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Las dos crisis de la derecha española

(Publicado en la Ilustración Liberal, número 42. Enero de 2010)

Oscar Elía Mañú

Análisis nº 7476 21 de enero de 2010

1. Crisis intelectual, crisis política (GEES) "Ante la decadencia de Eu-


ropa", de donde procede el siguiente
Que la crisis económica y financiera pasaje:
esconde una crisis de más enverga-
dura y más amplia, que alcanza El problema principal que afecta a Eu-
principios y valores, es algo ropa no es ni económico ni institucio-
comúnmente admitido, tanto por la nal, sino cultural, y dentro de cultural,
izquierda como por la derecha. Por intelectual; el deslizamiento progresivo
un lado, afecta a la racionalidad de la cultura europea hacia el relativis-
económica, al comportamiento de mo racional, moral e ideológico, y el
los bancos, a la relación con clientes rechazo a la posibilidad de encontrar
y gobernantes; por el otro, a las ins- verdades y comportamientos objetivos.
tituciones, a la legitimidad de la cla- Europa tiene un cáncer: el pensamiento
se política, a su discurso público. Es débil1.
una crisis cultural en sentido am-
plio, puesto que afecta a casi todos En este informe sobre Europa, escri-
los aspectos de la sociedad moder- to en y desde España, se desgranan
na. Su origen, extensión y caracterís- las dos características principales de
ticas son tratados por historiadores, la decadencia económica, institucio-
analistas y filósofos. En nuestro país, nal y estratégica del Viejo Continen-
el intento más ambicioso en los te. En primer lugar, el escepticismo
últimos tiempos ha sido el informe intelectual, el rechazo a la capacidad
del Grupo de Estudios Estratégicos del ser humano para conocer y re-

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conocer la verdad. Los filósofos en- cando graves tensiones en las insti-
señan que cuando el hombre deja de tuciones europeas, tanto comunita-
tener como obligación el reconoci- rias como nacionales. España no es
miento de la verdad, ocurren dos una excepción. Como en un dominó,
cosas: en primer lugar, la entroniza- a la renuncia a la razón intelectual y
ción del subjetivismo, la convicción teórica le sigue la renuncia a la
de que los hechos dependen de las pre- razón pública y política, a ellas un
tensiones y preferencias de cada uno, comportamiento errático y a todo
razón por la cual el diálogo deja de ello la renuncia a unas instituciones
tener como finalidad la búsqueda y estables y a una sociedad cívicamen-
descripción de lo real; y de ahí se te sana: la plaza pública se llena de
deriva la segunda consecuencia, de propaganda, demagogia y corrup-
orden social: el diálogo se convierte en ción, y no decimos nada nuevo si
mera persuasión o imposición, y el diá- afirmamos que éstas hoy se extien-
logo político en simple propaganda. La den por instituciones y partidos
sociología, la filosofía política, la políticos, así como por empresas y
historia dejan de ser ciencias huma- universidades.
nas y se convierten en meros ins-
trumentos político-ideológicos. 2. La revulgarización de la izquier-
da española
De este escepticismo intelectual se
deriva un segundo aspecto, el relati- Esta crisis intelectual y moral euro-
vismo moral: si todo es subjetivo y pea afecta de lleno a la política es-
relativo, si la descripción del mundo pañola. Y más a la izquierda que a la
que nos rodea depende de cada derecha, por cierto. De hecho, el
cual, entonces no existen reglas de progresismo actual es uno de los fac-
comportamiento –en la vida privada tores de mayor erosión de la razón
como en la política– que se deban política, un acelerador de la crisis
cumplir. Moralmente, la falta de intelectual del continente. Los histo-
fundamentos objetivos y fijos –es riadores de las ideas citan numero-
decir, de principios– implica que el sos factores que explican una crisis
bien y el mal sean relativos a mis izquierdista que impulsa a la euro-
pretensiones o necesidades ins- pea. Aquí indicaré tres: uno filosófi-
tantáneas. Por lo que hace a la so- co, otro histórico y un tercero bio-
ciedad, como se afirma en el infor- lógico. El filosófico tiene que ver con
me citado, el fin de la modernidad y la llegada
del pensamiento postmoderno, piro-
si no se cree que las leyes deban cum- tecnia literaria con pretensiones fi-
plirse porque son buenas, entonces no se losóficas. El histórico-ideológico
cumplirán. Si se cree que una ley vale tiene que ver con la autodestrucción
igual que otra, entonces no se elabo- de la Unión Soviética y del paraíso
rarán, y si se hace, será sin convicción socialista, que sumergió a la iz-
alguna. quierda en un nihilismo intelectual
y político aún más hostil al orden
Esta deriva intelectual –escepticismo democrático triunfante, al que jamás
más relativismo– acaba estallando ha perdonado ser ni lo uno ni lo
en la vida pública y política, provo- otro. Perdió la utopía de la sociedad

