 7 aie ans a de: a) la naturaleza de los componentes del suelo, sjemplo, la aria marina de Noruegs), sin embargo pue- 4 et metodo de formacion del teno,y ¢) lt all den presenta valores mucho mas atos como se apreca en ‘tin dl poril despues desu fosmacio los datos de I arcilaestratiicada canadiense, en especial 3, Se dapone de muches métodos para et estudio de para las capasoscurss. terrenos. La prueba de ponetracén estindsr es my Design Tessa ees ured (5) ‘ova em) Valores matin et lo Sowa” so | 123 4867 8 [= Cops opal of | T ae | ‘Aria aerada I set a ‘muy este | 24005 70188 (oni) ina 2778 wy = AB rr ae 5 tp pa0ose Sac 2 320% = 1.93 53.tovn?) {JI 7 rotund 25/— aT ‘ad | oh i ‘or = Knit guido + Prubas de wlets op = lint plstco © Compredién spe o = 7.7. leontinuseién) “ fi rs 96 La naturateza det suelo Resin conte, Cored my 100 0 4 oot os we \ || TT TT TD g s st Opa ¥ a i * t | le + TI ct (| Anan aA : a : r | LE LOI Fig. 78. Arcilla de Londres. «) Resultados de prusbes en Paddington. 6) Resultados de pruebas en Vietoria y el South Bank. (Segin ‘Skempton y Henkel, 1957). Formacién de los suelos 97 \ Huei (x) esc core en Conga ry kn) i owes" so woo Tp 3s 4S) 6 9 Gor Boa _ooes +390" T il _4 i 7 j | |e rsinton 2 j z _ au i é i | - ? | i 7 sy i | : le i » i . | i 36 i _ i al j Tktoia” 0 Saath Bank | Siren g i Fig, 78. (continuacién). 98 La naturaleza del suelo (epezueny oysqusbuy 9p 02099) gees 9p expt 20 fo ep ued “6814 {tun yen ant ony (35) aR, Or oz 0 orz_ost_ om 08 99 “e961 “PLEH A vorduens unbog) ssw [ep oFemsD 6p eH4Y “OLE SHH uma Formacién de los suelos ‘peepuna Seemed [xm papas RAIN ean pani oe. Fao | | rT ih woos os0 Broa eo ara {OF (26) pepsuny, ELON 20/9 rc epuasoy 100 La naturaleca del suelo eeig “epg o uno Yamey Buena JO "Aspen upESnDD so eypey “1448s Formacién de los suelos 101 ASSL EUEERIN fi VERE ra Sa a (x2) ens 2p of of €eouEg safreram ee pow Apecta de Mg i) a ae 102 La naturaleca det suelo — Prin de pe Angus eso © Lite iu ws) Heal opi re “Lite pic (1 ioe {ishem’} © Care de pecan: Dbl de Wain ge ae) 100 200 300 400_ 500 en T_2 19) = 3 al Fig. 7.13, Propiedades mecsas dels acilas de de México en un punto fico dela ciudad (Segin Marsel, 1957). rin. 714, Sudos de Chicago) Sono en tae Dive carce del Avni de Mitwaukes(1200N, 1600) Sone ene ele 1 canons y on a Aveniga de Racine (5005, 1200. (Segin Peck y Reed, 1954), | Formacion de los uelos 103 — ' “409177 foe ence Oat! Mundt oe ed Lament oy TS on a oad al i tetas | YQ rt at aia nt ie ea oie, +431, one tea i | -1ah>) fi ‘Ascii azul may blands [ ae ‘| f \ aa ' sama on fe soa gone sa oe | fats rom setae ie 5 , \~ | waa —— L i pat wet uy on scien ty me i NS 7 “| a a Final det sondes i] l i © : aun E ‘Superticie: _presion (hgfem?) ‘Humedad (%) / saan oe yg we ni on wc ta a 2 tat a ogy int, a | |e tee a ; 228) rae tp fe en ay ( ! azaleas os Arcilka grasa media, azul, arenoss: |-* sea i { E ncn muy vin ators Scot Salome wo i> i i i -se Het est no rd ‘test a | Eituecee poe 9.60 = “| st enn tt ao Final det sondoo oy | I 104 La naturaleza del suelo Tame Humedad ) arperTar|0 1 101 20 25 fa] Now | P85 a0 fA taredabeata| 47 | 29 8 4904) SEES |s4) 20] 6 7 i 150 seawarwes | 7 | 14| 7 @ TTT T Vereeniging Sotelo) Rustonborg | : Wate! Boven Bloemfontein Preora Standerton Fountains, | | 4 aes "O02 a0 8B Tt Limite ui bd o Fig. 7.18. Arcilas de Africa det Sur. a) Variacin de las humeda- des medidas dirsctamente bajo una loss impermeable. 6) Resul- ‘ados de prucbae de identificaciin de sueos sudafricanesen los que ‘2 han observadoearacteristicas expansive. (Sop Jennings, 1963). : | | i i i Formacién de los suelos. 105 Pres (6) ‘0 100 SL Aa ai tri sito 10 15| @ HERES cauenex) —_ reminsen a a ce ee ol: Y | y Py sp . 125] 1» Fig. 7.16. Arcilla rxidual brasilefe. 2) Arcilla poross residuol (Campinst) procadento de Ia detcomposicién de una arenisca are Variacién de la consstencis, qranulometria y porosidad con la profundidad. 6) Arcila residual (Belo Horizonte) procedenta de escomposicién de un gneis. Variacién de Ia consistenca, granulometrfs y porosided con la profundidad. c) Prasones viruses proconsalidaién en func de la profundidad de las muostres. (Segin Varo. 1953). | i | | } | | | i 106 La naturaleza del suelo Pore (%) “oe ee 6 eso expec seo (wm?) Prfundéad(m) * 2 oo NL re ES. Pan peti url ——— Poms emeics mimo y iin ‘eso especitica natural y granulometria de arenas aluvsles (ste- ‘ibn vertical de un poro) Fig. 7.17. Arena do io Volga (Seguin Durante v Col 1957). ‘it para obtener una visi6n general aproximada del perfil del terreno. Suele ser necesario la toma de rmuestras y las pruebas i situ y en laboratorio para ‘obtener valores de proyecto. 4. La experiencia resalta la importancia de a historia de presiones y la gran varibilidad de las propie~ ‘dades del suelo en un perfil determinado, como se aprecia en fos perfiles de las Figs. 7.7 y 7.17. PROBLEMAS 7.1. Indiquense los métodos de estudio del terreno sds adecuados para cada uno de los siguientes casos: «@. Vivienda cimentada sobre arena. 2, Tramo de caretera sobre roca, . Terraplén de 30m de altura sobre un depésito de arcilla blanda de 6 m de espesor. ‘d.Cimentaci6n de un gran compresor sobre un ter plén de arena de 3 m de espesor, formado por relleno hidrdulco 72. Representar la relacién entre Ia profundidad (or- Aenadas) y el indice de guides (abscisas) para a. La arcila de Mangleud (Fig. 7.7) b. Laarcilla de Paddington (Fig. 78). c. La arclla de Chicago (Fig. 7-14). Discitase en cada caso ln posible relacion entre el indice de liquider y fa historia geoléaica 7.3. Representar la sensibilidad (ordenadas) en funcion det indice de liquides (abscisas) utiizando los datos de los siguientes suelos: @ Arcilla de Drammen’ y arcila de Manglerud (Fig. 1. . Arcilla azul de Boston (Fig. 79). Discitanse las relaciones obtenidas. “74 Caledlese la actividad de la arila azul de Boston, ‘una avvilla estratificada canadiense y una arcilla residual braslena, 75. Represéntese la relacién entre la compacidad rela- tiva (abscsas) y la profundidad (ordenadas) para la arena del rio Volga (Fig. 7.17). PARTE Ill EI suelo seco En la parte Ill, se establecen ciertos principios basicos referentes al comportamien- to esfuerzo-deformacién del esqueleto de un suelo, considerando los casos (como su- cede en los suclos secos) en los que no existe una interaccién apreciable entre el esqueleto mineral y el fluido intersticial. Los principios referentes a las propiedades de los suelos secos serdn de interés para el estudio de los suelos con agua en las partes IV yv. "AL hablar de suelo seco en la parte III nos referimos a un suelo secado al sire. Incluso una arena secada al aire contiene realmente una pequefia cantidad de agua (qui- zis una humedad de hasta el 19). Sin embargo en cuanto el tamafio de las particulas ‘es como el del limo grueso o mayor, esta pequefia cantidad de humedad tiene escaso (0 nulo efecto sobre las propiedades mecsnicas del suelo. Los principios establecidos en Ja parte IIT son aplicables a una amplia variedad de suelos secos, incluyendo los limos sgruesos, las arenas y las gravas. . CAPITULO 8 Esfuerzos en una masa de suelo En la parte Ilse estudiaron las fuerzas que actian en- ‘te particulas individuals del suelo. En un suelo real, evi- dentemente, ¢s imposible estudiar las fuerzas exstentes en cada punto’ de contacto. Mis bien es necesaio emplear el concepto de esfuerzo*. En este capitulo se introduce el concepto de esfuerzo tal como se aplica a los sulos, se comentan los esfuerzos que existen en una masa de sueio como resultado del peso propio y por efecto de las fuerzas aplicadas y por iltimo fe muestran algunas reprosentaciones geométricas tiles del fxtado de esfuerzos en un punto de una masa de suelo. + No existe una teaduccin unificas en castellano paa ol téemi- no stress. Ax, por ejemplo, on Fspafa se emplea el equivalente {tendidn, junto’ con fos ues pos: accion (tensile stress), compre- Sion, (compressive stress) tensién tangencial (shear stress. Por el ontzario, en México y otfos patter de America del Sur se habla de fexfuerzos que pueden ser de tensin, de compreion y cortantes 0 {angenclales. Esta segunda forma es la que se ha adoptado en este libro por lo que el lector no habituado deberd tener presente esta nota para no inoue en interpretaciones equivocadas. (NT). lento A @ 8.1_ CONCEPTO DE ESFUERZO EN UN SISTEMA DE PARTICULAS La Fig. 8.12 muestra una pequetia celda de medicién hhipotética (elemento A) enterrada en una masa de suelo. Imaginemos que esta celda se ha colocado de tal forma ue las particu del suelo no se han desplazado. Los dia- sgramas de la Fig. 8.15 representan las caras horizontal y vertical del elemento A, con las particulas de suelo que cargan sobre esas caras. Estas particulas ejercen general- ‘mente fuerzas normales y tangenciales sobre dichas caras. Si cada cara es cuadrada, de lado a, podemos definir los esfuerzos que actian sobre la celda por donde Ny y Nz representan respectivamente las fuerzas normales en direcciones vertical y horizontal; Ty y Tp son respectivamente Ias fuerzas tangenciales en direcciones ver- ‘Suparici del tarona Fig. 8.1. Diagramas para ilustrar fa defiicién de esfurzo. 2) Perfildel terreno: by} Fuerzas sobre el elemento A. ut 112 El.aelo seco parvcalsstadas por cima y debso de plano de sezcion Fig. 8.2. Definicién de los eafuerzos on un sisters de particule. =N tical y horizontal; y 0s, On, To ¥ Mm representan los esfuer ‘zor cortespondientes. De esta forma hemos definido cua tro esfuerzos que, al menos teGricamente, pueden visuali- zarse y medise directamente. Tn esta Parte III, excepto cuando se indique lo con- trario, se supondré que la presiGn en la fase intersticial del suelo es mula; es decir igual a Ia presiGn en Ia atmosféric ‘De aquf que las fuerzas Nv, Nn, To ¥ Tn se deben i mente a las fuerzas transmitidas a través del esqueleto mineral. Emeun-svolosoco,.elvesfuerzo-puede.imaginarso- dadsde-éreade-suelon Realmente, es bastante dificil medir con precisién los esfuerzos existentes en el interior de un suelo, princi palmente debido a que la presencia de un medidor altera Br campo de esfuerzos que existiria si aquel no se hubiera colocado, Hamilton (1960) ha estudindo las celdas me- idoras de esfuerzos y los problemas asociados con ellas. Con objeto de que nuestra definicién de esfuerzos se pueda aplicar con independencia de un medidor, podemos fhaver pasar un plano imaginario a través del suelo, como ‘sr indica en la Fig. 8.2 Este plano atravesard los granos ‘ninerales y 108 espacios intersticiales. Puede suceder que fste plano pase a través de uno 0 més puntos de contacto entre’ particulss. En cada punto en que este plano atra- viesa materia mineral, la fuerza transmitida a través del fsqueleto mineral puede descomponerse en fuerzas nor- males y tangenciales al plano, Las componentes tangen- Gales pueden @ su vez descomponerse segiin un par de ges