140 LOS PROGESOS PSICOLOGICOS SUPERIORES
ello re fan al profesor cémo los procesos
mentales del aprendizaje escolar se intro-
“ior de Ja mente de cada nifio. El descubtimiento
subterrinea ¢ interna de los nifios en etapa
‘de suma importancia para el anélisis psicolé-
de nuestra hipétesis es Ia nocién de que,
directamente relacionado con el curso
no de los dos se tealiza en igual
medida o paralelamente. “Eo lor nifos, ef desarrollo no sigue fun- igue mune
ca al aprendizaje escolar del mismo modo que una sombra sigue
je Ia proyecta. En la actualidad, existen unas
tamente complejas entre los procesos evo
Tue no pueden verse cercedas por ninguna for-
smulacién hipoté
“Toda materia escolar posce su propia relacién especifica con
el curso del_desarrolio infantil, una relacién que varia a medida
que el nifio va pasando de un es ‘otz0, Ello nos conduce
disectamente a un nuevo examen del problema de la disciplina
formal, esto es, a la importancia de cada tema en particular desde
fl punto de vista de todo el desarrollo mental, Evidentemente, el
froblema no puede Fesolverse wilizando una férmola, es preciso
Hever a cabo une investigacién concreta, extensa y distinta basada
‘en el concepto de Ja zona de desarrollo préximo.
Carfruo VIL
EL PAPEL DEL JUEGO
EN EL DESARROLLO DEL NINO
La deinicién del juego como una actividad placentera para el
adecuada pot dos razones. Primero, porque existen
des que proporcionan al pequeflo mayores expe-
que el juego, por ejemplo, el succionar un
chupete aunque ello no lo sacie. hhay juegos en
Jos que Ia actividad no es placenter plo,
juegos que Gnicamente producen placer inte.
resante ef resultado; éstos suelen. predomi edad
preescolar y al principio de la ctapa esco gor deportivos
{no solamente os deportes aléticos, sino también otros juegos
‘en los que uno puede ganar o perder) a menudo van acompaiie
dos de disgusto si el resultado es desfavorsble para el nifo.
i podemos considerar el placer como una ca-
‘del juego, me parece que las teorfas que
ignoran el hecho de que el juego completa las necesidades del
‘desembocan en una intelectualizacién pedante del: juego.
do del desarrollo del nifio en tétminos general
s han desdefiado exséneamente las necesidades
rendidas en su sentido més amplio para
ién), A menudo
jo de desarrollo intelec-
pasa de un estadio a otro, Pero si ignoramos las necesidades142. 1L05 PROGESOS PSICOLOGICOS SUPERIORES
nifo, asf como los incentivos que lo mueven @ actuar, nunca
viremos legat a comprender su progreso de un estadio evolu-
es € incentivos. Aque-
terés para al bebé, carece
fio que comienza a dar sus
tema centtal en esta discusién, porque no podemos ignorar el
hecho de que cl nfo satisface ciertas necesidades a través del jue-
0. Si no somos capaces de comprender el caricter especial de
estas necesidades, no podremos entender la singularidad del juego
como forma de actividad.
Un nifio pequefio tiende a gratifcar sus deseos de modo in-
medisto; normalmente el intervalo que va entre el deseo y st
satisfaccién suele ser muy corto. No encontraremos ningiin nifo
‘que desce hacer algo en los dias
canzar la edad escolar, emergen mu-
realizables. Supongamos que un nifio muy pequefio (de unos
dos aos y medio de edad) desea algo, por ejemplo, ocupar el
pués puede desviarse su atencién hacia otra cosa y calmarlo, hasta
conseguir que olvide su deseo. En los comienzos de la edad
preescolar, cuando hacen apaticién deseos que no pueden ser
inmediaiamente gratificados w olvidados y se setiene todavia la
Para resolver esta tensi
tun mundo ilusorio e
imaginacién constituye un nuevo proceso
10; éste no esté presente en la conciencia de los nifios pequefios
EL, JUEGO EN EL DESARROLLO DEL NINO 143
¥ e8 totalmente ajeno a los animales. Representa una forma espe-
No obstante, ello no qui
siempte como resultado de todo deseo insatisfecho
coche). Sin embargo, raramente suceden las cosas de esta manera.
Por otra parte, la presencia de estat emociones generalizadas en el
Ast pues, al establecer cti
til de otras formas dea
aquél el nifio crea una situ
en el sentido de que las
sido sicmpre aceptadas;
taba Gnicament
situacién imaginaria no constitata una caracteristica d
juego en general, sino que era tratada como um atriburo
subcategorfas especifices de aquél.
