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Elder Silva

Poemas de su libro La frontera ser como un campo de manzanillas

Luz reconocida
Louvado seja me pai. (Louvado seja nesta tera feira de novembro sem ele, sem seu olhar.) Louvados sejam meus avos Sabino Vicente a Mariazinha, a donna Palmira sempre de preto, encomendndose al ms all todas las maanas de los ltimos aos de su vida. Louvados sejan as cores, os p ssaros coloridos na ventan!a, nas manh s azuis de Pueblo Lavalleja. Las luces blancas y verdes y amarillas que se levantan del cementerio y alumbran el aire en las noches de verano son el aliento de mi padre, los ojos de mis abuelos que regresan.

Los ruidos de los huesos de mi padre me iluminan el mundo.

De paso en Pueblo Lavalleja


En el almacn de arlitos !arc"a bebo un vaso de vino con unos troperos que llevan novillos para #tapeb" y un par de viejos que an resisten entre las arboledas de este pueblo. $ablamos de carreras de caballos, de gente muerta cuando el %mnibus cay% en el r"o. &'thos !arc"a camina con parsimonia entre botellas empolvadas. oco (oria, mi padre, se recuesta al mostrador, que se va llenando de ese suav"simo humo de la memoria.) 'lguien pregunta por la salud de Eleodoro, por la casita que estaba construyendo el hijo de 'rtave al lado de la ruta. uando subo al %mnibus que me lleva de nuevo a (alto, pienso por primera ve*, que jams me he ido de este pueblo+ onhe,o meu lugar.

Seu "ibamar
#ao suponho Sao Luiz do Maranhao. Vejo$lo a trav%s dos azuis &ue fluctuan alem das Serras das Pedras, alem do Marco de Masoller, e do 'erro do Marco, do Povo dos (liveiras, no Salto e esse ceu obscuro &ue viu Santos )umond en tempos de inoc%ncia. #ao suponho Sao Luiz do Maranhao* estou olhando a noite clara obscura &ue como um filme passa deva+ar pelos olhos de ,erreira -ullar. . ele nao a ve.

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