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sin clases, pero a cambio intensificó cios– ni la concepción científica de la
el rechazo al orden. El biológico- historia, que rechaza en cuanto pen-
cultural viene signado por la llegada samiento fuerte. Que surge de la
a puestos de responsabilidad – crisis cultural occidental, pero que
periodística, política, universitaria– se gestó y evolucionó en tiempos de
de una generación mal formada pe- Felipe González y José María Aznar,
ro imbuida de la retrofilosofía post- eclosionó a partir de 2002 –Prestige,
moderna, con unas enloquecidas Irak– y se instaló en La Moncloa en
ganas de superar los límites y rigo- marzo de 2004, ante el estupor de la
res de la historia, la moral, la filosof- derecha española, que durante un
ía y hasta la lógica. tiempo aún se resistió a observar lo
que se le venía encima.
Si en los años sesenta Raymond
Aron denominó vulgata marxista al 3. La derecha relativista
pseudosocialismo de la izquierda
francesa y europea, en la actualidad En España, el mundo liberal-
lo que se ha vulgarizado es la propia conservador pudo aguantar algo
vulgata: del profetismo de Marx más, en parte por sus hondas raíces
sólo queda el rechazo al orden insti- religiosas, pero igualmente acabó
tucional liberal como intuición más descendiendo por el tobogán, detrás
abstracta que otra cosa. Más allá de de la izquierda. Entre 1996 y 2004, la
eso, sin un orden que construir, todo derecha gobernante no quiso o no
vale, desde la alianza con el isla- pudo combatir el problema de la
mismo hasta los negocios con gran- degeneración progresiva de la razón,
des grupos multimedia o el pacto ya fuera en la educación, la cultura o
con el nacionalismo identitario. La el arte; quizá porque ella misma era
histórica carencia de solidez teórica ya parte y víctima de la decadencia
del socialismo español ha precipita- intelectual. La pujanza económica y
do esta crisis; el instrumentalismo el éxito de los gobiernos de Aznar
político, la corrupción y el todo vale escondieron este problema intelec-
del felipismo; el resentimiento con- tual y moral, que pasó inadvertido
tinuo ante los éxitos de Aznar. La hasta que el crash de 2004 lo puso
bonanza económica y el consumis- dolorosamente ante los ojos de to-
mo terminaron por acelerar en Es- dos.
paña este extraño socialismo.
En marzo de 2004 el PP se encontró
El resultado tragicómico de esta re- con una opinión pública maleable,
vulgarizacion ideológica en España obsesionada por el apaciguamiento,
es lo que Ignacio Cosidó denomina sin convicciones cívicas ni respon-
"Generación ZP"2 y el "Pensamiento sabilidad histórica, con ganas de
Alicia" (Gustavo Bueno dixit3): una huir y escapar de la verdad. Pocas
izquierda intelectualmente nihilista veces como entre el 11 y el 14-M se
y moralmente destructiva que del ha mostrado con tal crudeza el es-
socialismo clásico ya no mantiene ni cepticismo intelectual y el relativis-
la indignación moral ante el capita- mo moral de nuestras sociedades; es
lismo –con el que pacta y hace nego- el momento en que los terroristas

