La figura de la disolución y liquidación se encuentra establecida en la
Ley de Cooperativas de la Comunidad de Madrid, Ley 4/1999 de 30 de Marzo, Capítulo IX, Secciones I y II, artículos 93 a 102, inclusive.
En los estatutos de sus cooperativas se regula en el Capítulo VI,
Secciones Primera y Segunda, artículos 59 a 67, inclusive. Cabe destacar que, en líneas generales los artículos de los estatutos recogen lo que ya regula la ley.
El Concurso de acreedores, antes Suspensión de Pagos o Quiebra,
viene regulado en la Ley Concursal, Ley 22/2003 de 9 de Julio.
2.- ¿Se puede optar por una figura u otra indistintamente?
No. Son las circunstancias específicas de la cooperativa las que
determinan estar en un caso u otro aunque pueden darse circunstancias en las que converjan las dos opciones.
La circunstancia que determina que las cooperativas se hallen en
causa de liquidación están establecidas en el artículo 59 de los estatutos
Artículo 59.- Causas de disolución.
La Cooperativa quedará disuelta por las causas siguientes: a) Por la realización de su objeto social. b) Por la imposibilidad manifiesta de desarrollar la actividad cooperativizada. c) Por la paralización o inactividad de alguno de los órganos sociales necesarios durante dos años consecutivos. d) Por la paralización de la actividad cooperativizada durante dos años consecutivos, sin causa justificada. e) Por la reducción del número de socios por debajo del mínimo establecido por la LCCM para constituir una Cooperativa, sin que se restablezca en el plazo de un año. f) Por reducción del capital social desembolsado por debajo de mil ochocientos tres euros y cuatro céntimos (1.803,04), si no se reconstituye en el plazo de un año. g) Por consecuencia de pérdidas que dejen reducido el patrimonio a una cantidad inferior a la mitad del capital social mínimo estatutario, a no ser que éste se aumente o reduzca en la medida suficiente. h) Por la fusión o escisión total de la Cooperativa. i) Por la quiebra de la Sociedad si se acuerda expresamente como consecuencia de la resolución judicial que la declare. j) Por acuerdo de la Asamblea General, adoptado por la mayoría de dos tercios de los votos presentes y representados. k) Por cumplimiento del término de duración fijado en el artículo 3 de estos Estatutos, a no ser que con anterioridad hubiese sido prorrogada e inscrita la prórroga en el Registro de Cooperativas. En dicho caso, el socio disconforme con la prórroga podrá causar baja, que tendrá, en todo caso, la consideración de justificada, que deberá ejercitarse en la forma prevista en el artículo 13 de estos Estatutos. l) Por cualquier otra causa establecida en las disposiciones con rango legal o en estos Estatutos.
Mientras que la situación de concurso se produce en caso de
insolvencia del deudor común, y se encuentra en estado de insolvencia el deudor que no puede cumplir regularmente con sus obligaciones exigibles (art. 2 de la Ley Concursal).
A tenor de la información que disponemos, podemos concluir que en
este caso se dan causas de liquidación, al existir una imposibilidad manifiesta de desarrollar la actividad cooperativizada, y causa de concurso al existir una deuda con excooperativistas superior a la tesorería que disponen en este momento ambas cooperativas.
Por ello es conveniente estudiar cuales de ambas opciones es mejor,
o conviene más a los intereses de los cooperativistas y acreedores (excooperativistas).
3.- ¿Son dos opciones excluyentes?
Hemos de decir que ambas opciones no son excluyentes, hasta el
punto de que una empresa puede estar en declarada en concurso y finalizar con la liquidación de la misma y viceversa.
4.- ¿Se suspenden los pagos a los acreedores en la
liquidación?
No. Esa opción sólo se produce en el caso de la declaración de
concurso.
Al contrario, una vez aprobada la disolución de la cooperativa e
iniciado el proceso de liquidación los liquidadores tienen como una de sus funciones pagar las deudas (Art. 64, apartado c de los estatutos) y, de hecho, no se puede repartir el haber social entre los socios hasta que no se haya concluido este proceso. En el caso de las cooperativas la apertura de la liquidación supone que los liquidadores deberán comenzar a abonar a los excooperativistas sus saldos pendientes de percibir y no repartir ningún dinero a cuenta a los socios hasta que ese proceso haya finalizado completamente.