Estas ideas las encuentro insatisfactorias en tres aspectos. En
primer lugar, si se considera que el juego es simbélico, existe el
peligto de que sea equiparado como una actividad semejante al
Algebra; es decir, tanto el juego como el algebra podrfan ser con-
sidetados como un sistema de signos que generalizan la realidad,
is cotorgarle ninguna de las caractetisticas que yo creo que son
a5 del juego. El nifio se situarin como un algebrista inca-
Ber ede dt ects ibe sells, peas ot soulicionss de
representarlos mediante la. acci6n,
juego no es exactamente una accién simbélica en el sentido es144 LOS PROCESOS PsICOLcICos sUPERIORES
tricto del término, de modo que es imprescindible averiguar el
Papel de Ia motivacién en el juego. En segundo lugar, este argo-
‘mento que subraya la importancia de los procesos cognoscitivos
olvida no sélo la motivacién que im io a actuar, sino tam-
bién sus circunstancias, Y, por ‘ltimo, las aproximaciones reali
zades hasta ahora no nos ayudan en absoluto a comprender el
Papel que desempefia el juego en el posterior
Si cualquier tipo de juego representa Ia
Midica de tendencias que no reciben inmediata gt
elementos de las situaciones im
ticamente en parte del tono em
actividad del nifio durante el juego. sQué significa la conducta
del pequefio en una situacién imaginaria? De sobra es sabido que
cl desarrollo de juegos con reglas comienza al final del periodo
pre se extiende a lo largo de la edad escolar. Una serie
westigadores, aunque no pettenecientes al campo del mate-
0 dialéctico, se han aproximado:a esta solucién por la
Tinea recomendada por Marx cuando afirmé que «la anatomfa del
hombre constituye la clave de la anat
sus estudios e investigaciones de I
Ja luz del juego basado en una
mis tarde, conchiyendo, a partir
lo observado, que el juego
Que comporta una situacién imaginatia es, de hecho, el juego pro-
visto de reglas.
Podsfam:
incluso més lejos y asegurar que no existe juego
sin reglas. La situacién imaginaria de cualquier tipo de juego
contiene ya en sf ci s de conducta, aunque éstas no se
formulen explicitamente ni por adelantado. La
su madre y Ja mufieca su hija; en consecuencia, e:
observar lis reglas de la conducta mater, Sully sefal6 que espe-
Cialmente los nifios pequefios podfan hacer coincidir Ia situacién
‘hidica con la realidad.’ Describié un caso en que dos hermanas,
de cinco y siete afios, se declan: «Vamos a jugar a sér hermanas.»
Estaban jugando en wna situacién real. En algunds casos, me ha
4. 5. Sully, Estudios sobre ta infoncie (en ruso), Mosci, 1904, p. 48,
‘BL JUEGO EN BL DESARROLLO DEL NIKO 145
resultado relativemente sencillo deseubtir este tipo de juego en
Jos nifios. Es muy fécil, por ejemplo, encontrar a un nifio jugando
tras que Je madre desempefia el papel de madre,
Jo que cada uno es en realidad. Sin embargo,
como asegura Sully, existe una diferencia esencial: Ja nifa que
std jugando trata de ser como ella eree que debe ser una herma:
na. En la vida real Ja nifia se comporta sin pensar que es la
hhermana de su hermana. En el juego de ser hetmanas ambas estén
cenfrascadas en Ia representaciin de sus respectivos papeles; el
hhecho de que decidan jugar a ser hetmanss las obliga a respetar
unas reglas de conducts. Unicamente las acciones que se ajustan
4 estas reglas pueden ser aceptadas en Ja situacién de juego: ‘se
visten del mismo modo, hablan igual, en resumen, llevan a cabo
todo aquello que pone de relieve su relacién de hetmanas ante
los adultos y extrafios. La mayor, cogiendo a la pequeia de la
mano, Je cuenta costs acerea de las demés personas: «sto es de
ellos, no nuestro.» Ello signi hhermana y yo hacemos las
mismas cosas y nos tratan del smo modo, pero a los demés los
ttatan de manera distinta.» En este ejemplo vemos cémo se acen-
téa la idea de igualdad en todo, que esté relacionada con cl
concepto de hermana que poses 1a nifia; como resultado del juego,
Ja nifia comprende que las hermanas tienen una telacién entre s
distinta de la que mantienen con las demés personas. Aquello que
cn Ia vida real pasa para el nifio, se convierte en una
regla de conducta en el juego.
eQué es lo que quedaria del juego, si éste se estructurara de
tal modo que no se produjera nunes ninguna situad
tia? Quedarian las reglas. Siempre que se produzc
imaginaria en el juego, habré reglas, pero no aquel tipo de te-
alas que se formulan por adelentado y que van cambiando segin
el desarrollo dk
situacién imagi
std repre-
sentando el papel de madre, debe observar fas reglas de Ja con-
ducta matema. El papel que el nifio desempeifa, y su relacién con146 LOS PROCESOS PSICOLOGICOS SUPERIORES
el objeto (si el objeto ha cambiado su significado), estardn siempre
sujetos a las reglas correspondi
cipio, porecia que Ja vinica taren del investigador al
0 consistia en descubrir Jas reglas ocultas del mis-
analizar
mo, pero se ha demostrado que los lamados juegos puros con
replas son esencialmente juegos con situaciones imaginatias. Del
mismo modo que toda situacién imaginatia contiene reglas de
conducta, todo tipo de juego con reglas contiene una situacién
imagis Por ejemplo, jugar al ajedrez crea una situac
ginaria. ¢Por qué? Porque el alfil, el rey, la reina y las otras
Piezas slo pueden actuar de una forma determinada; porque
el defender y comer piezes son conceptos puremente
Del mismo modo que al principio sefislamos que toda situa