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ponen a sus víctimas contra sus de- que procura la falta de principios? Si
fensores, obligándoles a elegir entre es más fácil alcanzar el poder desde
la vida o la libertad. Se puso de ma- el pacifismo, el internacionalismo, el
nifiesto que España no quería ni co- sentimentalismo, ¿por qué no subir-
nocer los hechos, ni explicarse la se a ese carro?
realidad, ni pensar en ella; eligió
darle la espalda, huir, refugiarse en Desde entonces, la derecha política
sí misma y dejarse hacer. Y esta cri- con la izquierda el rechazo a 1) la
sis intelectual y moral cristalizó en construcción de un discurso racional
la presidencia de Rodríguez Zapate- y lógico, y 2) a la conformación de
ro. una política guiada por principios y
valores morales o políticos ajenos a
La figura de Rodríguez Zapatero es las necesidades del día a día.
causa de la crisis, pero también es
consecuencia de ella: su presidencia Veamos ahora algunas característi-
es producto de la crisis intelectual y cas de su comportamiento cotidiano.
el relativismo moral. Así que no tie-
ne problemas en mimetizarse con la En primer lugar, encontramos la
crisis, concretarla, impulsarla y reducción de lo político a términos
aprovecharla. No le hace falta el li- de éxito electoral. Como es evidente,
derazgo: simplemente nada a favor todo político tiene como objetivo el
de corriente, se deja llevar y sancio- poder; y es igualmente evidente que
na la inercia cultural que explica su el poder es un medio para poner en
presidencia. El rechazo al razona- práctica los principios y valores que
miento lógico –en economía, política se profesan. Ahora bien, cuando
exterior, educación– se unió al re- éstos desaparecen o dejan de tener
chazo explícito de la moral, conce- sentido, alcanzar el poder y mante-
bida como obstáculo conservador o nerlo se convierte en la única finali-
religioso para la liberación y el pro- dad, más allá de cualquier otra con-
greso. La cosa le dio buenos frutos, sideración. Incluso, en un giro rela-
y en 2008 revalidó un proyecto inte- tivista más, los principios se utilizan
lectual y moralmente nihilista. como coartada o justificación de
conductas que nada tienen que ver
Enfrente, la derecha contempló en- con ellos, o que incluso les son con-
tre perpleja, fascinada e indignada trarias. Lo bueno es lo que permite
la avalancha de unos sofisticados ganar elecciones, por reprobable que
bárbaros, a los que temía y teme, sea; lo malo es lo que lo impida, por
pero de los que comenzó poco a po- encomiable que sea. No generar re-
co a admirar su libertad y capacidad chazo, no asustar, no crispar se eri-
de acción al margen de los límites gen en principios rectores por el me-
de lo racional y lo moral. Ya tocada ro hecho de que facilitan el no per-
por el virus relativista, dio el si- der elecciones.
guiente paso en el año 2008: ¿por
qué no hincarle el diente a la man- El desinterés intelectual por los fines
zana que todo el mundo disfruta?, conlleva necesariamente la sobreva-
¿por qué no aprovechar las ventajas loración de los medios, hasta el pun-

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to de que éstos acaban ocupando el poder. De ahí la expulsión simbólica
lugar de aquéllos. Y en la medida en de determinados valores ("Si alguien
que la derecha ha sabido adaptarse se quiere ir al partido liberal o con-
mejor que la izquierda a las nuevas servador, que se vaya"), el acoso o
tecnologías, esto desemboca en la marginación de determinadas per-
utilización abusiva por parte del PP sonalidades –María San Gil– y la
de medios de propaganda y marke- suspicacia ante periodistas o intelec-
ting: blogs, Facebook, chats, foros, tuales inequívocamente liberales
videos... Hasta el punto de que éstos pero no comprometidos con el éxito
han impuesto su lógica, y se consi- electoral del partido.
dera un importante triunfo político
el tener un número determinado de La quinta característica hace refe-
amigos en Facebook o lograr mu- rencia al discurso demagógico, a la
chas visitas en Youtube, en vez de utilización de las emociones y los
disponer de una visión coherente de sentimientos como ejes del discurso
la política exterior o una hoja de ru- político. La política se reduce enton-
ta bien trazada para la independen- ces a provocar impactos emociona-
cia de la Justicia. les mediante discursos, fotografías,
vídeos. El proyecto político se supe-
Desinteresada por la verdad, la de- dita a o se configura en función de
recha política cae también en el re- "lo que interesa a la gente", la eco-
chazo explícito a analizar rigurosa- nomía no son sino apelaciones al
mente la realidad cuando ésta no le "bolsillo" de los ciudadanos; la
favorece, lo cual le acaba llevando a razón, en definitiva, es sustituida
la ocultación de hechos –limpieza por el sentimiento y la apelación a
lingüística en Cataluña, auge del los bajos instintos de los electores,
islamismo–, la magnificación arbi- convertidos en mera masa electoral
traria de otros de menor importan- manipulable.
cia nacional –escuchas ilegales al
partido– o la minusvaloración de En descargo del gran partido de la
asuntos de enorme trascendencia derecha española, valgan tres apun-
histórica pero de escaso interés elec- tes más: 1) los culpables no son sólo
toral a corto plazo –eutanasia, abor- los actuales dirigentes ni el propio
to, laicismo–, a los que se califica de PP, inmersos como están en una si-
"cortina de humo" para no afrontar tuación que les trasciende y afecta a
su naturaleza y sus consecuencias todas nuestras sociedades; 2) esta
reales. crisis va más allá de los límites de la
derecha política y afecta sobre todo
El desinterés y la interpretación de a la izquierda española (los rasgos
los hechos en términos instrumenta- anteriores valen también, antes y
les conlleva una cuarta característi- sobre todo, para lo que confusamen-
ca: la adopción de comportamientos te llamamos progresismo); 3) es una
sectarios, el rechazo a todos aquellos crisis que, en cuanto general, afecta
que no compartan los fines o los también a la derecha mediática y
medios empleados por la maquina- cultural, salvo escasas excepciones
ria del partido en su búsqueda del inmersa también en un proceso se-

