EL PODER DE LOS PODERES OCULTOS

Sin duda alguna el papel que realicen los nuevos magistrados de la Corte
Suprema de Justicia (CSJ) es preponderante para el avance efectivo del sistema
de justicia en el país, en este sentido el cuerpo constitucional establece en el
artículo 154 que: “Los funcionarios son depositarios de la autoridad, responsables
legalmente por su conducta oficial, sujetos a la ley y jamás superiores a ella.

Los funcionarios y empleados públicos están al servicio del Estado y no de

partido político alguno…”. De esta forma el cuerpo constitucional estipula la
necesidad de que el actuar de los funcionarios públicos principalmente aquellos
que deben de garantizar la independencia judicial, también regulada en el cuerpo
constitucional, sea objetiva y transparente sin que tienda a favorecer a ningún
partido político, persona o sector de la población.

Aun cuando la actuación de las comisiones de postulación fue dudosa y alejada de

lo ideal, y cuando distintos sectores sociales celebraban el paso transcendental
dado en el proceso de elección de magistrados a la Corte Suprema de Justicia
(CSJ), en un acto abierto y público, en busca de la transparencia y de la
independencia del poder judicial, bastaron cuatro horas para que la clase política
tradicional, incrustada en el Congreso de la República, desvaneciera lo avanzado.

El 30 de septiembre pasado, se hizo evidente el poder de los poderes ocultos

representados en el hemiciclo parlamentario, en la elección de los 13 magistrados
a la CSJ, 6 de ellos señalados de antemano como “candidatos no idóneos” para
desempeñar el cargo de tal envergadura. Ni las recomendaciones de la Comisión
Internacional Contra la Impunidad (CICIG) ni la exigencia de transparencia de
organizaciones de la sociedad civil, tuvieron la fuerza suficiente para revertir las
componendas extraparlamentarias realizadas por la UNE, GANA, PAN, FRG,
Partido Unionista, LIDER, UCN y la Bancada Guatemala.

Por lo anterior, los que conformamos el Movimiento Nueva República,

respaldamos la posición valiente, decidida, transparente, honesta y digna de
nuestro compañero diputado Aníbal García y de los parlamentarios y

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parlamentarias que no se prestaron al juego politiquero y corrupto de aquellos
diputados y diputadas que pensando en que la curul les pertenece hacen y
deshacen lo que quieren en beneficio personal y no en beneficio de la población
en general.
En este mismo sentido rechazamos el oportunismo electorero de los diputados del
partido que, ausentándose del hemiciclo parlamentario demostraron no tener la
valentía ni la solvencia para rechazar esta maniobra de cara a la sociedad
guatemalteca y a la comunidad internacional.

La representación y la acción parlamentaria deben estar en función de los

intereses de las grandes mayorías del país y no de pequeños grupos de poder.

Por una justicia sin compromisos partidarios ni vínculos con el crimen organizado,
y ajena a los intereses económicos tradicionales.

MOVIMIENTO NUEVA REPÚBLICA

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