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“La Exposición de violencia en los medios causa agresividad en los

jóvenes”
CONTENIDO:
-Si o No?
-Violencia y los medios
-Los medios como propagador de violencia en los jóvenes y niños.
-Teorías de Aprendizaje – Conductas violentas
-Efectos de la “violencia en los medios” en las actitudes, sentimientos y conducta de
los jóvenes
- Evidencia científica “La exposición de violencia en los medios CAUSA agresividad en
los jóvenes?”
- Simplemente una pequeña parte de un problema mucha mayor
-Conclusiones

Si o No?

Antes de la década de los 60, era considerado y argumentado especialmente por los productores de
“violencia”, en los medios que “observar el comportamiento agresivo de otros” tiene un efecto
“catártico”, ósea reduce la violencia. Sin embargo el muy influyente estudio de la agresión y el
aprendizaje de Albert Bandura logro desencadenar más de 40 años de investigación en dicho tema. El
concepto determinante en la teoría de Bandura es el de “Aprendizaje por observación”. Este plantea q
las personas aprenden observando a otros e imitando su comportamiento.

“Si no hubiera televisión, hoy habría 10 mil asesinatos, 70 mil violaciones y 700 mil asaltos callejeros
menos al año en Estados Unidos”
Brandon Certerwall –Profesor de la Escuela de Salud Pública de Washington.

Aunque atribuirle la “culpa” a la televisión y los medios en general por una problemática social tan
masiva parece ser muy simplista y evita enfrentar otros factores determinantes, la importancia de los
medios masivos de comunicación en la modernidad y la eficacia q tiene este para transmitir mensajes
justifica la preocupación de muchos en la influencia que puede tener en jóvenes y niños.

Se han propuesto tres modelos teóricos básicos para describir el proceso por el cual ocurre el
aprendizaje e imitación de actos violentos en los medios, la Teoría cognitiva social, la Teoría de los
efectos y el modelo del Desarrollo social del Aprendizaje.

Violencia y los medios

Hoy en día, los medios de comunicación constituyen una herramienta persuasiva que permite
mantenernos en continua comunicación con los distintos sucesos sociales, políticos y económicos ya
sean globales o a escala nacional. (Flores, Cesar 2002)
De acuerdo a estudios realizados por la UNESCO mientras q a través del oído se percibe un 20% de
comunicaciones y a través de la vista un 30%, cuando se da la combinación de ambos sentidos el
porcentaje de eficacia en el aprendizaje se eleva a un 50%.

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Las primeras emisiones públicas televisivas las efectuó el BBC en 1927 y la CBS y NBC en los Estados
Unidos en 1930. Durante el resto del siglo XX el uso de la TV se extiende globalmente hasta convertirse
como instrumento decisivo en la culturización. El hombre contemporáneo le debe a la comunicación
masiva 85% de su información y conocimientos, y dedica a actos relacionados con ella 75% del tiempo
que no ocupa en trabajar o dormir. Ver televisión es la actividad líder del niño. Ellos gastan más tiempo
viendo TV que haciendo cualquier otra cosa que no sea dormir. Es la TV más que cualquier otro medio la
que proporciona una base común de información en las primeras fases de socialización del niño.
(Bertoldi, Pía María 2009)
La violencia es parte integral en el contenido de los medios de comunicación, así como lo es también de
nuestra realidad. Los estudios científicos demuestran que el consumo de TV aumenta gradualmente
desde los 3 años hasta el comienzo de la adolescencia. A partir de este periodo disminuye el promedio
de horas frente al televisor, pero aumenta la preferencia por programas violentos entre los varones.
(Cohen, Daniel 1998)
La mayoría de las investigaciones en este tema definen la violencia en los medios como “la descripción
en imágenes de una acción claramente física que causa heridas o muerte o amenaza con causar unas u
otras”. (Gerbner, George 1998)

Albert Bandura – Teoría Cognitiva Social

“La mayoría de las imágenes de la realidad sobre la que basamos nuestras acciones están realmente
basada en la experiencia vicaria.”

