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Cruzando el valle de lgrimas Salmo 8 4:5 y 6 Bienaventurado el hombre (y la mujer) que tiene en ti sus fuerzas, Atravesando el valle de lgrimas

s lo cambian en fuente Introduccion La vida est llena de eventos inesperados. Estos pueden ser tan estremecedores que pueden llegar a cambiarlo todo. Y muchas veces para mal. Nos pueden detener, frustrar, herir y hasta devastarnos. Pero hay un tipo de personas en los que esto no tiene que ser as los que tienen en Dios sus fuerzas. Si tienes tus fuerzas en Dios: Isaas dice que los que esperan en Jehov tendrn nuevas fuerzas. Luego aade que l puede multiplicar las fuerzas aun de aquellos que no tienen ninguna. Lo recibes? David, por su parte, aade en el salmo 28 que l es mi fuerza y mi escudo; en l confi mi corazn y fui ayudado. Lo confiesas? Asaf agrega en el salmo 73: mi corazn y mi carne desfallecen mas la roca de mi corazn y mi porcin es Dios para siempre. Lo crees? Ahora los hijos de Cor dicen algo sencillamente poderoso: que si t tienes tus fuerzas en Dios puedes convertir el valle de lgrimas en fuente, o sea, que los eventos inesperados, la calamidad, las situaciones de la vida (como quieras llamarlos) no tienen que derrumbarte; ms an, puedes convertirlos en grandes victorias. No en balde Pablo deca Sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien. Lo sabes t? Hay dos situaciones de las que quiero hablarte brevemente; 1. Cuando la vida te saca lgrimas. Es en esos momentos en los que descubres que tu fragilidad es el mejor escenario para que el poder de Dios se manifieste. Y que las lgrimas que hoy derramas te hacen ms fuerte y ms sensible al amor y las atenciones de Dios. 2. Cuando hay cambios en el ambiente. Los cambios son la dinmica de la vida. Suelen ser retantes e intimidantes; asustan. Pero nada te hace crecer como ellos. Es enfrentando los cambios que se presentan ante nosotros que maduramos como personas y como creyentes.

Ambos casos puedes transformarlos en fuente. Si tus fuerzas estn en Dios. Una ltima palabra: No temas atravesar el valle de lgrimas. Mientras permanezcas ah mirndolo no lograras nada. As como el valle de sombra de muerte del salmo 23 se debe andar, el valle de lgrimas del salmo 84 se debe atravesar. Si Dios est contigo y tienes en l tus fuerzas ambos te conducirn a la victoria.

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