Un asno soy ahora, y miro a yegua bocado del caballo y no del asno, y despus rozo un ptalo de rosa, con estas ramas cuando mudo en olmo, en tanto que mi lumbre de gran da el pubis ilumina de la noche. Desde siempre am a la secreta noche, eactamente igual como a la yegua, una esqui!a por ser yo siempre da, y la otra por mirarme no ms asno, que ni cuando me cambio en u"ano olmo, conquistar puedo a la equisita rosa. Cunto he so#ado por ce#ir a rosa, o adentrarme en el alma de la noche, mas solitario como da u olmo he quedado y aun ante rauda yegua, inalcanzable en mis momentos de asno, tan des!alido como el propio da. $i noche huye mi ardiente luz de da, y por pobre olmo ol!dame la rosa, %c&mo me las !er luciendo en asno' (ue sea como "uere, a)ena noche, no huyis del da* ni del asno, +oh yegua,* ni !os, "lor, del eterno inm&!il olmo. -as s bien que la rosa nunca a olmo pertenecer ni la noche al da, ni un hbrido de m querr la yegua* y s&lo alcanzo espinas de la rosa, en tanto que la impenetrable noche me esqui!a por ser da y olmo y asno. .unque mil atributos tengo de asno, en mi destino pienso siendo olmo, ante la orilla misma de la noche* pues si "ugaz mi paso cuando da, o inm&!il punto al lado de la rosa, que !i!o y muero por la "ina yegua. +.y, ni olmo a la medida de la rosa, y aun menos asno de la esqui!a yegua, mas yo da ando siempre tras la noche. /De Sextinas y otros poemas0