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CULTURA DESDE SU RELAGION CON LA DIFERENCIA (DIVERSIDAD) yCON LA IDENTIDAD BLANCA ESTELA ARANDA JUAREZ Desde sus origenes en la Antigiiedad clasica, ta filosofia ha transcurride como la historia del pensamiento critico. Hoy en dia ésa sigue siendo la caracteristica en la cual abreva la disciplina conocida como filosofia de la cultura contemporanea. Ins- talados en esta via, se tiene la ventaja de que en el momento presente, esta discipli- na permite reflexionar sobre Ios problemas filos6ficos relacionados con la cultura, jue se presentan en nuestra época, mismos que estiin marcados por Ia crisis de un mnodelo de sociedad que opera a gran escala en un mundo que es tan global como excindido. Si se entiende a la filosofia de la cultura como la reflexién que hace la filosofia con relaci6n a si misma en tanto-que producto cultural, se recordaré que lo “propio” en el sentido de predicable l6gico~ del quehacer filos6fico radica en su dimension critica respecto de la propia cultura ~tanto en el Ambito general como en el parti- cular en el que se desarrolla. Este “propio” enfrenta a la filosofia consigo misma en tanto que la filosofia de la cultura la obliga a asumir una posicién de anilisis que no puede evadir. Esta con- frontacién la obliga a asumir el compromiso de hacerse cargo de la problemética cultural humana. A su vez, también la compromete a hacer que la cultura de su tiempo se torne analitica con respecto a sus propias circunstancias, es decir, exige que Ia filosofia se constituya en la “conciencia critica de su tiempo”. Por lo anterior se puede afirmar que al “interior” de la filosofia ella misma como producto cultwral- es el conducto por donde la propia cultura -y sus distintas objetivaciones- se autoa- naliza, Sin embargo, tan luego se intenta tener un acercamiento a la cultura, ésta se presenta con una yastedad, tanto “en” como “fuera” de nosotros mismos. Por lo que se debe tener en cuenta que todo lo que se diga ante tan amplia diversidad, solo constituir un pequeiio fragmento de ese gran universo que representa la cultura, Para abordar este amplio campo, el objetivo de este trabajo consiste en atender una de las tareas de la filosofia de Ia cultura que consiste en revisar los giros de sentido que ha tenido la idea de cultura para establecer la relacién que hay entre estos giros y la idea de diferencia, asi como de identidad, (Gadamer recomienda no “emprender algo sin rendir cuentas de la historia que se esconde atras de los con- ceptos” [Gadamer, 1998: 12],) [439] 440 BLANCA ESTELA ARANDA JUARn 1A CULTUS 1. LOS GIROS HERMENGUTICOS DEL GONCEPTO DE CULTURA 1.1, Primer giro hermenéutico del concepto de cultura A la cultura griega se le ha Hamado “Ia cuna de la civilizacién” o “la madre de todas Tas culturas”, sin embargo llama la atenci6n el que los griegos en general minim. zaron Ia influencia que les llegé de otras culturas, tanto contemporaneas como extranjeras -los fenicios, semitas, acadios, sumerios~. Aunque consta que Platén (427-347 a.C,), en su didlogo Repriblica reconocié que Tales de Mileto (640-547 a.C,) fue educado por los sacerdotes egipcios, por lo mismo, se encuentra influencia de esa cultura en la aurora del pensamiento filosofico. Aristoteles (384-822 a.C.), en Metafisica, refiere que, el sabio Tales afirm6 que “el agua es el origen de todas las cosas” porque lo influyeron los pensadores anteriores a su generacién. En el caso de Anaximandro (610-545 a.C,), cuando es clasificado como fisidlogo (es porque sus reflexiones apuntan acerca de las cosas de la naturaleza, entendiendo a ésta no sélo como lo que se relaciona con el cielo, la tierra, las plantas y los animales sino también como la que se ocupa de las cosas que tienen que ver con el ser humano, Ya para el siglo 1v, sera Sécrates (470-399 a.C.), el fildsofo ateniense, quien muestre Ja importancia de ver al proceso formativo como el. cuidado de si, pues este fildsofo recomienda a Alcibiades (450-404 a,C.), en el didlogo plat6nico El Simposium, que antes de querer tomar a su cargo la ciudad, de dar consejos y entrar en rivalidad con reyes o soberanos, sera preciso primero ocuparse de si mismo y sugiere que cuanto antes se tome conciencia de esta necesidad y se aplique a ello, mejor. También en la Apologia, otro didilogo platénico, afirma que Dios lo ha comisionado para recordar a los hombres que les es preciso preocuparse, no de sus riquezas, no de su honor, sino de si mismos y de sus almas. Desde esta perspectiva si bien los griegos no contaron con el término cultura si se puede afirmar que para ellos es muy claro que hay dos formas en que existen los se- res, Aristoteles en su Fisica, considera que hay dos tipos de entes, los que correspon- den a la physis, que se generan produciéndose a partir de si mismos y los telné, que son los entes producidos por medio de la representaci6n y la elaboracién humanas. Se puede observar que en los griegos hay una clara distincién entre los seres que se generan por ellos mismos y aquellos que se producen mediante el trabajo humano, tanto de tipo intelectual (representacién mental te6rica) como de orden manual (trabajo manual). Con esta distincién, aunque los griegos no cuenten con Ia pala- bra “cultura” si tienen la concepcién de que hay un conjunto de entes producidos por la wekné y que se reficren a un campo diferente a lo “dado” por la naturaleza. Esta clase de entes, producto del trabajo tanto intelectual como manual, forman el conjunto de conocimientos con los que se debe de educar a las generaciones. Por lo que el griego, en lugar de acuiiar el término cultura, utiliza el de paideia, mismo que por analogia y con sus respectivas distancias, se puede aplicar en el sentido de cul- tura, Sin embargo esto nos recuerda que bay que tener presente que la educacién s6lo es una subelase de la clase denominada cultura. Esto es lo que recomienda W. Jaeger en Paideia. Los ideales de la cultura griega (paideia, de pais, paidés, ‘muchacho', asf como ¢ su magna\ cultura. Ti el precurs Jos griegos un sentido baba, babie Pero el para refer nificados { para desig alos diose: prowexer) (Diccional A difer Jas cultura rarlos com se