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Biblia y realidad

XXVII

Denuncias de Cristo
Diseo: J. L. Caravias sj.

Lo que dejaron de hacer a uno de mis hermanos ms pequeos, que son mis hermanos,

a m mismo dejaron de hacerlo...


Mt 25,45

Yo soy Jess,
a quien t persigues.
Hch 9,6

Tengo hambre, y no te preocupas de m

Mt 25,42

Estoy enferma y no me ayudas.

Mt 25,43

Cudense de despreciar a ninguno de estos pequeos.


Pues yo les digo que sus ngeles en el Cielo contemplan sin cesar la cara de mi Padre.
Mt 18,10

Estoy preso, y no te interesas por m


Mt 25,43

Ay de ustedes, hipcritas, que purifican el exterior de la copa, despus que la llenaron de robos y violencias!
Mt 23,25

Son como sepulcros bien pintados, que se ven maravillosos, pero que por dentro estn llenos de toda clase de podredumbre. Aparentan como que fueran personas muy correctas, pero en su interior estn llenos de falsedad y de maldad.

Jerusaln, Jerusaln, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envan!

Cuntas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina rene a sus polluelos debajo de sus alas, y t no has querido! Lc 13,34

Miran, y no ven; oyen, pero no escuchan ni entienden.


Mt 13,13

Tienen la mente cerrada...


Mc 8,17

Se cegaron sus ojos y se endureci su corazn, para no ver ni comprender. No quieren convertirse a m, ni que yo los sane.

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