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Bogotá, Marzo 30 de 2009

Alejandro, Espero que se encuentre bien.

Le cuento que mi vida ahora está peor que nunca. Mi vida era usted y
Alexandra, siempre quise formar una gran familia… y ahora no tengo nada.
Usted se fue de mi lado y Alexandra ayer se fue también ¿Qué pasa? ¿Por
qué estoy pasando por esto?

Tengo tristeza por usted y me duele lo de Alexandra, ella no quiso entender


que sus continuos errores eran la causa de mi mal genio… y no quiso
cambiar, ni siquiera quiso hacer algo para corregir su comportamiento. En
cambio se fue de la casa, así como también se fue cuando sucedió su
problema. Salir corriendo… huir de las dificultades, eso es cobardía y falta
de fortaleza. Lavarse las manos o esconder la cabeza como el avestruz es la
postura de los débiles, es una actitud irresponsable y mezquina.

Alejandro: Nunca se debe echarle la culpa a los demás de los propios


errores, aprenda a evitar los errores y si los tiene (como es de humanos)
afróntelos con determinación y nunca huya de las dificultades ¡sea fuerte,
dé la cara y verá como se solucionan!

Ella me dice que me ama, que me quiere… ¡no creo en sus palabras! Y que
por ese supuesto amor que me tiene: me deja, dizque porque yo quiero y
necesito estar solo ¿Cuándo he querido estar solo? ¡Lo único que quería es
que ella cambiara! Que dejara de ser la persona que es y corrigiera su
forma de ser, de actuar y de pensar. Así estaríamos bien, yo dejaría mi
irritación y sería muy tranquilo.

Lo que creo es que ella encontró a otra persona, lo merece y por eso ayer se
fue (no tiene que fingir o sacar excusas y que me diga que se fue por otro –
no soy un niño y no estoy para juegos)… pero ya no hay nada que hacer, no
hay vuelta de hoja, no voy a dar un paso atrás. Mi matrimonio terminó y con
eso muchas de mis ilusiones. Yo… en cambio yo, quisiera cambiar de
ciudad, o de país, irme para otro lugar, rehacer mi vida, formar la gran
familia que siempre quise formar… ¡no estoy derrotado! y sé que lo voy a
lograr.

Los últimos años han sido un desastre, algo en mi trabajo y más en lo


personal: mi vida se está acabando. ¿Por qué? ¿Dios quiere que sea así?
¿Alguien perverso me está haciendo daño? Yo he tratado de dar lo mejor de
mí: A usted le di lo mejor (o así lo creo), por mis malos actos: perdóneme.
Considero que soy buena persona, un poco duro… lo sé (quizá tratando de
formarle un carácter firme), pero buena persona.
A Alexandra, con mi mal genio y mis gritos, generados por la continuidad de
sus errores y por el desespero que ella en mí influía, también le pido que me
perdone. La quise mucho, quise formar un futuro con ella, quise tener hijos
con ella (aunque al final lo dudaba por su misma actitud). Le fui muy fiel
(como buen hombre que soy) e intente apoyarla. Pero ella dice que la culpa
es mía ¡hum!, porque yo soy un “monstruo” -como ella me hizo ver con
todos, que mala imagen falaz- en cambio yo no acostumbro hablar mal de
nadie. A ella la perdono todo lo que me hizo. Por mi desespero y mal genio
le pido a ella que me disculpe… que Dios y la Virgen me perdonen también.

Solo quería contarle como estoy ahora… estoy muy triste, siento mucho
pesar y estoy profundamente acongojado por perderlo todo (me conozco y
sé que no demuestro nada, la procesión va por dentro). Pero como se dice:
después de la tormenta viene la calma y con la crisis superada los buenos
nos hacemos más fuertes. Lo superaré y seré una persona feliz, tranquila y
acompañado de una hermosa familia... ¡eso quiero!, así no estén conmigo:
usted ni Alexandra.

Le mando un abrazo y que Dios lo bendiga.

Lo quiere mucho, su Papá.

Héctor.

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