En 1963 Albert Bandura condujo una serie de experimentos para tratar de probar su teoría. La Teoría
Social Cognitiva plantea que el aprendizaje de conductas es logrado a través de la observación e
imitación. Estos 2 procesos se dan debido a la presencia de “modelos” y de reforzamiento (castigo o
premio) de dicha conducta imitada.

Los medios como propagador de violencia en los jóvenes y niños.

Diversos autores concuerdan en q niños en edad preescolar, miran alrededor de 3 mil horas de TV antes
de entrar al primer grado. Durante primaria y secundaria, el estudiante promedio acumula alrededor de
10 mil horas de asistencia a clase, mientras q al mismo tiempo gasta un promedio de quince mil horas
frente al televisor. (Cohen, Daniel, 1998) La Asociación de psicología de los Estados Unidos, asegura
que al concluir la escuela primaria un niño ha visto en televisión 8 mil asesinatos y 100 mil actos de
violencia (Bisbal, Marcelino, 1998).
La exposición de violencia en los medios no se limita a televisión ordinaria, está presente en películas,
video juegos, internet, revistas, periódicos, etc. En las últimas dos décadas las películas de Hollywood se
han especializado en películas de acción violentas q son presentadas globalmente. El director de cine
Alan J Pakula (Todos los hombres del presidente y presunto inocente) afirma que “La violencia en las
películas es como comer sal, entre mas lo consumes, mas lo necesitas para sentirle “sabor”. Las
personas se están haciendo inmune a su efecto”. Las películas Die hard 2, Robocop y total recall
contienen, respectivamente, 264, 81 y 74 muertes violentas. George Gerbner un notable investigador en
el efecto de los medios, plantea q las secuelas de películas de acción requieren ser mas y mas graficas
para lograr penetrar nuestra inmunidad a la exposición de actos violentos. La primera película de die
hard solo contenía 18 muertes y la primera de Robocop 32. ( ) E l problema no es solo la cantidad de
escenas violentas a las cuales están expuesto los jóvenes y niños sino el “carácter especifico de la
televisión como medio abierto a todos los públicos q consumen prácticamente cualquier mensaje que se
presente en la pantalla” (Trejo, Raúl 1998)).

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El investigador George Gerbner estudio el tema de la violencia en los medios durante casi 4 décadas y
preparo un informe para UNESCO en 1988, el cual afirma q según la evidencia disponible “la exposición
constante a las historias y escenas de violencia y terror pueden movilizar tendencias agresivas,
desensibilizar y aislar otras, intimidar a muchos y disparar acciones violentas en algunas”. El informe
concluye que “Hay una relación entre la violencia reportada por o desplegada en los medios y la
violencia individual o de grupo, que es una realidad en las sociedades de nuestros días”.

Teorías de Aprendizaje – Conductas violentas

Los efectos de la violencia televisiva han sido muy extensamente estudiados y la manera en que se
pueden aprender conductas violentas presentadas por los medios ha sido evaluada por las siguientes
teorías:

La ya mencionada Teoría social cognitiva respalda la afirmación “La exposición de violencia en los
medios causa comportamiento agresivo en jóvenes y niños” bajo 4 fundamentos principales:

Observación
El Aprendizaje observacional es uno de los pilares básicos de esta teoría. Según Bandura, los seres
humanos adquieren conductas nuevas sin necesariamente tener un reforzador obvio e incluso cuando se
carece la oportunidad de aplicar el conocimiento adquirido.
El único requisito es que q la persona observe a otro individuo llevar a cabo cierta conducta. La teoría
propone q la observación se da a través de 4 procesos.

Atención: El observador la presta a la información relevante del medio.


Retención: La capacidad de recordar lo ya “aprendido”
Reproducción: Transformar las concepciones visuales y simbólicas de los sucesos observados en
conductas abiertas.
Motivación: Las razones por las cuales es “beneficioso” reproducir dicha conducta.