en sup Jos latinos en llamas cuanto a las que se heredero, considers en el senti recedera por Io mig independi acualquig da al térm cultivarlo, constituti} De mat cién roma estas mist conservati Jo que pr cambio raj historia, pl venfa ente y 15) al si del camp} el intelect que al mis NDA JUARRy dre de todas eral minimi. aneas como que Platén 40-547 a.C,) afluencia de 22.a.C), en de todas las En el caso | (es porque doa éstano rimales sino er humano, ien muestre este fil6sofo iposium, que ivalidiad con que cuanto mbién en la wa recordar le su honor, cultura sise cisten los se~ : correspon- 08 tekné, que n humanas. seres que se jo humano, ien manual con la pala- producidos naturaleza, l, forman el ones. Por lo mismo que tido de cul- \ educacin nda W. nuchacho’, 1A CULTURA: LA DIFERENCIA Y LA IDENTIDAD 441 asi como en la raiz de pedagogia), quien ademas de utilizar esta palabra para titular su magna obra, desarrollé el argumento para extender el término educacién al de cultura. También se tiene el caso de Herédoto (484425 a.C.), considerado como el precursor de la historia, a quien se le atribuye el haber acentuado la idea de que Jos griegos lamaron barbaros a todos aquellos pueblos que no hablaran griego (en un sentido de exclusién; bérbaro se remonta al indoeuropeo baba, de donde vienen baba, babieca, baboso, balbuciente, barbaro, bobo y, en otras lenguas, baby, bambino, bebé) Pero el término cultura surge con los romanos. En latin el término colo se utiliz6 para referir un “andar habitualmente en el campo"; de ahi pasé a cultus, con los sig- nificados de “habitar” y “cultivar”, Posteriormente el término latino cultor se aplicé para designar al que adora o venera algo, con clara alusi6n a la accin de “yenerar” alos dioses protectores, aunque también se conserv6 el sentido de cuidar, habitar y proteger: Posteriormente se aplicé en el sentido de “cultivar las virtudes y las artes” (Diccionario de la Lengua Esparola, 2002: 713-714). A diferencia de los griegos, los romanos si tuvieron una fuerte admiracién haci Jas culturas del pasado y, de manera particular respetaron a los griegos, al conside- rarlos como un modelo digno, no sélo para imitarlos sino, sobre todo, para educar se en su pensamiento por lo que recomiendan acercarse a ellos para su estudio. A Jos latinos se les tiene-por ser los primeros en yalorar-y-coleccionar lo que dieron en llamar “monumentos del pasado”, pues se sabe que ellos seran los pioneros en. cuanto a diseiiar espacios especiales para la conservaci6n y exhibicién de piezas a Ias que se les rinde un culto secular; de tal forma que el romano se asume como heredero de lo mejor de las culturas del pasado. En este sentido, bien se podria considerar que en esta época se propicia el nacimiento de la palabra latina classious en el sentido de que hay obras que deben ser conservadas como una herencia impe- recedera en tanto que se distinguen de otras que expresan gustos efimeros, y que, por lo mismo, deben ser tomadas como modelos, pues han cobrado un significado independiente de su circunstancia temporal, es decir, su importancia es simultanea acualquier presente (Gadamer, 1960; 357). Este va.a ser el primer sentido que se le da al término cultura, entendida como una forma de valorar lo mejor del pasado y cultivarlo, con la intencién de que se integre en el proceso educativo, como parte constitutiva de la configuraci6n de su cosmovisién. De manera simulténea, las escuelas filos6ficas que mas huella dejaron en la tradi- cién romana tuvieron su nacimiento en Grecia, por lo que conviene recordar que, estas mismas escuelas, no satisfechas con el rescate de objetos dignos de coleccién y conservacién, dan paso a la critica a esta concepcién de cultura monumental, con lo que propician el primer giro hermenéutico (por giro hermenéutico se entiende un cambio radical en cuanto al significado que adquiere un concepto a lo largo de su historia, pues aunque se siga utilizando la misma palabra, el sentido con el que se venja entendiendo, no es el mismo que el de antes de ese giro [Gadamer, 1998: 13 y 15]) al significado del término cultus (cultura), pues mas alla de referirse al cultivo del campo y al culto de los dioses, se empezard a entender en el sentido de culti el intelecto, de cuidar de su propia alma con el fin de alcanzar un espiritu elevado, que al mismo tiempo propicie la ataraxia, es decir, la imperturbabilidad del animo, rar 442, BLANCA ESTELA ARANDA JUAREZ, LA CULTURA De esta forma se encuentra en las diversas escuclas helenisticas el interés por e| | obraa Ta tra cultivo de si, cuyo principio es que “hay que cuidar de uno mismo”, ¢s decir, hay academias 6 que “aplicarse a si mismo”, “ocuparse de uno mismo”, a lo que el fil6sofo francés M Foucault llama el arte de la existencia, mismo que tiene que ver con Ia forma cultural de concebir al mundo (Foucault, 1992: 42). ‘A manera de ejemplo, Didgenes de Sinope (412328 a.C.), el fil6sofo mas repre- sentativo de la escuela helenistica llamada cinica, a pesar de ser un duro critico de Serf a final las costumbres y normas sociales de su época, considera que la paideia es similar al trabajo de los ceramistas, pues asi como éstos dan forma y proporcién a In arcila | | al término d mentarios: tierna, de igual manera aquélla es Ia que forma al espfritu y hace al hombre vir . in Jas obras, re: tuoso; por ello es que recomendaba dos tipos de asesis (gimmasia), Ia del cuerpo ta cleamvadl y la del alma: la del cuerpo porque por medio del esfuerz0 fisico propicia las con- re se fund iciones para que el alma esté dispuesta para generar pensamientos con miras a la patel { realizacién de la virtud. Epicuro (341-270 a.C.), fundador de la escuela epicureista afirmé que Ia filosofia debe considerarse como un eercicio permanente del cui- dado de uno mismo: “que nadie, siendo joven, tarde en filosofar, ni siendo viejo se canse de Ja filosofia. Pues no es para nadie ni demasiado pronto ni demasiado tarde para asegurar la salud del alma” (Epicuro, Carta a Meneees). De igual forma ‘ a 4 ss cati, . * intelectual, el estoico Epicteto (55-135) considera que lo que distingue al animal del humano tonel cont es que a éste se le ha confiado el ocuparse