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UNIVERSIDAD PRIVADA “SAN PEDRO”

FACULTAD DE DERECHO Y CC.PP.

ESCUELA PROFESIONAL DE
DERECHO

Psicocriminología

CURSO : Criminología

DOCENTE : Daniel Vásquez.

CICLO : II

SECCIÓN : “B”

INTEGRANTES :

* Cano Ortiz Wilson Eduar.


* Jara Pezantes Andrea Ebony.
* Montero Varas Robin Milagros.
* Olórtegui Silva Ethel.
* Tandaypán Rodríguez Adriana
Estefani.

CHIMBOTE – PERU
2007

Dedicamos el presente
trabajo a Dios por
otorgarnos el don de la
vida y a nuestros
padres, generosos
consejeros a través del
tiempo y las
circunstancias.

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PRESENTACIÓN

En el presente trabajo, trataremos a fondo sobre La


Psicocriminología un tema, muy esencial para entender tanto las
conductas, que llevan a realizar actos delictivos y antisociales.

Para la realización de este trabajo de investigación se ha


llevado a cabo el análisis de cada fuente de información y la
cuidadosa selección de los puntos más importantes del tema. Con
la utilización de un lenguaje claro, sencillo y conciso se desarrolla
el tema sin perder el carácter informativo y analítico hacia el que
se ve orientado.

Este documento aborda los pensamientos de algunos


estudiosos de la criminología y psicología cuyo objetivo principal
es darle una definición precisa y concreta a la Psicocriminología.

Pretendiendo lograr un producto final de excelente


valor estudiantil, pasamos a desarrollar todo lo referido a la
Psicocriminología.

LOS AUTORES

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Tendencias Psicocriminológicas

1.- Nociones de Psicocriminología

El problema del crimen y otras formas de conducta desviada son objeto de diversas
disciplinas, entre ellas de la Psicología, ciencia que integrada a un enfoque
criminológico, apunta hacia el conocimiento y comprensión de la división psicológica
del delito así como del comportamiento desviado no delictivo. Este aporte psicológico
al campo criminológico no es reciente, ya se aprecian ideas sobre el particular desde
fines del siglo XIX, cuando empezaba a configurarse la psicología como ciencia
autónoma. Sin embargo, también en erados anteriores hubo preocupación por la
dimensión Psicológica del hombre y de su conducta criminal; al respecto, según la
opinión de Bonger, posiblemente uno de los precursores más lejanos de esta vertiente,
fue, F.G Pitaval (1673-1743), jurista francés, que fue “el primero en recoger material de
psicología criminal, especialmente en su obra Causes Celebres et Interesantes (1734)”.
“como ciencia práctica experimental”, fue el médico francés Prosper Despine (1812-
1892).
Desde nuestro punto de vista los primeros aportes claros datan de fines del siglo XIX e
inicios del silo XX, con el surgir de la Psicología como ciencia, en la que empezamos a
encontrar visiones más orgánicas relativas a la Psicocriminología, hasta desarrollos
sistemáticos y más coherentes posteriormente.
Sin embargo podemos anotar que por mucho tiempo en el campo de la Psicología
criminal y de la Psicocriminología en particular, impero una visión unilateral, por el
predominio de la perspectiva Psicoanalítica, que desde nuestro punto de vista y de otros
autores es precisamente la tendencia menos sólida y menos científica de la Psicología.
Posteriormente y en menor escala se desarrollaron algunas concepciones
caracterológicas (Kretschmer, Shelldom); la concepción psicopatológica del crimen; las
teorías conductistas del delito, entre otras.
Si reparamos en el panorama actual de la Psicología observamos que existen diversas
teorías que explican el comportamiento humano desde perspectivas muy variadas hasta
contradictorias, pero con un mayor desarrollo de los enfoques científicos. Sin embargo,
no podemos soslayar que la Psicología como ciencia en general y como Psicología
criminal o delincuencial en particular, abarca una temática amplia que rebasa el enfoque
criminológico, ingresando hasta terrenos penales, penitenciarios y criminalísticos. En
los últimos lustros ocurre también una mayor participación del conocimiento
psicológico en diversos ámbitos del Derecho.
La perspectiva criminológica disciplinaria, tal como lo hemos señalado, para penetrar en
forma integral en la problemática que constituye un objeto de estudio, recurre a
indignaciones de carácter social, Psicológico, como biológico. De esto se comprende
que uno de los capítulos importantes de la Criminología lo constituye el enfoque
psicocriminológico para comprende el fenómeno delictivo y antisocial.
Como se podrá deducir de los criterios señalados, esta concepción psicológico-criminal
aborda ciertos aspectos extra jurídicos del fenómeno delictivo, como el hecho
psicosocial que apareja tal evento, así como los aspectos estrictamente psicológicos

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subyacentes en los actores de tales hechos, lo que constituye un capítulo importante de
la criminología al que denominamos PSICOCRIMINOLOGÍA.
De esta breve visión del papel de la Psicología frente al delito, el delincuente y la
conducta antisocial, en sus diversos momentos y correlaciones, nos interesa
concentrarnos en cuanto constituye el capítulo de la Criminología, o sea como
Psicocriminología, orientado al análisis de todo lo relativo a la explicación del delito y
el comportamiento criminal y antisocial desde el punto de vista Psicológico. Esta
afirmación, sin embargo, no debe llevarnos a postular o creer en una explicación del
crimen puramente psicologiota, mas bien nuestro punto de vista criminológico nos
inclina a una propuesta Socio-Psico-Biológica. Por ello entendemos a la
Psicocriminología como un capítulo de la Psicocriminología criminal, que aporta desde
esta vertiente especializada sus conocimientos para la explicación de los fenómenos
delictivos y antisociales, abordando también el estudio Psicológico de los autores de
tales fenómenos.
No obstante debemos señalar también que desde la vertiente de la criminología crítica,
se cuestiona el papel y la existencia de una psicología criminal. Teresa Miralles dice al
respecto que la Psicología criminal es una instancia de control social, afirmando a su
vez según el cuestionamiento desarrollado por Basaglia, que “la definición y etiquetaje
de la enfermedad mental encierra un significado político por que mantiene intacto los
valores de las normas que el individuo marginado discute, no puede o no quiere
aceptar”. También afirma que la Psicología criminal sigue una tendencia positivista que
centra el problema del delito en el autor, en sus condiciones psíquicas, pasando a ser el
delincuente un enemigo del orden social. Esta crítica nos lleva a una especie anti
Psicología criminal, en la que el “delincuente” vendría a ser la sociedad y la persona que
ejecuta el acto delictivo “víctima”. Al respecto creemos necesario acotar que el enfoque
psicológico criminal científico de nuestros días, no pretende hallar un Psiquismo
diferente de carácter delincuencial, si no que así como cualquier ser humano tiene
determinadas condiciones psicológicas que guardan diversa relación con su conducta,
las personas que delinquen, al margen de su rotulación igualmente tienen una dimensión
psicológica que es importante conocer. Así mismo, toda la variedad de aportes
psicocriminológicos, podemos comprenderlas en tres grandes grupos o tendencias:
⇒ Una que abarca a las teoría psicológicas mas o menos sistemáticas, explicativas
del crimen y de la conducta desviada en general, como el psicoanálisis, el
condicionamiento operante, la teoría de imitaciones o aprendizaje social, la
concepción de H. Eysenck, la tesis de la frustración- agresión, entre las mas
importantes;
⇒ Otra que incluye a los diversos factores psicológicos que tienen mayor o menor
correlación con la criminalidad y comportamiento antisocial; y,
⇒ Finalmente, el enfoque de la Psicopatología criminológica que abarca la
explicación del crimen correlacionada con determinados trastornos mentales,
desde síndromes psicóticos como la esquizofrenia y la Psicosis afectiva; hasta
trastornos de la personalidad (psicopatías), así como los diversos problemas de
la dependencia de drogas (fármaco dependencia), hasta la neurosis y el retardo
mental entre los mas significativos.

2.- Teorías y factores Psicocriminológicos

2.1.- Personalidad y delito: En primer lugar debemos precisar que no creemos en la


existencia de una “personalidad criminal” típica, por que los datos de diversos estudios
sobre el particular no avalan ello, aunque existen puntos de vista que presentan gran

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atención a posibles factores genéticos, como lo veremos más adelante, pero no como
únicas condiciones determinantes en segundo lugar, la personalidad no es una realidad
puramente psicológica y aislada que condicionan el comportamiento humano, si no que
ella no se puede comprender separada de su entorno social, parecer que siguen otros
estudiosos y sobre todo de su contexto situacional que es muy cambiante.

2.1.1 Carácter y Personalidad: Existen realmente una multiplicidad de estudios


sobre la personalidad, desde las diversas “perspectivas psicológicas”. De todas
ellas, las que alcanzaron mayor grado de repercusión dentro del trabajo
Criminológico, en la primera mitad del siglo XX, han sido los estudios sobre los
tipos de carácter o temperamento, elaborados por diversos psicólogos que
tuvieron posterior aplicación a la comprensión de la conducta criminal y
desviada. En dicho contexto era frecuente considerar, tanto la personalidad
como el carácter, en términos sinónimos, aunque otras tendencias afirmaron que
el carácter era estructural de la personalidad, o bien sus funciones afectivas y
dinámicas.
Contemporáneamente los estudios de la personalidad no han seguido un modelo
explicativo único, ya que las diversas corrientes psicológicas plantean variados
tipos de comprensión y explicación del ser humano, y en particular de la
personalidad, existiendo apreciaciones psicoanalíticas, la tesis de los rasgos, la
visión fenomenológica, la apreciación conductista, entre otras. Lo indiscutible es
que el nombre de personalidad prácticamente se ha impuesto, desplazando
progresivamente a las de carácter y temperamento, que tuvieron mayor acogida
sobre todo en la psicología europeo-continental hasta casi la primera mitad del
siglo pasado. Si tomamos como referencia la evolución histórica que plantea
Raymon Cattell, el desarrollo de los estudios sobre la personalidad habría por
tres grandes etapas.
a) La fase Literaria y Filosófica, una especia de juego de percepción
personal y de creencias convencionales, desde la antigüedad hasta el
último novelista o autor teatral.
b) La fase Protoclínica, que es una etapa de observación y teorización
organizada. Destacaron las generalizaciones psiquiátricas como la de
Kraepelín, las tesis de Freud, Kretschmer, entre muchos trabajos.
c) La fase Cuantitativa y experimental que empezó a inicios de este siglo
XX y sus resultados se aprecian recién en las últimas décadas.
Según Cattell, en la fase protoclínica se escribieron cosas fascinantes respecto de
la personalidad, aunque no siempre muy bien fundadas, y que cuando se
desarrolle la historia en la siguiente en la siguiente generación, probablemente se
diga que “aunque esta segunda fase tuvo hombres de gran talento, como Jung Y
Freud, científicamente casi equivalió a un desastre debido que la impresionante
fachada de su pseudoconocimiento cortó el incentivo para realizar los modestos
experimentos de los que depende el progreso de la ciencia”.

Para Cattell “la personalidad puede definirse como aquello que nos dice lo que
una persona hará cuando se encuentre en una situación determinada” y en “un
estado de ánimo definido”. Guilford por su parte afirma que “la personalidad de
un individuo es una constelación específica de rasgos”. Si bien no existe acuerdo
entre los psicólogos respecto a la noción de personalidad, podemos considerar
que la idea de Charles Morris, más afín a la corriente de los rasgos, presenta una
noción integral, concibiéndola como un “Patrón único de los pensamientos,

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sentimientos y conducta del individuo, que persisten con el tiempo y en diversas
situaciones”. Actualmente apreciamos que la personalidad no es considerada un
sello hereditario y fatal, sino que se configura a lo largo de la experiencia vital
de cada individuo, sobre todo en sus primeros años, de acuerdo a sus
condiciones internas o base biológica subyacente. Por eso es de importancia
sustantiva la primera infancia, en la que se configuran los primeros basamentos
de nuestra personalidad, peo que posteriormente, en función de diversas
influencias, puede reajustarse en alguna medida. Por ello afirman algunos
autores, que parece razonable considera que una gran parte de la formación
básica de la personalidad tiene lugar antes de los seis o siete años de edad, pero
que el aprendizaje de ciertos aspectos de esta dimensión humana puede
continuar a lo largo de la vida. Es también necesario decir que en la base de la
personalidad está sobre todo esa estructura anatomo-fisiológica del sistema
nervioso, que responde “temperamentalmente”, de un modo singular e integrado
ante las experiencias y estímulos que inciden en el sujeto.

2.1.2.- Las Tipologías Caracterológicas: Como ya lo hemos señalado, dentro de


la psicología europea tuvo mayor desarrollo esta tendencia, habiendo sido en
Alemania donde Bahnsen empleó por primera vez el término de Caracterología
en 1867, en sus dos volúmenes titulados: Beitrage zur Charakterolgie. Dentro de
dicha vertiente surgieron las tipologías caracterológicas que se basaron en la
teoría basada por cada autor en particular, y generalmente concebían el carácter
como aquel sello personal que diferenciaba aun individuo de otro, y según el
cual se respondía característicamente ante las diversas situaciones que la
experiencia individual, habiendo tenido mucha difusión, en la primera mitad de
la centuria pasada, los tipos introvertido y extravertido de Carl Jung (1875-
1961).
Otras topologías psicológicas desarrolladas en las primeras décadas del siglo
XX, estuvieron ligas alas formas corporales, por el énfasis correlacional que se
pusieron con las características somáticas, tal como la biotipología de
Kretschmer con sus tipos esquizofrénico, ciclomático y vicioso. Así mismo los
sonatotipos de Shelldon, quien derivo también de ciertas bases somáticas los
temperamentos cerebro tónicos, viscerotómico y somatotónico. Todos ellos se
forman por la integración de las influencias ambientales favorables y
desfavorables y de las características biológicas del individuo, ya sea de buena
vitalidad o de baja vitalidad.
Una de las primeras topologías de inicio del siglo XX, que repercutió en el
campo criminológico fue propuesta en 1908 por el psicólogo G Heynas y el
psiquiatra E. Wiersna. Mas tarde el sueco H. Sjobbring (1913-1919), expuso
también una caracterología parecida a la de Heynans- Wiersa, considerando
cuatro factores: Capacidad, valencia, estabilidad y solidez, los que a su ves
existían en le individuo, bien en cantidad excedente, media o débil, dando lugar
a ocho tipos: El supercapas, el sub capaz, el superválido, el sub válido, el
superestable, el sub estable, el supersólido, el subsolado.
El desarrollo ulterior de la topología holandesa de Aminas-Wiersma, por los
franceses Le Sume y Gastón Berger, llego a establecer ocho tipos
caracterológicos, considerando las combinaciones de tres propiedades
fundamentales, polarizadas cada una en dos extremos: Emotividad no
emotividad, actividad, no actividad, primariedad y no secundariedad. Tales tipos
son:

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⇒ Nervioso ( emotivo-inactivo-primario)
⇒ Sentimental ( emotivo-inactivo-secundario)
⇒ Colérico ( emotivo-activo-primario)
⇒ Apasionado ( emotivo-activo-secundario)
⇒ Sanguíneo ( no emotivo-activo-primario)
⇒ Flemático ( no emotivo-activo-secundario)
⇒ Amorfo ( no emotivo-inactivo-primario)
⇒ Apático ( no emotivo-inactivo-secundario)

Respecto a la incidencia criminológica de estos tipos, Oscar Blarduni expresaba que


“el más criminógeno de todos es el nervioso. Después vienen el amorfo, el apático,
el colérico, etc. Esto no quiere decir que los flemáticos, por ejemplo, no cometan
nunca crímenes. En principio es más raro que lo hagan, pero cuando lo hacen el
delito ofrecerá características peculiares”
Según esta tipología,
El Nervioso (E noA P),es bastante emotivo, siente de manera muy viva los
estímulos del mundo externo, por ser de sensibilidad hiperestésica; en función de su
inactividad sus energías o impulsos no se descargan por una acción continua, sino
más bien por reacciones de tipo agresivo en momentos determinados; y, además
como es primario, su reacción es inmediata sin meditar previamente las
consecuencias de su acto, condiciones que son favorables para incidir con mayor
probabilidad en un comportamiento antisocial o criminal.
El Amorfo (noE noA P), por sus notas peculiares de carácter, puede también estar
propenso a reacciones que pueden ser de tipo delictivo o antisocial, además por que
es una persona más inclinada a dejarse llevar por las malas compañías, por faltarle
aptitudes para resistir a la sugestiones del grupo o de un líder.
El Apático (noE noA S), tiene falla en la esfera moral y volitiva, y a veces también
es mal dotado intelectualmente, por lo que en mayor proporción carecen de
escolaridad adecuada. Estos rasgos posibilitan una mayor incidencia delictiva, ya
sea contra la propiedad o de carácter sexual.
El Colérico (E A P), es bastante activo y de reacciones primarias o inmediatas,
además de ser muy emotivos, por lo que también es otro de los tipos psicológicos
con alta predisposición a caer en un comportamiento delincuencial o antisocial,
debido precisamente a su agresividad y combatividad, por lo que puede incidir en
actos de violencia contra las personas.
El Sanguíneo (no E A P), es propenso a la buena vida, el placer material, actuar
primero sin meditar y ser predominante activo, por lo que como señala Blarduni,
interviene poco en los delitos contra la propiedad, pero si tiene mayor participación
en los crímenes sexuales y los delitos de violencia contra las personas.
El Pasional (E A S), debido a sus rasgos predominantes, es de escasa incidencia en
la criminalidad.
El Sentimental (E noA S), es un tipo caracterológico aún de menor frecuencias
delictiva entre los adultos, aunque en niños y adolescentes, tiene algún grado de
mayor significación que en el pasional.
El Flemático (no E A S), es el tipo de mínima incidencia criminológica, tanto en
menores como en adultos, lo que guarda correlación con sus rasgos de no
emotividad y secundariedad, que propician una reacción meditada antes de toda
acción.