La teoría de Autoeficacia es muy influyente en este aprendizaje. Argumenta q los observadores prestan
atención a los modelos si se creen ser capaces de reproducir la conducta observada en ellos.

Imitación
Si el observador Imita la conducta se sabe que fue aprendida, sin embargo aunque la conducta sea
aprendida no necesariamente será imitada.
Los niños tienden a reproducir en sus juegos acciones y actitudes observadas en su entorno (padres,
hermanos, amigos, personajes de la tv, etc.)
El niño copia o intenta realizar lo que los otros hacen ignorando la diferencia entre lo real y lo irreal,
entre lo posible y lo imposible (Cohen, Daniel, 1998)

Modelos
En la Teoría social cognitiva cualquier individuo al quien se le observa cierto comportamiento es
considerado un modelo. Las personas “modelos” se consideran por lo general a caracterizarse por ser:
Similar al niño – Alguien del mismo sexo, familia, intereses o edad.
Estatus de poder – Un pariente, profesor, héroe o heroína.

Los tipos de modelos presentados en los medios de comunicación masiva han sido concernientes a
aquellos deseando cambio social, como minoridades y grupos femeninos. Estos señalan que en las
películas y en programas televisivos las mujeres y personas de otras razas son estereotipadas a roles, lo
cual pueda afectar el sentido general de “auto eficacia” (O´Rorke, Kevin, 2006)

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Teoristas del Aprendizaje social nos han ensenado que cuando ciertos adultos son incapaces de reducir
o eliminar cierto comportamiento negativo, en ciertas ocasiones inadvertidamente modelan el
comportamiento ellos mismos. Por ejemplo: Algunos padres podrían recurrir a castigos físicos para
tratar de eliminar cierto comportamiento violento en la escuela o en el entorno del niño, sin considerar
que inadvertidamente le están proporcionando una buena demostración de cómo ejercer control físico
sobre otras personas. (Schunk, 1996)

Reforzamiento
Es mucho más probable que el observador vuelva a reproducir cierto comportamiento “agresivo” si es
recompensado por dicha imitación. A si como también es menos probable q vuelva a reproducir el
comportamiento si recibe un “castigo”. (Condicionamiento Operante)
El Condicionamiento clásico también pueda facilitar el aprendizaje de conductas violentas debido a su
carácter asociativo. Los niños podrían llegar a asociar el comportamiento agresivo modelado en los
medios con otros estimulos o consecuencias. (placer, dinero, poder,etc)
El aprendizaje de comportamiento agresivo no se limita únicamente a la adquisición directa a través del
condicionamiento clásico y operante sino también indirectamente, a través de la observación de las
consecuencias que reciben “modelos” (Reforzamiento Vicario)

Los resultados de los experimentos de Bandura son muy interesantes con respecto al reforzamiento
vicario. Aunque está claro que observar a un modelo recibir un premio por su comportamiento “agresivo”
hace más probable su imitación, los resultados sugieren que cuando se trata de un comportamiento de
carácter agresivo la simple ausencia en si de un castigo puede tener el mismo efecto.

La teoría de los efectos inmediatos

Esta teoría contribuye a la más tradicional explicación del aprendizaje con respecto a los efectos de la
violencia televisiva (Wartella, Ellen 1996).
En el trabajo de Leonard Berkowitz, mayor representante de esta teoría, esta explicación afirma que los
efectos de los medios son inmediatos, transitorios y breves. (Berkowitz, 1984). El sugiere que la
exposición de violencia en los medios, activan otros pensamientos semánticamente relacionados que
pueden influir en cómo responde la persona a dicha violencia. Estos estímulos agresivos incrementan la
excitación fisiológica y emocional lo que aumenta la probabilidad de una conducta agresiva.
Los espectadores pueden imaginarse a sí mismo como los personajes que desarrollan las acciones
agresivas del personaje de la televisión.

