Haba una vez un Emperador que tenia muchsimos trajes, uno para cada
da o incluso horas del da.
Viva en una ciudad muy alegre. Todos los das llegaban telas y hombres que las cosan para l. Un da dos hombres se hacan pasar por tejedores, le prometieron hacer un traje con sus mejores telas. El Emperador estaba muy contento por eso. Les dio un adelantado de dinero. Mientras, los ladrones que se hacan pasar por tejeros, hicieron un taller para aparentar trabajar.
Mientras los ladrones engaaban al Emperador, se rodeaban de las mejores telas y ganaba mucho dinero. Mientras tanto el Emperador estaba ansioso por ver las telas y envi a un ministro a la sala donde los ladrones trabajaban. Al entrar se dio cuenta que e la sala no haba nada y se extra Los ladrones le hacan pensar que si que haban telas y tejidos en aquella habitacin, aunque l o vea nada. El hombre, asustado acab por decir que eran muy bonitas , sin llegarlas a ver. Dijo que le dira al Emperador que le haba gustado todo , cuando en realidad no haba nada. Mientras tanto los ladrones iban pidiendo ms dinero y ms telas. Poco despus, el emperador envi a otro hombre a ver como iban sus trajes..pero le ocurri lo mismo que al primero, o vio nada pero sali pensndose que si, que todo iba bien.
El Emperador quiso ver los trajes ya que los dos hombres que l envi dijeron que eran maravillosos. El Emperador fue a casa de los ladrones y se encontr con la sorpresa de no ver nada, los ladrones queran hacerle pensar que si. l por miedo a perder su cargo dijo que las telas eran maravillosas y las aprob.
Todos los acompaantes del Emperador se miraban , pensando que estaba pasando y porque el Emperador alagaba los tajes y las telas sin existir. El Emperador dijo que desfilara con esos trajes, as fue, desfil y no llevaba nada. Todos pesaba que si. Hasta que un nio grit:Pero si no lleva nada. Y todo el pueblo se dio cuenta. El Emperador quiso continuar con su desfile..
Solemos decir que si por influencia a los dems, porque todos lo digan o todos lo piensen. El nio nos ensea que si decimos lo que pesamos puede que la gente pese como nosotros. Y no dejarnos influir.