de sf mismo; en este acto radica su ser en : “ ° ; : on La época ili su capacidad de “tomarse a si mismo como a todo lo demas por objeto de estudio perior con } en el interi¢ creencias qi dos acepcio . car a Rene el cultivo d (Epicteto, Conversaciones). Esta “inquietud de sf” ¢s un privilegio-leber, es un don- mice ch obligacién que nos lleva a tomarnos a nosotros mismos como objeto de estudio, ms i ral Jo cual exige de toda nuestra voluntad. Otro estoico, el emperador Marco Aurelio “edt instruccion (121-180), recomienda “acudir en tu ayuda si te ac merdas de ti mismo”; esto en elentendido de que cuidar del alma propia significa “hacerse poco a poco a uno diversas ct mismo”, Pero alguien se preguntara como se logra esto; pues bien, el filosofo rey re- ee comienda que perfeccionando nuestro propio ser con la ayuda de ciertas practicas, ahor®, 8 ‘ F dernidad, tales como: atender a la lectura de textos clésicos, retomar las reflexiones derivadas se vincula aj de la conversacion con los otros, propiciar la reflexiGn personal, ocuparse del cui y cura dado de la salud tanto propia como colectiva y, desde luego, entrar en una conver ak aug sacién consigo mismo. Por lo anterior se puede observar que en el pensamiento an cima tnitico romano, se encuentra una idea de cultura en el sentido de “cultivo des", en donde se acenttia el papel activo que desempefia el sujeto en el propio proceso de a ia ad constitucion, Esta idea de cultura va més alla de un cultivo de la tierra, del culto a ydocilda Tos dioses o del rescate de objetos con valor histérico. ado, tambj in el Renacimiento, la cultura humanista tiene fundamentalmente tres carac- eee teristicas: la primera se entiende como el rescate de In Antigiiedad clasica, tanto poscey en sus rafces griegas como latinas; Ia segunda tiene que ver con Ia importancia de are cont leer a los autores clisicos directamente en sus lenguas maternas, por lo que se hace Poder qué; necesario que el humanista tenga un buen manejo de griego, latin y arabe; en ter partes sobf cer lugar el humanista tiene como misiOn la difusién de la cultura, por Yo que, al suicto- En fabricacion recuperar a los antiguos clasicos, nuevamente se analoga a la cultura con procesos educativos, pues es bien sabido que estos renacentistas dedican buena parte de su disciplinati NDA JUARE?, terés por ef decir; hay } o francés M, cma cultural 9 mas repre. ro critico de ¢ similar al 2a la arcilla hombre yir- \ del cuerpo hicia las con- on miras a la 1 epicureista ente del cui- siendo viejo i demasiado igual forma, del humano icasuseyen ide estudioY es un don | de estudio, arco Aurelio no”; esto en poco a uno 6sofo rey re- tas practicas, ies derivadas arse del © unaconver | sensamiento | ivo de si”, en > proceso de i, del culto a € tres carac- Jasica, tanto portancia de | que se hace wabe; en ter or lo que, al son process \ parte de su 4 1A CULTURA: LA DIFERENGIA Y LA 1DENTIDAD, 443 obra a la traduccién de textos antiguos pero también a la fundacién de escuelas y academias en las que se fomentaré el estudio de los clasicos. 1.2. Segundo giro hermenéutico del concepto de cultura Ser a finales del siglo xv cuando emerge el segundo giro hermenéutico aplicado al término de cultura, Con este término se implican dos aspectos que son comple- mentarios: el primero considera objetivamente a la cultura como el conjunto de las obras, realizaciones e instituciones que determinan el grado de civilizacién que ha alcanzado una comunidad, ademas de hacer referencia a la parte comin en Ia que se funda el espiritu del pueblo al cual le debe su peculiaridad, misma que no se limita al dominio de las cosas tangibles, pero que sf lo posiciona en un nivel su- perior con respecto a otros pueblos. El segundo aspecto hace alusién a lo que esta en el interior de cada persona y que se ha formado por las costumbres, h4bitos y creencias que se comparten en una comunidad social (Heller, 1980: 18). Con estas dos acepciones se resalta el proceso que se ha de seguir para alcanzar la formacin intelectual, moral, técnica y estética de los individuos, siempre que esté relacionada con él contexto social y politico de fos diferentes momentos de desarrollo histérico. ‘La época ilustrada impregna de este giroa la cultura al quitar del centro de atencién el cultivo de la tierra y ahora atender, de manera principal el cuidado de la mente, del espiritu, de las artes, como una forma de enaltecimiento del espiritu, ademas de hacer la analogia -como en el caso de los antiguos- al entender la cultura como instruccién escolar y proceso educativo (Hell, 1981: 8-9). Con este giro, la cultura se vincula a la idea de progreso, al considerar que la humanidad ha transitado por diversas etapas, que van desde el salvajismo, pasando por la barbaric, la esclavitud, y ahora, gracias a las revoluciones tanto industrial como politica, instalada en 1a mo- dernidad, pues es el momento en el que predomina el mas alto proceso civilizador ycultural, pero también donde el espiritu europeo alcanza sus més altos yuelos. Sélo que el telos fin ‘iltimo- de la cultura de la modernidad consiste en “fabri- car” los cuerpos y las mentes de los individuos para que con su trabajo, ya sea ma- nual o intelectual, objetiven el progreso material al que tiende esa sociedad. De aht que, por un lado, las instituciones culturales de la ilustraci6n se abocan al desarrollo y docilidad del intelecto, confiado a la guia de la raz6n iluminada; pero por otro lado, también se objetiva la utilidad del cuerpo a través de tecnologias disciplinarias con las que se controla a ese mismo. Esta anatoméa politica det cuerpo -asi Hamada por M. Foucault~ hace posible que se caracterice a los individuos, se sepa quiénes son, cémo son, de tal forma que sea posible descifrarlos para saber cual es el grado de poder que ha penetrado en ellos pero también para tener claro cules son aquellas partes sobre las que atin se tiene que trabajar para Jograr un control total sobre ese sujeto. En este proyecto de la modernidad, el proceso cultural da prioridad a la fabricaci6n del homo economicus,¢ internaliza el control social a través de las técnicas disciplinarias. 