Efectos de la “violencia en los medios” en las actitudes, sentimientos y conducta de los


jóvenes
Los efectos que tiene la exposición de conductas violentas en los jóvenes y niños se pueden analizar a
través de las reacciones que ellos mismos experimentan al estar expuesto a dicho estimulo diariamente.
Se ha podido comprobar la existencia de reacciones específicas cuando los niños son expuestos a
programas con escenas predominantemente violentas. (Cohen, Daniel 1998)
Estas reacciones podrán servir como evidencia para atribuirle cierto carácter de culpabilidad a los medios
por la problemática de la violencia en los jóvenes y niños de la modernidad.

De-sensibilización o Inhibición

Esta es una reacción muy significativa que muchos utilizan para situar a los medios como propagadores de
violencia en los jóvenes.
Este efecto ocurre tras la exposición repetida a la violencia televisiva y consiste en una reducción de la
capacidad de la persona para reaccionar ante la violencia en el mundo real, que lleva al individuo a
reducir sus sentimietos de empatía y preocupación por las víctimas de actos violentos. (Wilson 1997)
Incrementa las tendencias de niños y jóvenes a comportarse de manera violenta ya que reduce las
reacciones emocionales a comportamiento agresivo y contribuye a que el individuo perciba este
comportamiento como algo “normal”.

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Además de esto fomenta opiniones, expectativas y otros procesos cognitivos relacionados a la agresión o
violencia. Como resultado de la exposición “constante” a comportamientos violentos en películas,
programas televisivos o juegos de video, individuos desarrollan fuerte “estructuras de conocimientos”.
Cuando estas estructuras luego son activadas por varios eventos, ciertas personas piensan y actúan de
manera violenta ya q esto es lo que se ha aprendido. Se podría llegar a argumentar que la exposición a
violencia en los medios puede llegar a reducir “el valor de la vida”, ya que la muerte de algunos
personajes es intencionada como forma de entretenimiento.

Liberación
Al observar ciertas historias o escenas, algunas personas sienten una sensación de liberación. Es decir,
ingresan a un estado psicológico en el que les resulta muy difícil controlar sus impulsos emocionales e
incrementa la posibilidad de que reproduzcan el comportamiento violento observado.

Miedo
La exposición a contenidos violentos también puede tener como efecto una reacción de miedo entre los
espectadores. Este contenido puede llegar a tener un efecto hasta traumático, las pesadillas y temores
nocturnos del niño aumenta cuando ha estado expuesto a escenas violentas o de terror y cuando el
contenido reproduce situaciones similares a las que vive. (Cohen, D 1998)

Los niños pueden llegar a sentir que las personas que los rodean son todos de carácter “violento”.
Piensan que el mundo “real” es similar a lo que es representado en la televisión o en otros medios.
Debido a esto, los niños les temen a las personas y hasta pueden llegar a especular o a creer en la
posibilidad de que los incidentes violentos o traumáticos observados pueden sucederle a ellos.

Realidad o fantasía

Los niños ven televisión e interactúan con su medio de manera diferente que los adultos. Ellos observan
la televisión “como si fuera real”. Comienzan a creer que las representaciones de la televisión reflejan de
manera precisa el mundo “real” y le reducen

La manera en que la violencia es representada en las series televisivas y en películas “Contribuye a


reforzar normas y valores de la sociedad allí representada. Que difieren, casi siempre con las del
receptor que no las puede asimilar con lo que ocurre en su entorno” (Cohen, D 1998) Las
representaciones “positivas” de la violencia en los medios podría hacer creer al niño que la violencia es
un medio viable para arreglar conflictos y alcanzar logros o metas , con lo que se fomenta la formación
de patrones violentos.

Ante estos numerosos efectos negativos, es “imposible seguir pensando que la TV es una forma
inofensiva de entretenimiento” (Montenegro, Hernán) y es necesario estudiar el rol de estos efectos
en la imitación de conductas violentas.

Evidencia científica “La exposición de violencia en los medios CAUSA agresividad en


los jóvenes?”