coordenados. Estas diversas componentes se han re- presentado en la Fig. 8.2 Kacsumo-de-las-componentes Fuer2as, dividide-por-olérea ‘plane: Andlogamente, Ia suma de todos los componentes Tangenciales sobre el plano en la direccién x, por ejemplo, dividida por el érea de este plano es el esfuerco tangencial (ocortante Ten la direccién x. Existe también otra imagen bastante utilizada para la dofinicién de esfuerzos. Puede imaginarse un plano “ondu- Bre zr, edo” que se dobia justo lo suficiente para cortar materia ‘mineral unicamente en los puntos de contacto entre par- ticulas. El esfuerzo es entonces Ia summa de las fuerzas de contacto dividida por el érea del plano ondulado. La suma de todas las areas de contacto seré una parte muy per ‘quefia del érea total del plano, ciertamente menos de 1%. Porcllo, elesfuerzo definide de estaforma difiere mucho nu- iéricamente de los esfuerzos en Jos puntos de contacto. ‘Al utilizar la palabra “esfuerzo” en este libro nos refer mos al esfuerzo macroscépico, os decir fuerza/irea total, tl ‘como se ha definido con ayuda de ls Figs. 8.1 y 8.2. Cuan do sea el caso de referinos a los esfuerzos en los puntos de contacto entre particulas utiizaremos una cierta adjetiva- tion como “esfuerzos de contacto”. Como se dijo en el ‘apitulo 5, los esfuerzos de contacto entre particulas de un suelo pueden ser muy grandes (dl orden de 10,000 kg/cm). Los esfuerzos macroscépicos, segin se definen en este.ca- pitulo, tienen una gama de variacién tipica de 0.1 2 100 Kafom para la mayorfa de los problemas reales. EI concepto de esfuerzo esti estrechaments asociado con el de medio continuo. As pues, cuando hablamos de Tos esfuerzos que actian en un punto, imaginamos las fuerzas que actdan sobre las carss de un cubo infnita- ‘mente pequerio compuesto de un cierto material homogé neo, A primera vista podemos, sin embargo, proguntarnos tiene sentido aplicar el concepto de esfuerzo a un ss- tema formado por particulas como es el suelo. Sin em Dargo, el concepto de esfuerzo que se aplica a los suelos no es més abstracto que el mismo concepto aplicado a los inetales. Un metal se compone realmente de muchos pequerios crstales y, a la escala submicroscépica, la mag- Pitud de las fuerzas entre crstales varfa aleatoriamente de in cristal a otro. Para cualquier material, el interior del “cube infinitamente pequefio” es por tanto sélo estadisti- ‘Camente homogéneo. En un cierto sentido, toda Iams feria se compone de particulas y s6lo tiene sentido el hablar de esfuerzo macroscépico si este esfuerzo varia poco en una distancia del orden de magnitud del temafio Fela particula més gruesa. Cuando se habla de los esfuer- zos en un “punto” del suelo, debemos imaginar un “punto” bastante grueso. Volviendo a la Fig. 8.1, advertimos que las fuerzas N, ct, son las sumas de las componentes normal y tangen de las fuerzas que actsan en cada punto de contacto entre Jas particulas de suelo y Tas caras del elemento ideal. Cuanto mis pequefio sea el tamafio de las particulas ma- yor sera el mimero de contactos con una cara de lado a ‘Ast pues, para un doterminado valor del esfuerzo macros cépico, una reduccién en el tamafio de las particulas sign fica una menor fuerza en cada contacto, Por ejemplo, la Tabla 8.1 recoge valores tipios de la fuerza de contacto para diferentes esfuerzos y tamafio de las particulas (ver Marsal 1963). ‘Tabla 8.1 Valores tipicos de las fuerzas de contacto medias en suelos granulares ‘Fuerza media de contacto (@) para un esfuerzo macroscopco Esfuerzos en una masa de suelo 113 sez (6 yen) Prafundided ¢ Fig. 8, Exfuerzor geostticos en un suelo con superficie hor zontal. tooce Piet (elem?) donde z es la profundidad y es el peso especifico total fuelo’pariiculas fal Too el suelo. En este caso, el esfuerzo vertical variaré lineal ‘mente con la profundidad, como se indica en la Fig. 8.3. a 5 30 300 Un peso especitico tipico de un suelo seco es 1.6 t/m. os Coneste peso especifico, la eeuacién 8.2 puede transformarse . ee nos en la serie de férmulas stiles recopidas en la Tabla 8.2 Arena Tabla 8.2. Formulas para el céleulo de las 006 «3x10 3x 10-* 0.0003 presiones geostiticas vertcales Limo 0.002. 3x 10% 3x 10" 3x 107 Unidades de oy _—_‘Unidades de + __-Exprean do ov iba pie? pies 100: libras/pulgnda?® pies 0.694: 8.2 ESFUERZOS GEOSTATICOS kglem? metros 0.1602 atmésforas pies 0.04732 Los esfuerzos en el interior de un suelo estin produc dos por las cargas exteriores aplicadas al mismo y por el peso del propio suelo. El sistema de esfuerzos debido a las cargas aplicadas suele ser bastante complicado. El sistema de esfuerzos correspondiente al peso propio del suelo tam- ‘bign puede ser complicado. Sin embargo, existe un caso habitual en el que el peso del suelo da lugar a um sistema de esfuerzos muy sencillo: cuando la superficie del terre: ‘no es horizontal y cuando la naturaleza del suelo varia muy poco en direccién horizontal. Este caso se presenta frecuentemente, en especial en suelos sedimentarios. En tal caso, los esfuerzos se denominan geostéticos. Esfuerzos geostiticos verticales En el caso que acabamos de describir, no existen es- fuerzos tangenciales sobre planos verticales y horizontales trazados a través del suelo, De aqui que el esfuerzo verti- cal geostitico a cualquier profundidad puede calcularse simplemente considerando el peso de suelo por encima de dicha profundidad. ‘Asf pues, si el peso especifico del suelo es constante con Ia profundidad oomaye 62) ‘Nota, Sobre a base y= 100 hpi? (1.60 tonn®) Para cualquier cour peso eapeciin ef pie? multpica por 1/100 (o por 7/60, con'yen toni). Por supuesto el peso especifico no es una constante ‘con la profundidad. Generalmente un suelo resultard cada ‘vez més compacto al aumentar la profundidad debido a la compresién originada por los esfuerzos geostaticos. Stet ificondel-suelo-vaciaede-forma~continue-sonia os esfuerzos verticales pueden calcularse por eo els integral secre Sinelasueloestdastratificada- y el Ejemplo 8.1 Datos: La telacion entre el esfuerzo vertical y el peso especifico es 7 = 1,520 + 0.0022 a» donde 7 viene dado en ton/m? y a, en ton/m? Problema: Calcular los esfuerzos verticales @ una pro- fundidad de 30 m para el caso de esfuerzos geostéticos. Solucién por cileulo directo. A partir de la ecuacién 83: oy =[(1,520+0.002204)dz (en metros) 40s = 1,520 + 0.002 a dz La solucién de esta ecuacién diferencial es: y= 6.90 (60-9022 _ 4) Para z= 30m 0» = 6.90 (1.0683 ~ 1) = 47.73 ton/mt (tra solucién aproximada por tanteos: Primer tanteo: Supongamnes un peso especifico medio desde 2=0 a z= 30 m de 1.60 ton/m®. Entonces, para = 30:m sero» = 48 ton/m?. El peso especific (entrando ‘con este exfuerzo) seria de 1,625 ton/m* y el peso especi- fico medio (suponiendo una variacin lineal de 7 con la profundidad) valdria 1.57 ton/m?. Segundo tanteo: Suponiendo un peso espeeifico medio e157 ton), resulta para z= 30 m, o0 = 47.10 toni? y ‘1 = 1.60. El peso especifico modio sori 1.56 ton/m?, coin- cidente précticamente con el supuesto. La ligera diserepancia entre ambas respuestas se debe a aque el peso especifico realmente no varia tan linealmente ‘con la profundided como se ha supuesto en ln segunda solucién, La diserepancia puede ser mayor cuando 7 sea ris susceptible a la varicién de oy. La solucién por céleulo directo es mis exacta, pero se pueden cometer crrores mis ficilmente en las unidades. La exactitud de la solucién por tanteos puede mejorarse dividiendo Jos 30m de profundidad en capas y suponiendo una varacién uniforme del peso especifico en cada una de elas. < Esfuerzos geostiticos horizontales La solacié tical se expresa por un coeficiente denominado eoefieiente-dex evfuerconlateraiede-presion-lateral y s designa por el simbolo K = 5) Esta definicion de K se emplea indiferentemente de que los esfuerzos sean geostiticos 0 no. Incluso en el caso de que los esfuerzos sean geostiti 0s, el valor de K puede variar entre amplios limites, s2- gin que el suelo resulte comprimido o expandido en diteccién horizontal, bien por las fuerzas de la natura- leza 0 de los trabajos del hombre. La gama posible de variacién de K se comentari con més detalle en el capi- tulo LI. Frecuentemente tiene interés la magnitud del esfuerz0 geostético horizontal en el caso especial en el que no se haya producido deformacién lateral en el terreno. En este caso se habla del eoeficientende-presién-laseral-ew-reposo? ¥ se designa por el simbolo Kex Como se ha comentado en el capitulo 7, un suelo sedi- mentario est formado por una acumulacién de sedimen- tos de abajo a arriba. Al continuar aumentando el espesor de sedimentos, se produce una compresién vertical del suelo a todos los niveles debido al aumento del esfuerzo vertical. Al producirse la sedimentacién, generalmente en tuna zona bastante extensa, no existe razén por la cual deba tener lugar una compresién horizontal apreciable.. Por esta razén, se Hoga logicamente a la conclusién de que ‘en un suelo sedimentario el esfuerzo total horizontal debe ser menor que el vertical. Para un depésito de arena for- mado de esta manera, Ko suele tener un valor compren- dido entre 04 y 0.5. Por otro lado, existe evidencia de que el esfuerzo horizontal puede ser superior al vertical si un depésito sedimentario ha tenido una carga importante en el pasado. En efecto, los esfuerzos horizontales quedaron “conge- Jados” cuando el suelo estuvo cargado con un espesor mayor de tierras que el actual y no se disiparon al supri- rirse esta carga. En este caso, Ko puede alcanzar valores de hasta 3. En la Fig. 8.3 se ha representado Ia gama de variacién de los esfuerzos horizontales para el estado en reposo. 8.3. ESFUERZOS PRODUCIDOS POR LAS CARGAS APLICADAS Los resultados de la teorfa de la clasticidad se emplean frecuentemente para calcular los esfuerzos producidos en tuna masa de suelo por las cargas aplicadas exteriormente. Esta teoria parte de la hipétesis de que el esfuerzo es pro- porcional a la deformacién. La mayoria de las soluciones ras ttiles de esta teoria suponen también que el suelo es homogénoe (sus propiedades no varian de un punto a fotro) dsdmopas (sus propiedades son las mismas cual- quiera que sea la direccion que se considere partir del punto.) El suelo rara vez se ajusta exactamente a estas hhipétesis, y muy a menudo no las cumple en absoluto. Sin embargo el ingeniero no tiene otra altemativa que templear los resultados de esta teoria junto con su criterio personal. 