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‘Wolfgang Borchert nacio en el 1921 en Hamburgo. En el 1941 tuvo que ir al frente este, desde donde volvié gravemente enfermo en el 1945. Su salud estaba deteriorada a causa de las experiencias de la guerra Que él en el 1947 murié en el sanatorio de Basilea En sus textos la desesperacién de las generaciones perdidas fue expresada después del final de 1a segunda Guerra Mundial Obras principales Obra de teatro: Fuera, delante de la puerta (1947) Cuento: El reloj dela cocina El pan (1949) Elpan Derepente se despertd. Eran las dos y media. Penso en por qué se habia despertado. Ah sil En la cocina alguien habia tropezado con una silla Presté atencién alo que provenia de la cocina, Estaba silencioso. Estaba demasiado silencioso y cuando puso su mano encima de la cama, al lado de su marido, la encontré vacia Eso eralo que habia hecho muy silenciosamente: le faltaba el aliento, Se levanto y anduvo a tientas através dela habitacién oscura haciala cocina En la cocina se encontraron. El reloj marcaba las dos y media. Vio algo blanco en lanevera Encendié la luz. Estaba enfrente en camisa. Por lanoche. A las dos y media Enla cocina Encima de la mesa de la cocina estaba el plato del pan. Vio que habia cortado pan. El cuchillo estaba todavia cerca del plato. Y en el piso habia migas de pan, Cuando iba por la noche ala cama, siempre limpiaba el trapo de la cocina Cada noche. Pero ahora habia migas en el trapo. Y el cuchillo estaba ahi. Sintio como el ftio dela baldosa subia despacio por su espalda. Y miré por encima del plato “Pensé que aqui habia algo”, dijo y miré por la cocina “Yo también he oido algo”, respondis ella y ala vez le parecié que él, por la noche, en camisa, parecia bastante mas viejo, Tan viejo como lo era. Sesentay tres. De dia parecia normalmente mas joven. Ella también parecia vieja, penso él, en camisa parecia bastante mas vieja, Pero eso era quizés por culpa del pelo. Para las mujeres, por lanoche, siempre es por culpa del pelo. Eso las hace viejas de golpe “Deberias ponerte zapatos, Sin zapatos encima de las baldosas frias. Te resftiaras.” No le mir6, porque no podia soportar que le mintiese, Que él le mintiese, después de treinta y nueve afios casados “Pensé que aqui habia algo” dijo otra vez y miré sin sentido hacia una esquina del otro lado, “Oi algo aqui. Entonces pensé que aqui habia algo” “Yo también he oido algo. Pero no era nada”. Cogié el plato delamesay recogié las migas del piso “No, no era nada”, repitié inseguro. Ella fue a ayudarle: “Ven, Era de afuera, Ven ala cama. Te vas aresfriar. Encima de las baldosas firias.” El miro a través de la ventana, “Si, tiene que haber sido de afuera Pensé que habia sido aqui.” Ella cleve la mano hacia el interruptor. Debo apagar la luz, si no deberé mirar el plato, pensd. No es conveniente que mire el plato. “Ven”, dijo y apage la luz, “era de afuera, La cafieria golpea siempre contra la pared por culpa del viento, Seguro que erala cafieria. Con el viento siempre repica.” Ambos fueron andando a tientas por el oscuro pasillo hacia el dormitorio. Sus pies desnudos chapoteaban encima del suelo “Es el viento”, creia “Fue el viento durante toda la noche.” Cuando ella se tumbo en la cama, dijo: “Si, fue el viento todalanoche. Fue la cafieria” “Hace frio”, dijo ella y bostezo quedamente, “yo me meto en la cama Buenas noches.” “Buenas noches”, respondié y afiadi6: “si, el frio yame esta bien.” Entonces estaba silencioso, Después de muchos minutos ella oyé que él masticaba despacio y cautelosamente. Ella respiro profindo deliberadamente y uniforme, para que él no se diese cuenta de que ella ain estaba despierta Pero la masticacion era tan regular, que lentamente se quedé dormida Cuando él Ilegé a casa la noche siguiente, le corté cuatro rebanadas de pan. Si no unicamente podia comer tres “Puedes comer cuatro tranquilamente.”, dijo ella y se fue hacia el lado de la lampara. “Yo no puedo comerme este pan. Comete uno mas. A mi no me sienta bien Ella vio como 41 se inclinaba por encima del plato. El no levanté los ojos. En ese instante le dio pena “No puedes comerte dos rebanadas”, dijo él desde su plato “Ya Por las noches el pan no me sienta bien. Come. Come.” Después de un rato se senté junto ala lémpara al lado dela mesa Wolfgang Borchert, La obra completa, Editorial Rowohlt, Hamburgo, 1949.

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