Básicamente desde el origen de la televisión; padres, profesores, legisladores y profesionales de salud


mental se han preocupado sobre el contenido y su impacto particularmente en niños. Sin embargo,
comenzó a ser de mayor preocupación cuando Bandura demostró la tendencia de los niños a “imitar” el
comportamiento observado.

Durante los últimos 40 anos, extensivos estudios han sido elaborados utilizando distintos métodos de
investigación para tratar de mostrar una relación de causa y efecto entre la “exposición a
comportamientos violentos” y el comportamiento violento. Se han realizado, estudios longitudinales,
experimentos de laboratorio, experimentos naturales y estudios de caso.

En 1960, El profesor de la Universidad de Michigan Leonard Eron estudio 856 niños de tercer grado
viviendo en una comunidad semi rural en Columbia, Nueva York. Encontró que los niños que miraban

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televisión en su casa actuaban más agresivos en la escuela. Eron condujo un estudio longitudinal ya que
quería evaluar los efectos de esta “exposición” a través de los años. Para esto, regreso en 1971, cuando
los mismos participantes tenían 19 años. Los resultados indicaban que los niños que miraban tv violenta
cuando tenían 8 años tendían a sufrir más problemas con la ley como adolescentes. Cuando Eron
regreso en 1982, los “participantes” tenían 30 años. El concluyo que los participantes que habían visto
mas televisión violenta a los 8 años tendían como adultos a haber sido procesados por crímenes serios y
a usar violencia disciplinaria con sus hijos.

Un experimento natural fue realizado por T. Williams y otros en 1986. Estudiaron niños en 3 municipios
Canadienses, los cuales compararon entre sí para descubrir la influencia que tenia la televisión en sus
niveles de violencia. Al inicio del estudio, un pueblo no tenia televisión, el otro pueblo tenía solamente
un canal y el tercero tenía varios canales. Un año después de que iniciara el estudio el pueblo el cual no
tenia televisión empezó a tener un canal y el pueblo que tenía un canal incremento a dos.

Los investigadores obtuvieron los niveles de violencia antes de que canales adicionales fueran
introducidos y después. Observaron a niños en su ámbito de juego en el recreo y entrevistaron a
profesores para que valoraran el comportamiento agresivo de sus estudiantes.

El número promedio de actos violentos por minuto calculados por los investigadores después de la
introducción de un canal en el pueblo que carecía de televisión, triplico en relación a los resultados
obtenidos antes de que hubiera televisión. En cambio el número promedio de los pueblos en que ya
existía televisión y hasta varios canales, los niveles no subieron muy considerablemente al recibir
canales adicionales.

En Febrero de 1996 se comenzó a difundir en los Estados Unidos el Estudio Nacional Mediascope sobre
Violencia en televisión. El cual se basa en resultados de un proyecto de 3 años y que es considerado una
de las investigaciones más serias sobre el contexto en el cual aparece la violencia en ese medio.
Seleccionaron al azar 23 canales de cable y su programación fue revisada durante 20 semanas. Se
observo que “los perpetradores de delitos” quedaban impunes en el 73% de todas las escenas violenta y
solo el 4% de los programas violentos enfatizo el tema de la anti violencia (Trejo, R 1997)

Los autores de este estudio encontraron que los espectadores de estos programas:

-Aprenden a comportarse manera violenta


-Comienzan a ser más insensibles a la violencia.
-Comienzan a ser más temerosos a ser atacados.

En 1991 el informe de “el centro de control de enfermedades” de los Estados Unidos declaro a la
violencia televisiva como enfermedad de riesgo público. Este informe, junto al estudio de la “American
Psychological Association” de 1992, que también evaluaba la violencia de los medios y el estudio de la
“National Academy of Science” que incluía a los medios junto con otros factores sociales y psicológicos
como cooperante de la violencia sustentaron que los medios masivos:

“Contribuyen a conductas y violencias agresivas así como propician la de-sensibilización y el miedo”


(Wartella, E 1999)