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2.1.3 La Teoría de los <<Rasgos de Personalidad>>y Delito: Como sabemos en los
últimos tiempos ha tenido gran auge la tesis de los rasgos como la visión mas
adecuada de la personalidad, caracterizada precisamente como un conjunto de
propiedades o rasgos más o menos estables.
Para muchos autores, William Stern (1934) es el iniciador de esta tendencia, aunque
el hablo de disposiciones, siendo más bien Gordon Allport (1937) quien prefirió la
denominación de rasgos y la difundió. Para este psicólogo, los rasgos son
“tendencias o predisposiciones determinantes a emitir una respuesta”. Mientras
tanto Cattell dice que por rasgo “entendemos una tendencia a reaccionar,
relativamente permanente y amplia”. En tanto Morris afirma que los rasgos son
disposiciones duraderas dentro del individuo, las cuales hacen que piense, sienta y
actúe en unas formas determinadas.
Para la medición de la personalidad, dentro de la corriente psicométrica, se emplean
diversos tests, habiendo logrado mayor desarrollo del estudio a través de
cuestionarios o inventarios multifásicos de personalidad que miden los rasgos, los
mismos que pueden diferenciarse según Pichot en:
a) Clásicos, como el Inventario de personalidad de Benreuter,
b) Psicopatológicos, como el MMPI, el Humm-Wadsworth, y
c) Factoriales como el Cattell 16 P.F., y el de Guilford, entre otros.
Destacando sobre todo los psicopatológicos como el MMPI y los factoriales como el
Cattell 16 P.F. y el de Guilford.
A. El Cuestionario 16 P.F. de Cattell: Raymond Cattell y Odbert
hallaron en 1936, una relación de 4500 términos referidos a los rasgos de
personalidad. Mas tarde Cattell consideró que se podían reducir a 200, porque
muchos de ellos eran sinónimos o cuasisinónimos. Sin embargo cuando a una
persona se le clasificaba según esos 200 rasgos, varios de ellos tendían a
agruparse, por lo que luego de diversas investigaciones concluyó que 16 rasgos
representaban la complejidad de la personalidad humana. también diferenció en
tres Rasgos Comunes, que se dan en todas las personas, y rasgos únicos propios
de un individuo. Asimismo desde otra perspectiva distinguió entre Rasgos
Superficiales, y rasgos Fuente que son las variables subyacentes determinantes
de las superficiales.
La primera versión de su cuestionario para medir la personalidad comprendió el
estudio de 12 rasgos, signados con una letra de A a O, posteriormente agregó
otros cuatro denominados Q1, Q2, Q3, y Q4, sumando 16 factores o rasgos
explorados mediante 187 preguntas o ítems. Cada pregunta presenta a su vez tres
alternativas de respuesta, entre las que se debe escoger una. Ejemplos:
<<99. A veces me irritan demasiado pequeñas contrariedades:
a) si b) en duda c) no
100. Muy rara vez suelto exclamaciones molestas que puedan herir los
sentimientos de la gente:
a) cierto b) en duda c) falso<<
En función de las respuestas se delimitan los rasgos dominantes de la
personalidad explorada. De los datos hallados por Raymond Cattell con dicho
cuestionario 16 P.F., casi todos los tipos de neuróticos y también de alcohólicos,
así dos a las drogas y delincuentes, resultan anormalmente bajos en el factor C
de fuerza del YO. En otros términos, los sujetos delincuentes obtienen un
puntaje del factor C inferior a lo normal, tan igual que los neuróticos y
psicóticos. Son por tanto mas emotivos de lo debido, y no son capaces de
controlar sus impulsos y estados de ánimo. En cuanto al factor G fuerza del

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súper yo, los puntajes muestran claramente que también están por debajo de lo
normal en los delincuentes y psicópatas, pero asimismo se presentan algo bajo
en los sujetos neuróticos. Otro dato importante es que los delincuentes provienen
con más frecuencia de los extrovertidos, y los sujetos psiconeuróticos de los
introvertidos. La incidencia de los delincuentes a ser generalmente más
extrovertidos se aprecia tanto en los datos obtenidos por los cuestionarios, como
en las mediciones objetivas que los factores.
De estos resultados podemos inferir que mediante este cuestionario se pueden
detectar ciertas características de personalidad, que si bien no creemos que sean
predisponentes de la criminalidad, son indicadores de un mal ajuste personal
pueden precipitar en ciertas circunstancias un comportamiento delictivo.
B. El Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota (MMPI):
Uno de los inventarios psicopatológicos de mayor uso y difusión, para el estudio
de la personalidad, lo constituye el MMPI, el mismo que fue elaborado por
Starke Hathaway y J.C Mc Kinley por los años de 1940 y revisado en años
subsiguientes. Esta prueba consta de 10 escalas clínicas numeradas
secuencialmente: 1(Hs), 2(D), 3(Hi), 4(Dp), 5(Mf), 6(Pa), 7(Pt), 8(Es), 9(Ma),
0(Si). Además contiene escalas de validez: ?, L, F, y K, que permiten apreciar el
grado de confianza para hacer inferencias sobre la personalidad del encuestado.
El número de ítems es de 566, lo que determina que su aplicación demore hasta
dos horas. Cada pregunta del inventario presenta dos alternativas de respuesta:
verdadero (V) y falso (F) de las que se debe elegir una de ellas. Ejemplos:
<<38. Por un tiempo, cuando era mas joven, participé en pequeños robos:
V F
39. A veces siento deseos de destruir cosas
V F>>
Este cuestionario ha sido también empleado dentro de la práctica criminológica
y penal, y de los diversos estudios al respecto, se considera que la escala 4,
desviación psicopática (Dp), integrada por 50 frases, tienen como objeto detectar
el trastorno de personalidad antisocial, que comprende individuos con un
comportamiento asocial, con mínima angustia y con ningún o poco sentido de
culpabilidad. Rafael Núñez afirma que los sujetos normales como alta
puntuación en esta escala, generalmente son rebeldes y no respetan las normas
vigentes en su grupo social, además son egoístas, agresivos, individualistas,
entusiastas y muy sensibles.<< El adolescente con escala 4 alta es también
rebelde, tiene problemas en la escuela y generalmente tanto de los estudios(…) y
finalmente llega la delincuencia>>.Precisamente Hathaway con Monachesi
hicieron estudios empleando el MMPI con menores delincuentes (1953),
orientando a la predicción de la conducta criminal, habiendo hallado que los
sujetos ubicados en la escala de excitación, conformada por las escalas 4(Dp),
8(Es), y 9(Ma) tenían alta tasa de evolución criminal, pero que algunos autores
como Di Tulio no aceptan como válido.
De lo anterior queremos es conveniente apreciar el tipo de correlación de 4(Dp)
con otras escalas, y si aparece combinada con elevación de las escalas 3, 8 y
sobre todo 9, la delincuencia es más frecuente según el parecer diversos
estudiosos. Precisamente Dahlstrom y Welsh (1960), hallaron también que los
sujetos con perfil alto en 4(Dp) y 9(Ma) revelaban claras conductas psicópatas.
Dentro de esta línea de estudio, Roberto Hare es quizá uno de los autores que
mayor énfasis pone sobre la validez del MMPI, para diferenciar los delincuentes
psicopáticos de los no psicopáticos, y en un trabajo con reclusos empleando

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dicho cuestionario, afirma que se ve perfectamente que las dos escalas que mejor
permiten diferenciar a los delincuentes psicópatas de no psicópatas son la
desviación psicópata (Dp) y la Hypomanía (Ma).
Las correlaciones criminológicos, del 16 P.F. de Cattell, como del MMPI deben
tomarse con cautela, en el sentido de no pretender estar ante test psicométricos
capaces de detectar a los delincuentes, sino más bien ante instrumentos de
diagnóstico psicológico que nos indican que ciertos rasgos de personalidad se
presentan con elevada frecuencia en los grupos de delincuentes psicópatas, pero
que también se manifiestan en personalidades que no son delincuentes.
Otro elemento de juicio que debemos considerar, es que los estudios sobre los
personalidad precisan en que éstos no determinan necesariamente un tipo de
comportamiento ineluctable en el sujeto que posee dichos rasgos, ya que se
deben considerar otras variables, como la situación en que se halla el sujeto.
Esto ha sido desarrollado por lo que se conoce como las Perspectivas
Situacionista, uno de cuyos impulsores es Walter Mischel (1968, 1982). Esta
tendencia dice que probablemente las características conocidas de una situación
provocan constantemente el mismo comportamiento (E.J. Phares, 1984), y que
no sólo es función de los rasgos. Según dicho autor, diversas investigaciones han
demostrado que el desempeño en la medida de los rasgos que sea aceptado por
el contexto, y que tal conducta es modificada por variados cambios ambientales,
y aunque las personas suelen exhibir consistencia en sus cuestionarios y
calificaciones, esos resultados no predicen de manera inequívoca su
comportamiento real y situaciones específicas. Mischel dice también que <<
todos los individuos pueden exhibir consistencia en lo que se refiere su propia
conducta en algunos rasgos, pero en muchos otros la mayoría de los seres
humanos exhiben muy poca consistencia de una situación específica a otra>>.
En suma, la teoría de los rasgos y las técnicas psicológicas para su revisión, en
lo referente al crimen, tienen que ser considerados bajo criterios no tan rígidos,
sino sus correlaciones anotadas y con las limitaciones que aún existen en la
predicción de la conducta humana y en particular del comportamiento delictivo.

2.2 Teoría de Hans Eysenck: El psicólogo inglés Hans Eysenck (N. 1916) de origen
alemán, planteó que existen correlaciones entre personalidad y delincuencia (1964). Su
concepción al respecto la escuadramos como de orden psicobiológica, aunque Yates la
cataloga como teoría general de la socialización. El afirma que en cada persona existen
las dimensiones de introversión- extraversión y la de estabilidad neuroticismo, con
fundamentos biológicos o genéticos, y que conjuntamente con el condicionamiento
determinan la personalidad comportamental. De los experimentos hechos por el autor y
otros científicos, detuvo a la hipótesis de que hay una fuerte predisposición hereditaria
subyacente al comportamiento extravertido o introvertido, así como para la estabilidad-
neuroticismo. Para llegar a tal afirmación consideró los estudios de los gemelos
univitelinos, utilizando una variedad de estímulos en situaciones diversas y otras
investigaciones adicionales.
Las fuentes de la emotividad (estabilidad- neuroticismo) están en el sistema nervioso
autónomo, las que dan lugar a reacciones específicas en cada persona. Las paces de los
fenómenos de excitación e inhibición (introversión-extraversión) tienen relación con las
neuronas del cortéx, tesis derivada de los estudios de Iván Pavlov. Además Eysenck
afirma que especialmente los extravertidos desarrollan rápidamente la inhibición,
muestran asimismo alto grado de inhibición y le elimina lentamente. Por su parte en los
introvertidos en cambio desarrollan la iniciación más despacio y en menor grado y la

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eliminan con mayor rapidez. En cuanto a la excitación, los introvertidos la desarrollan
con mayor rapidez e intensidad, mientras que los extravertidos con más lentitud y
debilidad .Eysenck agrega también que la lesión cerebral incrementa la inhibición total
que afecta al cortéx, y deduce de ello que los niños y adultos con lesión cerebral se
comportan de forma más extrovertida que los normales, lo que también se manifestaría
en los lobotamizados.

Estos fundamentos biológicos, en base a los estudios que he efectuado, sirven a Eysenck
para decir que los extravertidos que acumulan alto potencial de inhibición durante el
proceso de condicionamiento, resultarán más difíciles de socializar y se condicionarán
con menor intensidad que los introvertidos, que en principio acumulan relativamente
poca inhibición. De lo que se desprende también que los introvertidos se condicionarán
mucho mejor que los extravertidos. Sin embargo anota que nada de cuanto hasta ahora
hemos dicho puede inducir a pensar que el entorno no ejerce ninguna influencia como
causa del delito. Ninguno de los autores mencionados hasta ahora suscribiría una
afirmación semejante. La noción misma de delincuencia o de delito sería absurda sin un
contexto de aprendizaje, de experiencia social y, genéricamente, de interacción entre los
hombres. Lo que demuestran las cifras es que la herencia es un fuerte factor de
predisposición en la realización o ejecución del delito. En suma, lo que plantea es que la
personalidad corporamental (PC), la personalidad fenotípica que observamos en la vida
cotidiana, es la resultante del genotipo (herencia) y del entorno ambiente:
Pc= Pg. E
La dimensión excitación- inhibición es de orden fenotípica, que en el proceso de
condicionamiento y frente a determinadas influencias ambientales (e), va a dar el
comportamiento de tipo extravertido o introvertido. Eysenck sugiere que simplemente la
formación reticular ascendente es la sede fisiológica donde radica el soporte de tal
dimensión. Proceso similar se perdía para la emotividad (estabilidad-neuroticismo), que
junto con la anterior, pueden dar lugar a diversas combinaciones.

En base a lo anterior plantea que precisamente los psicópatas y ciertos delincuentes, se


caracterizan por el predominio de las dimensiones extraversión-emotividad
(neuroticismo) extremas, y en los que debido al predominio de la inhibición el proceso
de condicionamiento social es más difícil. Asimismo, entre otras consideraciones afirma
en Eysenck, que los psicópatas y otras personas, de acuerdo con su hipótesis, son
precisamente aquéllas en las que no se ha producido un condicionamiento de las
respuestas sociales. Disponemos de pruebas suficientes para sugerir que las respuestas
autónomas, condicionadas de acuerdo con el sistema ordinario de Pavlov, constituyen la
base de lo que normalmente llamamos conciencia. La conciencia es, efectivamente un
reflejo condicionado.

En otro acápite agrega que en cuanto a factor disuasivo del delito, la reacción autónoma,
la conciencia condicionada del delincuente en potencia, tiene mucho más poderosa que
las fuerzas de la ley y el orden establecidos. De ello afirma que la conciencia es
principalmente, el factor fundamental que nos hace comportarnos de una manera moral
y socialmente aceptable. La delincuencia se explicaría entonces, tomando en cuenta las
siguientes consideraciones lúcidas de todo lo anterior.

a) Es de esperar, que los experimentos de condicionamiento revelen, que los psicópatas


y los extravertidos manifiesten generalmente menos condicionabilidad que los
neuróticos y los normales.

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b) Las personas que cometen delitos y otros actos antisociales serán más extravertidos
que las que se abstienen de realizar esos actos. Según Eysenck, en ese segundo
enunciado existe mayor número de pruebas confirmatorias.

c) Los patrones de conducta relacionados con la introversión-extraversión y con


estabilidad-neuroticismo, tienen unas bases sustancialmente hereditarias.

Según Yates, en la teoría de la socialización son importantes las diferencias individuales


en el que hay que considerar tres factores:

+ Las diferencias de personalidad.


+ La cantidad y clase de entrenamiento.
+ Las diferentes definiciones culturales de lo que constituye el comportamiento
antisocial.

G. Trasler (1962), que también sigue este modelo, a diferencia de Eysenck, ha prestado
mayor atención a las diferencias de clase social en relación al proceso de socialización
en su contacto con influencias delictivas.

2.3 Teorías Psicoanalíticas: Existen realmente diversas versiones explicativas del delito
desarrollados desde la vertiente del psicoanálisis, que décadas atrás era casi la única
difundida dentro del campo criminológico. Por ello Ellis y Gullo, con preocupación
decían que por desgracia, el psicoanálisis se utiliza con frecuencia como sinónimo
absoluto de análisis psicológico o psicoterapia, idea que realmente se fue y a veces
sigue vigente en círculos jurídicos y criminológicos.

2.3.1 La Concepción de Sigmund Freud: Aproximadamente en 1915 Freud publicó


su ensayo El Delincuente por Sentimiento de Culpabilidad, dando origen a lo que se
llamó luego el Psicoanálisis Criminal que ha tenido tantas expresiones e
interpretaciones de índole criminológica. Sin embargo, ya antes en Tótem y Tabú
(1912), había planteado determinadas interpretaciones, desarrolladas luego por T.
Reik, que algunos penalistas acogieron yo una sed como explicación de la pena.

Siguiendo los argumentos de su ensayo de 1915, Freud creía que una forma de
criminalidad se explicaba en base a los fuertes sentimientos de culpabilidad que
sufría la persona, debido a que no había podido superar su complejo Edipo, ya que
decía haber observado sujetos que sufrían un penoso sentimiento de culpabilidad de
origen desconocido, y una vez cometida una falta concreta, sentían mitigada la
presión del mismo, y esto significaba que el sentimiento de culpabilidad existía
antes del delito. También consideraba que había otro grupo de delincuentes, no
condicionados por el sentimiento de culpabilidad, es decir de aquellos que no han
desarrollado inhibiciones morales o creen justificada su conducta contra la sociedad.