444 BLANCA ESTELA ARANDA JUARKy, sa los que dio Iugar este Jogos cultural ilustrado hacen Sin embargo, los exces: necesaria la eritica. Ista va a emerger desde el movimiento conocido como Roman. ticismo, Con él se propicia el tercer giro hermenéutico de la cultura. 1.3, Percer giro hermenéutico del conccplo de cultura Johann Gottfried Herder (1744-1803), fildsofo aleman ilustrado, pone en duda el prodigio del entendimiento en cuanto a las grandes hazafias que la sociedad mo. derna se adjudica y que califica con el ostentoso término de progreso. il considera que no es la razén iluminada la que disefia y rige el mundo a voluntad y de manera universal, homogénea y hegeménica, sino més bien es la suma de pequeiios azares o es debido a la convergencia de aplicaciones de algo conocido desde hace ya mucho tiempo, pero que no se habia observado, siendo esto lo que sobrepasa cl control y dominio humano. Para probar lo anterior, se remonta al origen de los pucblos més antiguos, en el sentido de mostrar que cada comunidad tuvo su génesis no en un pacto social interindividual a partir del cual se fundamenta el orden politico al que tanto apela la sociedad moderna; de esta manera se opone abiertamente a la concepeidn de T. Hobbes (1588-1679), para quien en el principio de la sociedad humana hay una ausencia de autoridad comin que imponga el cumplimiento de la ley, por lo que propicia el que se viva en un estado natural parecido al infierno; esto hace necesario que se establezca un contrato social que permita regular las pasiones humanas y ast evitar el estado de guerra permanente de todos contra todos; el garante de cuidar el cumplimiento de ese compromiso debe ser una autoridad soberana, Ast también se opone a la idea de J. Locke (1632-1704) quien sostiene que hay igualdad entre Jos hombres que viven en un estado de libertad respetuosa, en tanto que entre ellos prevalece una simpatia comtin, lo que les da cohesi6n social, aunque lo que distingue este estado natural del estado de sociedad organizada es Ia existencia de uma autoridad legitima que asegure la proteccién y la defensa de los derechos de Jos individuos libres. También Herder se opone aJ. J. Rousseau (1712-1778) el cual sostiene que la humanidad, en sus origenes vivi6 en un estado natural semisalvaje, paradisiaco y con libertad natural, mismo que fue violentado con el surgimiento de la discordia entre los hombres, cuando uno de ellos decidié que la tierra y sus productos eran de su propiedad particular (Osés, 2001: 148). En clara oposicién a los anteriores, Herder propone volver al origen de los pu blos, en tanto que este retorno permite reconocer que, aquello a lo que la cienci moderna llama prejuicio, es decir todo ese conjunto de normas teGrico-practicas que sirven a cada persona para conducirse en Ia vida cotidiana, representan no los prejuicios como afirman los filésofos modernos, sino ‘os pilares de todo cuanto debera ser construido mas adelante” (Osés, 2001; 145). Es decir, Ia vida cultural cexpresada en la lengua, costumbres, inventos y tradiciones, es el rasgo mas fuerte que hace ya sea felices © desafortunados a los individuos que forman parte de una comunidad. Estos prejuicios se aprenden en la vida cotidiana, de manera informal 1A COLT UR y espontan social hacié de la hum: sencillan ia por de todos 1 observar dl cultura, ala etapi pu an nuestra his el contrat} que cada p con sus ch demés, pd) Ia humar de mi 1 razok o nacién ¢ mas, Desde héroes 0 g totalidad colectivos jiendo el Enes el tercer gi | Difer dida en diversidad donde se\ idea de dij diversas al referirs diferentes pueden cellas (Win) incorpor’ particular} liosa en por razon aqui se d peculiar pio politi igual dert 0) Ter blar de id dd Lh te q ys of sf .xpa Juan strado hacen omo Roman. re en duda et sociedad mo- El considera dy de manera uetios azares O race ya mucho sa el control y ws antiguos, en in pacto social jue tanto apela neepcién de T. imana hay una ley, por fo que hace necesario s humanas y asi rante de cuidar na. Asi también igualdad entre anto que entre , aunque lo que la existencia de Jos derechos de 119-1778) el cual ural semisalvaje, a el surgimicnto ue la tierra y sus rigen. de los pue- Jo que la ciencia te6rico-pricticas spresentan no los s de todo cuanto x, la vida cultural rasgo mas fuerte man parte de una manera informal 1A CULTURA! LA DI ENCIA Y LA IDENTIDAD 445, y espontinea, pero son ellos los que tejen los hilos que le dan cohesién al grupo social haciéndolos sentir parte de la comunidad. Aunque para Herder el origen de la humanidad sea uno y el mismo, y en la base se encuentre la primera pareja creada por Dios, de ella se deriyaron muchos pueblos, por lo que “la historia es sencillamente el lienzo en el que se ha plasmado la vida propia de cada pueblo, de todos los pueblos” (Osés, 2001: 147). Con esta visién de la historia se puede observar claramente el tercer giro hermenéutico que le da Herder al significado de cultura, pues para él no hay un avance (nico y lineal que conduzca ala humanidad ala etapa mas alta del desarrollo, dirigiéndose toda ella a ese fin, que por cierto, en nuestra historia ha sido dictado por la cultura occidental: el progreso material, Por el contrario, en este filésofo aleman se encuentra, de manera germinal la idea de gne cada pueblo construye y cuenta su propia historia, misma que se va hilvanando con sus caracteristicas propias, lo que le da su singularidad y lo distingue de los demas, por lo que las costumbres, los hébitos, las tradiciones y la forma de ser de Ja humanidad no es homogénea, ni lineal, ni tiende al progreso guiado por la luz de la raz6n o por la Divina Providencia, sino que cada tribu, pueblo, comunidad o nacién es particular y tinica, lo que la hace tener una clara diferencia con los de- mas, Desde esta perspectiva, la historia no es una sucesion de hechos realizados por héroes genios, sino que es un deyenir ininterrumpido que se Heva a cabo por la totalidad de la comunidad. Las culturas pasan a ser consideradas como “individuos colectivos”, siendo estas individualidades culturales, comunitarias, las que van te- jiendo el hilo del tiempo. En este sentido, el movimiento romantico, con J. G. Herder a la cabeza, impulsa el tercer giro