se ha desprendido de su piel, y aqu la miro entre mis dedos llena de heridas y de miel.
Los pensamiento que anidaron en tus arrugas, dnde estn? Dnde las rosas que aromaron a Jesucristo y a Satn?
Pobre envoltura que ha oprimido a mi fantstico lucero! Gris pergamino dolorido de lo que quise y ya no quiero.
Yo veo en ti fetos de ciencias, momias de versos y esqueletos de mis antiguas inocencias y mis romnticos secretos.
Te colgar sobre los muros de mi museo sentimental, junto a los glidos y oscuros lirios durmientes de mi mal?
O te pondr sobre los pinos, -libro doliente de mi amor- para que sepas de los trinos que da a la aurora el ruiseor? Federico Garca Lorca
Arte Potica
Mirar el ro hecho de tiempo y agua y recordar que el tiempo es otro ro, saber que nos perdemos como el ro y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueo que suea no soar y que la muerte que teme nuestra carne es esa muerte de cada noche , que se llama sueo.
Ver en el da o en el ao un smbolo de los das del hombre y de sus aos, convertir el ultraje de los aos en una msica, un rumor, y un smbolo,
ver en la muerte el sueo, en el ocaso un triste oro, tal es la poesa que es inmortal y pobre. La poesa vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara nos mira desde el fondo de un espejo; el arte debe ser como ese espejo que nos revela nuestra propia cara.
Tambin es como el ro interminable que pasa y queda y es cristal de un mismo Herclito inconstante, que es el mismo y es otro, como el ro interminable. Jorge Luis Borges
POEMAS LA PRIMAVERA BESABA...
La primavera besaba suavemente la arboleda, y el verde nuevo brotaba como una verde humareda.
Las nubes iban pasando sobre el campo juvenil... Yo vi en las hojas temblando las frescas lluvias de abril.
Bajo ese almendro florido, todo cargado de flor -record-, yo he maldecido mi juventud sin amor.
Hoy en mitad de la vida, me he parado a meditar... Juventud nunca vivida, quin te volviera a soar!
VIDA
Vivir como una isla, lleno por todas partes de ti, que me rodeas ya presente o distante
con un temblor de luz primera, sin pulir, sin arista de tarde, ni sombra de jardn.
Y ngeles en espejos guardando tu mirada para hacerse verdades y noches estrelladas.