Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Qorpo Santo
Qorpo Santo
del Ministerio de
Economía
Um credor da fazenda Nacional
Qorpo Santo
Traducción/Tradução:
Stella Maris Baygorria
Edición/Edição:
Marcelo Barbão
Revisión/Revisão:
Miriam T. Osuna
Proyecto Gráfico/Projeto Gráfico:
Vanderley Mendonça
Amauta Editorial
2005
AMAUTA EDITORIAL LTDA, 2005
Distribuição Gratuita
Distribución Gratuita
Amauta Editorial
Rua Augusta, 1378 - Cj 72
01304-001 - São Paulo - SP - Brasil
www.amautaeditorial.com
contato@amautaeditorial.com
LA MÁSCARA DE LA LOCURA
3
Con humor ferino, “El acreedor del ministerio de eco-
nomía”, una de sus obras de teatro más conocidas, mues-
tra la manera por la cual un pobre diablo es empujado
de una ventanilla a otra, de un sector a otro, sin nunca
llegar cerca de su objetivo: el dinero que se le debe. En
nada difiere de los días actuales.
Qorpo Santo pone en escena la perversidad con que
los ciudadanos son tratados por las autoridades. Una rea-
lidad que esconde a un hombre enredado por la burocra-
cia. Y sus personajes surgen como vehículos de su ven-
ganza contra el medio social, elaborada en el más alto
grado de creación artística.
Leer y ver Qorpo Santo significa percibir las tensio-
nes de una mente perturbada y genial que se enmascara
de locura. Para usar la máscara de loco, José Joaquim de
Campos Leão tuvo que sacarse su propia máscara. Es un
acto voluntario en el que él busca la locura como másca-
ra, la máscara irreal, que él escribió como Qorpo Santo,
que le dio sentido y realidad y que fundió su historia y
su obra. Qorpo Santo, más real que la realidad, fue per-
sonaje de sí mismo.
4
UN ACREEDOR DEL MINISTERIO
DE ECONOMÍA
Personajes:
– Acreedor – Empleados de la repartición
– Portero – Otro acreedor
– Un mayor – Leopoldino, el contador
– Un mensajero – Jefe de sección
– Sr. Barbosa
PRIMER ACTO
5
PORTERO — Hay gente allí con él.
PORTERO — Lo ignoro.
6
MAYOR — Numerosos quehaceres me vienen rete-
niendo aquí, por eso no sé cuándo iré.
7
ACREEDOR — ¡Es célebre! Entonces voy a la sec-
ción respectiva para saber si fue informado mi
requerimiento! (Camina y entra).
8
MENSAJERO — ¡Es verdad! Hubo tantos males,
que enumerarlos sea tal vez imposible.
9
ha de operar! Fíjese; estoy viendo el día en el que
entra por aquí una fuerza armada; va a los cofres,
papeles y roba cuanto encuentre en ellos. Enciende
una antorcha y prende fuego todo lo que sea papel.
10
la gran revolución! Empezará de arriba y descende-
rá a la tierra, como el granizo en ciertos días llu-
viosos. (Se oye otro trueno, relámpagos).
11
PORTERO — Tener consciencia es cometer… y…
¡ay! ¡ay! (poniéndose las manos en la cara) ¡que yo
también me estoy enfermando!
12
alquiler de la casa. ¡Otro que no me pida… que
no me hable!
13
SEGUNDO ACTO
14
ACREEDOR — Bien, entonces allí iré.
(Dirigiéndose al jefe) Hágame el favor de decirme
si ya está despachado un requerimiento que aquí
tengo.
15
ACREEDOR — ¡Yo, ni vengo a interrumpir, ni
vengo a adelantar! ¡Sólo para saber! Me parece una
cosa tan simple, tan fácil…
16
OTRO ACREEDOR — ¡Entonces me quedo yo por
usted! (El Acreedor sale; y El Otro entra).
17
repartición tuvo para conmigo: los papelones; las
faltas; las privaciones y hasta las enfermedades que
me han causado y numerosos otros trastornos, harán
de repente que se extienda el fuego a estos pape-
les — y todo se incendie (Enciende y arroja una
caja de fósforos en una mesa; esta se incendia; él
la tira hacia las mesas de uno de los lados; hace
lo mismo con la otra, la tira hacia el otro lado;
mientras los empleados trabajan para apagar el
fuego en algunos papeles que empiezan a incendiar-
se, él sale).
