Está en la página 1de 10
'NIPPUR DE LAGASH) OSA EL DIA DE LOS FUEGOS MUERTOS Bites Por ROBIN WOOD- § RICARDO FERRARI Shauna 20 espués de muchos afos estoy otra 'ez en Tebas. Otra vez siento Ins olo- res de sus calles, otra vez molestan Imi suenio los gritos de las tabernas. (otra vez e!ritmico goipear de fas san alias de los soldados sobre las calles Isucias.arrance de mi alma aquel otra code ejércitos batiéndose contra el hitita, hace mucho tiempo, en otro qe Pero esta vez no esté ella, fa que me aprisiongen ‘Sus ojos, la que supo ser duefia y sefiora de mi al-| He vuelto a Tebas. ‘Rparecié a mi lado, del= «gato y pido, con su ros- trode marfily sus ojos ‘impenetrables. Qué que- aba de aquel Akhenamén ‘que conocf hace mucho, ‘ese que corria por los pa~ sillos, presode su ansia de perteccién y de pure- 72? Nada, Ha conservado Ia belleza del rostro pero WS se ha vuelto rio y lja- \ |Pero es inditil lamar a fos que han muerta, No vendrén. Viven en otras e ‘trellas desde las cuales s6lo nes lle~ «qe pobre eco del recuerdo. incluso a recuerdo nos traiciona y se diluye como si fuera niebla y es inGtil que intentemes mantenerio vi- vo, Los muertos mueren de a poco otra ‘vez dentro de nosotros.) (Abajo, a ciudad bulle, preparando Su fiesta, Porque el faraén va a te- ner un hijo. Un hijo que protonque el gobierno de su estirpe, un hijo {que Hleve su nombre y consolide Callamos un momento. Me desorientaban sus palabras ahora. To- [fo parece tener un goble sentido acultoen él ZSabes a quiénes: he invitato para la | a fiesta, ] [és et sino de Tatas Tas Cates, sumerla Se construyen con pie] drras y recuerdos. Los recuerdos se vuelven fantasmas y la ciu- dad un cementerio de ellos. No comprendo cémo hay gentes que ISU Tecuerda azoiS mi memoria como un Viento fresco que despietta las Sguilas en ‘us nis. Los hombres del fuego. Los pu os, los querreros de la montafa. Los que alguna vez se apartaron de Egipto y de su corrupcién. Los duras sodadores en bus- cade un mundo melor. Por supuesta . Tendrén que-dejar sus armas en la puerta de la ciudad. Pero vendrén. Con sus muleres y sus hijos.:Sabes? Mi pueblo los es- pera con ansiea. eWendrén? [a cio no habe agua aio= ] Pai repruna Dabs ear marion da envi ands Tu pose so, sos Ronee del fe sn la {te asarddala manera Foca inctume eno! mar de abare pata, Caro que te Intarén pus es ms Hac fue tentamene sumer» Es? A ter veroaritaran en esa furza qo J eémon habia de var eguelos O, nombres etane las san auras camo sus espa y purse fc Son ches, 1555 Wppur? Su plea ce cry en sus ontaas se sigue ceblando ones eas iasnaclones que repdlan [aos tienes, naam an rece jalanca ls putas eel [toes aqaliamarea Numan ve agi Aulondo Br ora, Tojando tes y manos pasado gue alguna ve salar lt vvanda hasta perder av, os hombres ue ns crea staan es loses qu del esto dels morales. Seacer a af yerirecb mi mine. [ i nontre es aoe. Cuando estuvise or | nuestra mntan yo apenas pata cara esa Tn eeu roo 8 1a peuetay dlr expose ae lien cea era io | i Wir “Ta 22 sae a — |DesteToatiode su erraza,Athenamdnof=| [be pron sera. Junto» #1 a Neromt su mur, meses | | (isin, ermal Te ecuer=>) a fasytrumatee creme | rat rs quis toa ver une ls. Gunton, Po vor, céntane de noes | ta ete ecard anos aanwceres ei Tesi] | WPS penetra 3a Tur gut oiar] Tarun ota via» es, pr. robs] Cacho sao n slcon is manven | | Sys siaba Manmennn cane | Sia kecwcd @entecnsarde espe) | Le amarea)| [en sm emeienclsy von pr aca mu aor a oar ade al) ut et rab /Qut quieres de or qué estabas en | [Per {| aueta yee el or gue xutames || en nuestra montana nda mucha en 1 \ suena, =e inca eco —— [F as I eT To a Sus cast se pen ena punt @eoN (anor es oun yd sangeet om les fosanarn ex Nis emt peencomnosr ine | (trical res tense ut an or Sts moan Lrg eimbenouptaes | (Sates aetna cone eon Otani Na Anas | dic, reer6 resents Y nas eure repos. Nuestros ancinos ‘eplaron sus ecusas Yona Pere yo soy 23 Y sin embargo decid hablar con Akhe- namin abe estar con Neromi- ti, No tardaré en nacer el nfo y todos saben del amor que él tiene por su pequena espa [Me detuve frente a &. Un mendigo con una | espada es cose extrafa. [esata es cosa extra, _____| 'Yopele€a tu lado contra ios hititas, general 1 tal vez porque te vi salvar Egintoes que (Cuidate. Egipto no es agradecidocon Tos (que hacen algo por ela. En fa ciudad hay mds solfaos que los que hubo nunca y an traf metcenarios desde muy lejos Culdate, general, porque tay tus herma- nos estén sin esbatas. Después gir6 sobre sf mismo y desapareci6 en las torturosas callejas, con su hedor ide suciedad y gloria envejecida. ‘Lo hallé junto a Neromiti y deseché mis temo-| res. Un hombre que podia tener tanto amor en! sus 00s no pale despertar mis sospectas... | Sus oos no patladespertar mis sospects..| INo tardaré en llegar, mi sefior. Lo siento y los Isacerdotes han vaticinado que seré un varén. { [Lo sera y serdel principe mas hermoso j char. Ya verds. | hermosa como ta. sies una nifa seré leromiti me miré.con sorpresa y dolor y Ine sentfavergonzado de mi brutal pregut a. ippur, viejo amigo. ZCrees que olvido qud gipta existe atin gracias a ellos? 2Crees ‘ue olvido cuando ellos destrazaron a los Iilitas en sus arenales? Tranguilizate, lnermano mio, is hombres del fuego Ime son queridas com si fueran de mi de la tierra, Yo le ensefaré a cazar ya tu: Ella me mir6 casi implorante. Estaba lena] de vida latente, de bondad, de amor, de devo- ‘cién para ése, su hermoso mario de rostro Perdona, pequt | Me he dejado ensordecer por voces de borra [Muchas voces me han dicho que tal vez in | tentes algo contra los hombres del fuego. Wo Nodudaré de & 24 ‘Esa noche Tebas deliraba. Inmensas Hogue {ras ardfan en todas las esquinas y el tam- bor de! jGbilo parecta redeblar sin cesar... Y en el centro de ese-anillo loriso, los hombres del fuego aturdies, maravillades, '¥de pronto, Roras 0 siglos més tarde. ., lun griterfo ululante me despert6. Un gri lterfo como una marea, creciendo cada aoe VU {los esbirros del TaraGn estén matando a los hombres del fuego [Negué esas palabras, las rechacé, atrinchera™ doen mi estupor y en ml increduliged ‘Que No? iva To verds manana! iEscéndete ‘ahora! jlas calles estén llenas de muerte! Entonces via las tropas egipcias, con sus escudos de cuero y sus lanzas, avanzan= ‘do con un paso regular, silenciosas y per- fectas, Avanzaban por encima de las ho- ueras, pisoteando las flores y las som bras y el jabilo muerta, Enionces... Es verdad...{ Oh,dioses! ifs verdad! [No esperé mis. Me lanc&’a la carrera lpor esas calles en penumbra en las [cuales el bramar de boces Invisibles lparecta hacer temblar tos editicios, sus piedras y hasta esos fantasmas Ide los cuales hablara el joven de ros: tro de marti Tengo que encontrarlos! Y entonces Tos vid cerratos en cuairo, i ; Re |con fas manos desnudas, llenos del cansan-| i) \ ny wt clade taflestay de sorpresay de rabia. i nye [Entonces To vi Impavido en su carro de o- roel rostro enrojecido por el reflelode lias hoqueras. Simplemente extendié un Y yo vol6 sobre esas hoqueras hacia @ ma sa acorralada... Frente a ellos,finalmente conscientes, los hombres del fue 99 los esperaba con las, lanzas que habfan pot iio roter, con sus puiales, con las piedras que arrancaban os ealpcios sel al ataque, er]za- dos de lanzas, cauterizados contra el 10 mordimienta, [Corrfentre los egipclos laquella ciudad que casi habla llegado a amar y de aquel raidor de rostro helado que una vez crecié a ml sombra, 26 Nippur, 2qué ocurre? 