En el concurso, por el contrario, se paralizan todos los pagos
pendientes hasta que por parte de los administradores se haga una propuesta de convenio o una propuesta de liquidación y esta se apruebe por la junta de acreedores.
5.- ¿Se paralizan las demandas contra la cooperativa en
ambos casos?
No. La disolución no establece esa opción legal. En el caso de que se
vaya por esta vía las demandas presentadas contra las cooperativas seguirán su curso y la cooperativa podrá ser objeto de nuevas demandas que deberán ser atendidas mediante abogado y procurador exactamente igual que en la situación normal anterior. De perderse esas demandas resultarían obligadas a cumplir con lo establecido por las sentencias de igual forma.
En el caso de la declaración de concurso los juicios declarativos que
estén ya en marcha continuarán hasta que se dicte sentencia pero ésta no podrá ser ejecutada (art. 51 de la L.C.) y no se podrán interponer nuevos juicios declarativos (art. 50 de la L.C.)
6.- ¿Si se aprueba la liquidación desaparece inmediatamente
la cooperativa?
No, si se aprueba la disolución de la cooperativa se inicia el proceso
de liquidación (art. 62 de los estatutos) y éste sólo termina en el momento que se han podido hacer efectivos todos los créditos y deudas de la cooperativa y repartido el haber social entre los socios. Es decir, mientras queden cantidades pendientes de recibir o pendientes de abonar la cooperativa sigue viva hasta que haga frente a los mismos.
Una vez finalizado el proceso de cobros y pagos, los liquidadores
deben presentar un balance de liquidación que debe ser aprobado por la asamblea general (art. 65 de los estatutos), mientras no se hayan satisfecho íntegramente las deudas sociales no se podrá repartir el remanente entre los socios (art. 66 de los estatutos). Es decir, los socios en activo no pueden cobrar ninguna cantidad mientras haya cantidades pendientes de satisfacer a los acreedores, que en este caso se corresponden mayoritariamente con los excooperativistas. 7.- ¿Quién se encarga de la liquidación o del concurso?
En el caso de la liquidación deben nombrase en asamblea general
nueve liquidadores que deben ser socios de la cooperativa y se les puede fijar una retribución compensatoria (sin determinar) por su función. Art. 63 de los estatutos. En el caso del concurso de acreedores su número puede ser de uno a tres, dependiendo de la complejidad y del volumen del concurso, son nombrados por el juez encargado del concurso entre los profesionales habilitados para ello y su función es remunerada específicamente determinada por un arancel regulado en el Real Decreto 1860/2004 de 6 de septiembre.
8.- ¿Cómo se haría la liquidación en el caso del concurso?
Previamente hay que decir que los concursos de acreedores pueden
ser de dos clases en función de su final. Si la empresa es viable el o los administradores de concurso presentarán una propuesta de convenio a los acreedores y si ésta se lleva a buen término conseguirá reflotarse la empresa. Sin embargo, si no hay posibilidad de encontrar una viabilidad al proyecto de la cooperativa, como parece ser el caso, el administrador presentará una propuesta de liquidación que deberá ser aprobada por la junta de acreedores.
En el caso que nos ocupa, y puesto que no hay posibilidad de
construir ninguna vivienda parece razonable que todos los contratos de adquisiciones de vivienda vigentes se resolviesen y, por tanto, todos los cooperativistas pasasen también a ser considerados acreedores de igual forma que los excooperativistas. Se presentaría una propuesta de liquidación en la que se repartiese todo el haber social entre todos los acreedores aplicando una quita y una espera, de tal forma que todos cobrasen la misma cantidad y en el mismo momento, pudiendo producirse pagos a cuenta si el remanente lo permite. Esa propuesta de liquidación debería ser aprobada por la junta de acreedores en la que estarían presentes tanto los cooperativistas como los excooperativistas.
Todo este proceso estaría siempre y en todo momento supervisado
por el juez encargado del concurso.
La fase de liquidación dentro del proceso concursal se encuentra
regulada a partir del artículo 142 de la Ley Concursal.
El administrador concursal comenzaría por distribuir el haber social
actual y, dado que existen juicios pendientes relativos al valor de unas expropiaciones, una vez resueltos los mismos continuaría distribuyendo ese resultado, siempre en el mismo momento y la misma proporción entre la misma clase de acreedores. 9.- ¿Qué pasa con los Consejos Rectores si empezamos a liquidar?