(Ya se ve que hay desorden, reprensiones, atropello,
carreras en busca de agua, prisa para apagar el
fuego, entrada de algunos otros empleados al oír los
gritos, etc. Puede terminar así: con la escena de la
entrada del Inspector reprendiéndolos a todos por lo
mal que cumplen sus deberes. Escena que termina
en discusiones y peleas, y los libros y las plumas
volando por los aires).
18
UM CREDOR DA FAZENDA
NACIONAL
Personagens:
– Credor – Empregados da repartição
– Porteiro – Outro Credor
– Um Major – Leopoldino, o Contador
– Um Contínuo – Chefe de seção
– Sr. Barbosa
ATO PRIMEIRO
CREDOR — Em quê?
19
PORTEIRO — Tem gente aí com ele.
CREDOR — Quem é?
PORTEIRO — Um Major!
PORTEIRO — Ignoro.
20
CREDOR — Fique certo que sinto o mais vivo pra-
zer em vê-lo no gozo da mais perfeita saúde.
21
PORTEIRO — Que diabo de homem este! Tem
vindo mais de um cento de vezes à repartição... se
há de...
22
PORTEIRO — Mas tu sabes o que os empregados
querem? Talvez não saibas. Pois eu te digo:
23
CONTÍNUO (a correr) — Ih! Ih! Ih! Parece que já
estou ouvindo o tinir das espadas! A voz do canhão
troar. Deus meu! Acudi-me! Ai! Que eu morro! (Cai
sentado) Ai! Ai! Estou cansado! Fadigado! Quase...
Meu Deus! Quantas mortes vos aprazerá ainda
fazer!? Quando vos compadecereis de vossos entes
ainda que maus!? Quando se aplacará a vossa ira!?
Quando se saciará a vossa vingança! Céus! Que
vejo! (Como amparado com as mãos; pondo o corpo
de lado; ao ouvir o som da trovoada que em cima
se faz) Ah!...
24
isto não é comigo. Que dizes? Hem? (batendo no
ombro do Porteiro) Que diabo, pois eu nada fiz, o
que devo temer!? Sou muito pusilânime.
25
UM DOS EMPREGADOS — Por que razão não se
há de pagar a este homem!?
26
seriedade, — a essas cenas, — deveriam em minha
opinião ficar condenados a idênticos; ou a outros
procederes piores, contrários à sua vontade, ou
desejos.
ATO SEGUNDO
27
CONTADOR — Será... (lendo) Castro... Car... Cirilo,
Dilermando!?
28
competente? Isto é, no mesmo em que se acham
debitados tais aluguéis!? (Senta-se).
29
O OUTRO — Então fico eu pelo Sr.! (O Credor
sai; e o Outro entra).
30
sado e numerosos outros transtornos, farão de
repente com que se espalhe fogo nestes papéis —
e tudo se incendie (Toca uma caixa de fósforos
numa mesa; esta incendeia-se; ele a atira para as
mesas de um dos lados; faz o mesmo à outra, e
atira para outro lado; enquanto os empregados tra-
balham para apagar o fogo em alguns papéis que
começam a incendiar-se, ele sai).
(Já se vê que há descompostura; repreensões; atro-
pelamento, carreiras em busca d’ água; ligeireza
para se-apagar; aparecimento de alguns outros
empregados, ao ouvirem o grito de fogo, etc.
Pode acabar assim; ou com a cena da entrada do
Inspetor, repreendendo a todos pelo mal que cumprem
seus deveres; e terminando por atirarem com livros e
penas; atracações e descomposturas etc).
31
Coleção/Colección
Próximos autores:
Claudinei Vieira - Brasil
Furio Lonza - Brasil
Glauco Mattoso - Brasil
Indigo - Brasil
Joca Reiners Terron - Brasil
Marcelo Barbão - Brasil
Marcos Cesana - Brasil
Nelson Oliveira - Brasil
Osvaldo Lamborghini - Argentina
Ronaldo Bressane - Brasil
Salvador Elizondo - México
32