del concepto de cultura, entendida ahora en un triple aspecto: a] Diferencia, En un primer momento abre paso a la idea de diferencia, en la me- dida en que establece que desde el comienzo la humanidad se encuentra con una diversidad cultural que esta diseminada a Jo largo y ancho de la geografia y en donde se desecha la concepcién de cultura tinica, homogénea y hegeménica. Esta idea de diferencia culturalnos constrifie a reconocer el hecho de que las culturas son diversas y sobre todo aquellas que se encuentran a mayor distancia entre sf. Ademas, al referirse a ellas, se insiste en la idea de que ninguna es ni mejor ni peor, s6lo son diferentes, pero, por si fuera poco, lo que de aqui se desprende es que tampoco se pueden comparar entre sf pues hay un alto grado de inconmensurabilidad entre ellas (Winch, 1994: 16). A partir de esta concepcién de cultura, se hace necesaria la incorporacién del concepto de “diversidad cultural” y, por ende, se exige el estudio particular de las culturas de cada pueblo, pues cada una de ellas es importainte y va- liosa en sf misma y no por su grado de atraso 0 desarrollo en relaci6n con otra que, por razones econdmicas y politicas, sea considerada como la mas desarrollada. De aqui se deriva el que Herder postule la idea de “diversidad cultural” pero con una peculiar caracterfstica heredada de la Revolucién francesa, la de aceptar el princi- pio politico de que todos los hombres son iguales, el cual se extiende al defender el igual derecho de todo pueblo a su existencia, identidad y peculiaridad cultural, 6] Identidad. En segundo lugar, este giro en el significado de cultura permite ba- blar de identidad cultural en tanto que los miembros de la comunidad defienden sus 446 BLANCA ESTELA ARANDA JUARey tradiciones, creencias, usos y costumbres, cual si de una persona se tratara. Cada pue. blo, cada comunidad, cada nacién, desde su nacimiento, se ha conformado con sus caracteristicas esenciales, sus elementos mas genuinos, con los que también crece sy gente, déindole su sentido de identidad, pertenencia y adhesion al grupo, La seguridad individual est4 en funcién de ese vinculo cultural con su tradicién ancestral de la que se nutre cual si de alimento material se tratara ya la que ya no abandonara jamais, pues la cultura se queda adherida al sujeto como si se tratara de una segunda naturaleza, la cual consiste en llevar esta cultura en st interior, A través de esta vivencia y de las acciones que motiva es como el sujeto se siente en un mundo previamente elaborado por otros, pero del cual cada uno de sus participantes se apropia por medio del acto vital que lleva a cabo, El individuo (la parte) s6lo cobra y tiene sentido en la medida en que se identifica con su cultura (el todo). Por esta raz6n, la tradicién cultural debe posteriores para que ese pueblo y sus conservarse y ser transmitida a las generacione: integrantes puedan pervivir, En este punto no hay que perder de vista que la cultura ta hacen los seres humanos y tanto la primera como los segundos estin en movimiento, por lo que ambos son dindmicos y cambiantes; ambos se construyen dialécticamente q Autonomia, Apoyados en las dos premisas anteriores, se infiere que cada pue- blo desarrolla su cultura en momentos distintos, sin que tenga que caminar por el sendero impuesto por la idea de progreso; conforme lo que ha dictado la cultura occidental y sobre todo desde la época moderna. En este sentido, ninguna cultura 0 etapa de la historia es superior a otra, pues cada una de ellas tiene valor en si misma. Por lo que cada cultura es capaz. de marcar su propio telos—fin~, asi como también ¢s lo suficientemente madura como para desarrollarse de manera auténoma en cualquier campo: econdmico, politico, juridico, educativo. Por lo que el referente hacia dénde tiene que dirigirse no debe ser impuesto de manera exdgena, sino que emerge desde su interior, De igual manera, toda persona debe poder participar en Ta vida cultural que elija, puede expresarse, crear y difundir sus obras y ejercer sus propias practicas culturales, dentro de los limites que impone el respeto de los dere- chos humanos y de las libertades fundamentales (Monde Diplomatique, 2004: 88). 1.4, La cultura: la otredad y la aporta La aporia de la diversidad cultural: la dif ‘Alincorporar la idea de “diversidad cultural” emerge un problema epistemolégico cuya base radica en la distincién que hay entre comprender una situaci6n social y otra muy diferente ¢s explicarla segiin causas y condiciones objetivas. Se denomina aeste problema epistemol6gico como la aporia de la diversidad cultural, Su estruc- tura logica es la siguiente: Proposicién dlisyuntiva: la realidad se explica a partir de relaciones causales y de procesos metodol6gicos objetivos o la realidad se comprende de acuerdo con cada caso y con cada circunstancia, LA CULTURA: BCI): Si ka todoldgicos ¢ sible establec una l6gica bj religiosos- y que exige day misa menor,’ permite cong fisicalista, no absoluto con el aprovechai humanos y pk criterios abso preferible, n} B(2): Silt tancia, es pa tea el asuntg lingiiisticos, j premisa meni mensurable | elaparato cd y el modo dj diversidad este objeto & Jos criteriosj dependen si Ambas p extremos, pa surabilidad ¥ de sus objeto Sin emba} vimiento ron que en una} conceptuale} grupos cult en algiin m bién por raz impuso su vi posicién radi homogenci diferencia ne des sociales! ahi donde sf cosas favor | | —__— DA JUAREZ Cada pug. do con sus én crece su seguridad Ul de la que amas, pues naturaleza, cia y de las elaborado fio del acto Ja medida ltural debe ueblo y sus a cultura la ‘ovimiento, ticamente, - cada pue- inar por el Ta cultura aculturao a si misma. 10 también énoma en | referente a, sino que rticipar en ejercer sus le los dere- 04: 88). emoldgico 6n social y denomina Su estruc- es causales uerdo con | | | LA CULTURA: LA DIFERENCIA ¥ LA IDENTIDAD. 