El Artículo 63.3 de los estatutos establece que en el momento en que
se nombren los liquidadores y acepten el cargo, el órgano de administración (esto es el Consejo Rector) cesará en sus funciones de gobierno, gestión y representación de la entidad.
10.- ¿Se convierten los Consejos Rectores en liquidadores?
El artículo 63.1 establece que el cargo de liquidador es incompatible
con cualquier cargo social vigente en el momento de la aceptación del Liquidador, luego no pueden ser liquidadores los que ocupen ese cargo en el momento de la aprobación de la liquidación, ni tampoco los parientes hasta el segundo grado de éstos.
11.- ¿Siguen llevando el buen gobierno de las cooperativas?
Nuevamente el artículo 63.3 dispone que las funciones de gobierno se
transfieren a los liquidadores aunque los Consejos Rectores siguen teniendo su cargo y deberán prestar su concurso para la práctica de las operaciones de liquidación, si fueran requeridos para ello, suscribiendo en todo caso con los mismos el inventario y balance de la cooperativa, con referencia al día en que fue disuelta, y antes de que los liquidadores comiencen sus operaciones. De tal forma que se hacen responsables de los estados contables hasta el mismo momento en que empieza su trabajo los liquidadores.
12.- ¿Si los liquidadores optan por el concurso qué pasa con los Consejos Rectores?
Las funciones ya estarían transferidas a los liquidadores luego los
consejos rectores no tendrían ninguna función. El juez encargado del concurso a la hora de acordarlo puede determinar si mantiene las facultades de los órganos de administración, estando intervenidos por los administradores concursales, o si les priva de ellas y se las transfiere a los administradores concursales, pero esta situación sería sobre los liquidadores ya que ellos serían los que ostentasen esas facultades en ese momento.
13.- ¿Cómo se puede obligar a los Consejos Rectores a
solicitar el concurso?
Tanto los estatutos como la Ley de Cooperativas disponen que los
consejos rectores están obligados a convocar una asamblea general para someter a votación la aprobación de la liquidación o no. Es en ese momento cuando la asamblea puede proponer alternativas a la liquidación y someterlas a votación y, obviamente, una alternativa a la liquidación es la declaración de concurso.
14.- ¿Se puede hacer una asamblea para echar a los consejos rectores?
Los estatutos y la Ley de Cooperativas establecen que un número de
50 socios puede solicitar la convocatoria de una asamblea extraordinaria y establecer el orden del día que quieran. Ese orden del día puede incluir la remoción de los cargos de los Consejos Rectores aunque resulta más práctico, dada las circunstancias de las cooperativas, el proponer la liquidación o el concurso que la remoción de los cargos. De esta forma se avanza en la marcha de las cooperativas mientras que la remoción y sustitución por otros nuevos consejos rectores no desbloquea la situación actual.
15.- ¿Hace falta una asamblea general para declarar el
concurso? ¿Y para aprobar la disolución?
La declaración de concurso es una obligación que impone la Ley
Concursal a los administradores de la sociedad (o el Consejo Rector en el caso de una cooperativa) en cuanto la empresa se encuentra en situación objetiva de insolvencia (art. 2 LC). El deudor deberá solicitar la declaración de concurso dentro de los dos meses siguientes a la fecha en que hubiera conocido o debido conocer su estado de insolvencia (art. 5 LC). Es decir para la declaración de concurso no hay que convocar una asamblea ya que es obligación de los Consejos Rectores el instarlo por vía judicial en el plazo máximo de dos meses desde que conocen tal situación. Ni siquiera una asamblea en la que el resultado de la votación fuera negativo les exoneraría de tal obligación hasta el punto de incurrir en responsabilidades personales de incumplir su cometido (Art. 172 LC).
La disolución de la cooperativa, en cambio viene regulada en los
estatutos de la cooperativa, artículos 59 y siguientes y en la Ley de Cooperativas artículos 93 y siguientes. El artículo 59 de los estatutos establece las causas objetivas de disolución y el artículo 60 establece que tal acuerdo debe ser tomado en asamblea y que el Consejo Rector está obligado a convocarla en el plazo de un mes desde que se dan las circunstancias o desde que alguien lo solicite si no la han convocado ellos. Si el Consejo Rector no convoca en el plazo o desoye la petición se podrá solicitar la disolución por vía judicial y los Consejos Rectores responderán personalmente con su patrimonio (Art. 60 estatutos).