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Carrera emotiva

Hace algunos aos, en las olimpiadas para personas con discapacidad de Seattle, tambin llamadas Olimpiadas especiales, nueve participantes, todos con deficiencia mental, se alinearon para la salida de la carrera de los cien metros lisos. A la seal, todos partieron, no exactamente disparados, pero con deseos de dar lo mejor de si, terminar la carrera y ganar el premio. Todos, excepto un muchacho, que tropez en el piso, cay y rodando comenz a llorar. Los otros ocho escucharon el llanto, disminuyeron el paso y miraron hacia atrs. Vieron al muchacho en el suelo, se detuvieron y regresaron: TODOS. Una de las muchachas, con sndrome de Down, se arrodill, le dio un beso y le dijo: Listo, ahora vas a ganar. Y todos, los nueve competidores entrelazaron los brazos y caminaron juntos hasta la lnea de llegada. El estadio entero se puso de pie y en ese momento no haba un solo par de ojos secos. Los aplausos duraron largos minutos, las personas que estaban all aqul da, repiten y repiten esa historia hasta hoy. Porque en el fondo, todos sabemos que lo que importa en esta vida, ms que ganar, es ayudar a los dems para vencer, aunque ello signifique disminuir el paso y cambiar el rumbo. Porque el verdadero sentido de esta vida no es que cada uno de nosotros gane en forma individual sino que: TODOS JUNTOS GANEMOS.

Una verdad que duele, pero muy cierta


Durante una conferencia sobre las grandes diferencias entre generaciones, un presumido estudiante se tom la molestia de explicarle a un seor mayor sentado cerca de l, por qu le es imposible a la vieja generacin comprender a su generacin: "Usted creci en un mundo diferente, realmente casi primitivo", dijo en voz lo suficientemente alta para que lo escucharan alrededor. "Los jvenes de hoy crecimos con televisin, internet, telfonos mviles, aviones jet, viajes al espacio. Nuestras sondas espaciales han visitado Marte. Tenemos naves con energa nuclear y autos elctricos y de hidrgeno. Computadoras con procesos de velocidad de la luzy ms". Luego de un breve silencio el seor mayor respondi: "Tienes razn, hijo mo; nosotros no tuvimos esas cosas cuando ramos jvenes... AS QUE LAS INVENTAMOS! Ahora, dime arrogante, qu ests haciendo T PARA LA PROXIMA GENERACION?" El aplauso fue ensordecedor!

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