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mejante: en la derecha española, no recha sigue sin constituir una alter-
es sólo el PP el que ejerce el escepti- nativa al progresismo relativista,
cismo intelectual y el relativismo que sigue imponiendo su agenda
moral y no libra la batalla de las ideas. política. Las más de las veces, la de-
recha mediática se conforma con
4. ¿Qué batalla de las ideas? copiar actitudes y comportamientos
progresistas –demagogia, sentimen-
En el debate cultural en los medios, talización de la política, omisión u
diré –tomando el concepto de la es- ocultación de hechos incómodos–, o
trategia militar clausewitziana– que bien con refugiarse en conceptos
es más fácil destruir que mantenerse indiscutiblemente válidos pero que
o defender. En asuntos relacionados encierran una gran ambigüedad,
con los ataques a la vida –aborto, como los de dignidad de la persona y
eutanasia–, la destrucción de la tra- libertad individual.
dición nacional –laicismo, memoria
histórica– o del entramado institu- Más allá de esto, la derecha ha re-
cional de 1978 –estatutos de auto- nunciado a dotarse de un pensa-
nomía, independencia judicial–, el miento fuerte sobre el hombre, la
impulso de la izquierda es pocas sociedad, la historia y la propia na-
veces contrarrestado por la derecha ción española. ¿Qué concepción del
mediática, que ha renunciado a ser humano, de la religiosidad, de la
ofrecer un proyecto alternativo al espiritualidad o de la moralidad
progresista. Salvo escasas excepcio- tiene la derecha española? ¿Cómo
nes –La Ilustración Liberal es una de interpreta el pasado y el mundo que
ellas–, la derecha se encuentra hoy a nos rodea? ¿Cuál quiere que sea el
la defensiva. futuro de nuestra sociedad? ¿Qué
idea tiene de la nación española, de
Desde luego, ese "a la defensiva" es su génesis, de su evolución, de su
intelectual y no moral, afecta a la papel en el mundo? Son éstas pre-
razón y no a la voluntad: desde di- guntas que, queramos o no, la dere-
versas trincheras mediáticas, la vo- cha española aún tiene pendientes
luntad de lucha de periodistas o in- de contestar.
telectuales no es menor que la ex-
hibida por los izquierdistas. Pero, He aquí a, grandes rasgos, la prime-
más allá de las indudables ganas ra crisis de la derecha española: la
por mostrar la superioridad del libe- intelectual –y, por intelectual, mo-
ralismo sobre la socialdemocracia o ral–. Es una crisis que no parte de
el socialismo, las grandes cuestiones ella, que le trasciende y que en parte
quedan sin resolver: a día de hoy, recibe; quizá sea imposible que esca-
no existe un modelo social para la pe a un desmoronamiento cultural
derecha liberal-conservadora que se que es más bien civilizacional. Una
oponga al izquierdista. La crisis crisis en la que le precede la iz-
económica ha mostrado que, más quierda, que no es ajena a su origen
allá de la economía –y a veces tam- y desarrollo, y que se adapta a ella
poco en este punto–, en cuestiones con más comodidad. Una crisis que
morales, cívicas o nacionales la de- no comienza en 2004 o 2008, pero a

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la que la derecha política sucumbe historicismo juega el hecho de que
en esas fechas, uniéndose a la iz- influye en ellas decisivamente. Todo
quierda. Y quien dice la derecha proyecto político, del tipo que sea,
política dice gran parte de la dere- se basa en una determinada concep-
cha mediática y cultural. ción del pasado.