El informe de 1993 de la “American Psychological Association” concluyo que no “cabe ninguna duda que
quienes son expuestos intensivamente a esta violencia demuestran una mayor aceptación de actitudes
agresivas y mayores conductas agresivas” (American Psychological Association, 1993)

El profesor de la Universidad de Columbia, encontró que los efectos en niños no se limitan a programas
de televisión de carácter violento. Johnson estudió 707 familias en New York durante 17 años,
empezando en 1975. En 2002, Johnson reporto que los niños que habían visto desde 1-3 horas de

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televisión diariamente cuando eran entre 14-16 eran 60% más probable a ser involucrados en peleas o
agresiones como adultos que esos que habían visto menos televisión. Una encuesta a padres elaborada
en 1999 en “Rhode Island” por la Profesora Judith Owen de la Universidad Brown mostro que la
presencia de un televisor en el cuarto de un niño hace mas probable que sufra de perturbaciones al
dormir. 9% de los padres encuestados reportaron que sus niños sufrían de pesadillas al menos una vez a
la semana (Freedman, J 2002)

Tom Van der Voort estudio 314 niños entre 9 y 12 años en 1986. Concluyo que aunque los niños
pueden fácilmente distinguir entre caricaturas, películas de acción y la realidad, tendían a confundir
programas realistas con el mundo real. Cuando se les dificulta integrar la violencia a la que son
expuestos al no poder comprender el programa a medida que se desarrolla, es mucho más probable que
se vuelvan ansiosos. Esto es particularmente problemático ya que se ha encontrado que niños prefieren
programas realistas, los cuales consideran divertidos o emocionante.

Aunque estas investigaciones parecen mostrar que los niños expuestos a una gran cantidad de violencia
tienden a comportarse de manera más violenta, las conclusiones de los innumerables trabajos (de
campo y de laboratorio) realizados demuestran una relación “patética” según la mayoría de los
investigadores. La Casa de los Comunes de Canada formo una Comisión para estudiar la violencia en los
medios y concluyeron que “La evidencia científica sobre los efectos de la violencia en la televisión,
según se nos dijo, es desigual y muy a menudo no concluyente, es débil y contradictoria”

“Legislar en contra de la violencia televisiva es simplemente una pequeña parte de


un problema mucha mayor – La penetrante violencia en nuestra sociedad” (Casa de
los Comunes de Canadá, 1993)

Otro estudio Canadiense realizado por Wendy L. Josephson en 1995 da una interesante explicación a los
resultados obtenidos en este tema. Ella resalta el rol del padre y reduce la importancia del efecto de
televisión violenta en niños no-potencialmente agresivo. Ella concluye “Es completamente cierto que la
violencia en la televisión no origina todas las causas de agresividad infantil y también es verdad que
algunos niños son mas susceptible que otros a ser afectados por la violencia televisiva y de todos modos
esos son los niños que son potencialmente agresivos. Pero el efecto de la violencia televisiva conduce a
esos niños “en riesgo” a ser más agresivos de lo que serian en otras circunstancias. Y aunque el grupo
especialmente en riesgo debería de ser una minoría de los televidentes, tienden a ser la mayoría entre
los agresores”

El diario Estadounidense New York Times, realizo un estudio en el cual “descubrieron” que a la mayoría
de los niños que rutinariamente observaban programas violentos como caricaturas no les hace daño. En
cambio niños predispuestos a conductas agresivas por otros factores sociales, pueden ser influidos a
actuar de manera agresiva después de ver televisión. Sin embargo, el efecto de la televisión es reducido
comparado a elementos claves como actitudes parentales o la experiencia de los niños con violencia en
la sociedad adulta”

Según la psicóloga Melanie Moore los sentimientos de “miedo, deseo de poder, rabia y codicia” son
aspectos de nosotros que tratamos de evitar pero regularmente necesitamos experimentar de manera
vicaria, a través de las historias de los demás. Ella argumenta que “Los niños necesitan entretenimiento
violento ya que así exploran sentimientos infaltables en su desarrollo como individuo”