En base a esta versión se dedujeron otras tesis analíticas, con variantes explicativas
que llegan muchas veces al absurdo. En la mayoría de ellas juega papel importante
la visión pansexulista y su desarrollo en el individuo, que pasaría por las etapas:
oral, anal, fálica y etapa de latencia, así como el famoso complejo de Edipo, que
según los psicoanalistas se caracteriza por la atracción erótica que siente el menor
por el progenitor del sexo opuesto, y a su vez rechazo u hostilidad hacia el del

13
propio sexo. Otros de los conceptos clave son: la tesis del subconsciente en la
estructura del aparato psíquico integrado por el que Ello o Id, el Yo o Ego, y el
Súper Yo o Súper Ego, con predominio fundamental de los procesos inconscientes.

Frente al argumento freudiano del delito sobre supuestos sentimientos de


culpabilidad, por un complejo de Edipo no superado, consideramos que no
existiendo pruebas científicas de tal complejo, sino más bien argumentos sociales,
culturales e históricos que lo desmientan, tal teoría carece de validez. Sin embargo
es obvio que los psicoanalistas que aún existen, confían en la realidad de tal
complejo. Albert Ellis, un psicólogo que luego de ser psicoanalista abandonó dicha
corriente, plantea conjuntamente con Gullo, a las críticas siguientes a la teoría
freudiana en general.

a) Existen pocas pruebas, como insiste Jons y como explica M. Klein, que los niños
normales estén preocupados por celos, odios e impulsivos agresivos gran parte del
tiempo.
b) No hay razón para creer que los niños demanden invariablemente la atención
exclusiva de sus madres y que por ende, odien a sus padres de manera inevitable. Es
obvio que muchos niños admiran más a sus padres que sus madres, y sienten cierto
resentimiento hacia las madres por qué los alejan del afecto paterno.
c) Cuando hay problemas de amor en los que alientan el hecho de que los niños
resientan a uno o ambos padres, no hay evidencias claramente bien definidas, como
lo indica Freud, ante el conflicto en cuestión se base en fundamentos de tipo sexual.
d) El sistemas del Id, Ego y el Súper Ego es en gran parte ficticio y consiste en un
manejo real y poco científico de las partes de la personalidad, que en realidad no
posee ninguna existencia independiente, no están abrumadas de energía instintiva y
no impulsan al individuo a realizar nada.

2.3.2 Tesis de Franz Alexander y Hugo Staub: Ambos publicaron en 1929 el libro El
Delincuente y sus Jueces desde el punto de vista psicoanalítico. Como se podrá
deducir del título en bajo de dichos planes, la tendencia analítica era el fondo teórico
sobre el que se desarrollaron la explicación del crimen. Sin embargo en la
comprensión del delito fue presentada considerando algunas variantes no señaladas
antes por Freud, aunque si tomando como parámetros básicos los conceptos y
postulados psicoanalíticos, como el impulso o instinto fanático o de muerte, con el
que todo ser humano nace y que persiste toda su vida, y que ha tenido diversos
grado de aceptación por los mismos psicoanalistas.

Alexander y Staub, sobre la base de este impulso tanático, plantearon la tesis del
"innatismo criminal del ser humano"; considerando al respecto que todo hombre es
innatamente criminal, es decir un inadaptado, y que conserva en su plenitud esa
tendencia durante los primeros años de la vida. La adaptación del sujeto en la
sociedad comienza después de la victoria sobre el complejo de Edipo, en su periodo
de latencia que descrito por Freud, que surge entre el cuarto y sexto años de edad y
termina en la obsolescencia. La única diferencia entre el hombre normal y del
delincuente, era que el normal logra dominar parcialmente sus instintos motores
criminales, y los desvía hacia otros fines socialmente inocuos.

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Frente a la criminalidad, y apreciando la variedad de delitos y delincuentes,
plantearon una clasificación de los mismos siguiendo una perspectiva amplia,
considerando dos grandes grupos:
A. Criminales Crónicos: que incluía a su vez cuatro subgrupos especiales:
1. Criminal condicionado orgánicamente, que abarcaba a los deficientes
mentales (imbéciles), enfermos mentales, orgánicos, toxicómanos y
alcohólicos.
2. Criminal neurótico, en el que se incluían a los delincuentes por
sentimientos de culpabilidad y algunos afines, conforme a la explicación
freudiana.
3. Criminal normal con Súper Yo criminal, que abarca a individuos a una
sociedad especial, con una moral propia, que se podría llamar moral
criminal, diferente a la moral dominante. Son criminales no neuróticos.
4. Criminal genuino, que sería un caso límite imaginable de hombre que no
ha recibido ninguna especie de adaptación social, y sería en consecuencia
un ser sin Súper Yo. Sin embargo, los mismos autores de esta tesis dudan
de su existencia real.
B. Criminales Accidentales o Agudos: que incluía dos variedades de delincuentes:

1. Delincuentes por equivocación o negligencia, en los que el Yo al estar concentrado en


una cosa distinta de la situación, es desbordado por la tendencia criminal inconsciente.
2. Delincuente situacional, originado sobre todo por choques afectivos o emocionales que
lesiona el sentimiento de lo justo, y entonces el poder impeditivo del Súper Yo queda
anulado en el hecho concreto.

En resumen, Alexander y Staub, ante la variedad de sucesos criminales y de formas


delictivas, los han adaptado a las tesis analítica, partiendo de la cuestión alta
tendencia criminal innata del hombre, así como de los procesos del Complejo de
Edipo y de la teórica tripartición de la personalidad( Ello, Yo, Súper Yo), motivada
por supuestas fuerzas inconscientes.

2.3.3 Tesis de Mc Night y Colaboradores (1966): Trata de explicar el matricidio


desde la perspectiva psicoanalítica, basada en otra hipótesis que denominaron
"Complejo de Orestes" y la "Crisis Catatímica". Para ello recurren a la leyenda
griega, en la que Orestes hijo de Agamenón y Clitemnestra, luego que su madre
conjuntamente con su amante Egisto asesinara a su padre, enfurecido por tal
homicidio y con la ayuda de su hermano mató a su vez a su madre Clitemnestra y a
Egisto.

En base a tal leyenda, Mc Night y sus colaboradores, creen que los hombres que
matan a sus madres imitan a Orestes y defienden el honor de sus padres
traicionados. Como dicen Ellis y Gullo, francamente nos damos mucha importancia
al complejo de Orestes como causa primordial del matricidio, porque realmente no
tienen ninguna base objetiva sino tan sólo una libre interpretación subjetiva.

2.3.4 Propuesta de M. N. Walsh (1966): Constituye otra variante de explicación


psicoanalítica del homicidio, postulando que el poder creciente de las armas de
aniquilación masiva se relaciona con el deseo de alcanzar un poder que sobre pasa al
del padre, aunados a los sentimientos de culpabilidad edípicos. Ellis y Gullo
cuestionan también esta supuesta tesis analítica y afirman que es mucho más

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probable que cuando los varones de nuestra sociedad desarrollan en pulsos
homicidas por sus deseos de poder, se están esforzando muchas veces en superar
sentimientos de falta de valor y desajustes, y que la interpretación de Walsh es
probablemente una bazofia psicoanalítica descarada.

2.3.5 Planeamiento de David Abrahamsem (1970): También desde una vertiente


psicoanalítica propone en Our Violent Society, una explicación de un crimen
violento del bazo, que se pasarían invariablemente en sus sentimientos inconscientes
de querer demostrar a su madre que no es insignificante, y que puede vengarse de
ella por haber rechazado. Esta variante psicoanalítica considera que:

a) Los que cometen delitos violentos han sido gravemente rechazados por su
madre.
b) Ellos sienten amargamente este rechazo.
c) Esa experiencia es siempre inconsciente.
d) Tratan siempre de demostrar a su madre lo importante que son, y
e) Ellos creen que efectuar actos de violencia o matar a otras personas,
demostrará en forma ostensible su importancia.
En resumen podemos señalar que las tesis psicoanalíticas de la criminalidad y la
conducta antisocial carecen de objetividad científica, y más bien constituyen una
inconsistente explicación psicocrominológica, que no ha contribuido al
desarrollo criminológico desde dicha vertiente. Este punto de vista se basa en
aspectos metodológicos científicos que son señalados por Mario Bunge, quién
califica al psicoanálisis de pseudo ciencia; así como argumentos desde la
vertiente psicológica e incluso de algunos ex-psicoanalistas como Albert Ellis,
quien textualmente afirma que casi todas las teorías psicoanalíticas sobre la
criminalidad plantean exigencias imposibles de credulidad y se enuncian de una
amanera que hace que sean inaceptables casi con toda seguridad. A Baratta,
desde la perspectiva de la criminología crítica, señala que no obstante la
importante función crítica ejercida por las teorías psicoanalíticas de la
criminalidad frente a la ideología de la defensa social, es menester decir que no
han logrado superar los límites fundamentales de la criminología tradicional,
siguiendo la orientación positivista.

2.4 Frustración-Agresión y Delito: La agresión como una forma de comportamiento


humano tiene interés criminológico, y principalmente las condiciones que la generan,
entre ellas la frustración.

2.4.1 Nociones de Frustración: El concepto de este fenómeno si bien es unívoco


entre los diversos autores, existe en todo caso algunas coincidencias, por
ejemplo Whittaker dice que la frustración se refiere a las circunstancias que
determinan en que una necesidad o motivo fracasen en ser satisfechos. El estado
interno de trastorno emocional que acompaña a esos sucesos, es denominado
“presión psicológica”, “tensión” o “ansiedad”. Cofer y Appley afirman que la
frustración implica que no se ha llevado a su manera a su meta a su conclusión
una línea de acción, o que no se ha alcanzado un estado final de algún tipo, o
que no se ha logrado materializar una solución a una consecuencia esperada.
Dentro de esos conceptos se puede considerar que para que ocurra una
frustración se requieren dos precondiciones:

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a) La existencia de un impulso o motivo alertado previamente o no
recompensado, y
b) Alguna forma de interferencia que dificulta el logro del impulso o
motivo. En este caso según señala Arnorld Buss, la frustración puede ser
consecuencia de una serie de operaciones, barreras, fracasos, factores de
distracción, conflicto, omisión de recompensa, ocurrida en alguna
secuencia del comportamiento.
Generalmente la frustración intensa ocasiona un estado de excitación emocional
y cambios corporales fisiológicos que se hallan bajo el control del sistema
nervioso autónomo.

2.4.2 Frustración – Agresión: Los primeros estudios que plantearon una


correlación entre frustración y agresión se efectuaron por Dollard y fue
presentado en el libro Frustration and Agression (1939). La idea central decía
que la agresión era una resultante o función de la frustración sentida por el
sujeto. La frustración era entendida como la situación experimentada por una
persona al producirse un bloqueo o dificultad que impedía el logro u obtención
de uno de sus objetivos. Inicialmente la hipótesis de Dollard fue que toda
frustración provocaba agresión y que toda agresión presuponía siempre la
existencia de una frustración, pero tal afirmación resultaba muy genérica, sobre
todo en los seres humanos.

Para Johnson esta hipótesis de la frustración y agresión tiene mucho de verdad,


pero es muy simple y general, y que su comprensión de la agresión es muy
limitada. Al respecto debemos anotar que las frustraciones pueden generar no
solo violencia física, sino también algunas otras manifestaciones emocionales.
Asimismo hay que aclarar, que no toda agresión es resultante de la frustración,
sino que puede ser efecto del aprendizaje en algunos casos. Redl y Wineman
decían al respecto que el “sociólogo y el antropólogo han demostrado la
capacidad de engendrar odio que poseen la pobreza, la desigualdad y la
desorganización social, las tensiones producidas por el apiñamiento y las
relaciones vecinales”. Además está probado que no siempre una frustración
produce agresión necesariamente.

A. Reacciones o Respuestas ante la frustración: Sobre tales consideraciones


hay que indicar, que si bien inicialmente se planteó la idea que la agresión
siempre resultaba de la frustración, y que la frustración siempre estimulaba
la agresión al generarse críticas severas, sobre todo a la asegunda parte de la
tesis, el grupo de investigadores partidarios de este planteamiento modificó
esa versión de su “teorema de la frustración-agresión” sobre todo Millar
(1941), quien señaló que la frustración provoca diversos tipos de reacción,
una de las cuales puede ser la agresión.
Las reacciones a la frustración son pues muy variadas, considerándose dos
grupos, según el parecer de algunos autores. En el primero denominado
“reacciones orientadas hacia las tareas”, se incluyen:
a) El ataque y la agresión,
b) La huida y la retirada, y
c) Las componendas y las sustituciones.

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En el segundo grupo de reacciones de mecanismos de defensa, se consideras:
a) la racionalización, b) la represión, c) la proyección, d) identificación, entre
otras.
B. Orientación o Dirección de la Agresión: Cuando la frustración produce
agresión, dice Peter Heintz, es preciso distinguir entre 1) las frustraciones cuyas
consecuencias agresivas se dirigen hacia el agente frustrador, y 2) las
frustraciones que provocan una agresividad tan fuerte que las agresiones no
tienen aparentemente ningún objetivo racionas, es decir relacionados con la
frustración, orientándose contra terceros.

Respecto al segundo tipo de reacción agresiva se ha desarrollado la hipótesis del


llamado "chivo expiatorio". Sobre todo cuando el agente frustrador no es una
persona sobre la que se pueda descargar la hostilidad o agresión del sujeto
frustrado, dado su poder u otro aspecto que limita la agresión directa contra él.
En estos casos la agresión se puede dirigir contra un chivo expiatorio, o en otras
palabras contra una persona inocente que no tienen nada que ver con el
fenómeno frustrados. Este el desplazamiento de la agresión se aprecia en el caso
de ataques contra personas indefensas o marginadas, sin que medie motivo
alguno, o también las actividades destructivas que a veces realizan bandas de
jóvenes contra bienes ajenos.

También se consideran situaciones que la agresión se orienta contra sí mismo,


por algunos agentes frustrados. En suma, podemos apreciar que la agresión se
puede dirigir:
a) Contra el agente frustrante,
b) Contra otra persona o algún otro objeto, y
c) Contra sí mismo.
Además según Karl Mackal se pueden distinguir también, entre agresión directa
o física, puede implicar el golpear a una persona, y agresión indirecta o verbal.

2.4.3 Frustración- Agresión y Nivel de Expectativa: L. Berkowitz (1969),


plantea que si bien la frustración se presenta como resultados del bloqueo o la
imposibilidad de llevar a cabo un estado de cosas anticipado y deseado, se
pueden identificar algunas condiciones en que ella se orientaría al agresión,
como las siguientes:

a) si la situación que impide o bloquea el acto no es arbitraria, la frustración


puede no ocurrir, ya que el éxito no era necesariamente esperado.

b) Cuando se espera el éxito y se da un bloqueo arbitrario, ocurrirá la


frustración. En otros términos la esperanza de alcanzar la meta u objetivo es alto,
la frustración será más intensa. Como dice Mischel, la frustración empeora
cuando se ha forjado expectativas y éstas no se alcanzan por que el proceso
queda bloqueado.

En todo caso reiteramos que no se puede hallar una relación directa y necesaria
entre frustración y agresión, sino tan sólo en ciertas circunstancias y también
cuando el fenómeno frustrante se percibe por el sujeto como algo arbitrario o
injusto, y sobre todo ante una alta expectativa de éxito esperada. Asimismo hay
que tener en cuenta la intensidad de la frustración, y que en casos de respuesta

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agresiva, éstas pueden ser también muy disímiles; en todo caso hay que
considerar la presencia o ausencia de inhibidores de las acciones agresivas y
hostiles. Al respecto estudios posteriores de Berkowitz, según señalan Secord y
Backman, indican que estímulos que han llegado a asociarse con la agresión o la
frustración, pueden facilitar la agresión en situaciones frustrantes.

2.4.4 Nivel de Tolerancia a la Frustración y Reacción Agresiva: Otro aspecto


importante de revisar es el nivel de tolerancia a la frustración que ya fue
considerada por Rosenzweig, y que puede ser entendido como el grado y
duración de la tensión que una persona puede soportar, sin sufrir seria
desorganización de la personalidad o alteración emocional. Este nivel de
tolerancia depende de una serie de factores psico-sociales presentes en el
desarrollo del individuo u otros problemas. Esto determina las diferencias de
este nivel de tolerancia entre las personas, e incluso en un mismo sujeto donde
se aprecian variantes en función de las circunstancias y otras condiciones
personales. Especialmente en las conductas agresivas más extremas, como el
homicidio, se han hecho algunos estudios vinculados al nivel de tolerancia a la
frustración. Ellis y Gullo citan el trabajo de los italianos Anconca y Fontanesi
(<< La dinámica della aggresivita>>, en Quaderni…1967), sobre delincuentes
mayormente homicidas, cuyo nivel de tolerancia a la frustración daba lugar a
una reacción más primitiva, de modo abierto y más violento. Otros estudios
como los de J. R. Hurley (1967), aportan argumentos a favor de esta tesis, Lo
mismo las investigaciones de Marvin Wolfgang (1967) en homicidas.
Considerando otros factores concomitantes, Ellis y Gullo, proponen un punto de
vista más integral, al plantear que cierto tipo de homicidios se explicaría en base
a tres factores:
a) En función de la circunstancia frustrante.
b) El contacto repetido del homicida con la persona que se considera frustrante.
c) La predisposición innata o adquirida de sentir la frustración como algo
intolerable, y que no puede soportarse por mucho tiempo.

