Está en la página 1de 1

2 de Abril 2006

Da del Veterano y de los Cados en la Guerra de Malvinas


(discurso alusivo)

Las islas Malvinas son nuestras, y eso ha sido demostrado muchas veces ante los organismos internacionales de Derecho y ante la Asamblea de las Naciones Unidas. Slo basta ver un mapa de la zona para comprender por qu: Estn ubicadas dentro de la plataforma continental argentina y, por si fuera poco, las heredamos de las posesiones de Espaa cuando declaramos nuestra Independencia. No obstante, Inglaterra, fiel a su espritu colonial aprovech un momento de debilidad para apoderarse de las islas. Si bien las mismas casi no tenan habitantes ni tierras frtiles, tenan y an lo tienen un gran valor estratgico para la depredacin sin lmites de los mares del sur y, por qu no, para las posibles guerras futuras que emprenda esta nacin pirata. Desde el gobierno de Rosas, Argentina viene reclamando con insistencia su soberana en las islas Malvinas. Pero en el ao 1982, en una decisin un tanto apresurada y nada feliz, el gobierno de facto del entonces presidente Galtieri las recuper usando lo mejor de nuestras fuerzas armadas. All se cubrieron de gloria nuestros valientes soldados, que han ofrendado sus vidas cumpliendo con la consigna de no matar a ningn soldado ingls apostado en las islas y de izar la Bandera Argentina en la ciudad capital, rebautizada como Puerto Argentino. Siguieron, luego, tensas horas de negociaciones y finalmente la guerra. La errnea creencia de los militares gobernantes, de que as forzaran a Inglaterra a negociar la posesin y soberana sobre las islas, hizo que nuestras fuerzas no estuvieran preparadas para recibir los suministros necesarios para una batalla moderna de gran envergadura. Nuevamente nuestros bravos soldados se inmolaron en la lucha, haciendo dudar de sus posibilidades de victoria, a los del poderoso invasor. Pero no slo con bravura se ganan las batallas; la imprevisin y el excesivo exitismo llevaron al fracaso de la misin. Es as que hemos recibido una dolorosa leccin: no podemos, como pas pacfico que somos, eludir fcilmente el camino de las negociaciones cuando el mundo entero nos da la razn. Por esta misma razn, tarde o temprano las islas sern nuestras. Vaya nuestro homenaje a los cados en la Guerra de Malvinas y a los Veteranos de Guerra, que an estn entre nosotros y a los que quizs no hemos sabido valorar en su justa dimensin.

Daniel F. Acevedo

También podría gustarte