2 La expreslin cosficionte de presiin lateral también se utiliza, pero en mecdnica clsica la palabra “presén” se sucle emplear en ‘Rlacion on tn fuido que no puede transmit estuerzos tangen ‘ales. ' | i ; } La obtencién de la solucién eléstica para unas determi- nadas cargas y condiciones de contomno o frontera es bas- RIN Esfuerzos en una masa de suelo 11S nlx \A Ele eee ne 030 : | / y | fT | | t = l= ! LAL / | | | x | |/ ‘aio| : loos | Fig. 84. Esfuerzos variates producides por una carga uniforme sobre ‘una superficie circular. tante tediosa. En este libro no nos interesa la forma de ‘obtener estas soluciones, sino més plearlas. En este capitulo se incluyen varias soluciones en forma grifica. ‘Carga uniforme sobre una superficie circular. Las Figs. 84 y 8.5 dan los esfuerzos producides por una presion 1 Ia forma de em- espacio elistico®. Estos esfuerzos deben afladirse los esfuerzos geostaticos iniciales. La Fig. 8.4 proporciona los Eq general fos esfuerzoscaleulados a partir de a tora dela elusticidad som funciones del coeficiente fd se defined en ol sapituo 12. Sin embar Ie! dsbidos aos esfuerzos normalcsaplcados en superficie son sem pre independientes des, asi como los esfuerzosoriinados por una Poison Esta magnt vis exfuerzoe verti normal uniformemente repartida Aq, que acta sobre una Carga en Ina, Por ello, de los grficosrepresentados en este capitulo superficie circular de radio R en Ia superficie de un semi- Silo ls dela Fig. 8.5 dependen de y corespondeh a 4. , 116 El suelo seco 7 Esfuerzos en una masa de suelo ose ¢ © fa oro] 01 6080 £0 90 $0 sro +4 eof - sop 90 cobs 60 on oes 2 118 Et suelo seco esfuerzos verticales, El significado de Ae, y Aos, dados en la Fig. 8.5, se comentard en la seceiin 84. Por el mo- mento basta con saber que, a lo largo del eje vertical. Ao,= Ac, y Agy= Ao El ejemplo 8.2 muestra el empleo de estos abacos. Los esfuerzos provocados por una carga superficial deben afta. dirse @ los esfuerzds geostiticos con objeto de obtener los esfuerzos finales después de aplicar Ia carga. Las figures como las indicadas dan una idea de cémo © distribuyen los esfuerzos en una masa de suelo, Por ejemplo, Ia zona situada bajo la superficie cargada, donde Jos esfuerzos verticales son més importantes, x sucle de. nominar frecuentemente “bulbo de esfuerzos”. Para una superficie circular cargada, los esfuerzos verticals son me- nores de 0.15 gs a una profundidad de 3R y menores de 0.10 Age a una profundidad de 4R. Generalmente se con- sidera que el bulbo de esfuerzos corresponde al volumen comprendido dentro del contorno correspondiente a 0.1.4 gy aunque esta eleccién es totalmente arbitrara. Carga uniforme sobre una superficie rectangular. El srifico de la Fig. 8.6 puede emplearse para obtener los esfuerzos verticales bajo la esquina de una superficie rec- tangular cargada. El ejemplo 8.3 muestra Ia forma de emplear este prifico para obrener los esfuerzos en puntos fo situados bajo la esquina do la superficie cargads. Los problemas que comprenden cargassuperficiales no repart- das uniformemente o distribuidas sobre una superficie de forma imegular pueden resolverse dividiendo la carga en partes que contengan cargas uniformemente repartidas sobre superficiesrectangulares, Cargas en faja. Las Figs. 8.7 y 8.8 dan los esfuerzos producidos por eargas en faja; es decir, cargas que son in- finitamente largas en la direccién normal al plano de la figura. Se recogen dos casos: carga uniformemente reparti- day carga en faja de forma triangular. Andlogamente, ‘Ag; = Ady y Avs = Aon alo largo del eje vertical. Otras soluciones. También se dispone de grificos para otros casos de carga en medios eléstioos estratificados y en terenos elisticos rigidos en direccién horizontal pero deformables en direccién vertical. Con un computador > Ejemplo 8.2 Datos: Se tiene un suelo con y= 1.70 ton/m® y Ky = cargado con Aq, =25 ton/m® sobre una superiicie circular de 6 m de diémeteo. Problema: Catcular los esfuerzos vertical y horizontal ‘una profundidad de 3 m. Solucin ~~ Bifuezo ner verte horizontal Gonjm’y oni) Esfeerzos #= 510 Kore = 2,55 inicales Incrementos de Fig. 8.55 esfuerzos 16.00 (0.10)(25) Esfuerzos m1 finales < > emplo 83 Datos: El esquema de carga representado en la Fig, TSH Problema: Calcular el esfuerzo vertical a una profundi- dad de 3 m bajo el punto A. Solucién: La carga dada es equivalente a la suma de los 4 rectangulos de carga que aparecen en la Fig. E8.3.2 Caio de carga ‘m___Coefcients aw -tonja® 1 15 2 0223 1415 1 2 0S 0135-0675 ci 15° 05 0131. -0.655 Vv 05 05 008s 0.425 (0.210 ton/m? < digital, el ingeniero puede obtener ficilmente las distribu- cones elisticas de esfuerzo para cualquier tipo de carga y condiciones de contomo. Grificos como los aqui recogi- am] ae Stove! dos resultan sitiles para el estudio preliminar de un pro- bblema 0 cuando no se dispone de un computador. ee Fig. 8.31 4 on 40 ima a i Ww r 7 1 15m ase [41 tom 450 + Dexa 7 “1 + come + + Ona —>| or Fig, 8.32. Esfuerzos en una masa de suelo 119 Fig, 8.7. Esfuerzos principales bajo una cargo rectangular de longi td infinita. Exactitud de los valores calculados para los esfuerzos inducidos. Se plantea la cuesti6n critica de la exactitud de los valores calculados a partir de las teorias de distribu- cién de esfuerzos. Esta cuestién puede resolverse vinica- ‘mente si se comparan los valores calculados con los incre ‘mentos de esfuerzos reales deducidos de una serie de ‘casos précticos. Desgraciadamente, existen escasis series de medidas fidedignas de los inerementos de esfuerzos en ‘una masa de suelo (ver Taylor, 1945 y Turnbull, Maxwell y Ahlvin, 1961). [Las comparaciones, relativamente escasas, entre los in- cerementos de esfuerzo calculados y medidos i concordancia sorprendentemente buena, en especial en el ceaso de los esfuerzos verticales. Se requiere un gran nti mero de comparaciones de este tipo para establecer el ‘grado de precisin de los incrementos de esfuerzos calcu- Tados. En la fase actual de conocimientos, el ingeniero debe continuar empleando las distribuciones de esfuerzos basadas en la teoria de la elasticidad, a falta de métodos mejores. Debe tener presente sin embargo que los valores asi calculados pueden adolecer de un error del £ 25% 0 superior. 8.4 ESFUERZOS PRINCIPALES Y CIRCULO DE MOHR Como en cualquier otro material, el esfuerzo normal en tun punto situado en el interior de una masa de suelo suele ser una funcién de la orientacién del plano elegido ‘para definir dicho esfuerzo. Carece de significado hablar del esfuerzo normal 0 del esfuerzo tangencial en un punto. Por esta razén, generalmente se afiaden subindices alos simbolos @ y 7 para especificar la forma en que se de- finen estos esfuerzos. Con mayor generalidad, por supues- to, deberiamos hablar del tensor de esfuerzos que propor- ciona una deseripcién completa del estado de esfuerzos en ‘un punto. Este tema se comenta en los textos de mecsni- ‘ca elemental, como el de Crandall y Dahl (1959). Los siguientes pérrafos establecerdn los conceptos y definicio- nes esenciales. Esfuerzos principales En cualquier punto sometido a esfuerzos existem-S-pla- ‘nos-ortogenales (es decir, perpendiculares entre si) enles ‘cuales lor-esfuoraosstangonciales-son-nulos. Estos planos 3¢ denominan planos principales. Los esfuerzos normales que fctian sobre estos tres planos se denominan exfuerzos principales. El més grande de estos tres esfuerzos principa~ les se denomina esfuerzo principal mayor oy ; et més pe- iqueio es el esfierzo principal menor 03 y el tercero es el esfuerzo principal intermedio 02. ‘Cuando los esfuerzos en el terreno son geostiticos, of pplano horizontal que pasa por un determinado punto es ‘un plano principal al igual que todos los planos verticales a través de dicho punto. Cuando K <1, 0» = 01, 0 =03» i | | | | | | 120 El suelo seco 4 2 4, 2 a 4 a 08 oY TI 83 7 | aT 5 - 7 Ai 005 % | [i | 3 | a 1 i 2 7 | 5 } aL _ | TT L | { = = | | | . Fig. 8.8. Esfuerzos principales bsjo una carga triangular de longitu Infinita, YG = 0, = on, Cuando K > 1 sucede lo contrario: on 1 0) = 03 ¥ 02 = 0; = On, Cuando K= 1, ov = on o1 = 0; = 05,y el estado de esfuerzos se denomina ‘isotropo. Debemos indicar también que sobre-dos-planos-ortogonales-ovalesquicra-(planos que for- _man ngulos rectos) debeansax-iguales-numézioamente. Vol- viendo a la definicin de esfuerzo dada en Ia seccién 8.1 debe ser t =%e Circulo de Mohr. En la mayor parte de este libro, nos referiremos iinicamente a los esfuerzos existentes en el estado bidimensional, en lugar de los que se producen en tres dimensiones*. En particular, nos interesard el estado de esfuerzos en el plano correspondiente 2 los esfuerzos verticales mayor y menor, @ 1 y 0 3. Los esfuerzos se con: siderarén positivos cuando stan de compresin. En la Fig. 89 se indican los demas convenios de signos. La magnitud (01 —05) se denomina esfuerzo desviador 0 diferencia de esfuerzos. Dada la magnitud y direccién de oy y 0 5, s© pueden caleular Ios esfuerzos normales y tangenciales en cualquier otra direcci6n mediante las ecuaciones de la esttica que * Ej esfuerzo principal intermedio tone, sin duda,ciertainfiuen cia sobre la rsistoncia y las propiedados esfuerzodeformacién del ‘clo. Sin embargo, esta influenia ain nose conoce bien. Hasta que pueda explicase este efecto parece conveniente trabajar principal: mente en funcién de a: ¥ 3 se recogen en la Fig. 8.95 . Estas ecuaciones, que propor- cionan una descripcién completa (bidimensional) del es- tado de esfuerzos, comesponden a un cffculo. Cualquier unto del cfrculo, como el A, representa los esfuerzos sobre un plano cuya normal forma un dngulo @ con la direccién del esfuerzo principal mayor. Esta representa cin grifica del estado de esfuerzos se conoce como circu- To de Mohr y tiene una gran importancia en Ia mecinica de suelos. Dados 0 y 03 y sus direcciones, se pueden encontrar sgrificamente los esfuerzos comespondientes a cualquier ‘tra direccion mediante el efreulo de Mohr. Por otro lado, dados 99 y ro que actiian sobre dos planos cualesquiera, pueden encontrarse Ia magnitud y direcci6n de los esfuer 208 principales. La nocién de polo resulta especialmente Util para tales construcciones grificas. El polo es un punto del eirculo de Mohr, designado por Op, con la siguiente propiedad: una linea trazada por Qp y por wn punto dado A del circulo de Mohr seré paralela al plano sobre el cual actiian los esfuerzos correspondientes al punto A. Los ejemplos 8.4 a 8.7 muestran el empleo del cfreulo de Mohr y del polo. El lector debe estudiar estos ejemplos ccuidadosamente. 5 Las esuaciones 8.6 y 8.7 vienen deducidas en la mayoris de los textos de Mecsnica; ver, por ejemplo, Crandall y Dahl (1959), pis. 1302138, i © Fig, 8.9, Representacion de lor exfuerzot medionte at efrculo do Mohr. a) Estado de esfuerzos en un punto. 