2.5 Condicionamiento Operante Y Delito: Desde las vertientes de las teorías


conductuales y reflejo condicionadas se han planteado diversas explicaciones
psciocriminológicas del delito y el comportamiento antisocial. En estas teorías lo que
predomina es el criterio de explicar la conducta criminal y desviada, no en base a
procesos inconscientes o impulsos preexistentes, sino más bien acentuando el impacto
de os factores psicosociales que vive el sujeto y que van a condicionar su aprendizaje.
Además la corriente pavloviana o reflejo condicionada, trata también de estudiar aparte
de las variables externas, los procesos internos, sobre todo neurofisiológicos, cuyo
exponente es Iván Pavlov, vertiente conocida como modelo de Condicionamiento
Clásico. En parte de esta línea se halla también la tesis de Hans Eysenck, que ya hemos
visto.

Sobre la base de dichas tesis, sobre todo conductistas, se han desarrollado


diversas variantes neoconductistas, destacando sobre todo el condicionamiento
operante impulsado por B.F. Skinner. Debemos recordar que todas estas
corrientes son conocidas también como teorías del aprendizaje, que dan una
explicación del crimen sobre bases más objetivas, aunque quizá parciales en
algunos aspectos.

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2.5.1 El Condicionamiento Operante: B.F. Skinner (1904-1990), siguiendo el
modelo conductista y tomando como antecedente la <<Ley del efecto >> de
Thorndike, desarrolló un modelo explicativo del comportamiento que denominó
Condicionamiento Operante, teoría que sirve para explicar una gran variedad de
conductas humanas, así como para desarrollar consecuentemente diversas
técnicas para su modificación y modelamiento. El condicionamiento El
condicionamiento clásico maneja el refuerzo antes de la emisión de la conducta
esperada, de tal manera que asociando previamente un estímulo neutro al
refuerzo incondicionado que estimula la emisión de la conducta, de tal manera
que asociando previamente un estímulo neutro al refuerzo incondicionado que
estimula la emisión de esa conducta, se llega a producir tal comportamiento con
la sola presencia del estímulo neutro que se convierte en estímulo condicionado,
llamándose a la respuestas así producida, reflejo o reacción condicionada.

B. F. Skinner, al desarrollar el condicionamiento operante (1938, 1953, 1959),


explica el aprendizaje según otro esquema. En este caso lo que ocurre primero es
la emisión de la conducta, y si seguida de ella se da un evento reforzante para el
sujeto, es probable que dicho comportamiento se repita y se haga estable o
perfeccione, según las contingencias que sigan a la emisión de la conducta. En
base a este modelo se explicarían gran parte de los actos humanos. Antes de ver
al aspecto del modelamiento de la conducta criminal o antisocial, debemos
aclarar otros puntos previos importantes, como la noción de operante, refuerzo y
sus variantes, que son elementos claves que entran en la tesis de este tipo de
condicionamiento:
a) La conducta operante: es toda aquella que opera sobre el medio externo, que
lo cambia o afecta. En otros términos, una operante es una variedad de
respuesta (conducta) que surge espontáneamente en ausencia de cualquier
estimulación con la que pueda ser específicamente relacionada. A su vez el
comportamiento operante está determinado por las consecuencias que le siguen
inmediatamente. Las consecuencias de una conducta operante, que aumentan la
probabilidad que se repita se llaman reforzadores o refuerzos.
b) Condicionamiento operante: según algunos psicólogos se entiende que el
condicionamiento operante es un proceso de ejercer control sobre la conducta de
un organismo, por medio de la presentación del refuerzo, inmediatamente que
haya ocurrido la emisión de la conducta operante que se desea condicionar,
diferenciándose del condicionamiento respondiente llamado también “clásico”,
porque el refuerzo se presenta antes que ocurra el comportamiento.
c) El refuerzo: puede ser algo comestible, una sonrisa, una palabra de elogio,
una palmada amistosa o cualquier otro evento que aumente la probabilidad que
la conducta operante sea emitida nuevamente. Los reforzadores pueden ser
primarios o secundarios. Los primarios son estímulos que poseen propiedades
reforzantes, porque tienen importancia biológica o satisfacen una necesidad
fisiológica, como el agua, alimento, sexo, etc. Los Secundarios o
condicionados, son estímulos que adquieren la propiedad reforzante por
asociación con refuerzos primarios, y son muy numerosos. Los estímulos que
adquieren propiedad de refuerzo secundario, están vinculados con la historia de
la vida de una personal.
Los refuerzos se pueden diferenciar también desde otro punto de vista en
positivos y negativos. Un refuerzo POSITIVO es descrito como una variedad de
estímulo gratificante, que ocasiona satisfacción o agrado y el deseo de repetir la

20
conducta emitida; mientras que el refuerzo NEGATIVO se define como un
estímulo desagradable, cuya supresión o retiro después de la emisión de una
conducta, aumenta o intensifica la repetición de dicho comportamiento.
Según la frecuencia de presentación se distingue entre refuerzo continuo y
refuerzo intermitente. Asimismo, en todo caso un reforzador debe presentarse
inmediatamente después de emitida la conducta operante, en caso contrario no
tendrá efecto reforzante.

2.5.2 Delito y condicionamiento operante: Si bien es cierto que Skinner no


efectuó un estudio de la delincuencia en base al modelo del condicionamiento
operante, sin embargo realizó algunos trabajos experimentales sobre el
comportamiento agresivo en animales, cuya generalización al campo humano,
con las limitaciones respectivas, sirven para explicar en parte la conducta
criminal y antisocial. Ello se puede deducir de otros estudios sobre la agresión
así como de las experiencias sobre el tratamiento de conductas delictivas,
siguiendo el paradigma de la conducta operante y algunas otras variantes. Al
respecto, Emilio Ribes Iñesta dice que existen “casos de condicionamiento
respondiente de la agresión, en que estímulos previamente neutrales han
adquirido la capacidad funcional de evocar el tipo de comportamiento. Pero los
aspectos experimentales más interesantes de la agresión son los que resultan, de
los procedimientos de condicionamiento operante”.

Roger Ulrico plantea también que en términos generales, bajo el modelo


operante se puede explicar la conducta agresiva. Afirma al respecto: “Mi propio
enfoque es el del análisis conductual. Conceptuó la agresión principalmente en
función de los estímulos que controlan su tasa de ocurrencia”, y que las
instituciones sociales refuerzan de muchas maneras la agresión. Pone el
ejemplo, que si una máquina vendedora de dulces no da el dulce luego de
ponerse la moneda, la persona puede ensayar pateando a la máquina, y si por
alguna razón, obtiene así el dulce o la moneda, la próxima vez que una máquina
le “engañe”, probablemente tratará de patearla. Esto también es una muestra de
cómo los seres humanos aprenden a agredir. J.D. Keehn considera que el
“análisis experimental de la agresión ha comenzado a aislar las condiciones
ambientales responsables del establecimiento y manutención tanto de la agresión
especificada por programa como de la inducida por éste, y la larga servirá para
someter estas conductas al control social benigno”

Emilio Ribes, glosando el punto de vista de Harold Cohen, considera que la


conducta delictuosa está determinada por un doble juego de elementos,
ambiental-social.
a) El primero consiste en el reforzamiento intermitente que recibe la conducta
delictuosa, al ser afortunado en la mayoría de casos que se comete un hecho
punible, por lo que la proporción de refuerzos respecto a no refuerzos del
acto criminal es muy alto, lo que explicaría el mantenimiento prolongado de
la conducta antisocial.
b) El segundo se refiere al hecho de que la comunidad establece consecuencias
aversivas demoradas sobre la conducta delictuosa, que no llegan a tener
eficacia y que provocan conductas de evitación por parte del delincuente de
las formas de gratificación social.

21
De ellos se deduce que la génesis directa de la conducta delictuosa se halla
entonces en la incapacidad de la sociedad para procurar contingencias adecuadas
que promuevan el desarrollo de repertorios pertinentes en todos los miembros de
la comunidad.
En base a tales puntos de vista, considera que los Ambientes Prostéticos o
instituciones donde se manejan contingencias positivas para el desarrollo de
conductas socializadas, que si bien pueden implementarse en cárceles y centros
de reeducación, pero si no se hace nada por la ampliación de sus objetivos al
medio natural de los delincuentes, podrían convertir al programa en un simple
proyecto de demostración y no de rehabilitación. Lo importante es también
lograr una generalización a circunstancias distintas. Plantea asimismo que otro
procedimiento para enfrentar el problema delictivo sería de carácter preventivo,
buscando la reestructuración o cambio radical del medio social que genera la
conducta criminal, lo que es difícil por la resistencia al respecto de los
organismos oficiales.

2.6. Teoría Del Aprendizaje Social O Imitación Social: El aprendizaje social o


imitativo, o de modelamiento, ha tratado de ser explicado por diversas concepciones
teóricas. Entre ellas Holt siguió el modelo del condicionamiento clásico y asociativo;
Millar y Dollard consideraron que la imitación se produce cuando se da un refuerzo
positivo. Por su parte Albert Bandura (Bandura y Walter, 1963; Bandura, 1965,
1969,1973), plantea que muchas formas de comportamiento humano y entre ellas la
violenta y agresiva, en sus diferentes manifestaciones, se adquieren por la imitación de
modelos observados o por experiencias ejecutadas directamente.

Según A. Bandura, el aprendizaje social brinda una teoría general que pretende
ser lo bastante amplia como para abarcar las condiciones que regulan todas las
facetas de la agresión, sea individual o colectiva y sancionada personal o
institucionalmente. Afirma que los seres humanos no nacen con repertorios
prefabricados de conducta agresiva; deben aprenderlas de una u otra manera.
Las personas pueden adquirir estilos agresivos de conducta, ya sea por
observación de modelos agresivos o por la experiencia directa del combate.

2.6.1 Aprendizaje de la agresión por observación: Para bandura hay dos formas de
aprendizaje de la agresión , una por observación de modelos , y otra por experiencia
directa . El autor plantea que las conductas mostradas por las personas son aprendidas
muchas veces por observación o imitación, sea deliberada o inadvertidamente, a través
de las influencias del ejemplo. Como anota feldman, el aprendizaje observacional se
relaciona con las respuestas que se adquieren sin reforzamiento directo alguno para el
adquiriente .En cambio, este observa el comportamiento de otra persona denominada
modelo

A. Proceso Del Aprendizaje Observacional: Bandura (1969) formulo la tesis de la


mediación –contiguidad o de la contiguidad mediacional para explicar lo que llamo
también “aprendizaje sin intentos “o “intentos observacionales”, como efecto de los
modelos sobre la conducta del observador. Al respecto esta tesis plantea:

1) Un gradiente de contiguidad, entre la conducta del modelo y la percepción


del sujeto observador, como condición necesaria para el aprendizaje vicario o

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por imitación, aunque no totalmente suficiente.

2) Proceso atencionales .teniendo en cuenta que si bien el grandiente de contiguidad


es una condición necesaria pero no suficiente, Bandura considera importante
para el aprendizaje por observación, otros procesos, y entre ellos la atención de
los rasgos esenciales de la conducta ejecutada por el paradigma .En realidad el
proceso atencional es sustancial en todo tipo de aprendizaje .feldman agrega que
estos procesos de atención requieren de la exposición a un modelo, la selección
de una conducta relacionada u su percepción exacta.

3) Procesos de retención adecuada del comportamiento observado. En este proceso


tiene un papel importante la función de codificación simbólica y la seriación
espacio-temporal de los inputs que llegan al observador.

4) Sistemas de mediación, según Feldman la retención efectiva requiere que el


recuerdo de la conducta modelada sea transformado en símbolos verbales y
visuales. Tales símbolos o sistemas de mediación actúan en intima
Colaboración:

a) El sistema medicional imaginativo, que opera a través de un proceso de


condicionamiento sensorial .Plantea que durante la exposición ante un modelo,
los estímulos originan respuestas perceptivas en el observador, y nuevamente
por contigüidad estas respuestas vienen secuencialmente asociadas y son
integradas a un nivel central, de tal manera que tras sucesivas presentaciones,
un estimulo dado adquiere la capacidad de evocar imágenes. Esta activación
puede darse no solo ante la presencia física de los estímulos, sino ante la
manera evocación imaginativa de uno de ellos.

b) El sistema de mediación verbal .se trata de una mediación lingüística en los


seres humanos, en que la codificación lingüística de los hechos observados
posibilita un mayor poder de generalización de respuestas. Se ha comprobado
que una alta capacidad de codificación verbal, lleva aparejada una mejor
retención y consecuentemente una mayor posibilidad de presentar conductas
imitativas.

5) Procesos motivacionles .que permiten la manifestación de un aprendizaje en


una ejecución efectiva

6) Mecanismo de producción motora: la ejecución de la conducta por el


observador, se halla dirigida por los indicios de la mediación representacional
que ya posee el propio observador.

B. FUENTES DE LA CONDUCTA AGRESIVA: Bandura considero varias fuentes


importantes para el aprendizaje de este comportamiento por imitación .Al respecto
señaló que la sociedad tiene tres funciones fundamentales:

1) Las influencias familiares: Las fuentes mas importantes de la agresión modelada


serian los integrantes de la familia; los estudios sobre todo los jóvenes
antisociales, han mostrado esta alta incidencias .Asimismo este influjo de la
violencia familiar se produce mediante los estilos de comportamiento violento de

23
los adultos sobre los niños .Sin embargo, el modelo familiar no siempre se
expresa en conductas agresivas o violencias explicitas. Es también en el aspecto
da la practica disciplinaria donde los niños adquieren los modelos mas vividos de
sus padres para influir en la conducta de los demás. Los padres que propician los
métodos de denominación agresiva tienen hijos que tienden a valerse de tácticas
agresivas semejantes para controlar la conducta de sus compañeros.

2) Las Influencias Subculturales: Se ha estudiado bastante como el medio


subcultural, en el que se desenvuelve una persona ,influye también la
modelación de su comportamiento .no es nada sorprendente que las tasas mas
elevadas de conducta agresiva se encuentran en medios sociales donde abundan
modelos agresivos y en donde se considera que la agresividad es un atributo
muy valioso.

3) Modelamiento Simbólico: Además del aprendizaje social de la agresión por


observación casual y directa de modelos de la vida real o también transmitidos a
través de palabras e imágenes ,existe una tercera fuente que se denomina por
Bandura Modelamiento Simbólico , que proviene o es proporcionado por los
medios de comunicación de masas ,y entre ellos sobre todo la televisión ,por su
difusión en la mayoría de hogares y por la forma vivida que presentan las
imágenes .Bandura considera que el modelamiento simbólico es mas notable en
la propagación de la agresión colectiva

2.6.2 Aprendizaje Por Experiencia Directa: Bandura plantea que la agresión es


modelada principalmente por el ejemplo ,aunque también puede ser adquirida por una
forma mas rudimentaria ,que se basa en recompensar y castigar las consecuencias de
una ejecución, mediante el refuerzo diferencial .Cita estudios de Patterson, Littman y
Bricker(1961),en la que niños pasivos fueron convertidos en agresivos Menores que al
luchar con otros ,de los cuales eran victimas, si lograban contraataques victoriosos,
cuando los oponentes no eran tan hábiles incrementaron la eficacia de luchar a la
defensiva y luego iniciativa en el ataque .Debemos anotar que el aprendizaje por
experiencia directa ,seria una variante del condicionamiento operan desarrollado por
Skinner. Además bandura enfatiza, sin embargo, que los estilos de agresión son
aprendidos fundamentalmente por la observación o imitación y posteriormente
perfeccionados a través de la práctica reforzada De todo lo señalado es importante
considerar lo que Bandura afirma, y es que en la teoría del aprendizaje social se
distingue entre adquisición de conductas con potenciales destructivas y lesivos y los
factores que determinan si una persona ejecutara o no lo aprendido .Esta distinción es
muy importante por que no todo lo que se prende se realiza .Las personas pueden
adquirir, retener y poseer la capacidad para actuar agresivamente ,pero tal aprendizaje
rara vez se expresaran si la conducta no tiene valor funcional para ellas o si están
sancionadas de manera negativa. Si en lo futuro llegan a presentarse los móviles
adecuados, los individuos podrán en práctica lo que han aprendido.

2.6.3 Instigadores Y Reforzadores De La Agresión: Dentro de esta concepción se


considera también importante el papel de los instigadores y los reforzados de la
conducta agresiva.

A. Instigadores De La Agresión: Si bien la conducta se adquiere sobre la


base de la observación y/o la experiencia directa ,existen además una serie de

24
estímulos o móviles que instigan su activación o canalización efectiva .Al respecto
se consideran los siguientes:

1) Influencia del modelamiento: Este estimulo instigador se da en el hecho de


que existen otras personas que ejecutan esas formas de comportamiento
agresivo .Esta influencia instigadora del modelamiento que activa la conducta
puede darse a través de cuatro procesos: por la función discriminatoria
función desinhibitoria, activación emocional ,e intensificación del estimulo.

2) Tratamiento Aversivo: teniendo en cuenta que diferentes formas de


estimulación aversiva originan efectos conductuales distintos, se ha visto en el
aprendizaje social que la conducta agresiva puede relacionarse con diferentes
clases de antecedentes aversivos:

 Los ataques físicos pueden provocar contraataques, en este caso la


respuesta agresiva puede desalentarse el ataque inicial; también
interviene como reforzante la reducción del color consecuente.
 Amenazas e insultos verbales pueden precipitar reacciones de
violencia , sobre todo las afrentas que humillan y
amenazan la reputación y el status viril.
-Reducciones adversas del nivel de reforzamiento .significa que situaciones
aversivas de la vida pueden provocar que algunas personas emprendan
acciones agresivas.
-Obstaculización de la conducta dirigida a una meta, esto es la frustración

3) Móviles de incentivos: Se considera que el logro o recompensa esperada del


acto a efectuar motiva la conducta agresiva.

