I Muchas veces he contado esta historia a alguien,
otras tantas nasio me ha crf otal vez sf. He
Joido otras parecidas, relatadas con nombres que ya[El Sot de las ierras altas nunca fue un sol misericordioso, Es ms du
1 que el sol de otros lucares, y cuando llega la hora sin sombras, pa
‘ece pegar fuego @ la llanura.Allf casi no hay viento, y el aire calien-
ta haste quemarmos por dentro.
Wal mal lugar para perder
ey ahora?)
Hoy 0s voy a contar mi historia Tal vez |
la credls, Tal vez no, Pero ofdme. Tal vez
haya entre nosotros uno que pueda
tar algo parecico. se me comprenderia
'Yo estaba allf,echado a la sombra de este mis~ | [Entonces aparecieron, Cabalgatan por el camino polvoriento, sin or-
| mo drbol, tratando de miticar de aigin mod> | | den ni voces. Y,alverlos, los péjaros abandonaban sus niths y se
{a fatige del sol y la incertidumbre de mi mo- | |perdian. més alld del horizonte..
mento, \
(iPOr Samaslesta tierra debi ser lacuna del
{Tienen caballos de repuesto. Tal vex sea
mi suerte
que marenata més adelante era un guerre=
rode miisculos pesados, erquido sobre su mon-
lure con la mano dormida sobre el pom de
SU espads, No giraba la cabeza pero movia los
js de un lado a oro, vigil doo todo,(Cerca de €i,cabal=
gando trabajosa-