5. Historia, pasado y futuro La izquierda no sólo reconoce el pa-


pel de la historia en la política, sino
Vayamos a su segunda gran crisis. que lo considera el papel fundamental.
Aquí reside, precisamente, la se-
Paralela a la cultural, la derecha se gunda gran falla de la derecha es-
ve afectada por otra crisis, ésta pro- pañola. Si en los términos intelectua-
piamente española, que no afecta a les y morales de la primera crisis
la izquierda y que tiene su origen puede haber cierto empate entre iz-
mucho tiempo atrás, si bien es a par- quierda y derecha, en términos
tir de 2004-2008 cuando muestra con histórico-ideológicos no es así: en
más crudeza su capacidad de para- España, la izquierda gana de calle.
lización. A falta de una expresión Pensemos, por ejemplo, en su apela-
mejor, la denomino crisis ideológico- ción a la memoria histórica. La identi-
histórica. Es la que hace referencia a ficación constante de Rodríguez Za-
la profunda crisis de identidad que patero con el PSOE de la II Repúbli-
la derecha sufre ante cuestiones co- ca, los homenajes que brinda a per-
mo la historia de España y el propio sonalidades frentepopulistas, algu-
pasado del liberal-conservadurismo nas de ellas violentas y fanáticas,
español. apunta más a un plan de gobierno
que a un recuerdo de la historia.
Por la naturaleza misma de la políti- Pone de manifiesto no una reflexión
ca, existe una relación directa entre sobre el pasado, sino una apuesta
la concepción del pasado de uno por el futuro. La memoria histórica,
mismo, de los demás y de la socie- como la historiografía izquierdista,
dad, por una parte, y, por la otra, las es un instrumento ideológico que
convicciones y preferencias acerca proporciona una visión total del pa-
del futuro. A efectos históricos, lo sado y del presente, necesaria para
que una nación quiere ser depende modelar el futuro.
de lo cree que ha sido y es, de las
posibilidades actuales y de la tradi- El progresismo actual es, aunque
ción o de la memoria acerca del pa- deteriorado y desfigurado o revulga-
sado. De la concepción de la expe- rizado, una filosofía de la historia: la
riencia pasada dependen los valores lucha del progreso contra la reac-
cívicos y morales, la personalidad ción, de lo nuevo contra lo viejo, de
social e institucional, las ambiciones la libertad contra la tiranía. Desde
y pretensiones nacionales. A dife- este punto de vista, tiene toda la
rencia de lo que afirma el progre- lógica y toda la intencionalidad polí-
sismo, el pasado no determina ni las tica del mundo la apelación socialis-
acciones presentes ni las decisiones ta al pasado. La derecha sonríe cada
futuras, pero a favor de este tipo de vez que la izquierda liga el cambio

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climático, la investigación con célu- cracia y, después, arruinó el régi-
las madre o la inmigración con la II men republicano; finalmente, entró
República, pero lo cierto es que en la en una profunda espiral de crimen y
lógica progresista forman un todo: represión antes de ser derrotada por
de un lado está la izquierda, libera- las armas.
dora o libertaria; del otro, la derecha
reaccionaria y conservadora. En este En cuanto al significado histórico
esquema no cabe el término medio... del régimen de Franco, también la
ni la elección, pues es la propia iz- interpretación izquierdista tiene una
quierda la que decide quién perte- contrapartida sólida. La clave la
nece a uno y otro bando. proporciona Pío Moa, al apelar al
método sociológico de la compara-
6. ¿Una historia de España liberal- ción de regímenes5. Comparado con
conservadora? un ideal, todo régimen resulta insa-
tisfactorio, y todo comentario, seve-
Conocemos bien la interpretación ro: tampoco las democracias super-
progresista de la II República y la an el test del ideal. Por otro lado, la
Guerra Civil: la primera era una no comparación de un régimen nos
democracia ejemplar, con una iz- lleva a la indulgencia, al juicio
quierda respetuosa e identificada benévolo que posibilita el no tener
con las instituciones, que cayó por ninguna otra referencia. Por eso la
culpa de un golpe fascista-militar; a de la comparación es la forma más
la segunda siguió la represión de justa de juzgar regímenes.
una dictadura terrible y criminal
que sometió a los españoles hasta la A todas luces, a la II República sólo
muerte de Franco, en noviembre de podría sucederle un régimen totali-
1975. ¿Tiene algo que decir al res- tario: el de la izquierda unida y so-
pecto la derecha? Tendría. En cuan- vietizada del Frente Popular, o uno
to a la ruina del régimen republica- autoritario de derechas: el de los
no, hay suficiente bibliografía sobre sublevados. La democracia parla-
la actitud de la izquierda intelectual mentaria, preferible sin ninguna
y política ante la democracia parla- duda a ambos, era entonces imposi-
mentaria –véase, por ejemplo, la ble. Como afirma Moa, "habría sido
obra de José María Marco4–; tam- preferible una democracia a la dic-
bién la hay de primer nivel sobre los tadura autoritaria de Franco, pero
orígenes de la Guerra Civil: la que para que haya democracia tiene que
han configurado autores como Ri- haber demócratas, y tras la devasta-
cardo De la Cierva, Pío Moa o César ción intelectual, moral y política
Vidal. Todos ellos han descrito con causada por el Frente Popular, casi
detenimiento el pasado político de todo el mundo había dejado de creer
la izquierda española en general y en la democracia en España"6. La
del PSOE en particular: su desprecio alternativa al régimen franquista no
por las instituciones democráticas, era una democracia occidental, sino
su odio al parlamentarismo, su hos- uno de tipo soviético, esto es, de
tilidad criminal hacia el clero y la carácter totalitario.
burguesía... A diferencia de la dere-
cha, la izquierda despreció la demo-