4) Control Instruccional: Cuando la conducta agresiva esta indicada por ordenes


de Autoridad.
5) Control ilusorio o simbólico: se tratarían realmente de situaciones
patológicas, en la que el sujeto tiene creencias ilusorias que la empujan a
realizar actos violentos.

B) Reforzadores De La Agresión: (condiciones de mantenimiento). Se


Distinguen varias formas de control del reforzamiento
1) Reforzamiento externo directo: La agresión esta fuertemente influida por
sus por sus consecuencias directas como:
-Recompensas tangibles luego del comportamiento agresivo.
-Recompensas sociales y de status a consecuencias de la conducta
Agresiva
-Mitigación del tratamiento aversivo, que puede lograrse mediante
Acciones agresivas o violentas.
-Expresiones de danos. Supone que la conducta agresiva es reforzada por los
signos de sufrimiento que manifiesta la victima.

2) Reforzamiento vicario: La gente observa constantemente la conducta de los


demás sus correspondientes recompensas y castigos, tales resultados influyen en
el comportamiento del sujeto. Las personas se benefician pues, con los éxitos y
los errores de los demás, lo mismo que con sus propias experiencias.

25
3) Autorreforzamiento: Además de los elementos reforzantes externos, el ser
humano puede regular en alguna medida sus propias conductas por la
consecuencia producida por ellos mismos .La autorrecompensa por la agresión
se da en casos que la persona valore la conducta agresiva en forma especial,
como una fuente de orgullo personal .En consecuencia la ejecución de un
comportamiento agresivo será autorreforzante.

2.7 El Modelo De Aprendizaje Social Según P. Feldman: En los trabajos Desarrollados


por philip feldman, como criminal behavior: a Pychological Análisis (1977),y otro en
obra conjunta (1980),plantea un punto de vista integral para la comprensión o
interpretación del comportamiento criminal ,considerando básicamente tres grandes
variables, las mismas que en una u otra forma habían sido ya desarrolladas por estudios
anteriores .El autor señala que en la explicación o interpretación del delito, el
aprendizaje ,las predisposiciones de base genética y la identificación social tienen todos
un efecto importante ,ellos son complementarios ,no mutuamente excluyentes.

a) Las variables del aprendizaje, en las que ya se consideran los aportes del
condicionamiento clásico, el instrumental u operante, la imitación u observacional
entre otros. Se plantea que se aprende a delinquir como a no delinquir, afirmación que
proviene de las teorías del aprendizaje, en la que es importante social.

b) Una variable genética, tomando en cuenta la predisposición individual, siguiendo


Básicamente la tesis de Eysenck.

c) La reacción social o identificación, que influyen en la calificación de la conducta


Delictuosa, así como en su conservación .Para feldman esta variable señala la
función importante de las reacciones sociales de los que están en posiciones de
poder en los sistemas de vigilancia del cumplimiento de la ley y penitenciaria, para
sostener, y quizá reforzar, la conducta delictuosa desde nuestra perspectiva
constituye una visión bio-psico-social, que preferimos llamar Socio-psico-biología
desde nuestros primeros trabajos de 1966, aunque no creemos hallar en la variable
biología una predisposición sino un factor contribuyente.

3. Psicopatológica Criminología

3.1 Clasificación De Los Trastornos Mentales:

Antes de hacer una presentación de los diversos puntos relacionados con la


sicopatología, creemos importantes recordar sumamente los cuadros psiquiátricos y su
clasificación general, como referencia panorámica, para luego estudiar los trastornos
que tienen mayor relevancia con la criminalidad .Para ello se va a considerar la
clasificación internacional de enfermedades elaborada por la OMS, la novena edición de
1975 que rigió desde el año 1979-como referencia -,pero sobre la todo a la décima
versión vigente desde 1993 .Preferimos el criterio clasificatorio de la OMS ,porque
desde el punto de vista estadístico y con fines comparativos entre los datos de diversos
países ,es mejor emplear una clasificación internacional ,dejando en claro que algunos
tratadistas no siempre siguen este criterio ,en unos casos por tener puntos de vista
singulares y en otros por que adoptan una clasificación nacional como la elaborada por

26
la Asociación Psiquiatra Norteamericana que generalmente prefieren los psiquiatras de
dicho país .
Los trastornos mentales, según la OMS 1975, se clasifican en cuatro grandes grupos de
problemas que fueron los siguientes

+Psicosis Orgánicas (290 a 294)

+Otras psicosis (295 a 299)

+Trastornos neuróticos, de la personalidad y otros trastornos mentales no psicóticos


(300 a 319)

+Retraso mental (317 a 319)

Cada grupo de los trastornos indicados incluyo varias categorías o géneros de alteración
mental, que sumaban 30 categorías en total y que iban precedidos de un código de tres
dígitos (Ej. .las psicosis Orgánicas abarcaban: 290.psicosis orgánica senil; y presenil
291. Psicosis alcohólicas, etc.)

A su vez cada categoría se subclasifico en varios síndromes o trastornos mentales


específicos, codificados con una decimal adicional (ej. dentro de la categoría psicosis
orgánica senil y presenil estaban: 290.0 demencia senil .tipo simple; 290.1 demencia
presenil, etc.), abarcando un numero grande de síndromes

La décima clasificación de los trastornos mentales y conductuales de la OMS. Que rige


desde 1993, ha hecho un desagregado de los diversos GRUPOS de trastornos con
algunas variantes en la nomenclatura, además ha modificado la codificación incluyendo
símbolos alfabéticos y numéricos que van de F00 a F99. En esta última clasificación
podemos apreciar ONCE grandes grupos de trastornos, que son los siguientes:
Trastornos mentales orgánicos, incluidos los sintomáticos (F00 a F09)

 Trastornos mentales orgánicos ,incluidos los sintomáticos

 Trastornos mentales y del comportamiento debido al uso de sustancias


psicotropas

 Esquizofrenia , trastornos esquizotipicos y trastornos de ideas delirantes


(F20 a F29)

 Trastorno del humor (afectivos) (F30 a F39)

 Trastornos neuróticos ,secundarios a situaciones estresantes y somatomorfos

 Trastorno de comportamiento asociados a disfunciones físico-lógicas y a


factores somáticos (F50 a f59)

 Trastornos de la personalidad y del comportamiento del adulto (F60 a F69)


Retraso mental (F70 a F79)

27
 Trastorno del desarrollo psicológico (F80 a F89).

 Trastorno del comportamiento y de las emociones recomienzo habitual en la


infancia y adolescencia (F90 a F98).

 Trastorno mental sin especificación(F99)

Cada uno de los once grupos de trastornos mencionados incluye una variedad de
categorías de alteraciones mentales, cuyos códigos están conformados por la letra F
más dos dígitos

Ejemplo, dentro del primer grupo: trastornos mentales orgánicos incluidos los
sintomáticos, se consideran:
F00 Demencia en la enfermedad alzheimer
F01 Demencia vascular,
F02 Demencia en enfermedades clásicas en otro lugar
F03 Demencia sin especificación
F04 Síndrome amnésico orgánico no incluido por alcohol u otras sustancias psicotropas.

A su vez cada categoría se subdivide en una variedad de síndromes específicos,


codificados con un decimal adicional .ejemplo, en la categoría F00 demencia en la
enfermedad de alzheimer tenemos:

F00 Demencia en la enfermedad de alzheimer de inicio precoz


F0O.1 Demencia en la enfermedad de alzheimer de inicio tardo
F00.2 Demencia en la enfermedad de alzheimer atípica o mixta.
F00.9 Demencia en la enfermedad de alzheimer sin especificación

3.2 Trastornos Mentales Orgánicos Y Delito: El grupo de psicosis orgánicas ,según


OMS 1975 ,es equivalente en parte de los grupos de trastornos mentales orgánicos
,incluidos los sintomáticos (F10 a F 19 ) ,de la clasificación del 93 .En estos ubican
diversos trastornos debidos a daño cerebral o sustancias toxicas u otra enfermedad
somática que afectan la salud mental de la Persona, caracterizados por que producen
deterioro en la orientación, la memoria, la comprensión, el juicio, y el aprendizaje, entre
otros. De todas ellas tienen mayor interés criminológico los trastornos que en la
clasificación anterior se denominaban psicosis debida a Drogas, y que hoy son
trastornos específicos del grupo trastornos mentales y del comportamiento debido al uso
de sustancias psicotropas

3.2.1 Trastornos Mentales: debido al consumo de alcohol (F10): Incluye cuadros


desde intoxicación aguda hasta trastorno psicótico.

Dentro del síndrome intoxicación aguda por alcohol (F10.0), destaca la subespecie
destácala subespecie de Embriaguez Patológica (F10.07), antes considerado
episodio sicótico agudo producido por consumo de cantidades de alcohol
relativamente pequeñas .La persona puede presentar en este estado, reacciones
violentas y agresivas incontroladas, entre otras manifestaciones.
Las psicosis alcohólicas son trastornos orgánico originado por el consumo
crónico de alcohol, aun que también se piensa que pueden intervenir los defectos

28
de nutrición .Esta categoría de psicosis incluye varios síndromes que en la
clasificación de 79 eran las siguientes:

• Delirium Tremens: Psicosis agudo o sub-agudo en alcohólicos, con obnubilación


de conciencia, desorientación, miedo, ideas delirantes, alucinaciones sobre todo
visuales y táctiles, entre otros síntomas.
• Psicosis Alcohólicas de Korsakow: caracterizada por reducción notable y
duradera de la memoria, sobre todo la reciente o la de fijación, así como
presencia de confabulación y desorientación.
• Otra demencia alcohólica: Demencia no alucinatoria, que ocurren asociación con
el alcoholismo.
• Alucinosis Alcohólica: Psicosis generalmente de menos de seis meses de
duración, sin obnubilación o con ligero anublamiento de conciencia, ansiedad
marcada, y sobre todo alucinaciones auditivas, en forma de voces que profieren
insultos y amenazas.
• Celotipia Alcohólica: psicosis paranoide crónica, asociado con el alcoholismo,
caracterizado por ideas delirantes de celos.

De todos cuadros ,sobre todo los casos de deliriun tremenns, la embriaguez


patológica y la celotipia alcohólica ,por los trastornos específicos que los
caracterizan ,pueden inducir en ciertos casos hacia algunas formas de
comportamiento delictivo, en función de las condiciones situacionales del sujeto
psicotico.

3.2.2 Trastornos Mentales Debidos Al Consumo De Drogas: Incluye diversos


procesos, destacando la dependencia, el síndrome de abstinencia y los procesos
psicóticos debidos al consumo de drogas, sobre todo de los opiáceos,
cannabinoides, sedantes o hipnóticos, cocaína, alucinógenos y consumo múltiple
entre otros. Algunos de otros trastornos no son tan severos como los demás
psicosis. Se consideran dentro de esta categoría, los siguientes síndromes.
+Síndrome de dependencia a la droga :en la que la persona se ve impulsado a
consumir la droga ,ya que su no ingesta generalmente le produce un síndrome
de abstinencia psicológica o fisiológica.
+Síndrome de abstinencia de droga: Esta asociada con la suspensión de una
droga usada habitualmente .e incluye cuadros severos hasta trastornos menos
graves.
+Trastornos psicotico inducido por droga: trastorno por debido al consumo
abundante o prolongado de ciertas drogas, sobre todo anfetaminas y el LSD,
generalmente de varios días pero no más de algunos meses de duración.
Básicamente domina un estado de ansiedad e inquietud marcadas, con
alucinaciones auditivas.
En los síndromes reseñados .existe el riesgo de ciertas manifestaciones de
conducta criminal ,según las circunstancias ,sobre todo en el caso de “síndrome de
abstinencia” física ,que ocasiona un estado muy severo de alteración fisiológica y
emocional ,que solo puede superarse con la ingesta de la droga respectiva .Al
carecer de ella ,el estado de desesperación del fármaco dependiente sin recursos
económicos ,puede impulsarlo hacia algunas manifestaciones delictivas o
desviadas para obtener dinero que le permita adquirir la droga.

29
3.3 Esquizofrenia Y Trastornos De Ideas Delirantes: El grupo denominado otras
psicosis, en la clasificación de la OMS 1975b, es equivalente en parte a los grupos
Esquizofrenia .trastornos de ideas delirantes, y a los trastornos del humor de la
clasificación del. En estos casos no se ha logrado precisar una base orgánica clara
en la cosis endógena o funcional.
Existen varias categorías de psicosis no orgánicas en la clasificación actual,
destacando la esquizofrenia.

3.3.1 Esquizofrenia Y Delito: De todos los trastornos mentales es quizá la


esquizofrenia la que en mayor medida tiene correlación directa e indirecta con la
problemática criminología y penal. Esta categoría de trastorno .abarca una variada
gama de síndromes específicos, y que la según la clasificación internacional del 93
son los siguientes:

F20.0 Esquizofrenia paranoide


F20.1 Esquizofrenia habefrenica
F20.2 Esquizofrenia catatónica
F20.3 Esquizofrenia indiferenciada
F20.4 Depresión post-esquizofrenia
F20.5 Esquizofrenia residual
F20.6 Esquizofrenia simple
F20.8 Otras esquizofrenias
F20.9 Esquizofrenia sin especificación

Generalmente la psicosis esquizofrenicas se caracterizan por un desorden


fundamental de la personalidad, una distorsión característica del pensamiento, y
con frecuencia un sentimiento de estar controlado por fuerzas ajenas, ideas
delirantes, alteraciones de la percepción, afectado anormal sin relación con la
situación real y también autismo.
En las etapas iniciales puede no ser notado por los familiares o puede no aceptarse
que el paciente se halla “loco”, y a veces se piensa que los síntomas que
manifiesta se deben a un modo de ser irrespetuoso o abandono cuando decaen en
el rendimiento escolar o sus obligaciones laborales, sin percatarse del grave
trastorno mental que lo aqueja y si es adolescente pretenden a veces corregirlo
mediante el castigo físico y con ello no hacen sino agravar su estado. En estas
circunstancias un esquizofrénico puede atentar contra sus familiares u otra
persona, llegando en algunos casos hasta a producir la muerte de los que considera
que lo persiguen o lo quieren hacer daño, debido a sus ideas delirantes o
alteraciones de la percepción.

Exner (24hace algunas décadas atrás decía que existen psicóticos que durante su
trastorno mental cometen delitos y que se denominan “enfermos mentales
delincuentes”, mientras que otros condenados por algún delito , enferman
mentalmente durante su encarcelamiento , y se les llama “delincuentes enfermos
mentales”.
Distinción similar también planteaba Di Tulio en su clasificación de los
delincuentes , quien refiriéndose a los psicóticos esquizofrénicos que cometen
delitos señalaba que las observaciones de diversos estudios ,distinguen acciones
criminales por sujeto que todavía no presentan ningún síntoma claro de

30
esquizofrenia , y que el delito y sobre todo el homicidio constituye muchas veces
el primer síntoma de su psicosis.

Algunos psiquiatras mencionados por Di Tulio, que estudiaron delincuentes


psicóticos afirman que en el estado prodrómico de la esquizofrenia son frecuentes,
además de los delitos contra la vida y la persona, los delitos sexuales. el autor
mencionado agrega que es importante , sobre todo en el aspecto forense , en este
tipo de experiencia esquizofrénica ,tener presente ante todo , que el elemento
patológico determinante esta representado por el “impulso imperativo” , mientras
que la acción (esto es , la preparación y ejecución del delito ) puede desenvolverse
según un esquema “lógica”, siguiendo modalidades análogas a la e los delitos
corrientes lo que a veces confunde al magistrado quien puede creer que el sujeto
tenia la plena capacidad de entender y de querer en el momento del delito .

A.Hesnard (37) decía también que la esquizofrenia es considerada “como


suministradora de actos antisociales diversos” como acciones agresivas brutales e
inmotativadas, bien en los periodos iniciales como en el proceso de agitación
aguda, que puede orientarse contra los seres mas queridos, con cierta efectividad
de su odio agresivo contra un miembro de su familia o un desconocido. Se
observa así casos de esquizofrénicos que intentan agredir a sus progenitores, o si
tienen hijos menores pueden llegar a eliminarlos para “evitarles males mayores o
sufrimientos”, según su pensamiento distorsionado.

Otros estudios sobre homicidio han hallado correlaciones con el trastorno


psicotico esquizofrénico. Entre ellos E.V. YANOUSKAYA (1966) luego de
estudiar a más de sesenta esquizofrénicos paranoides homicidas, señalo que el
acto criminal lo había realizado no solo por que fueran psicóticos, sino que la
mayoría de ellos había cometido el acto homicida en el curso de una “experiencia
delirante”. Años antes, los autores Tutear y Glotzer (1959), al estudiar a cinco
madres filicidas, llegaron a la conclusión que el hecho de sangre lo habían
realizado encontrándose en un estado particular de excitación. Casos similares de
madres con esta psicosis que quitaron la vida a sus menores hijos se han dado en
nuestro país.

De los diversos tipos de esquizofrenia, quizás los más peligrosos son la paranoide
y la catatónica, sin que signifique que estos psicóticos están predeterminados a
cometer actos criminales. Ellis y Gullo (23), señalan por su parte que en u estudio
sobre características psicológicas de asesinos famosos del ultimo siglo, llegaron
ala conclusión que la mayoría de ellos eran total o parcialmente psicóticos; y
según Freedman et al. Resulta “extremadamente difícil prevenir la mayoría de
homicidios por esquizofrénicos puesto que habitualmente no existe ningún aviso
claro. El paciente puede parecer relajado, incluso apático, antes de matar a
alguien”.