447 B(1): Si la realidad se explica a partir de relaciones causales y de procesos me- todolégicos objetivos entonces se asume un postura epistémica en la que es po- sible establecer enunciados de caracter universalista, siempre que se apeguen a una légica binaria —falso-verdadero-, un pensamiento secular -cxento de credos religiosos- y un andlisis causal -explicacién a partir de Ja causa primera-, misma que exige dar cuenta experimental 0 demostrativa de los fenémenos, Con esta pre- misa menor, B(1), se infiere la conclusién de que esta forma de racionalidad que permite conocer las leyes de la naturaleza supone que la realidad, desde la éptica fisicalista, no s6lo puede ser explicada sino que también puede ser sometida a un absoluto control y manipulacién sobre la naturaleza, mismo que permite optimizar el aprovechamiento de los recursos materiales, asi como también de los productos humanos y por ende culturales de los que es posible disponer. Para esta postura hay criterios absolutos con los cuales se decide el sistema de normas y regulacién social preferible, mismos que estn por encima de cualquier cultura. B(2): Sila realidad se comprende de acuerdo con cada caso y con cada circuns- tancia, es porque se aplica s6lo al campo de lo social-hist6rico en donde se plan- tea el asunto de que cada cultura tiene sus propios supuestos: epistémicos, éticos, lingiifsticos, con los cuales se educa y elabora su representacién del mundo. Esta premisa menor B(2) infiere la conclusién de que la diversidad cultural hace incon- mensurable la posibilidad de que haya un entendimiento entre las culturas, pues cl aparato conceptual de las comunidades s6lo se puede interpretar en el contexto y el modo de vida de esos pueblos. De ahi que este relativismo impide explicar la diversidad cultural desde sus causas y condiciones objetivas, pues el modo de ser de este objeto social no es igual al de las ciencias de la naturaleza. Para esta postura, los criterios para decidir qué sistema de normas y regulacién social es preferible dependen siempre de un contexto cultural especifico. Ambas posturas, uniyersalismo y relativismo, instaladas cada una de ellas en los extremos, pareciera que no tienen puntos en comtin que hagan factible la conmen- surabilidad y, por ende, el que permitan alcanzar la comprensi6n o la explicacién de sus objetos de estudio, Sin embargo, la diversidad cultural no slo es un concepto aportado por el mo- vimiento roméntico sino que se trata de un hecho social que pone en evidencia el que en una misma sociedad coexistan diferentes culturas con sus propios marcos conceptuales y con sus particulares formas de recortar el mundo. Los diferentes grupos culturales han puesto en evidencia la existencia de grupos minoritarios que, en algiin momento de Ja historia disfrutaron de un autogobierno, pero que tam- bién por razones hist6ricas fueron incorporados a una sociedad mas amplia, la cual impuso su visi6n cultural de manera hegeménica. Una manera de mostrar esta im- posicién radica en partir del supuesto de que hoy se vive en un mundo que se ha homogeneizado y se ha democratizado, cuando en realidad se puede observar la diferencia no s6lo entre los individuos, sino también en los grupos y las comunida- des sociales: hay diversidad ahi donde se quiere ver homogeneidad, hay conflicto ahi donde se quiere ver consenso, hay reproduccién y conservacin del estado de cosas favorable a los intereses supranacionales, ahi donde se quiere ver moyilidad; = 448 BLANCA ESTELA ARANDA JUAREZ, es decir, la diferencia existe y persiste por cualquier rinc6n que se observe el mundo actual. La diferencia, entendida como separacién, rasgo distintivo, cualidad de dis. tincién, sélo es reconocida cuando se establece la relacién con otros elementos, el espacio mismo, pues permite observar el vinculo de proximidad o de alejamiento, asi como con otras posiciones, ya sea de orden (antes o después), ya sea de rango (mayor 0 menor) y asf sucesivamente (Bourdieu, 2007: 30). Hablar de la diferencia entre culturas hace referencia a la condicién de nuestro tiempo, misma que obliga a reconocer el conflicto, la oposicién, la lucha, la diy. sién, el des-ajuste, lo cual hace necesario el establecimiento de criterios que propi- cien el ajuste, el acuerdo, el equilibrio y la armonia social. Para dar solucién a esta aporia de la diversidad cultural es preciso alejarse del uni- versalismo y del relativismo extremo. Lo primero es definir a la cultura como el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, ademas de las artes y las letras, los modes de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias (definicién conforme a las concusiones de la Conferencia Mundial sobre las Politi cas Culturales [MoNDIACULT, México, 1982], de la Comisién Mundial de Cultura y Desarrollo {Nuestra Diversidad Creativa, 1995] y de la Conferencia Intergubernamental sobre Politicas, Culturales para el Desarrollo [Estocolmo, 1998],-citado en Monde Diplomatique, 2004: 86). Con esta definicion se constata que la cultura se encuentra en el centro del deba- te sobre la identidad, pero desde la perspectiva del respeto a la diferencia cultural. La postura epistémica que resuelve la aporia de la diversidad cultural es el plura- ismo cultural, Ksta concepci6n sustenta la idea de que la sociedad est integrada por comunidades que tienen culturas diversas; cada una de ellas tiene sus formas particulares de obtener conocimientos acerca de la realidad y sus propios paraime- tros de eyaluacién cognoscitiva, moral y estética. Estos marcos conceptuales no son absolutos en tanto que no son exclusives de un grupo tinico, pero, a diferencia del relativismo, el pluralismo sostiene que esos marcos no necesariamente son relativos a un especifico y tinico conjunto de creencias, normas y valores. Esto quiere decir que dos puntos de vista que corresponden a diferentes grupos culturales, pueden compartir criterios de evaluacién cognoscitiva, moral y estética, Lo importante del pluralismo es que las diferentes comunidades tienen que ponerse de acuerdo, a través del didlogo, tanto sobre los hechos o problemas relevantes a considerar, asi como los procedimientos ya sean metodoligicos, morales, juridicos u otros, que seguiran en su andlisis (Olivé, 2004: 73). Ademias, desde este paradigma no hay un dualismo cpistemolégico que separe al sujeto del objeto, sino que en la experiencia de vida, ambos elementos se encuentran formando una unidad, que slo la con- ciencia te6rica, en