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La Universidad del Atlintico es la primera universidad oficial del Caribe colombiano. Fue fundada mediante ordenanza No 24 del dia 3 de Junio de 1941, con el nombre de Instituto de Tecnologia del Atkintico, adscrito al entonces Museo del Atlantica, institucién constituida (Ordenanza No 35 de 1940), gracias a la inspiracién intelectual del ilustre fil6sofo barranquillero Julio Enrique Blanco. Su objetivo: formar ingenieros quimicos, quimicos farmacéuticos y técnicos quimicos. El Instituto represent6 el primer momento, y la Institucién Politéenico det Caribe (Ordenanza No 36 del 14 de Junio de 1945) el segundo, hacia la creacién definitiva de la Universidad del Atlintico, como tal, mediante ordenanza No 42 del 15 de Junio de 1946, Al lado de Julio Enrique, su gran fundador, merecen mencién especial por sus acciones de apoyo, Rafael Tovar Ariza y Femando Cepeda y Roca, El Instituto debia responder a las necesidades del sector productivo de la ciudad formando profesionales calificados en el marco de una cultura integral de todo cuanto sirviese para enaltecer la dignidad humana, l6gica, Gtica y estéticamente. Para Julio Enrique Blanco, el sentido de su proyecto era el de trascender los estrechos limites parroquiales de nuestra cultura, Reunir todo cuanto de universal el entendimiento humano es capaz de abarcar. Pensar en lo que se extiende a todo el universo y a todos los humanos en todas las épocas historicas de su desarrollo. Ser el espacio natural confortable de toda produccién del espiritu, atin de aquella que s6lo esti engendrada como posibilidad. Desde sus mismos origenes, la Universidad fue bien pensada. Como eiispide de la pirimide educativa debia responder a las exigencias de un sistema unificado y desarrollar las ciencias y las tecnologias en el marco de Ja cultura universal para superar las divergencias regionales y locales y su diversificacién por razones ‘geogrificas, étnicas, econdmicas y o socioculturales. La historia parece indicar que el fldsofo-fundador no tuvo buenos continuadores, capaces de mantener incélume la filosofia de su proyecto educative y orientar sus acciones transformadoras en esa direccién. Muchos extraviaron el camino y perdieron el rumbo. El mismo fildsofo-fundador, a manera de premonicién lo habia advertido, En epistola a Luis Lopez de Mesa, escrita el 10 de Enero/47 desde Galapa (Atlintico), se mostraba preocupado por la suerte que habian corrido sus proyectos para contribuir a la educacién de sus conciudadanos, Refiriéndose a ello y cémo su modelo implicaba la desinflacién del politicastro, -decia-: "Y los roedores se dieron asi con mayor ahinco a la tarea sorda, cuando no sérdida de carcomer tras socavar mi obra, hasta dejarla cen la miseria en que ahora se encuentra. Y yo me he quedado,... en ese estado de dnimo que fluctiia entre la tristeza y Ia alegria, Ia amargura y la consolacién, quizis “desconcertado, quizis _estupefacto.."._ Era necesaria la trascendencia filoséfica para advertir la reduccién a la mediocridad de un proyecto recién fundado y la incidencia negativa que pudieran tener los vieios y précticas que la clase politica realiza en otras cesferas del dominio piblico. La Universidad nacié en crisis, porque eritica ha sido siempre la existencia de la sociedad que la engendré, Finalizada la década del 80 era comin, entre la ‘comunidad universitaria, el argumento de que su crisis habia taladrado el fondo. Y no era para menos, pues la penuria financiera presentaba un déficit presupuestal que bordeaba los $3.50 millones de pesos, sin que existiera la menor posibilidad de superarlo. Los dineros que la nacién enviaba mensualmente ni siquiera aleanzaban para cubrir los gastos de funcionamiento de la stitueién, mucho menos para permitir la adecuacién de ibliotecas, hemerotecas, laboratorios, mapotecas, ete. Esta situacién parecia insuperable, porque el gobierno en vvez de plantear una politica de refinanciamiento, aplicaba medidas de austeridad y de recorte presupuestal que parecia estuvieran encaminadas a buscar la desaparicion de Uniatlintico por falta de recursos econémicos. Administrativamente, la incapacidad para orientar los destinos de la institucién hacia la superacién de la crisis era manifiesta. Muy dificilmente se encontraban fen los altos niveles administrativos, funcionarios capaces que respondieran a las exigencias y necesidades apremiantes de la institucién, Sumidos en la inercia, ineficacia e incompetencia, sin planes concretos, ni abjetivos generales y especificos definidos, haciendo lo que la marcha de ia institucién, carrera forzada, les indicaba. Reducian sus funciones, que debian ser ricas e intensivas en iniciativas y proyectos, al ajetreo del buréerata, cuya actividad no iba més alld de los rigidos limites que imponia el viaje a Bogota en busca de un anticipo, la firma de una