En resumen, debemos reiterar que cuando hallamos relación entre delito y


esquizofrenia, no pretendemos deducir de ello que todo esquizofrénico cometerá
un acto criminal, sino mas bien que un trastorno mental grave como tal psicosis,
puede en cierto numero de casos desembocar en hechos violentos o
comportamiento criminal, aunque desde el punto de vista legal se considere que
tales actos son producto de un estado de inimputabilidad y consecuentemente no

31
pasible de sanción penal. De todos modos, un hecho cometido por causas
patológico –mentales, desde el punto de vista criminológico es importante, sobre
todo con propósitos preventivos.

3.3.2. Trastornos de ideas delirantes persistentes: estos trastornos abarcan


prácticamente la totalidad de síndromes de la categoría estados paranoides del 79,
estos es a la paranoia, parafrenia, estado paranoide, excepto la “psicosis inducida”
que pasa a ser una categoría aparte.

Los trastornos de ideas persistentes de la clasificación del 93 incluyen a los


siguientes síndromes:

F22.0 trastorno de ideas delirantes

F22.8 otros trastornos de ideas delirantes persistentes

F22.9 trastorno delirante sin especificación

La A.P.A. señala que los estados paranoides son trastornos psicóticos en los cuales
la anomalía esencial, es un delirio generalmente de persecución o de grandeza. De
delirio se derivan trastornos del estado de ánimo .la conducta y el pensamiento.
También pueden darse temas de litigio, celos, o de parte de su cuerpo esta
deformado o que los demás piensen que despide mal olor. Generalmente no
presentan otra psicopatológica y se inicia hacia la edad media o avanzada de la
vida. El trastorno, en estos casos, centrado sobre todo en el delirio persecutorio,
lleva al sujeto a reaccionar a veces con violencia homicida. El ya citado Hesnard
afirma que las diversas variedades de paranoia pueden dar lugar a actos
criminales.

3.4 Trastornos Del Humor Psicotico: La llamada psicosis afectiva es un tipo de


trastorno mental que incluye diversos síndromes específicos de psicosis, según la
clasificación internacional de 1975. Sin embargo en la versión del 93 dentro del
grupo trastornos del humor (afectivos), que similar en parte a la clasificación
anterior, se concentran todas las alteraciones afectivas, no solo las de carácter
psicotico sino también otras diversa, cuyas categorías más importantes son:

F30 episodio maniaco.


F31 trastorno bipolar.
F32 episodio depresivos.
F33 trastornos depresivo recurrente.
F34 trastornos de humor (afectivos).
F35 otros trastornos del humor (afectivos).
F36 trastorno de humor (afectivo) sin especificación.

Los casos de psicosis afectivas se caracterizan por un alteración grave del ánimo,
compuesto bien por depresión o por alborozo y excitación que puede acompañarse
por algunos de los siguientes síntomas y signos: ideas delirantes, perplejidad,
trastornos de percepción y del comportamiento .en estos casos depresivos hay una
fuerte tendencia al suicidio.

32
3.4.1. Episodio Maniaco Psicotico Y Delito: En los casos de manía con síntomas
psicóticos, se presentan como síntomas un estado de alborozo o excitación
desproporcionado con las circunstancias que vive el paciente, y que desde un estado
hipomaniaco puede llegar hasta una excitación violenta casi incontrolable. En estos
casos son frecuentes la agresión, la ira y el espíritu querellante, sobre todo cuando
no se complace al sujeto o se impide sus desmanes, pudiendo cometer algún acto
criminal. Di Tulio afirma que el tipo maniaco o la fase maniaca en la circular, es de
mayor importancia criminológica, por que es mas propenso a la actividad antisocial,
pero sobre todos en estados hipomaniacos en los que con una conciencia
aparentemente lucida y animo exaltado pueden parecer sujetos hiperactivos
normales, llevándolos a cometer delitos contra la propiedad, delitos sexuales
(violaciones, exhibicionismo) delito contra la propiedad y contra las personas
(agresiones, homicidios).
Es sobre todo en casos de hipomanía o “manía subaguda” mas aun si se hallan
complicados con delirios de persecución que pueden manifestarse reacciones de
peligrosa maldad, agresiones físicas y actos obscenos. La expresión mas grave de la
manía tiene menor incidencia criminológica, por que la claridad del cuadro
psicotico, generalmente conduce al internamiento del paciente, aunque no se
descarta que no tenga ninguna influencia en la conducta desviada.

3.4.2. Episodios Depresivos Psicóticos y Delito: En este grupo el caso del episodio
depresivo grave con síntomas psicóticos por el estado de depresión intenso del
melancólico, este expresa menos conducta violenta. Sin embargo en las variantes de
depresión delirante (ideas de culpa, infidelidad, ruina) que llevan al sujeto a
considerar insoportable su existencia y muchas beses los de sus seres queridos mas
cercanos pueden conducirlo a formas de homicidio por piedad, generalmente
seguida de suicidio.
Hesnard nos dice que es un crimen muy particular, inspirado por el deseo bien
intencionado de evitar a un ser querido la angustia y los sufrimientos
experimentados por el propio sujeto. El enfermo en cierto sentido suicida a su hijo o
a otro ser amado, por un altruismo irreal y fantástico, que algunos psiquiatras llama
suicidio directo .Son relativamente frecuentes los casos de sangre cometidos por
depresivos psicóticos en nuestro medio.

3.5 Trastornos Neuróticos Y Delito: Se trata de analizar en este caso, el grado de


relación entre algunos síndromes neuróticos y algunas formas de criminalidad. Al
respecto conforme la clasificación de 1993 se han reordenado los anteriores síndromes
neuróticos incluyéndose las reacciones al estrés y la datación, y delimitando síndromes
más específicos.
Este grupo incluye las siguientes categorías:

F40 Trastornos de ansiedad fóbica (antes llamada neurosis fóbica)


F41 Otros trastornos de ansiedad (antes neurosis de ansiedad)
F42 Trastorno obsesivo- compulsivo
F43 Reacciones a estrés grave y trastornos de adaptación (antes incluida en otro
grupo).
F44 Trastornos disociativos (de conversión).

33
F45 Trastornos somatomorfos (incluye la anterior neurosis hipocondríaca mas
otras alteraciones que formaban grupos autónomos).
F46 Otros trastornos neuróticos (abarca a las anteriores neurosis neurasténica),
neurosis de personalización y las no especificadas).

Según la OMS, la neurosis es un trastorno sin base orgánica demostrable en la que el


paciente tiene una introspección considerable y una apreciación de la realidad no
alterada ya que, en general, no confunde su experiencia subjetivas mórbidas y fantasías
con la realidad externa .La manifestaciones principales son:
Ansiedad excesiva, síntomas histéricos, síntomas obsesivo compulsivo y depresivos .Al
respecto diversos especialistas consideran que algunas formas de neurosis como las de
ansiedad, depresivas, fóbicas e hipocondríacas, no tienes incidencia especial en la
conducta criminal y que las variantes histérica y obsesivo compulsivas, tienen
probablemente mayor significación criminológica.

Sobre este particular D.J.WEST. Afirma que entre los neuróticos probablemente es mas
propenso a la delincuencia el tipo identificado por Alexander como neurótico actuante
persona cargada de tensiones y conflictos que alivian por medio de la acción Bazzy y
Fontanesa 1962 hablan de un grupo de neuróticos que llaman “conflictuales”, una de
cuyas variantes puede caracterizarse en caer en conductas anormales o de carácter
antisocial. Consideran estos autores italianos, que dentro de la perspectiva
criminológica, se da la variante de “neurosis conflictual tipo actino-out” (de paso al
acto), que puede propender a un comportamiento antisocial, como una función de
descarga o alivio de situaciones de tensión insoportable. Di Tulio dice al respecto “que
muchos autores señalan la frecuencia con que sentimientos particulares, que se
encuentran generalmente descritos en las neurosis conflictuales, son causas de
conductas antisociales y criminosas. Baste recordar a este propósito, los conocidos
sentimientos de injusticia, de inferioridad de frustración y de culpabilidad”

Retomando la clasificación de las diversas formas de neurosis indicadas por la OMS,


podemos deducir que las formas disociativas sobre todo y en alguna medida las
obsesivo compulsivas, tienen mayor importancia criminógena, y se podrían adecuar al
grupo “conflictual actino out” señalados por Alexander y también por bazzy y fontanesi
dentro de los histéricos se manifiesta , según el criterio de Di Tulio determinadas por
delictivas, como las simulación de violencia sexual y de agresión la instigación a
delinquir las estafas , calumnias, delitos de falsos testimonios entre los mas frecuentes.
De lo anterior deducimos que el papel criminógeno de algunos trastornos neuróticos es
muy significativo además que el problema explicativo del crimen y la conducta
antisocial, no siempre puede comprenderse en base a una sola variable, ya que el
trasfondo existe otros elementos que puede facilitar o limitar reacciones antisociales
sujetos con trastornos emocionales de tipo neurótico.

3.6. Trastornos De Personalidad Y Delito (Psicopatías): Según la OMS 1975 este


trastorno incluye a los patrones de conducta profundamente arraigados que casi siempre
se reconocen en la etapa de la adolescencia o antes y continúan de durante la mayor
parte de la vida adula, aun con frecuencia se vuelven menos obvios en la edad media en
la vejez. La personalidad es normal ya sea en el equilibro de sus componentes su calidad
o expresión o en el aspecto total. A causa de esta desviación o psicopatía el paciente
sufre o hace sufrir a otros y hay un efecto adverso sobre el individuo a la sociedad.

34
3.6.1 Antecedentes De Los Trastornos De Personalidad: La denominación de estos
trastornos no han sido informe habiendo predominado antes el termino genérico
de psicopatía, que todavía unos usan precisamente la variedad y la confusión de
nombres al tratar este problema dio lugar para que algunos psiquiatras negaran su
existencia, pero en realidad cualquiera sea la denominación o termino empleado,
estos trastornos de personalidad no se pueden desconocer.

La mayoría de autores concuerdan en señalar que fuera el psiquiatra alemán


J.L.KOCH. el primero en emplear el nombre de inferioridades de trastornos así
mismo EMIL KRAEPELIN, en la quinta edición de su manual de psiquiatra 1896
incluye en grupo de los estados psicopáticos posteriormente diversos psiquiatras
tuvieron el mismo problemas y entre ellos ADOLFO MEYER clarifico mas este
cuadro dominándolo inferioridad “psicopático constitucional” 1905 incluyendo a
los neuróticos de esta categoría.

Kart Schneider publico el libro las personalidades psicópatas en 1923 que alcanzó
muchas influencias y que a lo largo de más de cuatro décadas posteriores tubo
tubo sucesivas ediciones y traducciones asumiendo dicho autor una tendencia
constitucionalista en la explicación de los diez tipos de psicópatas que descubría
en su obra dicha idea y otras a fines tuvieron aun que en la primera mitad del siglo
XX, y en parte aun es sostenida todavía por algunas, pero tal enfoque fue en
contrapuesto por una perspectiva ambientalista , inicialmente por el psiquiatra
ingles David Henderson en su obra “Psychopathic status 1939 seguido por otros
estudiosos como el norteamericano H.cleckley con su obra mask of sanity 1941.
Posteriormente han sido importantes los trabajos de M. Craft 1966): Psychopathic
disorders and their assessment”en Inglaterra, y sobre todo la investigaciones de
R.D.Hare (1965, 1966, 1968, 1970).
Debemos anotar que el término PSICOPATIA, también fue usado con un doble
acepción: en un caso, sobre todo por la psiquiatría anglosajona, sólo como
equivalente al trastorno denominado “psicópata desalmado” por
schneider ,”anetico” por H.Delgado “crueles” por Catalano y Cerquetelli ,y que
hoy es llamado “trastorno disocial” de la personalidad por las OMS-93 ; y en otras
cosas, como termino genérico similar a la denominación vigente de trastornos de
personalidad abarcando una personalidad de “psicópata” actualmente mas o menos
desde los años 50 se usa el nombre de trastornos de personalidad por la primera
DSM norteamericana de 1952 la segunda de 1968 la tercera de 1980 y la cuarta de
los 90 y también por la CEI a cargo de la organización mundial de la salud
desplazando al termino de psicopatía aun que algunos autores aún están utilizando
la antigua nomenclatura , e incluso se sostienen puntos de vista inexactos y
confusos al afirmarse que existe diferencias entre psicópatas y sociopatía obviando
o desconociendo el hecho de que la denominación genérica actual es de trastornos
de personalidad.

3.6.2 Tipo De Trastornos De Personalidad: otro aspecto controvertido es el


relativo a la variedad de personalidades anormales existentes. Kart Schneider
desde 1923 estudio diez variantes tipos “psicopáticos” que fueron los siguientes:

1) Psicópata hipertímico
2) Psicópata depresivo
3) Psicópata inseguro

35
4) Psicópata fanático
5) Psicópata necesitado de estimación
6) Psicópata lábiles de ánimo
7) Psicópata abúlico
8) Psicópata asténico
9) Psicópata explosivo
10) Psicópata desalmado

De algún modo el psiquiatra peruano Honorio Delgado que siguió la clasificación de


schneider acepto el mismo numero de personalidades psicópatas con algunas
variaciones en la nomenclatura los italianos catalano y Cerquetelli, también adoptaron
básicamente la clasificación de schneider agregando un tipo mas y unos cambios en la
denominación considerando a los siguientes: Hipertímicos, depresivos, lábiles de
humor, anancástico inseguro, asténicos, hinstriónicos , fanáticos , volubles,
extravagantes, hipoevolutivos y “crueles”.

En la última clasificación internacional de enfermedades, la CIE – 10 de la


Organización mundial de la salud, que habla de trastornos específicos de la personalidad
vigente desde el año de 1993, y abarca los siguientes tipos:

F60.0 Trastornos paranoide de la personalidad


F60.1 Trastorno esquizoide de la personalidad
F60.2 Trastorno disocial de la personalidad
F60.3 Trastorno de la inestabilidad de la estabilidad de la personalidad
.30 Tipo impulsivo
.31 Tipo limite
F60.4 Trastorno histórico de la personalidad
F60.5 Trastorno anancástico de la personalidad
F60.6 Trastorno ansioso (con conducta de evitación) de la personalidad
F60.7 Trastorno dependiente de personalidad
F60.8 Otros trastornos específicos de la personalidad
F60.9 Trastorno de la personalidad sin especificación

La clasificación psiquiatrita norteamericana, ultima revisión DSM IV 1995,


(Incluye dentro de los trastornos de personalidad once variedades que son los
siguientes: paranoide, esquizoide, histriónico, narcisista, limítrofe, antisocial, obsesivo
compulsivo dependiente evasivo, y no especificado.

En términos generales, con algunas diferencias en el nombre y el numero de estas


anomalías, la mayoría de autores describen casi lo mismo trastornos de personalidad
aun que los tipos Hipertímicos depresivos o ciclotímicos que se consideraban en la
primera mitad del siglo XX en las ultimas clasificaciones ya no son incluidos, pasando a
formar parte de otro grupo de trastornos.