6) Diagrama de Mohr puta el estado de ssfuerzoe en un punto, 7 es positive cuando va en enti contaro alae aguia del rela se mide en sentido contra Fio a las aguas del rel a partir de Ia cirecién de or cyoosto + opsento 24% A= e529 6) t= (6, ~ 0p)s0n0 0050 = 25 Fsen29 (6.7) Fl esfuerzo tangencial méximo en un punto, Tmax ¢s siempre igual a (0, —05)/2; es decir, el esfuerzo tan- gencial méximo equivale al radio del citculo de Mohr. Este esfuerzo tangencial méximo se produce en planos ‘que forman + 45° con la direcci6n del esfuerzo princi- pal mayor. Si el estado de esfuerzos es geostitico, los esfuerzos tangenciales maximos se encontrardn sobre planos que for- man 45° con la horizontal. La magnitud det esfuerzo ‘angencial maximo ser SiK <1, Esfuerzos en una masa de suelo 121 SiK>1, K = 1) SiK=1, Tnic = 0 8.5 DIAGRAMAS pa En muchos problemas conviene representar, sobre un diagrama tinico, muchos estados de esfuerzos para una determinada muestra del suelo. En otros problemas se representa en un diagrama de este tipo el estado de es- fuerzos de muchas muestras diferentes. En tales casos resulta muy pesado trazar los cireulos de Mohr, incluso mis dificil ver lo que se ha representado en el diagrama después de dibujar todos los eirculos. ‘Otro método para dibujar el estado de esfuerzos puede ser adoptar un punto representativo de los esfuerzos cuyas, ‘coordenadas son ate 2 +51, forma un dngulo jgual o menor de + 45° con 1a vertical 1, Oe) Si 0, forma un ingulo ‘menor de * 45° con la hori- zontal. En la mayoria de los casos en Ios que se utiliza la re- prosentacién puntual, los esfuerzos principales actiian so- ‘bre planos verticales y horizontales. En este caso, la cecuacion (8.8) se rduce a 9) Este método equivale a representar un punto tinico de un eireulo de Mohr: el punto més alto si q es positiva 0 cel mas bajo si q es negativa. Numéricamente, q equivale a Ja mitad del esfuerzo desviador. El ejemplo 8.8 muestra los puntos correspondientes al estado de esfuerzos estudiado en los ejemplos 8.4 2 8.6. Conociendo los valores de p y q para un cierto estado de esfuerzos, se posee toda la informacién necesaria para dibujar el citculo de Mohr correspondiente. Sin embargo, cl empleo de un disgrama p-q no exime de utilizar et cefreulo de Moht para determinar la magnitud de los es fuerzos principales partir de un determinado estado de cesfuerzos. 122 Bl suelo seco > Ejemplo 8.4 Datos. Los de la Fig. E8.4-1. t 2 Ed wel bee igen Tit B 2m? Fig. e844 Problema. Calcular los esfuerzos sobre el plano BB. Solucin. Utiicese la Fig, E842. 1 x w le z : x - lc a i a Fig. 842 1. Se representan los puntos de coordenadas (4,0) ¥ (2,0). 2. Se dibuja el eftculo, tilizando estos puntos para definir el diémetro. 3. Se traza la linea A'A’ por el punto (2,0), paralela al plano sobre ef cual acta el esfuerzo (2,0). 4, La interseccin de A’A’ con el eirculo de Mohr en el punto (4,0) es el polo. 5. Se traza la linea B'B" por Op, paralcla a BB 6. Se leen las coordenaéas del punto X donde B°B" corta al circulo de Mobr. E843 Respuesta. Ver la 5 kefom? Sobre BB { [r= 0.87 kglem? \e tole? Aialen? on XK salen Fig. £8.43, tra solucén. 1.08 pasos 1 y 2 igual que antes. B'Se tran por el punto (2,0) la linea C’C’ paralela al plano sobre el que actia et ears eed 4. C'C’ corta al cireulo de Mohr solamente en (4,0) de forma que este punto es el polo Op. Los pasos 5 y 6 andlogos al caso anterior. ‘Solucién por medio de las ecuaciones 8.6 y 8.7 0 =4 kg/m? 0 = 2 kg/em? @ = 120° oo SEZ 4 Aa 2g 24 3 ~ oo 6 = 25 al? -sen 240° sen 60° = — 0.866 < (Preguntas para el alumno, iPor qué es @= 120°? jEI resultado habria sido diferente si 9 = 300°?) Esfuerzos en una masa de suelo 123 > Ejemplo 8.5 Datos. Los de la Fig. E8.5-1. Fig. £8541 Problema. Caleuas los esfuerzos sobre el plano horizontal DD. Solucién. 1, Se stan los puntos (4.0) y (2.0) en el digrama de Mohr (Fig. E8.5.2). ye bs p tort oo } | a rr % Foe552 2. Se dibuja el citculo de Mohr. 3. Se traza la linea A'A’ por el punto (2,0), paralela al plano sobre el que acta el esfuerzo (2.0) 4, En la interseccién de A'A’ con el cfrculo de Mohr se obtiene Op. 5, Se traza la linea D'D’ paralela al plano DD. 6. EI punto de interseccién, X, da los esfuerzos buscados. Respuesta. Ver la Fig. E85: 124 EY suelo seco > Ejemplo 8.6 Datos. Los de la Fig. E8.6-1 Fig. £8.64 Problema. Obtenet la magnitud y direccién de los esfuerzos principales. Solucion. Ver la Fig. E8.6-2 8 mS] 1 I VI no | = 7.7 7, 8 5 Fig. £8.62 . 1. Se sitian los puntos (4,1) ¥ Q,1). 2: Se define el didmetro y se dibuja el cfteulo de Mobr. 3. Se traza BB" por el punto (1-4), paralela a BB. 4, En la interseccién de B°B" con el citculo se obtiene el polo Op. 5. Se leon oy y 0 en el grafico 6. La linea que tne Op y 0} define el plano sobre el que acta oy, etc. (ver la Fig. £363), e1= 44 lent st D> > 159 le? Fig. £853 Resolucién por medio de ecuaciones. 1. Se parte del hecho de que Ia suma de esfuerzos normales es constante Oy 403 Zoo =442- 3 kglom® Zz. 2 es 2 Esfuerzos en una masa de suelo 125 2.52 enpla a ars con cualquier par de esfuerzos conocido. =VR3PFP aVie oe) 414 kgler? L414 kelem? 6 = —2y 5, El angulo que forma la direecién del esfuerzo principal mayor con la horizontal 230? —0= 525° < > Ejemplo 8.7 Datos. Se tiene una carga de 25 ton/m* uniformemente repartida sobre una superficie circular de 30 m de radio. ‘Problema. Para una profundidad de 30 m bajo el borde de ta superficie cargada, caleular el inoremento del esfuerzo horizontal y las direcciones de los inerementos de Tos esfuerzos principales mayor y menor. ‘Solucién. Pueden utiizarse las Figs. 84 y 8.5 para obtener Ae, Ao1,y Ao Representando estos incrementos se construye el cftculo de Mohr. El polo se localiza trazando una horizontal por el punto que representa el esfuerzo vertical, resolvigndose asi el problema. furs fbr 5 Yin piano vert = ‘rim 38 2 ba \ en ks Tein Diet sy es sues 0 oF bre un lao bo 4 onal (0. 35 = 0 ‘iy ton? Fig, £82. ‘Pregunta para ef alumno, Para la construcci6n del diagrama ha sido necesario su- poner que el esfuerzo tangencial era negativo sobre el plano-horizontal. Una forma de Comprobar esta-hipdtesis es viendo si las direcciones de los incrementos de los esfuer, 208 principales son razonables. {Lo son? i 126 Et suelo seco > Ejemplo 88 Representar en un diagrama p — q los estados de esfuerzos correspondientes a los ejemplos 8.4 2 8.6. Ver la Fig. E83. ) ta on G8) 02 ( | 8.6 TRAYECTORIAS DE ESFUERZOS Frecuentemente se desea representar los sucesivos es- tados de esfuerzos que existen en una muestra de suelo al cargarla. Una forma de hacer esto es trazar una serie de citculos de Mohr. Por ejemplo, Ia Fig. 8.10a muestra esta dos sucesivos al incrementar 01, manteniendo constante 4. Sin embargo, un diagrama con muchos citculos puede resultar bastante confuso, en especial si se representan sobre un mismo diagrama los resultados de diversas pruc- ‘bas. Un método mis satisfactorio consiste en representar luna serie de puntos (pq) uniéndolos mediante una curva (8.106). Esta linea se denomina tayectoria de eyfuerzos. ‘Al igual que un cfeulo de Mohr © un punto (p-q) repre- sentan un estado de esfuerzos, una trayectoria de esfuer 70! @ Fig, 8.10. Representaciin de sucssivos estados de esfuerzos % 208 proporciona una representacion continua de sucesivos estados de esfuerzos®. La Fig. 8.11 muestra diversas ta: yectorias de esfuerzos cuyo empleo refutard interesante en los capitulos siguientes. En la Fig. 8.11a aparecen trayectoras de esfuerzos que parten de un estado para el cual ay'= on. Este es un es- tado inicial comin en muchos tipos de pruebas de labora- torio. A partir de este estado iniial, se suele variar en general do y on en a misma magnitud (A oy = A on), 0 s2 hnace variar uno de los esfuerzos principales mientras que el Los téxminos historia de exfuerzos y cure vectorial se wtlzan también para indicar las curvas que representansucesivosestados de fesfuerzo, aunque las definiiones de estas curvas son algo dife- o niendo constants o3. Los puntos A,B, ete, reprsentan idénticos estados en ambos ‘agraman. a) Circuioe de Mohr. 6) Diagrame pre o 19\ Exes de aa con ehloye Fig, 8.11. Ehmplos do trayectorias do esturzos. a} Iniciimente > Ejemplo 89 ia. B) Iniciskmente oy >on >0. c) Inicialmente cy = Esfuerzos en una masa de suelo 127 otro se mantiene constante (4.0 positivo mientras A on . 6 Ack negativo para Av, =0). Por supuesto son posibles muchas otras trayectorias; pueden inerementarse si- multineamente 4.0; y Ao de forma que Ao3 = Ao, /4. Un estado inicial més comtin es que tanto ov como on sean mayores que cero, pero dv #0n. La parte (b) de la Fig. 8.11 muestra varias trayectorias de esfuerzos que par- ten de un estado inicial de este tipo. También tienen interés los estados de carga que parten de 0; =03=0 y en los cuales 0; y 03 aumentan de ‘manera constante (Fig. 8.11c). Para este tipo de carga a 1-k p i+K a donde K es el coeficiente de presin o esfuerzo lateral ya definido en la seccidn 8.2. La trayectoria de esfuerzos K corresponde a Ja compresi6n is6tropa, sin esfuerzos tan- senciales. La trayectoria Ko indica’ la forma en que zumentan los esfuerzos en un suelo normalmente consoli- dado durante ol proceso de sedimentacién. La pendiente de la trayectoria Ke se designa por 8; es decir, para un estado de carga Ko Fa tang (8.11) ‘Combinando las ecuaciones 8.10 y 8.11 se tiene 1=tanp Ta @.12) Una trayectoria de esfuerzos no tiene por qué ser una recta. Por ejemplo, podemos obligar a que los esfuerz0s 9° apliquen de forma que Ao» = 4 (A on). Una trayectoria de esfuerzos puede estar formada por una serie de tramos rectos unidos. Dos estados de carga diferentes pueden seguir la misma curva en el plano p-q, pero uno de ellos puede corresponder a esfuerzos erecientes y el otro a es- fuerzos decrecientes. Para evitar cualquier ambigiedad, las trayectorias de esfuerzos deben llevar una punta de flecha para indicar el sentido de Ia carga Datos. Condiciones de carga y terreno representados en la Fig. E8.9-1. Problema, Obtener la trayectoria de esfuerzos de los puntos A y H ‘Solucién: Utilicense las Figs. 8.4 y 8.5 para calcularlos* esfuerzos. Las trayectorias de esfuerzos se dan en la tabla siguiente y en la Fig. E8.9-2. < (Tabla del Ejemplo 8.9) Tica Tnerementon Final imo PGA OP FA 1s aes eae ign oe os On 9 mara 19 9 eee s06 ee 1007 Be 210124). 21°79) 22s eal sa58 188 ell 179) C 45 186 325 139 176 29 O41 25 428 213 D 80 MS 34 186 134 13 754 261 507 M6 EF 930 372 651 279 79 03 1009 375 692 317 F 10 496 868 372 50 01 1290 497 393 396 G 1545 618 1082 463 34 0 1579 618 1098 485 H 15S 742 1298 556 24 0 «(187942 ABLA_—568 * Las pequefias diferencias que pueda encontrar el lector, se deben a errores de redondoo en Ja transformacién de unidades, an. 128 1 suelo seco zi! ~ thas TL zi : $ i < 3 palams a - — Pig Ve Ye | Aaah 3, | i” e woe i| ; = | ofna aa | \ | segue poet De Ha, ' SoS es pees : | | oo 1 al oa | i fe aot el gE — t EE | os) | a 7 100 1S 150 toward Fig, £892. El ejemplo 8.9 muestra las trayectorias de esfuerzos para divesos puntos del gje vertical, bajo una superficie circular cargada. En este ejemplo es evidente Ia utilidad de Ja trayectorin de esfuerzos para representar las vaiaciones de los mismes. 8.7 RESUMEN DE PUNTOS PRINCIPALES 1. El concepto tradicional de esfuerzo puede aplicarse 2 un sistema discontinuo, siempre que el esfuerzo varie muy poco en distancias del orden de magnitud de la particula més gru 2. La representacién del citculo de Mohr para el es- tado de esfuerzos en un punto resulta extraordina- riamente dtl en la mecénica de suelos. 