Henry Jenkins añade otra dimensión al eterno dilema. El argumenta que no deberíamos enfocarnos en
lo que el contenido de los medios hace con las personas, deberíamos centrarnos en lo que las personas
hacen con el contenido de los medios. Concluye que “Experiencia personal afecta lo que miramos en la
televisión y el sentido que le tomamos. Nuestra clase social, nuestro desarrollo, el nivel de educación,

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factores familiares y las personas más cercanas todas tienen un papel de cómo interpretamos o
reaccionamos al contenido violento.
Según Jenkins, el caso extremo de Littleton (examinado por Michael Moore) no es evidencia para
argumentar que el contenido de los medios causa agresión en los jóvenes y niños “Los medios no
crearon la rabia ni generaron el sentimiento de alienación. Lo que causo la violencia no fue algo que
vieron en el internet o en la televisión, pero cosas que le sucedieron a ellos” Para Jenkins, el contenido
violento expuesto en los medios le dieron a los involucrados una manera de expresar su rabia y
frustración” y que el factor determinante son las “Experiencias sociales”.

Esto nos lleva al siguiente punto que es una de las más documentadas críticas a las extensas
investigaciones que argumentan que si hay una relación de causa y efecto entre la exposición de
violencia en los medios y el comportamiento violento.

Evidencia” causa y efecto” de la violencia en los medios?

Es esencial destacar que la correlación positiva encontrada por innumerables estudios entre esta
exposición y el comportamiento violento en ningún momento indica que este estimulo CAUSA dicho
efecto. La correlación no comprueba la causalidad.

El hecho de que personas actúen más violentos cuando son más expuestos a este comportamiento a
través de los medios no implica que sus acciones sean causadas por esta exposición. Podría solamente
indicar que las personas agresivas prefieren ver entretenimiento de este mismo carácter.

La evidencia correlacional solo indica que hay una relación entre estimulo y efecto, y estos podrían estar
vinculados por un tercer factor. Los factores más estudiados han sido los roles del padre, las
experiencias en general y el ambiente social en el que se desarrolla.

Conclusiones

La Coalición Nacional sobre la Violencia en la Televisión concluyo que:

“A estas alturas, ha llegado a ser evidente para los investigadores de los medios, que no hay un solo
estudio que establezca a la violencia en la televisión como causa de agresividad o de comportamiento
violento, pero la televisión es, ciertamente un factor que contribuye al comportamiento agresivo de los
individuos y el problema de la violencia en la sociedad”

En mi opinión la importancia no se debería de centrar en la televisión y otros medios como causante de


comportamientos violentos ya que en si los potenciales efectos de conductas violentas presentadas en
los medios y la tendencia de niños a imitar lo que observan, son de suficiente magnitud para requerir un
trato muy especial.

Según el investigador Gerbner “La televisión no “causa” nada. En vez de ello decimos que la televisión
“contribuye” a esto o a lo otro. Las dimensiones de esta contribución varían pero allí están”

Quienes son responsables?

El entorno social, la existencia real de violencia cotidiana, la gana de lucro fácil que supone la
divulgación de programas de contenido violento y la ausencia de reglas suficientes para ubicar y acotar
la transmisión de esos mensajes son factores que sumados contribuyen a que la violencia ya existente
en el entorno social, se exacerbe en su propagación mediática (Trejo, R, 1997)

Bibliografía

8
1)Bandura, A. “ Influence of model´s reinforcement contingencies on the acquisition of imitative
responses” 1963. Recuperado el 21 de Octubre del 2010

2 Baron,R - Branscombe,N - Byrne,D. Social Psychology, 12 th edition 2006.


Recuperado el 21 de Octubre del 2010

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Recuperado el 21 de Octubre del 2010

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1988. Recuperado el 21 de Octubre del 2010

6) O´Rorke, K 2006 . Recuperado el 21 de Octubre del 2010.

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Recuperado el 21 de Octubre del 2010

9) Woods, B “Psychology First”. 2da edicion


Recuperado el 21 de Octubre del 2010

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