A. Trastornos Disocial de la Personalidad: Debemos recordar que los


antecedentes históricos, del encuadre diagnostico de este trastorno especifico, hoy
denominado personalidad antisocial o disocial se recomendaría asta 1656 cuando
Tomas Abercromby hablo en su “tratado sobre el espíritu” de una “insania o

36
manía moral” en la cual todo los sentimientos rectos estaban abolidos, mientras la
inteligencia se mantiene sin desordenes según refiere C.Bernardo de Quiroz.
varios siglos después, Felipe Pinel (1745-1826) medico alienista francés describió
un caso que no encuadraba en los grupos psiquiátricos de ese entonces,
denominándolo “manía sin delirio” (1806). unas décadas después en 1835 J.C.
Prichard(1786-1848)en Inglaterra hablo de la “moral insanity” o locura moral en
su A Treatise on insanity and other disorders affecting the mind, caracterizado por
una mórbida perversión de los efectos de la disposición moral y os impulsos, es
después de la aparición de la tesis de LOMBROSO sobre el delincuente nato 1876
, una de cuyas características era el de la “locura moral” que este concepto se
difunde en Francia Ernesto Dupre en 1912,presento la tesis de la perversidad
instintiva constitucional que influyo en la psiquiatría francesa que acogió dicho
nombre , considerando también al lado de la perversidad constitucional , una
“perversidad adquirida” por causas infecciosas o traumáticas . Esta personalidad
anormal hoy denominada por la OMS – 1993 “trastorno disocial de la
personalidad y por la DMS norteamericana “personalidad antisocial “constituye
pues el “loco moral” del siglo XIX el mismo que también fue conocido con otros
términos como “anestesia moral”(scholz) “estupidez moral”(Báez);imbecilidad e
idiocidad moral (bleuler); acromatoccia moral (liepmann);complejo sintomático
anetico (Albrecht) “Psicópata desalmado”(Scheneider) “Psicópata cruel” Catalano
y Cerquetelli entre otras denominaciones los autores se denominaron diversos tipis
de psicópatas , han dado definiciones generales que incluyen a todas sus variantes
o tipos. Por ejemplo scheneider decía que los psicópatas son aquellas
personalidades que sufren por su personalidad, o hacen sufrir bajo ella a la
sociedad. De entre ellos el psicópata acnetico o desalmado, hoy llamado
personalidad antisocial, se incluía dentro de la variedad de los que hacen sufrir a la
sociedad por su anormalidad. Franz Exer que hablaba de “psicópatas insensibles”
decían que estos se distinguen por una “estupidez apática” frente a los demás seres
humanos, pero a menudo también frente a ellos mismos. Les falta tanto el
sentimiento del valor ajeno (amor, compasión, honor), como también el
sentimiento del propio valor (orgullo, pudor, conciencia) y carece de energía para
reprimir los instintos, los que los lleva a la brutalidad, crueldad fría e impulsiva.
Conceptos similares se han dado por K. Schneider, H.Delgado y P.H.Berkowitz.
Noyes y Kolber decía también, siguiendo en este caso la sección restringida del
antiguo nombre de psicópata, que “la mayoría de los pacientes que en la
actualidad se clasifican como personalidad antisocial, recibían el nombre de
“estado psicopático constitucional” o personalidad psicopática Muchos psicópatas
aun que no son intelectualmente deficientes, lo parecen desde el punto de vista
emocional. sus sentimientos carecen, por tanto, de sutilidad y delicadeza. El
psicópata típico no siente cariño hacia nadie, es egoísta desagradecido, narcisista,
y exhibicionista” los MC Cord 1964, por su parte cuando hablan de este trastorno
de personalidad, señalan que “bajo no importa cual termino:”manía sin delirio”;
“carácter sin afecto”; “anetopata”; “criminal nato”; “sociopata”, el psicópata a
echo conocer su existencia de 150 años. Esta personalidad anormal, cuya
nomenclatura a sufrido mucha variantes tiene especial correlación con la conducta
delictiva y antisocial y presenta una variedad de conflictos de sus relaciones
sociales actuando con frecuencia en contra posición a la moral y a las normas
culturales aun que el pueda distinguir que su conducta no se ajusta al derecho y a
las normas imperantes. En suma tiene implicancias de interés criminológico
particular por que presenta alteraciones en la esfera moral, afectiva y otros

37
aspectos comentados, por lo que se haya en alto riesgo de verse ligado con
diversas actividades criminales y desviadas en general. Para tener una descripción
mas detallada de las características de este trastorno de la personalidad antisocial o
disocial , también antes dominado sociopata o psicópata , podemos adoptar los
criterios de los mas MC Corp. quienes señalan los siguientes rasgos
predominantes:

1. Es asocial: El comportamiento extraño de esta


personalidad antisocial llega a ser antagónico ante la sociedad .en las
diversas culturas puede hallarse este trastorno aun que varia lo que haga
o lo que la sociedad lo condene, pero el llamado rebelde sin causa, la
personalidad que no se inmuta ni siente culpa por romper las costumbres
establecidas, pueden encantarse en diversas sociedades. Pero no todo
inadaptado es una personalidad antisocial, ya que este tiene una
estructura caracterológicamente.
2. Es llevado por deseo incontrolados, no es capaz de posponerlos en
función de las necesidades o derechos de los demás, buscando solo su
propia satisfacción.
3. Es altamente impulsivo: su existencia esta lleno de deseos
fugaces, de acuerdo a sus intereses e impulsos del momento, sin tener en
cuenta las restricciones sociales ni las consecuencias.
4. Es agresivo. su comportamiento agresivo es muchas veces brutal, y las
frustraciones pueden hacerlo reaccionar con furia no teniendo capacidad
para reprimir o sublimar estos deseos violentos.
5. Tiene escasos sentimientos de culpabilidad : frente a
cualquier acto censurable o ante la violación de las normas morales de la
sociedad , no manifiesta remordimiento o sentimiento de culpabilidad
.difícilmente llega a tener autocensura de sus actos negativos , puede
hablar de moralidad pero en realidad no sentir nada en su interior .
6. Tiene una desviada capacidad de amor: el sujeto con
trastornos de personalidad antisocial es insensible, frió, y carece de
compasión muchas veces los demás solo son medios para satisfacer su
propio placer. Maslow “citado por los MC coord. dice que ellos carece
de identificaciones amorosas con otros seres humanos, y que pueden
herirlos o aun matarlos casualmente sin odio ni placer de la misma
manera que matarían a los animales dañinos.

Sobre todo los escasos sentimientos de culpabilidad y la ausencia de afecto o


insensibilidad, así como una baja tolerancia a la frustración, constituye los
rasgos mas característicos de este trastorno de la personalidad, que a diferencian
de los demás seres humanos. Dichos rasgos facilitan muchas veces una conducta
criminal y violenta .Ya en 1918 Bernard Glueck, al estudiar convictos en la
prisión de sing., hallo que el 18.9% eran psicópatas .Su análisis por ello , tiene
alto interés criminológico , especialmente por el echo de que un numero
importante de los reincidentes múltiples , delincuentes profesionales o habituales
, presentan una personalidad psicopatica según el parecer de Di Tulio por su
parte de MC Cord se inclina para indicar que un 10% de los delincuentes son
psicópatas , añadiendo que esta personalidad “comete dos veces mas crímenes
que el criminal promedio” sin embargo otros autores señalan promedios mayores
. Se debe aclarar al respecto que no siempre una personalidad antisocial no

38
siempre reincidirá en el delito ya que existen muchos de ellos dedicados a
diversas cantidades no criminales que tienen mayor afinidad que sus
características peculiares. Roberth Lindner1944 decía por ello, que el psicópata
no solo es criminal sino que también es potencialmente el futuro jefe de tropas
de asalto. Además se ha demostrado que no parecen tener fallas en la
adquisición de habilidades ordinarias, pero se parecen estar menos afectados por
la amenaza de castigo (hare), particularmente cuando este va a ocurrir de todas
maneras en alguna ocasión futura.
Las explicaciones de los factores que condicionan a la “personalidad antisocial”,
han sido muy diversas, desde los criterios hereditarios, que consideramos ya
superado, hasta las explicaciones neurológicas y los factores ambientalistas.
Nosotros creemos que ninguna de estas explicaciones unilaterales de una
respuesta cabal al problema de la cusa de este trastorno. Por ejemplo, algunos
autores que hablaban de esta anormalidad como algo constitucional, afirmaba
que la explicación ambientalista se referían a casos de pseudos psicopatía.
En realidad creemos en la explicación tiene que ser biosocial constitucional y
ambiental – emocional entendiendo por constitucional a aquella estructura
biológica singular, especialmente el tipo de sistema nervioso que es básico para
el desarrollo afectivo e intelectual, además del medio ambiental social-
emocional, para acondicionar el comportamiento característico de una
personalidad anormal.

B. Otros trastorno de personalidad y delito: Si bien el trastorno de


personalidad antisocial o disocial es el que mayor incidencia criminal tiene,
no se puede dejar de señalar algunos otros tipos de trastornos que le siguen
en importancia a este fenómeno, tales como la personalidad explosiva, el
trastorno de personalidad paranoide y también el histriónico o personalidad
histérica.

1. El trastorno de personalidad impulsiva o exclusiva: se caracteriza por


presentar reacciones violentas o agresivas ante situaciones de estrés o
conflictos poco importantes; manifestaciones explosivas que no guardan
relaciones por su intensidad con el echo o situación que la desencadena, no
bastante tratarse, en muchos casos, de una persona bien adaptada y afable
en general. otros lo han denominado personalidad epilectoide y dado sus
trastornos típicos, pueden tener una incidencia importante en actos de
violencia física, tales como lesiones. daños, o hasta homicidios.

2. El trastorno de personalidad paranoide: conocido en las primeras décadas


del siglo XXcomo”psicopata fanático” se caracteriza por una excesiva
sensibilidad ante las dificultades o ciertas situaciones como las
humillaciones o desaires así como tendencia a distorsionar la experiencia
por la elaboración errónea de las acciones de otros , que siendo neutras o
amigables se interpretan como hostiles y desdeñosas . suelen albergar
rencores y no olvidan los agravios y depresión de lo que creen haber sido
objeto, reaccionando con ira ante los supuestos ultrajes. pueden tener celos
patológicos, pueden ser agresivos e insistentes. esta característica de
personalidad puede inducirlos a ciertos actos que pueden ser delictivos.

39
3. Trastorno histriónico de la personalidad o personalidad
histérica :fue denominado por KURT schneider “psicópata necesitado de
estimación” es una persona afectiva e inestable , con lesiva ansia de
apreciación y atención , así como manifestaciones de teatralidad .esta
personalidad no esta cómoda o se siente despreciado cuando no es el
centro de atención .en algunos casos se puede llegar a la pseudología , que
linde con ciertos actos delictivos de fraude o engaño , o asta falsas
imputaciones
De abuso sexual en mujeres histriónicas o pseudologías.

3.7 Disfunciones, trastornos sexuales y delitos: Los diversos trastornos y defunciones


del comportamiento sexual, si bien tienen una concomitancia fisiológica no dejan de ser
condicionados también por diversos procesos psicosociales, sobre todo en la expresión
alterada del rol o papel sexual humano. Por ello es que en la clasificación de trastornos
mentales, estos problemas constituyen un capitulo importante y en la décima
clasificación internacional de la OMS 1983, se considera cuatro categorías ubicadas en
dos grupos distintos, que realmente constituye un aborde mas preciso y amplio de la
clasificación escueta y hoy inadecuada de la versión OMS.

3.7.1 Defunciones sexuales incluye conductas que no constituyen desviaciones ,


si no mas bien alteraciones que dificultan su expresión fisiológica normal
razones psicológica o psico-biológicas tales como la aversión sexual frigidez
impotencia trastorno del orgasmos , eyaculacion precoz , dispare unía ,
vaginismo, etc.
En la clasificación de la OMS -93 se haya en el siguiente grupo:
Trastornos del comportamiento asociados a disfunciones fisiológicas y a factores
somáticos:

Trastornos del Comportamiento Asociados a Disfunciones Fisiológicas y a


Factores Somáticos (F50 – 59):

F52 Disfunción Sexual no Orgánica


F52.0 Ausencia o pérdida del deseo sexual
F52.1 Rechazo sexual y ausencia de placer sexual
F52.2 Fracaso de la respuesta genital.
F52.3 Disfunción orgásmica
F52.4 Eyaculación precoz
F52.5 Vaginismo no orgánico
F52.6 Dispareunia no orgánica
F52.7 Impulso sexual excesivo
F52.8 Otras disfunciones sexuales…
F52.9 Disfunción sexual no debida a...

Estos trastornos no tienen gran importancia como condiciones criminógenas.

3.7.2 Trastornos Sexuales y Criminalidad: La clasificación vigente de la OMS –


93, incluye además tres categorías de trastornos sexuales dentro del Grupo:
Trastornos de la Personalidad y del Comportamiento del Adulto (F60 – 69):

F64 Trastornos de la Identidad Sexual

40
F64.0 Transexualismo
F64.2 Transvestismo no fetichista
F64.8 Otros trastornos de la identidad sexual
F64.9 Trastorno de la identidad sexual sin especificación.
F65 Trastornos de la Inclinación Sexual
F65.0 Fetichismo
F65.1 Transvestismo fetichista
F65.2 Exhibicionismo
F65.3 Escoptofilia (voyeurismo)
F65.4 Paidofilia
F65.5 Sadomasoquismo
F65.6 Trastornos múltiples de la inclinación sexual.
F65.8 Otros trastornos de la inclinación sexual.
F65.9 Trastorno de la inclinación sexual sin
especificación.
F66 Trastornos Psicológicos y del Comportamiento del
desarrollo y Orientación Sexuales.
F66.0 Trastorno de la maduración sexual
F66.1 Orientación sexual egodistónica
F66.2 Trastorno de la relación sexual
F66.8 Otros trastornos del desarrollo psicosexual
F66.9 Trastorno del desarrollo psico – sexual sin
especificación

La categoría F65 Trastorno de la Inclinación Sexual, prácticamente abarca lo que


también se conoce como Parafilias o desviaciones sexuales, destacando sobre
todo las siguientes: exhibicionismo, fetichismo, fronterismo, pedofilia,
masoquismo sexual, sadismo sexual, travestismo – fetichista, voyerismo,
necrofilia, etc.

Las vinculaciones criminológicas se dan fundamentalmente con ciertas


desviaciones o parafilias, sobre todo con la pedofilia, el exhibicionismo, así como
con el sadismo y necrofilia. Las demás parafilias, sólo si constituyen ofensas al
pudor público o atentan contra el pudor de menores pueden tener interés penal y
criminológico.

A. La pedofilia: Es una parafilia o desviación sexual en la que un adulto


prefiere tener actividades sexuales con un niño del mismo sexo o opuesto. Al
respecto la mayoría de la leyes penales y en particular la nuestra, consideran
delito de violación de menores y de atentados contra el pudor, cualquier
relación sexual con un menor de 14 años de edad. Nuestra legislación
nacional, al tipificar la violación de menores, prácticamente castiga dicha
forma de comportamiento sexual desviado e incluso cualquier conducta
ocasional no necesariamente pedofílica. Sobre el particular la ley distingue
tres variedades de violación de menores:

a) Violación de niños menores de 7 años de edad. En cuyo caso la


pena será de cadena perpetua.
b) Violación de víctimas de 7 a menos de 10 años, con pena no
menor de 25 ni mayor de 30 años.

41
c) Si la víctima tiene de 10 años a menos de 14, la pena será no
menor de 20 ni mayor de 25 años.
Además existen agravantes por el tipo de relación con la victima.

En estos casos se protege al menor de toda forma de acto sexual o práctica


análoga. Así mismo en estas conductas de violación de menores se castiga al
varón pedófilo por pedofilia heterosexual u homosexual. Aunque no siempre
un pedófilo actúa teniendo al menor como sujeto pasivo de relación sexual,
sino que en algunos casos puede asumir un rol homosexual pasivo, o bien no
efectuar prácticas sexuales o similares, ni homosexuales, sino circunscribirse
a medidas manipulatorias, cunnilinguis u otras formas desviadas, y en estos
casos como contrarios al pudor. La pedofilia es, pues una de la desviaciones
sexuales que penalmente recibe sanciones generalmente drásticas.

B. El Exhibicionismo: Según la OMS es una desviación sexual en la cual el


placer y la satisfacción sexuales se obtiene mostrando en público los órganos
genitales a una persona de sexo opuesto. Langeluddeke considera que se
trata de una conducta muy frecuente, generalmente realizada por personas
maduras. Las leyes penales y en particular el Código Penal Peruano, en el
inciso 2 articulo 183, incluye una descripción de exhibiciones obscenas en
lugar público, lo que puede ser en algunos casos una manifestación de
exhibicionismo sexual, aunque abarca también cualquier situación similar
que no llega a constituir una desviación sexual, sino tan sólo una conducta
aislada u ocasional.

C. El Sadismo y Masoquismo: Dentro del sadismo se incluye la conducta


que logra excitación o gratificación sexual infligiendo sufrimiento físico o
psicológico a la pareja sexual; mientras que en el masoquismo, se consigue
la excitación y gratificación sexuales soportando castigo o dolor producido
por la pareja. Estas parafilias o desviaciones sexuales no tienen significación
criminológica o penal en si mismas, salvo los casos no frecuentes de sádicos
sexuales que llegan a producir lesiones graves o la muerte de la pareja, en
cuyos casos serían pasibles se sanción penal no por la desviación sexual en
sí, sino más bien por la lesión o muerte producida. Según Hesnard los casos
de “sadismo criminal” son afortunadamente raros. Langeluddeke dice
también que estos delitos no son muy frecuentes.

D. Otras Parafilias: La homosexualidad constituye una desviación sexual


caracterizada porque la atracción erótica se dirige exclusivamente o
predominantemente, hacia personas del mismo sexo. Dentro de esta
conducta homosexual u homoerótica se incluye el lesbianismo y la sodomía.
Puede tener incidencia penal en casos de pedofilia homosexual, prostitución
homosexual, drogadicción, etc.

3.8. Retraso Mental Y Delito: Hace ya muchos años que se ha pretendido vincular la
deficiencia mental con la criminalidad, pero la nomenclatura de la deficiencia
intelectual no siempre ha sido la misma, existiendo criterios actuales que han
abandonado las denominaciones antiguas que adquirieron connotaciones peyorativas o
despectivas. La OMS en su clasificación de 1993 habla de Retraso Mental,

42
caracterizado por la subnormalidad de la inteligencia, considerando cuatro categorías
principales o niveles de deficiencia, y otras y sin especificación:

F70. Retraso Mental Leve (Discreto)


F71. Retraso Mental Moderado.
F72. Retraso Mental Grave
F73. Retraso mental Profundo
F78. Otro Retraso Mental
F79. Retraso Mental sin especificación.

Si revisamos la literatura de algunas décadas atrás veremos que la demonimación


genérica para el retraso mental era la de Oligofrenia, aunque otros como los italianos
utilizaban la nomenclatura de Frenastenia, y los norteamericanos Debilidad Mental
(morón, imbécil e idiota). A su vez dentro de los subgrados de la oligofrenia se
consideraban tres niveles de inferioridad mental, con una terminología hoy ya obsoleta
(débil mental, imbécil, idiota).

Los factores condicionantes del retraso mental son múltiples, desde alteraciones
cromosómicas, hasta traumatismos prenatales o en el parto. Tanto en las clasificaciones
antiguas como en las últimas, los criterios para diferenciar los diversos sub niveles de
inferioridad intelectual, toman generalmente el grado de cociente intelectual (C.I.),
según las escalas de Terman, de Wechsler u otros, que es una de las pautas para su
diagnostico. Asimismo debemos señalar que las últimas clasificaciones de la deficiencia
intelectual, han afinado un poco más las diversas sub variedades de dicho retraso. Frente
a la tripartición tradicional que consideraba el cuadro oligofrénico, se aprecian hoy
cuatro sub niveles de retardo mental, cuyas equivalencias presentamos en el cuadro.