un acto de reflexién, los separa para su anilisis. Es decir, no hay ‘un sujeto cognoscente que se enfrenta con un objeto cognoscible y que, a partir de esa oposicién se genera cl conocimiento, sino que el sujeto vive en una comunidad de la cual forma parte, por lo que los objetos que lo rodean no se le enfrentan como algo ajeno, opuesto ¢ indiferente, sino que ellos existen y se reconocen s6lo en la medida en que tienen una referen« ‘ital hacia él mismo, yA CULTURA: EI pluralist tural en tant analicen, inte la respuesta p democratico} la cooperacié de gobernabi AMANERA D} i Fl argument principios: | 1. La diver re formas dk originalidad en lo generg cién de sus } vo, asi com) fuente de in tan necesati favorecer 1 ¥ grupos g propicia lal deben lleva dentro de constructiy 8, Respe taal cuerpt del otro ni accion de @ conlleva e} to el indivi entendida sus propio ce el orde formase sociales ¢1 4, El ph que se ex} NDA JUARE, ' 1A CULTURA: LA DIFERENCIA Y LA IDENTIDAD 449 eel mundo idad de dis. ementos, el Icjamiento, a de rango de nuestro cha, la divi : que propi- use del uni- como fectivos que 2s y las letras, liciones y las bre las Poltt ty Desarrollo sbre Politicas 2004: 86). ro del deba- ‘ia cultural, es el plura- integrada sus formas ios parame- tales no son ferencia del on relativos juiere decir les, pueden yortante del acuerdo, a asiderar, asf | otros, que no hay un experiencia s6lo la con- ecir, no hay , a partir de comunidad entan como a s6lo en la El pluralismo cultural es una respuesta epistémica al hecho de la diversidad cul- tural en tanto que busca unificar criterios y marcos conceptuales con los cuales se analicen, interpreten y resuelvan los problemas del conocimiento, pero también es {a respuesta politica para el hecho de la diversidad cultural, pues exige un contexto democritico de confianza y entendimiento mutuo, que se sustente en el didlogo y la cooperaci6n entre los diferentes grupos ¢ individuos para resolver los problemas de gobernabilidad y convivencia social. ‘A MANERA DE CONCLUSION El argumento a favor del pluralismo cultural puede sustentarse en los siguientes principio 1, La diversidad cultural, patrimonio comin de la humanidad. La cultura adquie- re formas diversas a través del tiempo y del espacio. iste elemento se observa en la originalidad y la pluralidad en que Los sujetos realizan sus acciones. Las personas, en lo general, llevan a cabo las mismas cosas pero de diferente manera, esto en fun- cién de sus referentes culturales, los cuales inciden.en el aspecto cognitivo, valorati- vo, asi como en todas sus pricticas sociales, Por lo que, la diversidad cultural, como fuente de intercambios, de innovaci6n y de creatividad, es, para cl género humano, tan necesatia como la diversidad biolégica lo es para los organismos vivos. Por tal rar6n, esta caracteristica debe ser considerada como patrimonio de la humanidad y respetada y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras. 2. La legitimidad del disenso. Aunque las sociedades sean diversas, es preciso favorecer una interacci6n armoniosa y una voluntad de convivencia entre personas y grupos que ya de por si son distintos. Hs urgente reconocer que esta diferencia propicia la disonancia ya sea individual o grupal, sin embargo, estos desacuerdos no deben llevarse al extremo del conflicto sino subordinarse a la idea de cocxistencia dentro de un sistema social organizado a favor de la cooperacién y la interaccién constructiva. 3. Respeto por la autonomia. El respeto s6lo se puede dar cuando se experimen- taal cuerpo del otro no como un objeto extraio, sino como un semejante. El actuar del otro no es un transcurrir en el espacio-tiempo exterior, ajeno, sino que es una accién de alguien que como yo o ti, acttia con motives y fines. Por lo que el respeto conlleva el reconocimiento del valor y de los derechos que tienen en si mismos tan- to el individu como las comunidades, En este marco se encuentra la autonomia, entendida como la posibilidad de que los seres humanos decidan y resuelvan sobre sus propios asuntos de acuerdo con sus intereses, en el entendido de que se priori- ce el orden y el bien comin pacifico y de enriquecimiento mutuo, para que de esa forma se garanticen las condiciones que hacen posible la realizaci6n de las practicas sociales en torno al bien colectivo. 4, El principio de igualdad, Su valor no se limita al terreno de lo individual, sino que se extiende a cualquier cultura, por pequefia o extensa que sea, por desarrolla- 450 BLANCA ESTELA ARANDA Ju. da 0 atrasada que se encuentre. Sin embargo, aunque un principio aplicable a todos los individuos, es importante reconocer que cada persona en lo individual es diferente, asi como también en lo colectivo se tiene que aceptar la diversidad, pues los seres humanos actiian de diferentes maneras en Io practico, lo valoratiyo, lo cognitivo. La igualdad también se aplica con respecto al goce de los derechos, por lo que en este sentido se funda en una nocién ética: la igual dignidad de toda persona, sin hacer distingo de su origen, de su credo, de su ideologia. 5. El principio de identidad propia. Si cada comunidad cuenta con sus “propios culturales” (en el sentido de predicable légico), es preciso que se proceda al re. conocimiento de las diferencias, lo cual conlleva a aceptar la necesidad de que se construya una identidad propia. Cada colectividad tiene caracterfsticas exchusivas, que si bien la hacen formar parte de una colectividad mas extensa, también le per miten conservar esos elementos que le dan su distincién con respecto a los otros, Esto permite hablar de una politica de la diferencia cuyo compromiso consiste en garantizar el reconocimiento de identidades tinicas que se pueden predicar no s6lo en el sentido individual sino también en el colectivo (Olivé, 2004: 80). 