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¿Es preferible un régimen autorita- da por PSOE, IU o ERC perdió la
rio a uno totalitario? Sin duda algu- guerra, y porque las derechas de
na. Por muchas razones; y desde la todo tipo –autoritarias, tradicionalis-
España actual por una en particular: tas, moderadas– vencieron en la san-
la transición a un régimen democrá- grienta contienda.
tico desde una dictadura autoritaria
de derechas es más fácil y rápida 7. El consenso, o el buenismo de la
que cuando se parte de un régimen derecha
totalitario de izquierdas –o de dere-
chas–. La estructura institucional y En 1978 la derecha acometió un corte
social de la España franquista hizo histórico, apostó por la amnesia y
posible una transición democrática sacrificó el reconocimiento de la his-
que con una democracia popular a la toria en nombre del consenso. Negó
soviética hubiese sido penosa, larga cualquier ligazón del nuevo régi-
y difícil. La superioridad del régi- men con el anterior, rechazó cual-
men franquista sobre su alternativa quier relación con el pasado. No
frentepopulista se pone de manifies- sólo no se planteó, sino que rechazó
to en la comparación con los países obsesivamente que la democracia
ex soviéticos: éstos salieron del co- tuviese algo que ver con la Guerra
munismo en unas condiciones Civil y el franquismo, o que, de
económicas, sociales e instituciona- haber triunfado la izquierda hoy
les que aún lastran su desarrollo. reivindicada, la democracia no
Justo lo contrario de la España here- hubiese sido posible –o no sin su-
dera del franquismo, institucional- perar graves penalidades–. Desligó
mente estable, económicamente as- un régimen político de su origen
cendente y socialmente cohesiona- histórico y pretendió partir de cero,
da. olvidando así que nada en la histo-
ria surge ex nihilo.
Desde el punto de vista democrático
y constitucional, que es el liberal- Si fue por mala conciencia o por
conservador, no cabe duda: los refe- miedo al abismo, es otra cuestión.
rentes que hacen suyos el PSOE y Lo que interesa aquí es que el con-
casi toda la izquierda conspiraron senso constitucional se convirtió en
contra el régimen republicano, al la referencia histórica pura y primi-
que atacaron con saña. Después, genia para la derecha, un recurso
durante la guerra, erigieron un casi sagrado que acabó identificán-
régimen totalitario en las zonas que dose con la bondad absoluta; todo lo
controlaron en la línea del propug- demás fue dejado de lado, empe-
nado por el bolchevismo leninista y zando por la historia, de la que el
estalinista. El triunfo izquierdista en propio consenso constitucional era
1939 hubiese impedido, con total fruto. Conviene no engañarse: si la
seguridad, una transición a la de- izquierda española tiene su buenis-
mocracia tal y como se efectuó en mo7, no cabe duda de que la derecha
los años setenta. La Constitución de tiene también el suyo: la referencia
1978 fue posible porque la izquierda emotiva e ingenua al pacto constitu-
rememorada, reivindicada y añora- cional como origen, clave y solución
de todos los males, y el desprecio

