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Da sin que te pidan

Uno de los santos ms entraables en la


historia de la Iglesia es san Francisco de
Ass. Todos sabemos de l algo importante:
su humildad y su alegra de vivir. Cuentan
de l y de la comunidad en la que viva,
que en Cuaresma realizaban tremendos
ayunos. Una noche, cuando todos los
frailes se encontraban retirados en las
celdas del convento, escuch los gemidos
de un hermano; se levant y fue donde
estaba el hermano que lloraba. Se acerc y
le pregunt: "Hermano, qu te pasa?". El
fraile respondi: "Lloro porque me muero
de hambre".Francisco ni corto ni perezoso,
despert a todos los hermanos y les explic
que el ayuno estaba muy bien; pero que no
podan dejar que un hermano se muriera
de hambre. Pero como no estaba bien que
dejaran al hermano comer solo, para que
ste no pasara vergenza, todos deban
acompaarlo. As que los hizo levantarse a
todos y se dirigieron al comedor. Y la
comida se convirti en una fiesta. Es
verdad que en la mesa no haba ms que
un pan y unos pocos rbanos, pero, eso
s,estaban bien regados por la alegra

comn. Est bien dar de comer al


hambriento; est mucho mejor compartir
todos juntos la humilde alegra que
tenemos.Es verdad que uno se pone a
pensar que repartir un pan hoy, me reporta
un sano gozo cristiano, pero nos inunda la
desesperacin de cmo vamos a realizarlo
maana.Es evidente que nadie, nunca, ser
capaz de curar todo el mal del mundo,pero
yo me atrevo a decirte: si importante es
compartir el pan, ms importante lo es si
ste lo acompaamos con alegra. Quien
tenga pan,que lo reparta; quien tenga pan
y una sonrisa, que distribuya los dos.Quien
tenga slo una sonrisa, que no se sienta
pobre e impotente: que reparta sonrisa y
amor". .No pierdas en tu vida la capacidad
de amar, no pierdas en tu vida lacapacidad
de apreciar el amor; El mundo da muchas
vueltas y todo corre muy aprisa; hoy eres
t el que da el pan,maana puede ser que
seas t quien lo est recibiendo. Pero si hay
algo que no cambia e ir donde vaya tu
destino, ser la sonrisa y el amor con que
t das . Porque el hambre volver maana,
pero el recuerdo de haber sido querido por
alguien permanecer floreciendo en el

alma.El hambre del buen fraile seguro que


volvi, pero de lo que nunca se olvidar
ser del gesto de amor que tuvieron sus
hermanos al compartir con l la mesa a
esas horas de la noche.Gracias por llegar
hasta aqu. Que Dios Los Bendiga!

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