3. El diagrama p-g es también un auxiliar muy valioso para la representacién del estado de esfuerzos en un unto, mientras que la trayectoria de esfuerzos es de gran ayuda para la representacién de cambios en el estado de esfuerzos, 4. Si la superficie de un depésito de suelo es horizon- tal y el peso especifico es constante con la profun- idad, los esfuerzos geostiticos vertical y horizontal aumentan linealmente con la profundidad. 5. La teoria elistica permite una estimacién adecuada de los esfuerzos inducidos en una masa de suelo por las cargas aplicadas, ‘Al no ser el suelo elistico, y por otras razones citadas cen este capitulo, ef ingeniero’ debe utilizar los grificos de distribucion de esfuerzos con cierto criterio y precaué Se requieren muchos casos en los que se hayan com. pparado los esfuerzos calculados con los medidos in situ ara conocer la precisidn de los esfuerzos asi determi. nados. PROBLEMAS 8.1 Un suelo tiene un peso especifico de 7.75 ton/m? y lun coeficiente de presién lateral en reposo de 0.45. Supo- niendo que el estado de esfuerzos es geostitico, repre. sentar la ley de esfuerzos verticales y horizontales des. de Ia superficie del terreno hasta una profundidad de 15 m, 82 Un terreno presenta los siguientes pesos espect: ficos 03 m y= 1.75 ton/m? 38 m y= 1550 ton/m? 815 m = 180 tonlm* Suponiendo que el estado de esfuerzos es geostético jcudl serd el esfuerzo vertical a 12 m de profundidad? 83 La relacion entre el esfuerzo vertical y el peso es- pecifico es = 1304 001 00 donde yr viene expresado en ton/m* ya, en ton/m*. ;Cus] serd el esfuerzo vertical a una profundidad de 30 m en un Esfuerzos en una masa de suelo 129 depésito de este suelo, suponiendo que el estado de es- fuerz0s es geostitico? 8.4 Considérense los resultados del ejemplo 8.4. Par- tiendo de las componentes horizontal y vertical de los esfuerzos sobre Ia cara inclinada (y considerando la super- ficie relativa de las tres caras) demuéstrese que el elemen: to esta realmente en equilibrio. 85 Considsrese el ejemplo 8.5. 4 Repitase el problema pero en el paso 3 trécese wna Iinea paralela al plano sobre el que actia 0, . Demuéstrese que se obtiene ef mismo polo Op. 5. Calcilense los esfuerzos sobre el plano horizontal ‘mediante las ecuaciones 8.6 y 8.7 (ver la Fig. 8.9). 8.6 Considétese el ejemplo 8.6. 4. Repitase el problema pero em el paso 3 trécese una Tinea paralela a A A. 5, Determinense los esfuerzos sobre un plano horizon- tal y dedizcanse los esfuerzos que actiian sobre el elemen- to considerado. _ al Fig, POG 8.7 Dados los siguientes esfuerzos, caledilese Ia magni td y orientacién de los esfuerzos principales. Fig, P67 88 Tricense las trayectorias de esfuerzos en un dia entes estados de carga: )=2 kg/om?. om permancer constante mientras que d» aumenta hasta 6 Kg/em# b, Estado inicial oy ~ oy =2 kafem*. 0» permancce constante mientras que on aumenta hasta 6 kg/cm? ¢. Estado inicil on = 0) = 2 ka/em?. o» peimanece constante mientras que oy disminuye hasta 1 kg/em?. 4. Estado iniial op = op = 2 kglem?. oy ¥ op dismi- nuyen segin la relacién A on = Aou/3. €. Estado inicisl oy = 2 kg/om*, on = 1 ke/m?. oy permanece constants mientras que op disminuye hasts 0.7 Kglom?. F. Estado inicial ov = 2 kgfom?, on = 1 kglem?. 0» petmanece constante ‘mientras que on aumenta hasta 6 kgfom? 130 EY suelo seco 89 La superficie de un cuerpo elistico esta sometida 4 una carga uniforme de 5 ton/m? sobre un drea de 6 X 12 'm. Se pide: 4. El esfuerzo vertical a una profundidad de 3 m bajo la ‘esquina del rea cargada. 6, El esfuerzo vertical a una profundidad de 6 m bajo ‘1 centro del érea cargada. 8.10 Una carga uniforme de 10 t/m? se aplica sobre un érea circular de Sm de didmetro en la superficie de un cuerpo elistico. El cuerpo elistico tiene y = 1.75 ton/m? y Ko = 0.45. Calcular los siguientes esfuerzos en el eje ver. tical de la carga a una profundidad de 3 m, antes y des- ués de aplicar Ia carga: 4@. El esfuerzo vertical. 5. El esfuerzo horizontal. ¢ Bl esfuerzo tangencial o cortante maximo. Represéntese la trayectoria de esfuerzos para este estado de carga. CAPITULO 9 Pruebas de laboratorio para determinar las propiedades esfuerzo-deformacion Si el suelo fuera is6tropo y linealmente elistico seria posible determinar las constantes elistica E (médulo de Young) y 1 (Coeficiente de Poisson) a partir de una senci- lla prueba! utiizando estas constantes para calcular la telacién entre esfuerzos y deformaciones para otros tipos de pruebas. Sin embargo, este método tan sencillo no suele ser aplicable a los suelos. De aqui que 2 utilicen diferentes pruebas, cada una de las cuales ¢s apropiada para estudiar el comportamiento esfuerzodeformacion bajo un tipo de caxga especifico. La Fig. 9.1 recoge cus: tro de las pruebas més utilizadas para el estudio del com- portamiento esfuerzo-deformacién del suelo. El dispositive utilizado en las pruebas triaxiales permite también realizar pruebas de compresién is6tropa; de hecho, la compresién {stropa es la primera fase de una prueba triaxial. En este capitulo se describen las caracteriticas prin- cipales del equipo y modo operative para realizar estas pruebas. Para obtener buenos resultados se precisa una cuidadosa téenica y la méxima atencin a los detalles ope- rativos. Lambe (1951) ha descrto con detalle el equipo y método a utilizar. Bishop y Henkel (1962), han hecho un rinucioso estudio de la prueba triaxial. 9.1 PRUEBA EDOMETRICA 0 DE CONSOLIDACION En la prueba edométrica, se aplica presin a Ia muestra de suelo segin el eje vertical, y se impide la deformacién ‘en sentido horizontal. Asi pues, la deformacién axial es exactamente igual a la deformacién volumétrica. La Fig. 9.2 muestra las secciones transversales de los dos tipos de edémetros © consolidémetros més comunes. A esta prueba se le ha dado también los nombres de prueba de compre- sién unidimensional, prueba de compresién confinada y prueba de consolidacion, Este iltime nombre procede de ‘que esta forma de prueba ya se utiliz6 ampliamente ei el, pasado para estudiar el fendmeno de consolidacién (ver Jos capitulos 2 y 27), En esta prueba Ia relaciOn entre la presiGn lateral y Ia vertical es Ko, el coeficiente de presién lateral en repos (ver la seocién 8.2). La trayectoria de esfuerzos de esta, prueba se muestra en Ia Fig. 9.1, habiéndose dado tam- bién previamente en la Fig. 8.11c. En esta prueba también 8 producen esfuerzos y deformaciones tangenciales al 4 Este método s comenta en el capitulo 12, ‘gual que compresiones y cambios de volumen, pero como estd impedida la falla por corte, Ia deformacién principal se debe a compresién. Esta prueba goza de gran acepta- cién debido a que es relativamente sencilla de realizar y a que el estado de deformacién se aproxima bastante al existente en Ios problemas reales. La méxima dificultad experimental en la prueba edo- métrica es la friceién lateral: se desarrollan fuerzas tangen- ciales a to largo de la superficie cilindrica de Is muestra al producirse las deformaciones verticales. Este efecto de friceién lateral perturba el estado unidimensional de de- formacién e impide que parte de la fuerza axial alcance Ia parte inferior de la muestra. Para reducir el efecto de esta fricei6n lateral la relaci6n altura/diémetro de la muestra se hhace lo mis pequetia posible desde el punto de vista prictico, en general 1:3 a 1:4. El empleo del consolidé., metro de anillo flotante (Fig. 9.26) también sirve para re- ducir los efectos de la friccién lateral. Se han realizado numerosos ensayos para reducir esta friccién mediante lubricantes y membranas plisticas, habiéndose demostrado + que estas téonicas tienen un cierto valor. La compresibi lidad del aparato también puede ser una dificultad cuando se ensayan suelos relativamente incompresibles, siendo necesario entonces recurtir a dispositivos especiales (Whit- ‘man, Miller y Moore, 1964). En la forma habitual de edémetro 0 consolidémetro, no se miden las presiones laterales producidas durante la prueba. La Fig. 9.3 muestra un edémetro especial que ppermite medir estas presiones laterals. Las bandas exten- sométricas “strain gages” montadas sobre el anillo meté- lico detectan cualquier deformacién lateral del mismo, ajustindose la presiGn lateral para anular esta defor: macién. Mediante un dispositive andlogo es posible reali- zar una pruebs de compresiOn unidimensional utilizando uuna forma triaxial de aparato; es decir, un anillo delgado colocado en torno a la membrana detecta la deformacién lateral, modificdndose Ia presién en la cémara para anular esta deformacidn. De esta forma se elimina el problema de la friccién lateral. 9.2 PRUEBA TRIAXIAL La Fig. 9.4 muestra la idea bésica de la prueba triaxial, la prueba més comin y versitil utilizada pasaedetensnines: Jascprapiedades.estuersondefasmacisaadelsusloe Una mues- 131 132 El suelo seco anon Prueba Compreion ‘confinada | Compresion, Corte amma: (edometro) ‘axial directo Hib aos {iy Hie, condone | 2p R= ae". tee | SE inn TT, Detarmients | yy f= selene =o | bond e on 7 a“ Hi eons apna Vobmitic gi Votntiea — Diss y ert ‘tenatn vekiin | sien, cn crt ‘oun Tan te detomacin q ‘ | : Tey setts || Fe in 5 p Esti eter. doy sine; | cape eas |r mate faa | mimesis | ermienscine | tmtrormaioy | Ems camo altos te eforn cane Fig, 9.1. Tipos mis eomunes & pruebssexfuerz0-deformacién, tra cilindrica de suelo se somete en primer lugar a una presién de confinamiento oe en todas sus caras. A conti- rnuacién se inerementa el esfuerzo axial A gq hasta que se rompe la muestra. Como no existen esfuerzos tangenciales sobre las caras de la muestra cilindrica, el esfuerzo axial c+ Ads y Ia presion de confinamiento ae son los es- fuerzos principales mayor y menor, 04 y 03, respective ‘mente. El incremento de esfuerzo axial, A de 0; ~ 03, es el esfuerzo desviador. La prueba triaxial constituye simplemente una versién ‘especial de la prueba de compresidn cilindrica utilizada pera determinar las propiedades mecénicas de muchos ‘materiales, como por ejemplo el concreto. En general no existe una presién de confinamiento durante una prueba realizada sobre concreto, aunque puede aplicarse ésta en algunas. pruebas muy especiales. Sin embargo suele ser esencial una presién de confinamiento al realizar pruebas, en suelos. El lector puede darse cuenta ficilmente de que ‘una muestra de arena seca-no se mantiene sin cierto confi- namiento. En los capitulos siguientes veremos que la presién de confinamiento tiene una influencia impor- tante sobre el comportamiento esfuerzo-deformacién del suelo, ‘Tamano de la muestra La probeta de suelo suele tener unos 4 cm de dimetro y 8a 10 cm de altura. Tambien se encuentran frecuente- ‘mente muestras de unos 8 em de diémetro y 15 a 20 em de longitud. Para pruebas do suelos que contienen grava se ‘emplean muestras mucho mayores. Presion de confinamiento La camara de presién se compone generalmente de un cilindro de pléstico transparente con tapas terminales me- tilicas. Disposiciones tipicas se_muestran en Ia Fig. 9.5 ara aplicar la presién de confinamiento se utiliza gas 0 ‘un liquide presién, aunque es preferible un liquido (generalmente agua desaireada). Para presiones superiores de 7 0 10 kg/em?, deben colocarse en tomo al cilindro de lucita bandas metilicas de refuerzo, o substituir el plés- tico por un cilindro de metal. Pruebas de laboratorio para determinar las propiedades de exfuerzo-deformaciin 133. Ta Anite ‘Massa de see Tapa Pada aioe 1a Ane Monta de slo jada por ae @ Fig, 9.2. Formas habitules de edémetres. 