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obsesivo de la historia de la que o la educación, la derecha ha acep-
aquél proviene. tado buena parte de los presupues-
tos progresistas: todo en nombre del
Mucho menos se planteó la derecha consenso. Ha terminado por aceptar
que la izquierda podía no querer un como bueno lo que desde un punto
régimen liberal parlamentario, como de vista liberal-conservador es in-
no lo había querido cuarenta años admisible8.
antes. La izquierda no cometió se-
mejante error: intelectualmente pri- A partir de 2004, las cosas fueron a
mero, y políticamente tras 2004, peor: Rodríguez Zapatero señaló el
identificó el constitucionalismo con cambio de régimen como objetivo
un republicanismo imperfecto, y político, y la II República como mo-
situó la España de 1978 en la misma delo histórico. Todo en nombre del
línea histórica que la de 1936: en el consenso, la derecha ha ido cedien-
fondo, la lucha entre el progreso y la do ante la interpretación que de la
reacción era la misma, lo mismo con historia hace Rodríguez Zapatero,
la CEDA que con el PP, con Gil- que tiene al Frente Popular como
Robles que con Aznar, con los carlis- referente político y moral, no sólo
tas que con Rouco Varela o Mariano del pasado, también del futuro. Para
Rajoy. El consenso, a diferencia de la derecha y su visión de España y
lo que pensaba la mayoría de la de- de la historia, estos últimos años
recha, era un compromiso –ni más han sido demoledores: al olvido de
ni menos que eso– que no se identi- la historia siguió la sucesión de con-
ficaba con el ideal democrático iz- denas al régimen franquista, de
quierdista, que estaba más allá. El homenajes a sus víctimas –inocentes
régimen constitucional no es el pun- o no–, así como a dirigentes frente-
to de llegada, sino el punto de par- populistas. En medio del asalto ide-
tida para los izquierdistas. ológico a la historia, y salvo escasas
excepciones, el PP se ausenta, se
Con la derecha buenista en busca de abstiene o vota a favor de la inter-
llegar a un acuerdo con la izquierda pretación izquierdista del pasado,
y la izquierda con la mira puesta en que es la interpretación izquierdista
un régimen distinto, en treinta años del presente y un proyecto político
ha ocurrido lo previsible: el consen- para el futuro.
so se ha ido situando cada vez más a
la izquierda, ya que así lo ha ido La derecha –de nuevo, no sólo la
exigiendo ésta. La cultura en sentido política, también parte de la cultu-
amplio, con UCD, AP y el PP dentro ral– escapa de y rehúye su propio
o fuera del Gobierno, fue escorán- pasado; se avergüenza de él y acep-
dose más y más a la siniestra, y ta la visión que la izquierda tiene de
cuanto más trataba la derecha políti- ella. Qué es España, qué ha sido y
ca de llegar a acuerdos, más despla- qué debe ser, todo eso queda en
zaba la izquierda el punto de con- manos progresistas. Las grandes
senso. En cuestiones como la inde- cuestiones planteadas por la iz-
pendencia de la justicia, la disgrega- quierda hoy en día se relacionan con
ción nacional, la intervención estatal la interpretación progresista de la

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historia: el laicismo y la cristofobia acepta, a regañadientes y medio for-
se justifican por la actitud de la Igle- zada, iniciativas antiliberales y anti-
sia ante el franquismo; el aborto y la conservadoras impensables hace
apología de la homosexualidad, por diez, veinte o treinta años; a lo su-
la supuesta represión sexual fran- mo, la derecha sólo puede aspirar a
quista; la eutanasia, por la relación retrasar los avances progresistas,
paternal que el franquismo favorec- pero no a interrumpirlos o revertir-
ía entre médico y paciente, que im- los e impulsar una política liberal-
pedía a éste ejercer su autonomía; la conservadora. Y peligroso porque
ruptura de la unidad nacional, por esta dinámica histórico-política no
la pretendida opresión franquista sólo no garantiza la supervivencia
sobre vascos y catalanes; el retrai- del régimen constitucional, sino que
miento internacional, por la nostal- lo erosiona. Empujado por una iz-
gia imperialista –en Africa o Améri- quierda que busca superarlo, el con-
ca– del régimen de Franco. Y así senso se va situando cada vez más
sucesivamente: las grandes cuestio- en los límites del régimen constitu-
nes institucionales, cívicas y morales cional, hasta el punto de que hoy en
planteadas por los socialistas en- día ha saltado por encima de él: la
cuentran su justificación última en agenda del Gobierno de Rodríguez
la historia española del último siglo, Zapatero es abiertamente anticonsti-
en la interpretación izquierdista de tucional –el Estatuto catalán es sólo
la II República, el franquismo y el el más clamoroso asunto–, y rebasa
papel de la izquierda y la derecha en el ordenamiento básico español. No
ambos regímenes. cuesta demasiado reconocer en el
Partido Popular, especialmente en lo
A diferencia de la idea extendida, en relacionado con el marco autonómi-
una democracia el consenso no ago- co, ideas y actitudes, pactadas y co-
ta la política. Más aún: el consenso piadas de los socialistas, que son
democrático sólo tiene sentido entre estrictamente anticonstitucionales.
diferentes, sometidos entre sí a una El consenso buenista está arruinan-
tensión pacífica pero continua. Los do a la derecha liberal-conservadora
dos conceptos claves aquí son dife- y minando el propio régimen consti-
rentes, por un lado, y tensión, por tucional.
otro. Sin posiciones encontradas, el
consenso no tiene sentido, es inexis- 8. Vamos a peor
tente o es falso; sin tensión entre
distintos sólo queda una despótica La crisis cultural sitúa a la derecha
unanimidad y una comunidad rota en la misma espiral destructiva del
y enfrentada. Por eso el consenso, orden político en que se sitúa la iz-
tal y como es defendido por la dere- quierda: relativista, escéptica, afe-
cha española, es falso y peligroso. rrada a cuestiones instrumentales y
Falso, porque no garantiza el acuer- ávida de poder, erosiona el orden
do: impulsado por la visión progre- social y político. Ni es responsable
sista del pasado reciente de España, directa, ni es la única afectada, pero
se escora cada vez más hacia posi- las cosas son como son, y las conse-
ciones izquierdistas: la derecha cuencias están ahí. Es verdad que es
una crisis impulsada por el progre-