6. El principio del cuidado de sf y de los otros. La diversidad de culturas conlleva de manera implicita la pluralidad de puntos de vista, de perspectivas y de diferentes formas de construir, representar y comprender el mundo, lo cual, lejos de unir'a los sujetos los separa y por lo mismo orilla a un relativismo cultural, Por lo que es ne- cesario reconocer que, tanto en lo individual como en lo colectivo, cada elemento diferente tiene derecho a estar en el mundo y a coexistir con el resto de elementos también diferentes, sin que alguno de ellos se obstine en querer imponer sus mo- dos particulares de comprender y organizar el mundo. Cuando el diferente se empeiia en imponer a los demas su presencia, tratando de ,anclarse para en lugar de tener un ser en devenir, temporal, aferrarse de manera permanente, provoca el desajuste en Jo social (Heidegger, 2001: 268). La forma de construir el ajuste radica en conceder, en proporcionar, en aceptar la diferencia, misma que sélo puede ponerse en el nticleo de las relaciones intersubjetivas a través de la conciliacién de acuerdos. Pero gcémo lograr los acuerdos?, za quién le corresponde establecer el acnerdo?, equé procesos se hacen necesarios para llegar a establecer acuerdos entre las dife- rencias? Cuando prevalece la obstinacién, el afin de imponer una forma de actuar, de pensar, de vivir, de representar el mundo, es porque esa parte dominante se muestra totalmente desconsiderada con respecto a Ja otra o las otras, es porque no Je muestra respeto a su diferencia, es porque no valora su forma de ser en el mundo, Una de las maneras de revertir esta situacién es la estima (Heidegger, 2001: 271). Estimar quiere decir apreciar, valorar, respetar, procurar, conciliar, ser considera- do, ser atento, pero sobre todo, buscar el cuidado tanto de si como de los otros, en tanto que se les deja ser como son, en total respeto a su diferencia, Ylo mas impor tante de este estimar como pro-curar el cuidado es que con esta actitud se crean las condiciones para que se propicien los acuerdos con los otros, a quienes se respeta como iguales pero se valoran como diferentes. Pero esta actitud de estima, de respe- pa CULTURA: LA | 10, de cuidado di en el ejercicio co se gesta en el ser tica cotidiana; 86 conveniente cuit nis adecuados, tiven las relacior germinar Ja semi reciproca. Lo an siembran las cor jas comunidades Ja cultura como, Jos “modelos cul impuestos por st en cualquier cas En sintesis, pi portamiento d¢ elacontecer ca} sidad. Esto se st Jas personas pis sostener que cu tes con los cual manera priority tener autonom El avance pa lento y esta rel impulse desde, mal para que $ positivo y de la BIBLIOGRAFIA| Bourdieu, Pier "Declaracién w Cultural. tigue, Instit Diccionario de ti drid, 2003, Foucault, M. (I Gadamer, H. Gy fgueme-| — (1998), Hf Heidegger, M.| NDA JUAREZ, ualdad como cer que cada )se tiene que raneras en lo n respecto al cién ética: la credo, de su sus “propios roceda al re- ad de que se as exclusivas, mbién le per 0 a los otros, > consiste en dicar no sélo uras conlleva de diferentes de unir a los Jo que es ne- ida elemento: de elementos oner sus mo- , tratando de ie de manera 8). La forma tla diferencia, etivas a través relacuerdo?, entre las dife- ma de actuar, jominante se es porque no en el mundo. 2001: 271). ier considera- : Jos otros, en o mas impor- d se crean las 1es se respeta ma, de respe- LA CULTURA: LA DIFERENCIA ¥ LA IDENTIDAD 451 to, de cuidado de si y de los otros es algo que se cultiva dentro de las comunidades en el ejercicio cotidiano hasta constituirse en habitus, La estima es una actitud que se gesta en cl ser del ser humano sélo a través de la repeticién habitual en Ia pric- tica cotidiana; s6lo que para ello es necesario que asi como en la Antigitedad era conveniente cuidar la tierra y todos los procesos para que se generaran los frutos mas adecuados, asi también es preciso que en el terreno de la praxis social, se cul- tiven las relaciones entre los sujetos para que, a través del diario convivir se haga germinar la semilla de la concordia y la convivencia social, sustentada en la estima reciproca, Lo anterior es posible si se ve a la cultura como el campo en el que se siembran las condiciones que hacen posibles los acuerdos entre los sujetos y entre las comunidades, respetando sus respectivas diferencias. Ademés, quien entiende a Jacultura como el “cuidado de si” debe forjar también su libertad trabajando sobre os “modelos culturales” que el sujeto encuentra en su entorno, ya sea porque le son impuestos por su sociedad y su grupo social o porque le son sugeridos 0 propuestos, en cualquier caso, necesitan ser analizados. En sintesis, propiciar tanto en los individuos como en las comunidades un com- portamiento de ciudadanos en aras de un beneficio comin es algo que se cultiva en el acontecer cotidiano, lo cual permitira cosechar acuerdos que respeten la diver sidad. Esto se sustenta en la idea de que si bien no es posible ni deseable que todas las personas piensen y actiien igual y tengan las mismas prioridades, sf es posible sostener que cualquier comunidad cultural tiene principios y conceptos equivalen- tes con los cuales se establecen las reglas basicas de la accién, encontrandose de manera prioritaria el derecho, tanto de los individuos como de las comunidades a tener autonomia, El avance para consolidar la cultura como diversidad y el pluralismo cultural es lento y esta relacionado con la creacién de habitos. Por ello es necesario que se impulse desde el proceso educativo en sus tres Ambitos: formal, no formal e infor- mal para que se genere conciencia, en cada uno de 1os individuos acerca del valor positivo y de la riqueza que conlleva la diversidad cultural. BIBLIOGRAFIA Bourdieu, Pierre (2007), Capital cultural, escuela y espacio social, México, Siglo XXI, Ta. ed. “Declaracién universal de la UNESCO sobre la diversidad cultural”, articulo 5. La Diversidad Gultural.. Un debate internacional, un debate en Chile, Una publicacion de Monde Diploma- tique, Instituto chileno-francés. Ed. AGn creemos en los suefios, Chile, 2004, Diccionario de la Lengua Esparola, Real Academia Espafiola, 22a. ed., t. 1, Espasa Calpe, Ma- drid, 2002, Foucault, M. (1992), Historia de la sesualidad. m, La inguieiud de si, México, Siglo XXI. Gadamer, H. G. (1977), Verdad y método, Fundamentos de wna hermenéuticafilosdfia, Salamanca, Sfgueme. —— (1998), 1 giro hermenéutico, Madrid, Cétedra, Heidegger, M. (2001), Gaminos del bosque, Madrid, Alianza.

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