2Por Iqué nos atacan? 'No me pregunites. ..No sé qui dcirta...No sé... {as larga Ifneas de soidados se cerraron sobre la masa en la cual yoera un masculo «nds. Hubo un bramio sor- mre ue tengan armas en primera fi- demds traten de tomar piedras Pero era demasiado tarde. Flechas y Ian- iza$ llovfan, Los llvianos carras ertzados ide picas atravesaban la multitud, segindo Ia.De todas las callejuelas surglan més Tmpotenie Tos vi sitiados por u- na muralla de escudos y lcos eaipcios sin ceder, em \Mando los restos de sus lan Izas, cubiertos de heridas y ba~ laados en sangre. Los Gitimos hombres det fuego aquarta- Iban la muerte, De pronta, una silueta se a- ants... oorrar la sangre de los hom bres det fuego de la faz del ‘quedado sin sus hijos. Has ga-| bards en la piedra para que Ef apareci6 junto a mit, recto y duro en su ca~ Froy me ilr6 sin expresién, fPero oye. Oye bien. Yo convdeno tu sai igfe a marchitarse. Tu huella se per~ deré en fa tierra sin que tu memor ‘sobreviva. Sobre tu cuerpo muerto Jo habré chillido de buitres y susu~ ros de ambiciosos.Serds tat yte se cards y desapareceras y contigo tu es, irge. A mundo. Las montafias se han nado una extrafa victoria, fa- ra6n, una victoria que no gre- za se olvid G “Akhenamén hizo ui [Palabras de vieja. 2Quién les teme? vi6con las flechas. Ninguno de fos Rombres del fuego pudo huir ni lo intentaron. Algunos arrojaron lanzas,ottos piedras, mis por el gesto que por el resultado, ma sea y el aire hir= | fas flechas fos fueron derrumbando, uno Hasta que sdlo qued6 él, de pie, con sus o- jos terribies. iRecuerda! jo gastes tu saliva, faraGn...Ni todos! Elfuege rabloso de sus ojos se cristall2g y se derrumbs, ‘con fa boca atin mordiendo la maldicién, i silencio cays Cuerposfabuless, sobre lo que fstab de aquellos hombres ie habfan admirao a! mundo fon Sus hazafas. A 10 es, Bot [as calles dela clad sescU- haba atropeliago caope de lun catlla fe aquellos | [Noculpes @ los dioses, Nippur. Esta fue mi decisin. tin rey no puede permitir otro poder dentro de su reino si quiere ser realmente rey, No hay lu- car para debilidades ni erro- los sabios de! mundo pod rén justti- ar ésto... Nagle. ‘Uustificar? ZPor qué habria \F nada? iYo soy yoode ju el farasnt if Ei jinete apareci6 en ese mo- | Vengo del palacio, sehr... ET mento al galope. A través de nacimlento se produja... las Ineas stlenciosas y can- | sadas de los sldaas y se de- | tuvo ante la masacre yante | | Akhenamén, lef ! bo! | put ( . Por un momento parecié no haber [Eine naci6 muerto, sor, Descendié lentamente del c y/la reina también ha muer~ Feel =| El hermaso rostro de flo pa- reci6 repentinamente 6380 y dura con los oos alertas. fears co ee posal "2Qué has dicho? Creo haber ofdo mal. Py comprendito. Aturdido contemplé a, Su altededor y dio unos pasos al a- zar. Vi sus manos comenzar a tem > oo _ Y de pronto se derrumbé, | [Su orona rod6 cantarinamen} {los hombres del fue go ya no existan No... | |te sobre fas piedras y con un | |y sus cuerpos y su gloria y su ambi-| | |Gltimo vaivén se detuvo ante | lcién de pureza se pudrirfan en los o| mis pies. saris fangosos del Nila, Sentf mi ra-| Y i Ibiosa desesperacién estrangularme quenarne. by ‘Oh, fara6n. . . Oh, hombrecito esttpi- é Me | zz \ ¢ i AA i a iw] it - ee aS Los egipcios nos observaban apoyados en wenloapgg ee PS us fanz, risineres det ico mone: nee to, ros de hoqueras y sangre, negros de noche y amariilos de maldicién, I i

También podría gustarte