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Eugenio de Mazenod nació en Francia en 1782 y sufrió el destierro político de su padre cuando era niño. Más tarde, gracias a un sacerdote en Venecia, descubrió su vocación religiosa. A los veinte años, después de viajar por Italia y regresar a Francia, un encuentro con la cruz de Jesús el Viernes Santo lo llevó a querer servir a los más pobres. Fundó la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada en 1816 para dedicarse a la evangeliz
Descripción original:
Presentación sobre San Eugenio de Mazenod para niños
Eugenio de Mazenod nació en Francia en 1782 y sufrió el destierro político de su padre cuando era niño. Más tarde, gracias a un sacerdote en Venecia, descubrió su vocación religiosa. A los veinte años, después de viajar por Italia y regresar a Francia, un encuentro con la cruz de Jesús el Viernes Santo lo llevó a querer servir a los más pobres. Fundó la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada en 1816 para dedicarse a la evangeliz
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Eugenio de Mazenod nació en Francia en 1782 y sufrió el destierro político de su padre cuando era niño. Más tarde, gracias a un sacerdote en Venecia, descubrió su vocación religiosa. A los veinte años, después de viajar por Italia y regresar a Francia, un encuentro con la cruz de Jesús el Viernes Santo lo llevó a querer servir a los más pobres. Fundó la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada en 1816 para dedicarse a la evangeliz
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Eugenio de Mazenod nació el 1 de Agosto de 1782 en Aix de Provenza
(Francia), de familia noble. Sufrió de niño el destierro por motivos
políticos de su padre. Estuvo en Niza y en el colegio en Turín (Italia). Más tarde estuvo en Venecia, donde gracias a un sacerdote, don Bartolo Zinelli, le iniciará en la vida cristiana. De ahí nacerá su vocación al sacerdocio y su espíritu misionero. Eugenio, con doce años, se lo contó a su tío, vicario general de Marsella. Tras pasar por Nápoles, en Palermo su vida cristiana se tambalea. A los veinte años regresa a Aix (Francia) y se plantea su futuro. Su encuentro con la Cruz de Jesús un Viernes Santo cambia radicalmente su vida: quiere servir a los más pobres. Entra en el Seminario de San Sulpicio en París en 1808. Allí estudia y da catecismo a los más pobres. Son años difíciles para la Iglesia. Al terminar el Seminario es ordenado sacerdote a los veintiséis años. Regresa a su pueblo y comienza a predicar a los más pobres y visitar a los presos en la cárcel. También trabaja con los jóvenes y los campesinos. Pronto se dá cuenta que sólo no puede abarcar tanto y pide ayuda a otros compañeros. Junto a ellos, en 1816 funda una Congregación religiosa llamada Misioneros Oblatos de María Inmaculada, dedicada a la evangelización de los más pobres de nuestro mundo. En 1832 es nombrado obispo de Marsella. Así puede apoyar a la Congregación Misionera de los Oblatos. Trabajará mucho por las misiones y su diócesis. Su corazón es tan grande como el mundo entero, quiere que sus misioneros lleguen a todos los rincones más pobres del mundo. En 1841 envía misioneros a Canadá. Sus misioneros pasan en esos años de 40 a 400. Viajan a Inglaterra, Canadá, Sri Lanka, África del Sur… El 21 de Mayo de 1861 muere San Eugenio mientras reza la Salve a la Virgen María. Fue un hombre que amó apasionadamente a Jesucristo, y fundó una familia religiosa y misionera que trata de seguir hoy sus pasos. Hoy, unos cuatro mil quinientos oblatos están presentes en los cinco continentes y en más de sesenta países continuando su obra evangelizadora.