que otra resolucién amonestando all subaltemno, ordenando una némina, un traslado, una ‘cuenta, atendiendo al politico de tumo para un empleo ‘0 cupo en la Universidad, al profesor 0 al empleado que le prometieron pago el Lunes, o el Martes, pero que ya no era posible por la misma razon de siempre. ‘A fin de cuentas, las funciones siempre tenian como marco de referencia lo doméstico, lo intrascendente, lo casuistico; todo aquello que sélo requeria de una pobre y muy limitada actividad mental La mediocridad del nivel administrative se acrecentaba mas por la carencia de estructuras y téenicas modernas adecuadas para hacer més gil y fructifero el Procesamiento de datos e informacién de la administracién, ‘Asi, la improvisacién, los recursos arcaicos, las costumbres irracionales determinaban que la administracién, en lugar de estar al servicio de la academia, operaba mas bien como costoso estorbo. ‘Académicamente, la situacién era y sigue siendo preocupante, més, por ser la academia la vida de la Universidad. Las condiciones infraestructurales. para su desarrollo, muy débiles: carencia de laboratorios, de bibliotecas, de hemerotecas, de archivos, ausencia de actividades culturales regulares y de extensién universitaria. Inexistencia de politicas y ni siquiera preocupacién en los cuerpos directives por desarrollar coherentemente un plan que estimulara y desarrollara la produccién académica. Nuestros directives parecia aque entendieran por academia el simple ejercicio de la docencia. La investigacién cientifiea y teenolégica y la funcién extensién ni siquiera tedricamente era concebida por ellos como necesidad. Lo poco que en este sentido se hacia, se debia mas al esfuerzo y sactificio de algunos profesores, que a las condiciones que institucionalmente se offecian, UNIATLANTICO tras actividades imprescindibles y complementarias para el desarrollo de la academia como publicaciones cientificas, revistas, semanarios, simposios-conferencias, foros, etc., eran casi inexistentes. Nuevamente, s6lo la iniciativa aislada de algunos profesores y estudiantes permitia esporidicamente y con algunas limitaciones, desarrollar algunos de esos actos para controvertir y estimular el andlisis de temas de interés cultural ocientifico. De cualquier manera, no existié mayor preocupacién por mantener, con interés y compromiso, una publicacién seria y periédica capaz de cexpresar el pensamiento cientifico y cultural de la regién y la institucién. La vieja revista STVDIA (vocablo latino donde Ia V es la gratia latina del fonema U, y que significa "coleccién de ensayos o estudios: Trabajos ccuyos autores los consideran apenas como preparatorios, al menos para presentarlos con modestia ante el mundo cientifico y de las bel/as artes"), fundada en Octubre de 1955 por el ilustre eseritor Samario, exDecano de las Facultades de Economia y Ciencias Juridicas, doctor Rodrigo Noguera Barreneche Diazgranados, perdié su continuidad, y la mayoria de las veces en que fue reeditada, carecié de las caracteristicas que le imprimié su fundador: la calidad de sus temas y el I rigor cientifico- estético-literaro. Esta deprimente situacién de la academia conducia a la apatia, a la desmoralizacién, al desconcierto, al rutinarismo y al repeticionismo estéril. La criticidad y la creatividad como esenciales factores de poder académico habian desaparecido de nuestras aulas. Nuestros estudiantes se habjan convertido en simples transeiintes hacia la obtencién de un titulo para ofrecer su fuerza de trabajo en el fuertemente crecido ejército de reserva. Ayer como hoy, la situacién de la academia sigue siendo inguietante y exige una profunda reforma para ponerla al tenor de los cambios y transformaciones de la vida nacional y regional. ‘A pesar de que en sus 52 aflos de vida los diagnésticos han mantenido una relacién de continuidad por la abundancia de las identidades y la escasez de diferencias, hoy puede mostrar con orgullo una sélida tradicién académica; buenos pergaminos en su funcién docente; un gran nimero de profesionales calificados, vinculados al sector productivo, publico y docente, en la nacién, la regién y la localidad; una influencia relativa en Barranquilla y el Caribe colombiano, en un espacio cada dia més restringido, debido a la pérdida de credibilidad y a la creciente ccompetencia de otras instituciones de educacién superior, igualmente interesadas en proyectar su efecto y poder academia en la regién. Pero en el campo de Ia investigacién cientifica, lo reiteramos, la altivez desaparece, pues en su largo trasegar es muy poco y pobre lo que puede ‘mostrar. Salvo resultados aislados y sin mayor proyeccién e impacto en la vida nacional, la primera, mas importante y sustancial funcién de la vvida universitaria ha sido victima de la desidia oficial y de la politica institucional,

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