2) De anitlo rigldo. b) De aniloflotante. (Segin Lambe, 1951). El suelo se introduce en una membrana flexible con tapas extremas, De esta forma el fluido de confinamiento no penetra en los poros del suelo. Carga axial En la forma més usual de la prueba triaxial (denomina- da prueba triaxial estindar © nomal) el suelo se Neva a I falla aumentando el esfuerzo axial mientras que la presion de confinamiento lateral se mantiene constante. De esta forma la trayectoria de esfuerzos en el proceso de carga es la que aparece en la Fig. 8.10. La fuerza axial se aplica al piston de carga bien por medio de pesas (prueba de es- Juerzo controlado) o por una prensa hidréulica o de accio- nnamiento mecénico (prueba de deformacién controlada), En pruebas con suelos secos Ia velocidad de carga viene limitada tnicamente por el tiempo necesario para observar y registrar los datos. En general transcurren de 5 a 30 mi rutos desde que se aplica por primera vez ta carga axial hhasta que se alcanza la resistencia maxima. Control de la presién de poro o intersticial Si una muestra de suelo seco se sella totalmente, y si el volumen del suelo varia durante el proceso de carga, exis- tird un cierto cambio en el volumen y la presibn del aire que ocupa los poros del suelo. Generalmente se dispone un sistema de drenaje formado por una piedra porosa més un conducto al exterior de la cémara, de forma que el alte puede entrar 0 salir del suelo evitindose asi el cambio de presin. El dispositivo de drenaje resultaré de gran im- Portancia en prucbas con suelos. que contengan agua, ‘como comentaremos en las partes IV y V. EI sistema de drengje también se puede utilizar para realizar una forma especial de prucba triaxial: la prueba ‘iaxial con vacto. Sie aire e extrae de los poros del sv 1, se crea una presién de confinamiento por Ia diferencia entre la presin atmosférca que actia sobre el exterior de Extenneto pars rr eformaca oes verte Ania de go Fig. 9.3. Eaémetro especial que permite medic presiones laterals, (Seqin Hendron, 1963). Ja muestra y la baja presién existente en los poros de la misma. Para esta forma de prueba no se necesita una cd- ‘mara de presién pero, por supuesto, la presién de confi- nnamiento no puede ser superior a 1 atm. ‘Medida de los cambios de volumen No es facil realizar mediciones precisas de las variacio- nes de volumen en un suelo seco, tanto al aplicar la pre- sién de confinamiento como el esfuerzo axial adicional. Si un suelo esta saturado de agua, su variacidn de volumen durante la prueba triaxial puede determinarse midiendo el vyolumen de agua que escapa 0 entra en la muestra. Afor- tunadamente, como veremos en la parte IV, el comporte- miento esfuerzo-deformacién de un suelo seco o saturado similar, siempre que el fluido intersticial pueda circular libremente por los poros. Algunos de los resultados de pruebas presentados en Ios capitulos 9 a 12 se obtuvieron realmente con muestras saturadas. lee 1, Secale te rue, emt nia membrana, sobre pede 2, a muesli senor, plano prion ita 8 con. Secontol je dla ‘muestra madnte tava nein Se pla a crgs vera, mediante tt vga que pots els cia, fava que produce row Fig.9.4.. Detalles prncipates de una ear triaxial. 134 Bt suelo seco” [Je Wietpo de aero inaxidable rsa Tati, | es emeerstemeyist 1 vas ese tn apne Sorter eee sea pee theme 1 inns cases ore (10 mm die. ex, 8 men de int y 178m ar 4 rane radies 5 mm de ancho por 108 mm de profndiad Pdr prom de a 3 (178) de exper permet de 8 mm ‘diet rapt 3 Juma te "2 con theres de Anil de bronee ‘aloia Conesin ono sina Cea rn ne Tne de apres ois ysldaia Bade boner” Jura ves ein Ca Fig. 95. Seccién do une cémara triaxial tipica. (Sean Bishop y Hen Ineluso en el caso de muestras saturadas es dificil reali- zar medidas muy precisas de las variaciones de volumen pproducidas en suelos de grano grueso. Esta es una de las Tazones por las que se suele utilizar la prueba edométrica, para estudiar deformaciones volumétricas. ‘Formas de rotura o falla de las muestras, La Fig. 9.6 muestra algunas formas tipicas de especi- ‘menes probados en Ia prueba triaxial. Distorsiones de este tipo dan lugar a ciertas dificultades en la interpretacin de los resultados de prueba. La variacin en la seccién trans. versal de la muestra suele ser tan grande que no puede tenerse en cuenta para el céleulo del esfuerzo axial a par- tir de la fuerza axial medida. La distorsion respecto a la forma cilindrica se debe principalmente a las restricciones impuestas por las placas de extremo y hace dificil deter- rinar la varicién de rea, introduciendo adems errores © inseguridad respecto a los datos esfuerzo-deformacién me- didos. Se han propuesto varios métodos que permiten el desplazamiento lateral libre entre el suelo y las placas de extremo, reduciendo al maximo las distorsiones (Rowe y Barden, 1964). 93. LA PRUEBA DE CORTE DIRECTO La forma més antigua de prusba de corte sobre un sue- lo es la de corte directo, utilizada primeramente por Coulomb en 1776. Los elementos esenciales del aparato de corte directo se muestran en el diagrama esquemético de la Fig. 97%. El suelo se coloca en una caja que se rom- pe por su plano medio. Se aplica una fuerza de confins- 1962) miento y a continuacin una fuerza tangencial que origina un desplazamiento relative entre las dos partes de la caj. Se registra la magnitud de las fuerza tangencales en fun: ci6n del desplazamiento y generalmente también la va- Hain de egpesor dela muestra. El aparato de corte puede ser circular o cuadrado en planta. En general la caja tiene 20 a 25 cm®. y aproxima- damente 3.6m de ature. La carga normal se agica me. diante un gato hidréulico 0 por medio de sobrecargas. En Ja mayoria de los aparatos el esfuerzo nonmal varia de O a 10 kg/cm?. La fuerza tangencial se aplica bien mediante pests (prueba de esfuerzo controlado) o mediante un mo- tor de velocidad variable (prueba de deformacién contro- dada). En suelos s200s la duraciGn de la prucba de corte directo es semejante ala dela prucba triaxial. 1a Fig, 9.7 muestra fa eccidn transversal de un apara- to de corte directo tipico. Las placas porosas que ape. Fecen en la figura no som necesarias para prucbas realiza das con suelo sec0, pero remltanindispensables en prucbes con suelos himedes o saturados, como se comentaré en la parte IV. Los métodos operativos para realizar Ia prucba de corte directo han sido descritos por Lambe (1951). Fig. 9.6. Formes tiplas de probetas rots en una prueba taxi! com bases rigid. Pruebas de laboratorio para determinar ls propiedades de esfuerzo-deformacién Easier mero el yugo psden mores Librement niacin vera pre permit vacions de volimen Basdor superior Yugo VLG Ney 135 Les basiorsspaior inferior sn dental pra nd mejor eect de En prvi sin ravi w colocan peas ‘spacers ete or dees, as cules hoy por Dias pores en as praca con dele s\ Fig. 9.7. Secci6n transversal de un aporato de corte directo (S. K. Hough Basie Soils Engineering. Copyright © 1957 The Ronald Press Co. NY. La Fig. 9.1. muestra la trayectoria de esfuerzos en una prueba de corte directo. En primer lugar existe un estado de carga Ko al aplicar la carga vertical. A continuaci6n, la aplicacin de la carga horizontal produce un incremento eq y también un aumento de p. La trayectoria de es- fuerzos no se puede dibujar exactamente para una prucba de este tipo, ya que al conocer inicamente los esfuerzos sobre un plano horizontal no se conoce el estado de es- fuorzos completo. Recientemente se ha descrito una ver- sion mejorada de la prueba corte directo (Bjerrum y Lambe (1966). 94 OTRAS PRUEBAS Se han desarrollado numerosos aparatos para pemitir pruebas especiales. Existen aparatos para estudiar el com- portamiento esfuerzo-deformacién bajo cargas dinémicas. Hay también aparatos que permiten estudiar el comporta- miento esfuerzo-deformacién en deformacién plana Gishop, 1966) y en corte simple (Roscoe, 1961). Cualquier estado de carga que no suponga una rotacién de as direcciones de los esfuerzos principales puede repro- ducise en una cdmara triaxial. En la Fig. 98 se dan ejom- I +2} : rH + t T Compresin vertical : 2 O22...] 3 | J | ¢] TT iZ | i i: EEF 1 | -1 | [Noes | Be I pen Fig. 98, Trayectorias de esfuerzos en prusbas taxis. 136 Et suelo seco plos de condiciones de prueba tipicas, junto con la no- menclatura uiilizada. La prueba de carga se realiza redu- ciendo la presién en la cdmara, aplicando carga al pistén con objeto de mantener el esfuerzo axial constante. Para realizar las pruebas de traccién o extensién es necesario tirar hacia ariba del piston de carga. Es tambign posible realizar las pruebas de corte de forma que la suma 0, +03 =0n +0» pemmanezca constante, es devs, It tra- yeotoria de esfuerzos representada por D en la Fig. 8.1a. 9.8. RESUMEN DE PUNTOS PRINCIPALES 1, Debido a que el suelo es un material tan complejo, ninguna prueba basta por si sola para estudiar todos Jos aspectos importantes del comportamiento es- fuerzo-deformacién. 2. La prueba edométrica es Ia més sencilla para estu- iar las relaciones volumétricas esfuerzo-deforma- cién, mientras que la prueba de corte directo es la sms fcil y In més antigua para el estudio de la resis- tencia al esfuerzo cortante. 3. La prueba triaxial constituye el método mejor y més versitil para el estudio de las propiedades es fuerzo-deformacién, Con esta prueba puede obte- herse una gran variedad de estados reales de carga. PROBLEMAS. 