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sismo, y en España, por la izquierda cha en una situación de debilidad
en el poder, que hace suyo y alienta estructural: se obliga a ir a remolque
el deterioro moral e intelectual; del izquierdismo en las cuestiones
también lo es que la derecha se básicas que afectan a la sociedad
muestra incapaz de restaurar el española, a su presente y a su futu-
prestigio de la razón y de la moral, ro, y que amenazan directamente el
que se ha sumado al relativismo régimen constitucional de 1978 que
más atroz y que, con esta actitud, dice venerar.
impulsa una deriva social que favo-
rece a la izquierda. Uno de los prin- Las dos crisis que hemos analizado
cipales problemas que afrontamos en este artículo afectan de lleno a la
es la decadencia institucional de la derecha española, la paralizan, la
nación española: pues bien, la dere- colocan a remolque de la izquierda
cha –no sólo la política– parece in- y en el fondo la hacen colaborar con
capaz de escapar de ella; todo lo ella. Pero los problemas para el
contrario: más bien la fomenta. mundo liberal-conservador español
no acaban ahí: ambas crisis tienen
La segunda crisis, ideológico- una lógica propia, y tan pronto se
histórica, es particularmente espa- han extendido por la sociedad, han
ñola: se deriva de la renuncia a entrado en una dialéctica, en una
afrontar tanto el pasado español espiral que no hace sino hacerlas
como el de la propia derecha9. Este más profundas. La sociedad españo-
rechazo implica un doble problema: la es cada vez más izquierdista, cada
el que resulta de comprender que el vez más relativista e indiferente a la
futuro de una nación y un régimen cuestión nacional. La situación,
depende del pasado y el que resulta pues, es explosiva, pues no es sólo la
de la asimetría entre una izquierda derecha lo que está en juego, sino la
que busca superar la Constitución y propia vertebración de la nación
una derecha que busca el consenso española.
con aquélla. Lo cual deja a la dere-

Óscar Elía Mañú es Analista del GEES en el Área de Pensamiento Político

Notas

1 GEES, "Ante la decadencia de Europa. Problemas actuales, tendencias previsibles y propuestas


para su supervivencia", marzo de 2009, pág 4. Disponible en
http://www.gees.org/documentos/Documen-03351.pdf
2 I. COSIDÓ, "Leyre Pajín. Generación ZP", Libertad Digital, 6-VI-2009: "Carecen de una doctrina

ideológica elaborada, pero tienen una serie de antivalores que adoptan como banderas de una
identidad de izquierdas sepultada bajo los cascotes del Muro de Berlín".
3 GUSTAVO BUENO, Zapatero y el pensamiento Alicia, Temas de Hoy, Madrid, 2006: "El raciona-

lismo simplista propio del pensamiento Alicia tiene las ideas muy claras, pero, al mismo tiem-
po, muy cortas, cuando con ellas tratamos de analizar asuntos realmente existentes que son
muy complejos y enrevesados (…)".
4 Principalmente, Francisco Giner de los Ríos. Pedagogía y poder (Ciudadela, Madrid, 2008) y La

inteligencia republicana (Biblioteca Nueva, Madrid, 1998).

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5 V. las páginas finales de su obra Franco para antifranquistas, Áltera, Madrid, 2009.
6 Ibid.
7 V. VALENTÍ PUIG, "El fraude del buenismo", FAES, enero de 2005.
8 He pretendido explicarlo en el artículo "Es hora de apaciguar la historia", publicado en la

página web del Grupo de Estudios Estratégicos el 25 de junio de 2008.


9 Aunque el rechazo a la propia historia, al pasado y a la tradición es uno de los factores de la

decadencia occidental, y por lo tanto es un fenómeno que va más allá de la derecha y de nuestro
país.

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