9.1 El problema 8.8 describe varios tipos de cargas ue pueden aplicarse en una cémara triaxial. Utilizando la nomenclatura dada en Ia Fig, 9.8, describir cada caso de carga (a a f) como compresién vertical, etc 9.2 Se realiza una prueba edométrica partiendo de una presién nula. Cuando oy = 8 kglem? se observa que (on = 3 kg/cm. Dibujr la trayectoria de esfuerzos de esta prueba, suponiendo que Ia relacion on/ov es constante a lo largo del tiempo. {Qué valores Ko y 8 tiene este suelo? CAPITULO 10 Aspectos generales del comportamiento esfuerzo-deformacion En este capitulo comienza el estudio de las propieds- des esfuerzo-deformacién de Ios suelo, iustrando y expli- cando la deformacién de los suelos granulares secos. De- bido a la naturaleza discontinua del esqueleto mineral de estos suelos, el comportamiento esfuerzo-deformacién es extraordinariamente complejo. En este capitulo recurrire- ‘mos a diagramas para intentar describir este comporta- rmiento. En capitulos posteriores se darin expresiones rmatematicas aproximadas para casos especificos. En el capitulo 8 se definid el concepto de esfuerzos para un sistema de particulas. La aplicacién al suelo del coneepto de deformacién puede entenderse con ayuda de Is Fig. 10.1, Las dos particulas que aparecen en la figura distan una magnitud L, muy grande comparada con su ta- mafio. Si estas particulas se aproximan una magnitud AL, la deformacién unitaria a compresiGn ¢x viene definida por AL/L. ‘Al igual que el esfuerzo, In deformacién es una magni- tud tensorial, siendo muy delicada su definicin. En este libro haremos referencia a: 1a deformacién unitaria a compresion se- gin un determinado eje 1a deformacién tangencial unitaria respec- to a dos ejes determinados Ja deformacién volumétrica unitaria Yor? AVIV: ‘Se suponen positivas Ias deformaciones de acortamien- to; Ia deformacién volumétrica positive supone una re- ducci6n de volumen. 10.1 MECANISMO DE LA DEFORMACION Las deformaciones experimentadas por un elemento de suelo son el resultado de las deformaciones internas y los ‘movimientos relativos entre las numerosas partfculas que ‘componen dicho elemento. En cada uno de los contactos centre particulas las deformaciones locales pueden ser muy grandes, muy superiores ala deformacién general definida anteriormente. Con objeto de entender el comportamiento general esfuerzo-deformacion del elemento, es necesatio Considerar lo que sucede realmente en el interior del mis- 137 mo. En el capitulo 2 se comenté ef mecanismo que con- tribuye a Ia deformacién de un suelo. Fundamentalme existen dos mecanismos en suelos granulares: la distorsion fractura) de tas particulas, y el movimiento relativo entre particulas como resultado de deslizamiento 0 roda- dura. Sin embargo estos mecanismos raramente son inde- pendientes uno de otto. Por ejemplo, la agrupacion de particulas que aparece en Ia Fig. 10.2 seria estable bajo Jas fuerzas aplicadas si las particulas fueran rigidas y no pudieran desizar unas respecto de otras. Como las par- ticulas reales no son rigidas, la deformacién de las misma dard lugar a ligeros movimientos del sistema, produciendo cl colapso de la agrupacin, potencialmente inestable. Dado que el movimiento relativo entre particulas origina las grandes deformaciones que se suelen encontrar en los suelos, estos movimientos no serian en general posibles si no se produjera la distorsin de las particulas. Se han propuesto varios modelos simplificados para ex- plicar las interacciones entre particulas. La teorfa corres ppondiente @ dos esferas elésticas en contacto se ha utiiza- do para anaizar y predecir las deformaciones que se producirian por la distorsién elistica de las particulas. Esta teoria ha sido descrita con detalle por Deresiewicz (1958). Scott (1963), Rowe (1962) y otros han desarro- liado teorias que tienen en cuenta los movimientos de deslizamiento y rodadura en agrupaciones regulares de es- feras rigidas, y que se han utilizado para estudiar la resis tencia al corte de suelos granulares. Simulténeamente otras teorfas también han considerado el deslizamiento en ‘agrupaciones regulares de esferas deformables (ver Hen- dron, 1963, y Miller, 1963). ‘Los movimientos en el interior de la masa de un suelo real son demasiado complejos para poderlos estudiar con tun modelo tan sencillo, En un instante cualquiera del pro- ‘ceso de deformacién, pueden actuar diferentes mecanis- ‘mos en diversas partes de un elemento de suelo. En cual- quiet punto del interior del elemento Ia importancia rela- oe Fig. 10:1. Definicién de Ia deformacién en un sistema de per euler. 138 El suelo seco Fig, 102. Colapso de un agrupacininertable de particuls, tiva de los diferentes mecanismos puede varias al progresar al proceso de deformacion. De todos modos, los modelos sencillos citados constituyen una base muy til para inter- pretar los resultados experimentales en suelos reales. Algu- nos de 1os resultados mds importantes obtenidos a partir de estos modelos se comentarin en las secciones si suientes. 10.2 DEFORMACIONES VOLUMETRICAS EN LA. COMPRESION ISOTROPA Pueden producirse grandes deformaciones volumétricas durante la compresién is6tropa como resultado del co- lapso de agrupaciones de particulas, tal como se represen- taen la Fig. 10.2. Cada uno de estos colapsos produce Ia rodadura y el dedizamiento entre particulas y, como resultado, se orig nnan fuerzas tangenciales en los puntos de contacto. Sin ‘embargo, Ia resultante de estas fuerzas tangenciales es nula sobre una superficie trazada a través de muchos puntos de contacto. De esta forma el esfuerzo tangencial sobre un plano cualquiera es nulo, aunque existan grandes fuerzas tangenciales en determinados contactos individules.. Las relaciones volumétricas esfuerzo-deformacién de los suelos son muy semejantes, tanto en compresién isétropa, como confinada. Como se observé en al capitulo 9, es més fécil realizar una prueba edométrica que una de com- presién isdtropa. Ademés, la compresién confinada es un ‘caso muy cortiente en ta naturaleza; se produce durante la fomacién de un suelo por sedimentacién y cuando se aplican cargas verticales de gran extension a los estratos de suelo. Por otro lado, 1a compresién isétropa pura rara- mente se produce en la naturaleza. Por estas razones, la compresin isétropa no se consi- derard en detalle. Cualitativamente, la relacién esfuerzo- Ph._d) Disminucidn de Is deformacion ‘erties. En fa descarge, la energiaeldaticsslnacenada Ins particulosproduco un movimiento hacia aribe de-Arespecto de 1B. Debs produciee un dedizamtento en sentido contvario pare mantener la condicin de mulo despazomiento lateral. Por 10 tanto Py is 5 20 f Ostoencin (8) aes @ 09, g 3 : 3 3 g a Deoracin sci (5) Termin 0 Fig. 10.18. Curves estuerzo-deformacién para muostae sueltas y compactas de sfena fina a media. oy = 2.1 Kglem? 00.605 ~ 100% Dn ¢9 0894 '~20% Dr. Linea consis, tos rele; linea de trazos, extrapolaciones boradae en reeultadoe de otras pruebas. (Sepin Taylor, 1948). Fig. 10.19. Comportamiento en diverts celos de carga durant a prusba triaxial, a) Sepin Rowe, 1962. 0) Sogin Shannon y Col. 1959. Aspectos generales del comportamiento esfuerzo-deformacién 47 Oa/em?y NS z % 7 RWIS 10 : Sa =e {tt Ze L 6 [ 1 2 3 4 5 6 7 890 = (glen? 2 Fig. 10.20. Trayectoros de esfuerz0s para distintos tipos de carga. Por ejemplo, 1as Figs. 10.20 y 10.21 muestran las tra- yectorias de esfuerzos para diversos estados de carga que pueden conseguirse en una cimara triaxial. Las Figs 10.22 y 10.23 muestran los datos esfuerzo-deformacion resultantes. Por conveniencia del dibujo, tos valores de q se han dividido por el esfuerzo vertical ayo al comienzo de la prueba, Resulta provechoso un estudio cuidadoso de estas figuras, en especial de los datos referentes a las varia- ciones de volumen y a las deformaciones horizontales. ‘Comportamiento en la prueba de corte directo E1 comportamiento general en las pruebas de corte irecto es exactamente igual al observado en las pruebas de compresin triaxial. La Fig. 10.24 muestra una serie tipica de resultados de una prueba de corte directo en arena suelta. Los resultados de una arena compacta mos- trarfan una curva esfuerzo-deformaci6n con un maximo, y ‘ 1 T TT { a 2 ‘> § i 3 2, | LE ts | “h [ 0 5 z 4 6 paZt#2 gajenty staal, 10.21. Trayectoris de estuerzos en estados de care in legpr i 148 Bt vto'deo (|||) | 6) 8/1) 2|>| | " i i zs | iP i z | 8 | ii | i, iH] yi | r Hy { i 5 2 ¢ $ . 5 8 i Doma tl 4 Fig 1022. botoreter- Bjemplo 11.1 Datos. Se tienen los siguientes esfuerzos obtenidos en pruebas triaxiales estndar con arena compacta, bien graduada, formada por granos gruesos de cuarzo. ‘Valor de p para Valor miximo deq el maximo de q fo, tia cui. “aan n= (2) oy = Oy oy ly 27), (kg/em?) (kg/em?) (kg/cm?) sas 2a 2 4 20.80 8.40 12.40 : Ee if a8 Problema. 4. Calcular # mediante la envolvente de Mohr 6. Calcular 6 mediante las relaciones de Ia Fig. 11.5, ce. Caleular Ber, Sotucion. a. Ver ta Fig. E111 Fa > nove d Mr eae | or aw " ia eu ies) Fig e111. b ow = ‘ 1 5.05 2 492 4 520 8 503 21 0, = 454 = Resistencia av esfuerzo cortante de los suelos granulares 155 ican en la Fig. 11.5. La magnitud (1+ sen g)/(I ~ sen 1) aparece frecuentemente en mecdnica de suelos y se la hha asignado un simbolo especial (*): Ltn ¢ aig EI ejemplo 11.1 muestra la aplicacién de estas relacio- nes a una serie de datos que se ajustan bastante bien a la ecuacién 11.3. En el resto de este capstulo emplearemos la ecuacién 11.3 para representar la resistencia de diversos suelos granulares, por 10 que hablaremos tinicamente en ‘érminos de $. Significado de critesio de falla de Mohr-Coulomb La ecuacién 11.2, 0 la ecuacién 11.3, mis sencilla, que se suele utilizar para suelos granulares, es al mismo tiempo tuna de las ecuaciones més ampliamente empleadas y mis discutidas de la mecénica de suelos. Es incuestionable la validez de estas ecuaciones como aproximaciones titles. Esta validez es una simple consecuencia de la forma en la que se han definido c y @ y de la manera en que se em- plearén en capitulos posteriores. Sin embargo, el plano de falla definido anteriormente, de acuerdo con la indicacion original de Mohr puede o no ser ef plano sobre el que se oncentren las deformaciones de corte cuando el suelo falle. La diferencia entre estos dos planos ha atrafdo la atencién de investigadores como Rowe (1963). % Hl aga! Fig. 11.5. Relaciones entre gy los oefuerzos principals en la fla, eng TOD a8 FG Fem Fe P alty=1_ 12st ale 1 1 telay Lens a7 send = tan? (45° + 9/2) = tan? Boy + No se denomina en algunos textos flow factor (factor de in- ‘Mocncls), En castellano no existe un nombre particular para este factor, que t atacia con los dems coeficientes de capacidad de arg, sogin veremos mas adelante. (N.T.. ‘Nota Por conveniencia s#ha omitido ol subincice Fenoys¥ aay. ‘Apoximaisn Tawa t Coma asta 0 Tos puts ees % Fig, 1.6. Resultados de prucbas de resistencia representados en un iowa pa. 2) Datos reals. (Meza de arena y grva,segin Holtz fy Gibbs, 1956), by Relolén entre a, pf y lz envolvente de Mont Coutom.. ara evitar falsas interpretaciones, en el resto del libro hharemos distincién entre 2 tipos de planos de falla: 1. Un plano de falla tedrico, 0 plano de deslizamiento que, por definicién, forma un angulo (45+ $/2) con el plano sobre el cual acta el esfuerzo principal mayor. . Un plano de falla observado. que es el plano sobre el que se observa una concentracién de deformacio- ‘nes de corte. ‘Afortunadamente, en las arenas la diferencia entre la orientacién de los planos de falla teérico y observado no te grande: es menor de 5°. En la mayoria de los proble- ‘mas el ingeniero puede ignorar esta diferencia. Sin em- Dargo, en capitulos posteriores encontraremos casos en los aque no conviene descuidar esta diferencia. ‘La falla suele ocurrir a Jo largo de una superficie curva cen lugar de segin un plano, por to que hablaremos fre~ uentemente de tina superficie de fallate6rica (0 superficie de deslizamiento) y de una superficie de falla observada. Empleo del diagrams p-q La Fig. 11.6 muestra otra forma de epresentar los resul- tados de una serie de prucbastiaxiales. Los puntos dan los valores de_p y q correspondientes a los puntos méximos de Ins curvas esluerzo-deformacién. La curva trazada 2 través de catos puntos e denomins linea Ky. AL igual que la envol- sente de Mohr esta linea Ky también es curva, La Uinea Ky puede substituire por una linea recta pare la gama de ef Toerzos que interes. Por ejemplo, la linea recta ajustada en | | | 156 EI suelo seco 1a figura forma un éngulo @= 31° y corta al eje vertical en = 0.32 kelem?. Ta Fig. [1.6 da también las sncilasrelaciones que exiten entre @y @y ay c Adviértase que Np = Ltn 1+ tane t-sng 1—tana C Para los datos correspondientes a esta figura ¢ = sen" (tan 31°) = sen“ 0.6 = 37° 032 = 039k; on 37 7 039 Helen? ‘Que son exactamente los resultados encontrados en la Fig. 113 para la linea B. ‘Asi pues, tenemos dos caminos para encontrar Ios valo- res de ¢ y ¢'a partir de una serie de pruebas triaxiles: a) se construyen los efteulos de Mohr y's traza la envolvente Fig. 11.1); 0 5) se representan los valores de py y ar, se traza Ja linea Ky y se caleulan ¢ y @. La eleceién entre ambos métodos suele ser una preferencia personal. Sin ‘embargo, cuando se manejan muchas pruebas suele produ cir menos confusién la representaciGn de los resultados en los diagramas p-g y, ademés, es mas fil trazar una linea a través de una serie de puntos que intentar trazar una recta tangente a muchos circulos. Por estas razones, en este libro seguiremos generalmente la prictica de represen- tar los resultados de las prucbas trixiales en un diagrama pq. El ejemplo 11.2 da una nueva aclaracién sobre el empleo de este diagrama, > Ejemplo 11.2 Datos: Los del ejemplo 11.1 Problema: Obtener $ construyendo un diagrama pa. Low 27-—— | Lisa recta sus: Ltda foe puntos oy 10 (glen) OE Trae dees 0 7 E: P glen") Fig. £112. Solucién. Obtencin de a partir de pruebas de corte directo En este tipo de prueba, sélo se conocen los esfuerzos rormales y tangenciales sobre un Gnico plano, de_ aqui o Fig. 11.7. étodos para caleulr el éngulo de fresi6n a parti de a prueba de corte directo. 2) Suponienda que el plano horizontal es 1 de alla te6rico. 6) Suponiendo que el plane horizontal es el de {alla observado. que, con sélo los resultados de la prueba, no es posible trazar el cfrculo de Mohr representativo del estado de es fuerzos. Sin embargo, si hacemos la hipétesis de que los esfuer- zos medidos en la falla estén en la relacién r/o = tané, es posible trazar el circulo de Mohr (ver la Fig. 11.7). En efecto, hemos supuesto que el plano horizontal del apare- to de corte coincide con el plano de falla tedrico: rat Y On ty Esta hipétesis se ha discutido frecuentemente. En cierto grado es mis I6gico que el plano horizontal sea el plano teal en el cual las deformaciones de corte son maximas; es decir, es un plano de falla observado. Sobre esta base, seria mis correcto representar los esfuerzos sobre el plano horizontal por puntos formado 20 = #2 (45° + 9/2 ~6) ‘con el esfuerzo principal mayor siendo 8 la diferencia de orientacién entre los planos de falla tedrico y observado (punto Z’ en la Fig. 11.78). Sin embargo, si 8 es menor de 5°, ambos métodos de obtencién de @ dan resultados que difieren en menos de 1°. Esta diferencia es insignifi- cante desde el punto de vista préctico Se han hecho muchas comparaciones entre el valor de g obtenido en ensayos triaxiales (partiendo de la en. volvente de Moht) y el deducido de pruebas de corte direc- to (mediante la construccién de la Fig. 11.7a). Promedian- do los errores experimentales de la determinacién de ambas Resistencia al esfuerzo cortante de los suelos granulares. 157 magnitudes, resulta que el @ procedente de las pruebas de ‘corte directo suele ser mayor (generalmente unos 2°) que fl 6 correspondiente @ las pruebas triaxiales, especialmente en arenas compactas (por ejemplo, ver Taylor, 1939). La prueba de corte ditecto constituye la forma mis sencilla para medir el éngulo de friceién de una arena u otro suelo seco. También es muy stil, aunque no se haya uti- lizado con tanta profusi6n, para estudiar suelos con agua. 112. INFLUENCIA DE LA RELACION DE VACIOS INICLAL La Fig. 11.8 muestra la relaci6n entre el sngulo de frie cién @ y Ia relacién de vacios inicial eo para una arena media a fina, La relacién variard, por supuesto, de una arena a otra, pero la tendencia de que ¢ es més grande ‘cuanto més compacto es el suelo es siempre la misma. Como ya se dijo en el capitulo 10, Ia influencia de la relaci6n de vacios sobre ¢ puede explicarse por el fendme- no del encaje de las particulas. También se han propuesto ‘otras formas de considerar estos mismos fenémenos. Por ejemplo, Ia energia comunicada a un suelo por las cargas exteriores se consume en dos formas: en vencer Ia resis- tencia por friccién entre particulas y en dilatar el suelo contra le presién de confinamiento, Cuanto mis compacta ‘es la arena, mayor es fa expansién que tiende a producirse en el proceso de corte. De aqui que debe consumirse més fenergia (y por tanto més fuerza y un mayor éngulo de 2 Se Cc 2“ eu 8 Pore at de eee ee 085 08 O75 O70 O65 06 055 O50 O45 Alain de aco ts de ctgt Fig. 11.8. Relacin entre a ingot de frceién y la porosidd inci en rena finaa media Segin Rove, 1962). fricei6n) para romper el suelo. Sin embargo, ambas expli- caciones llegan a la misma conclusién?. Resistencia de una arena a volumen constante tra forma de destacar ol importante papel del encaje e las partfculas es responder a la cusstin: {Qué suce- derd si se impide que un svelo varie de volumen al rom perse? Consideremos en primet lugar el sencillo caso dela Fig. 10.17c. AV aplica la fuerza de corte, ambas placas tenden a separarse verticalmente, Para evitar este movimiento debe aumentarse la fuerza normal que las mantiene juntas. ‘Asi pues, el resultado de aumentar T es el aumento de NV con el fin de producir un deslzamiento de corte muy pe- {quetio. Al seguir aumentando 7, las fuerzas de contacto ilgardn eventualmente a sr tan grandes que la particu se romperin y fracturarin y slo entonces serén posibles grandes desplazamientos de corte. "Andlogamente, podemos realizar una prueba triaxial de forma tal que et volumen de la muestra permanezca cons- tante, Se fija este volumen y la presion de confinamiento $e ajusta para manteneslo constante. Si la arena es com- pacta, es necesario aumentar Ia presion de confinamiento frasta'un grado considerable. Esto significa, por supuesto, que una arena compacta mantenida a volumen constante puede soportar una presién axial mucho mayor que una nuestra que permanezca bajo una presion de confinamien- to constante Y que 3 dilate al romper. Si una muestra de arena muy floja se mantiene a volumen constante en el proceso de corte, puede ser necesario redvcir la presion de Eonfinamiento al avanzar la prueba y por tanto disminuira la resistencia a compresion. ia Fig. 119 muestra los resultados de una prueba a volumen constante realizada en una arena compacta. Si la ynisma arena, con Ja misma compacidad iniial, se hubiera ometido 2 una presién de confinamiento constante de 1 Kglem?, la resistencia a compresign habrfa sido de sola- mente 38 kglem? TH comportamicnto a volumen constante y el compor- tamiento bajo una presién de confinamiento constante pueden relacionarse en la forma siguiente. Para que una rena compacta fille por corte, debe vencerse en cierta forina el elevado grado de encaje. Esto puede suceder, bien rompiendo y fracturando las particulas o aumentan- do el volumen, Se requerid més energia para cualquiera fe estos efectos que simplemente para hacer deslizar las particules sobre una superficie plana. Si el suelo puede Utatarse libremente, el camino de minima resistencia com Siste en dilatarse venciendo asf el encaje. Si, por el contra- 2 La ener adicional ncesatia para vencer el encae de as par siounsssdorominas veces correceibnenergtiea (Taylor 1948, Rowe, 1962), Esta torminologia es bastante desafortunada ya que no existe fade ecréneo ni artificial en la gran resistencia a compreion de na Tisha compacta. Ea gran resistencia es bastante real y puede eticos. Lor ingonieros tendrin ‘itie 0 ula ocasion para introdoct consdoraciones encrgties SeeS% Gargo. estas consideracionesdesompeian un papel importants nis Investigacion encaminada a establcer Ia naturalezt de ares fencia al core, El estudio realizado por Rowe (1962) sobre los ‘Componentes d la resistencia de as arenas os muy completo 158 El suelo seco 20 15 : 10 Esturzsdasiadr bf) wien) eet Detoracisn ail % Fig, 119, Resultado de una prucba triaxial» volumen constants en ‘una arena (arena fina, compactal. (Seguin Bjerrum Kriogstad, ¥ Kummeneje, 1961). rio, se impide la auatacién del suelo, el camino de mi ma’ resistencia puede consistir en la fracturacién de las, particulas de suelo. El caso de corte a volumen constante tiene poco in: terés al tratar con suelos secos. Sin embargo, este caso ‘endri una importancia mucho mayor cuando se estudie Ja falla répida de suelos saturados en la Parte V. ‘Angulo de friccién en el estado final Después de una deformacion considerable de un suelo cualquiera, tanto el esfuerzo desviador como la relacién de vacio alcanzan valores que son independientes de Ia relaci6n de vacfos inicial. En esta fase, Ia arena se defor- ‘ma sin posterior cambio de volumen y bajo un esfuerzo desviador constante. Este estado se denomina final (0 a volumen constante, critico 0 residual)*. El esfuerzo des- viador correspondiente a esta fase puede servir para defi- rir un dngulo de friccion $e, sen $, (11.6) donde el subindice cv indica “volumen constante” (cons- tant volume). Sin embargo, geo es mayor que gy, el ingulo de frie- cién entre particulas definido en el capitulo 6. La Fig. 11.8 compara ambos dngulos. Vemos que existe cierto encaje cuando se alcanza el estado de volumen constante, Las particulas pueden atin moverse respecto a sus vecinas al producirse Ja deformacién y, con una escala igual al tamafio de tas particulss, deberin producirse variaciones de volumen, tanto aumentos como disminuciones. Los efectos locales se combinan de forma tal que no s¢ pro- duce cambio de volumen de Is muestra, considerada en conjunto. Asi pues ew puede considerarse como una propiedad del material que reflgja la influencia combinads de oe y del grado de encaje que puede producine con una vari

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