Las personas con retraso mental Profundo y retraso Grave, tienen un déficit que
determina el requerimiento de asistencia ayuda para satisfacer sus necesidades vitales.
El sujeto con retraso mental Moderado, puede a veces llegar hasta un segundo grado de
escolaridad, y alcanzar alguna forma de trabajo no especializado o semiespecializado en
determinadas condiciones, siempre que reciba una educación especial. Las personas con
retraso mental Discreto o leve, pueden alcanzar capacidades sociales comunicativas y
llegar con dificultad hasta un sexto grado de escolaridad. Mediante educación especial
son capaces de desarrollar destrezas vocacionales que le permitan sobrevivir; aunque
pueden requerir orientación y asistencia en situaciones de estrés social o económico no
usuales.

Los estudios criminológicos que han señalado alguna relación entre retraso mental y
delincuencia, han ido modificando tal correlación con el transcurso de los años. En los
trabajos más antiguos se hablaba de un índice significativamente alto de criminalidad de
imbéciles y débiles mentales. Al respecto, diversos criminólogos mencionan a Henry
Goddard (1866 – 1957). En las primeras décadas del siglo XX (Feble Mindedness –
1917, y The criminal Imbecile – 1915), como su representante más importante, quien en
el estudio del nivel intelectual de reclusos norteamericanos, encontró de un 20 a 89% de
presos como débiles mentales, lo que constituía una incidencia muy alta, y que hizo
dudar de su validez. Por su parte, William Healy (1915), en “The Individual
Delinquent”, sobre la base del examen de mil antisociales jóvenes, halló solo un 10% de
estos menores eran deficientes mentales.

43
4. Explicaciones Psicopáticas (Psiquiatritas) Del Delito

• Psicología, Psicopatía Y Psicoanálisis

Se examinan a continuación, un conjunto de teorías y modelos que explican el


comportamiento delictivo en función de determinados procesos psíquicos, normales o
patológicos.
Aun no siendo deseable exacerbar ni absolutizar diferencia, conviene, sin embargo
poner de relieve los presupuestos, metas, y condicionamientos délo tres enfoques
principales: el psiquiátrico, el psicoanalítico y el psicológico, si quiera para ponderar
mejor sus respectivas aportaciones
La psiquiatría es una rama de la medicina que se ocupa del hecho psíquico morboso, del
hombre psíquicamente enfermo. En consecuencia, tiende a la adopción de una
perspectiva “clínica” y a contemplar el comportamiento delictivo como producto de los
trastornos de la personalidad o incluso de patologías de diverso orden (enfermo mental).
La psicología, por el contrario, es una de las ciencias que estudia el comportamiento
humano, la conducta, por tanto, el comportamiento criminal se analiza como cualquier
otro comportamiento: interesa explicar el proceso de adquisición de ciertos modelos o
patrones de conducta, resaltando los factores y variables que refuerzan el
comportamiento conformista, bien la conducta antisocial. En la medida que la
psicología se consolida con otras disciplinas “empíricas”, es lógico que muchos de sus
representantes sean partidarios del laboratorio y de experimento de la clínica y
observación.
El psicoanálisis, por su, parte ve en el crimen un comportamiento funcional y simbólico,
expresión de conflictos psíquicos profundos (y pretéritos) de equilibrio de la
personalidad que solo introspectivamente, ahondando en el inconsciente del individuo,
pueden desvelarse. La teoría psicoanalítica, unida en sus orígenes al examen de
concretas patologías (neurosis, histerias), han credo un entramado teórico complejo,
capaz de explicar el comportamiento delictivo en términos semejantes a las
enfermedades mentales, por lo que puedes extrañar su significativa influencia en la
moderna psiquiatría y que sirva de puente entre ésta y la psicología.
De todo ello debiera desprenderse el ámbito, las competencias ye le potencial
explicativo reservado a cada un de lo tres enfoques.
La psiquiatría mejor aun: a la psicología corresponde delimitadamente el concepto de
“enfermedad” o “trastorno mental” y sus muy diversas manifestaciones, formulado,
previa verificación, la correlación que pueda existir entre determinadas categorías
patológicas precisamente definidas (psicopatía, neurosis, etc.) y concretas
manifestaciones delictivas (homicidio, robo, violación, etc.). A la psicología le incumbe
el estudio de l estructura, génesis y el desarrollo de la conducta criminal (del
aprendizaje de lo modelos criminales) y el de los factores variables diferenciales del
mismo. Al Psicoanálisis, la estructura psicodinámica de la personalidad, sus conflictos y
frustraciones, el proceso de motivación del criminal y la propia interpretación de la
conducta delictiva a la luz del inconsciente de su autor y de un análisis introspectivo

5. Fundamentos Psicopatológicos De La Conducta Delictiva: Enfermedad Mental,


Trastornos Mentales Y Criminalidad

a) La anormalidad del crimen: La sociedad siempre alarmada y perpleja por el crimen, ha


atribuido a menudo a este a supuesto anomalías mentales del autor. Una vez, por le
influencia de concepciones mágicas y primitivas, que hacen del criminal un verdadero
endemoniado, un maldito. Otras, mediante el proceso de generalizar indebidamente
patologías que, en efecto, se detectaron en le población reclusa. Otras, en fin, si mas
argumento que la suposición ingenua o prepotente de que solo el individuo anormal
puede atreverse a cuestionar un orden social perfecto. El resultado último, en cualquier
caso es inevitablemente el mismo: se equiparan los conceptos “conductas acorde con la

44
norma” (en sentido sociológico-jurídico) y normalidad y a su vez normalidad y salud.
Dicho razonamiento, como es lógico, conduce a identificar, también “conductas
desviadas y anomalías” y “enfermedad”. Con lo que u la categoría enfermedad s
confundida con exigencias derivadas de “deber ser” que encuentran su expresión en
normas legales.
Solo a partir del siglo XIX se empieza a distinguir entre delincuente y enfermo mental,
y es contemplado este último como cualquier otro enfermo. Dicho proceso de
diferenciación, en todo caso, moral, sustentado por PRICHARD DESPINE (1835) y
otros, y las investigaciones NICOLSON, tratando de verificar la tendencia a la locura
del delincuente.
Es positivismo criminológico sustituirá la teoría de la “locura mental” por la de la
personalidad criminal, es decir por la hipótesis en que existe un conjunto de rasgos, una
personalidad, específicamente criminal, un entramado o estructura psicología delictiva.
Dicha suposición, desde luego, destacaba la insuficiencia de las teorías biológicas y
sociológicas en el momento de explicar la etiología del crimen. Pero el éxito inicial de
la teoría de la personalidad criminal que recibe en su plena coherencia con dos de los
postulados del positivismo criminológico: el principio de diversidad del delincuente
(seria, desde un punto de vista cualitativo, distinto, diferente de los demás ciudadanos
“normales” que cumplen a las leyes), y la necesidad de aislar, mensurar y cuantificar
aquellos factores patológicos que inciden de modos causal de individuo y le determinan
al delito.
Pero, en todo, caso, tantos las viejas concepciones denomínales, como la teoría d la
locura mental o personalidad criminal, son escalones de un razonamiento cuya premisa
es le rechazo de la normalidad mima del crimen y de su protagonista. La necesidad de
demostrar que el delincuente es desde un punto de vista psicológico, anímico, distinto
del individuo “normal”; y que, precisamente por ello delinque: por que es anormal.

b) La Psiquiatría: En cuanto a ciencia que se ocupa de los psíquicamente anormales es, sin
duda, la disciplina mejor predispuesta a explicar el comportamiento delictivo como
producto o expresión de patologías del psiquismo humano. Seria erróneo suponer sin
embargo, existe una teoría psiquiatrita explicativa de la criminalidad, una teoría
generalizadora compartida por las comunes opinó. Como se vera no puede afirmarse
que todo comportamiento criminal tenga una base psicopatológica, ni se ha podido
demostrar siquiera una correlación inequivocaza entre enfermedad o trastorno mental y
delito. Hoy no cabe mantener que el delincuente sea un loco o que la locura genera
necesariamente criminalidad; tampoco y por las mismas razones la tesis contraria: la
normalidad del delincuente, porque las todas las generalizaciones, carente de respaldo
empírico, don falsas. Más bien, había que reconocer que nuestra información es aun
deficitaria; que contamos con serios obstáculos metodológicos para formular
conclusiones el respecto; y que es necesario relativizar la confianza depositada en el
saber empírico, cuando se pretende establecer cierto tipo de relación entre
perturbaciones psíquicas y conductas desviadas.

c) Los Conceptos de Salud Mental y Enfermedad Mental: La primera dificultad reside en


la propia noción de “enfermedad” o “trastorno” mental, que dista mucho de ser pacífica,
como sucede también con su reverso: el concepto de salud, de normalidad mental.
Si en le campo de l medicina somática tales definiciones suscitan problemas, mas aun
en el de la psiquiatría. Las fronteras entre la salud y la enfermedad, la normalidad y
anormalidad son, en buena medida, circunstanciales, relativas, cambiantes. Ello se debe
ante todo a que la propia idea de normalidad psíquica puede merecer muy diversas
acepciones: la media (ausencia de síntomas), la estadística (salud promedio) la
psicodinámica (equilibrio de aparato intrasíquico), la subjetiva (valoración y percepción
de la propia salud), la procesal (contemplación longitudinal del devenir vital), forense
(valoración judicial) etc. Pero también la inevitable influencia del contexto socio-
cultural a, los estándares normativos derivados de valores culturales, históricos. Ni si

45
quiera categorías psiquiatritas aparentemente pacificas, como la esquizofrenias puedes
sustraerse tal contexto. Por ultimo, el etiquetamiento de una persona como “enfermo
mental” es inseparable de ciertos procesos sociales de interacción, que tienen su
dinámica propia y no siempre se guían por el criterio objetivo del merecimiento del
autor o características intrínsecas de su conducta esto es, la reacción social constituye
una importante variable en los proceso de definición y selección de dichos individuos
“enfermos mentales”

d) Psicopatía, Sicopatología y anti socialidad: Desde que en 1986 definiera KRAEPELIN


la personalidad psicopatita, la doctrina psiquiatrita a tratado de verificar la relación
existente entre ciertas anomalías o trastornos psíquicos y el comportamiento delictivo.
La psicopatía, en este sentido ha polarizado desde entonces la discusión científica,
convirtiéndose en el eje de la polémica.
Pero tampoco hay consenso a algún entorno al concepto de psicopatía ni por tanto, a la
eventual relevancia criminó gena de esta o su correlación con el delito. Con razón se ha
dicho que no existes “el” psicópata, ni dos psicópatas iguales.
El numero de heterogeneidad de las “personalidades psicopatitas” elaborada por la
doctrina científica, la etiológica muy diversa que esta atribuye a tales patologías y las
características y comportamiento y peculiaridades de las distintas clasificaciones
describen, demuestran la complejidad del problemas

En la actualidad psicopatía, sociopatia y personalidad antisocial se utilizan como conceptos


sinónimos, mereciendo amplio conocimiento la definición que ofrece el DSN (Diagnostic and
Statistical Manual Of. Mental Didorders), de la Asociación Americana en Psiquiatría.

En este sentido, CRAFT, después de revisar el desarrollo del concepto de “psicopatía”, ha


concluido que existen dos rasgos distintivos de la personalidad psicopatita (primario): una
incapacidad de responder emocionalmente en situaciones en las que se esperaría una respuesta
tratándose de un individuo normal, y una irresistible tendencia a actuar impulsivamente. De
tales características primarias se derivarían a otras secundarias: agresividad, ausencia,
resentimiento de culpa, imposibilidad de ser influido por l castigo por consecuencia haber ibas
del comportamiento antisocial y una falta de motivación o pulsión positiva.
Según esta, por otra parte existe una correlación indiscutible entre psicopatía y delincuencia,
empíricamente constatada. Pues aun cuando la investigación hasta ahora realizada debe
completarse con un mas matizado factorial, la imagen de un prototipo de delincuente mal
socializado, extravertido, neurótico e impulsivo goza de gran predicamento, así como la
hipótesis de que los psicópatas representan, en términos cuantitativos el sub. Grupo más
importante total de la población criminal.

La Posterior Evolución De La Doctrina Psiquiatrita No Ha Contribuido A Clarificar


Significativamente El Concepto De Psicopatía:

□ Di Tulio (1967), que se sitúa en este ámbito de la


Patología psicológica, distinguía tres tipos de psicópatas con relevancia penal: ciertos
hipertimicos, los hábiles, y los histriónicos.

□ SCHNEIDER, consideraba personalidades psicopáticas,


Según una famosa formula, aquellas que sufren por su anormalidad o hacen sufrir a la
sociedad por culpa de su inadaptación. Una definición ambigua e imprecisa obligaría al
autor a descubrir hasta diez tipos de personalidades de personalidades psicopáticas:
hipertimicos, deprimidos, miedosos, fanáticos, vanidosos, lábiles de humor, explosivos,
fríos, abúlicos y asténicos

□ Una tipología semejantes, falta de sistemática, es la

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Introducida por CATALANO y CERQUE TELLI (1953) que distinguen doce tipos de
psicópatas: hipertimicos, deprimidos, labiles de humor, anacasticos, inquietos,
asténicos, histriónicos, fanáticos, inestables, crueles, extraños e hipo evolucionados, o la
de KHAN (1969), quien se refiere a tres tipos de psicópatas: psicópatas de instinto
(impulso y proclives a una reacción violenta), del temperamento y del carácter.

Se comprende, por ello, que el termino, “psicopatía” haya sido objeto de suerte de criticas, y
que la investigación sobre personalidades psicopaticas a cuyos resultados se hará referencia
después.

Existen tan variadas descripciones de esta entidad nomológica, que obviamente una misma
persona puede devenir psicópatas, según la teoría o clasificación que se utilice, o que el
psiquiatra aplique. De hecho como advierte CLECKLEY, en la praxis clínica suele utilizarse
una aceptación tan laxa que realmente cualquier criminal podría ser reputado “psicópata”.
Proceder censurable, ya que, según resalta el propio CLECKLEY, ni la mayoría de los
psicópatas. Las topologías resultan, a veces, tan ambiguas que asignan a la personalidad
psicopatita del delincuente unos “rasgo” que en puridad, no parecen primitivos de éste, sino
comportamientos por otras muchas personalidades no criminales.
Una de objeción apunta a la escasa fiabilidad de los resultados obtenidos por las investigaciones
realizadas en la población reclusa y los errores de predicción sobre el comportamiento de
psicópatas. La tercera crítica, fundamentalmente ideológica, reitera un argumento ya expuesto:
la “enajenación mental” es una mera definición social y los psiquiatras como afirman “agentes
conservadores del control social”
Muchas de las investigaciones empíricas dirigidas a comprobar las correlaciones existentes
entre determinadas anomalías psíquicas y el comportamiento criminal; sus resultados,
equívocos, desconcertantes e incluso contradictorios, dan pie a toda suerte de interpretaciones y
teorías.
Para una valorización correcta de aquellos, parece necesario distinguir los estudios realizados de
anomalías y perturbaciones psíquicas en la población reclusa mas en la femenina que en la
masculina; índices que oscilarían, según las diversas tesis, entre un 10 por 100 un tercio del total
de la misma, si bien muy pocos son los paciente que ingresan a los hospitales psiquiátricos
procedentes de los establecimientos penitenciarios, o de los tribunales de justicia. Los
problemático es la interpretación de tales datos.
En cuanto a la indecencia de la psicopatía en la población carcelaria, los investigadores ofrecen
porcentajes muy dispares, aunque no es posible comparar estos por tratarse de nuestras
homogéneas y de técnicas de investigación también distintas.
Seria erróneo, sin embargo, inferir d estos datos obtenidos de la población reclusa resultados
concluyentes sobre la incidencia de ciertas patologías psíquicas en la conducta delictiva. Por
muchos y diversos motivos, abstracción hecha de la escasa homogeneidad de los estudios
mismos y de sus reiteradas contradicciones.
Ante todo, no procede identificarse no procede a identificarse los términos reclusos y
delincuente, como hacen por rigor quienes explotan a la población criminal no
institucionalizada de los datos extraídos de la población reclusa. Se olvida de la primera y que la
mera institucionalizada del infractor (proceso, sentencia, condena) condiciona decisivamente
todo diagnostico objetivo sobre su psiquismo, al potenciar eventualmente anomalías
preexistentes y crear, sin duda, otras nuevas. Por ello, en parte, no puedo sorprender
sobremanera los porcentajes de trastornos mentales que surgieron algunas investigaciones
carcelarias. Nada tiene de extraño, aunque precisamente por esta razón tampoco demuestren
nada, los elevados índices de oligofrénica halladazos en la misma suelen citarse como ejemplo
para diga matico al respecto.
Por otra parte, estas investigaciones sobre la población reclusa se han llevado a cabo sin el
contraste del correspondiente grupo de control; y carecemos, desde luego, de información fiable
respecto al impacto de unas y otra anomalías psíquicas en la población general. De modo que
no parece aventurara hasta que punto puede aguantas tales patologías una correlación especifica
con la conducta delictiva o con otros factores, pero no privativos a ella.

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Así, SCHUESSLER y CRESSEY, en un informe de 1950 que evalúa los trabajos realizados
durante 25 años en los EE.UU. sobre la base de test objetivos de personalidad en delincuentes se
asocie a determinados rasgos de la personalidad, porque las diferencias observadas entre los dos
grupos carencia de relevancia necesariamente para fundamentar tal correlación estadística
Parecida es la tesis del matrimonio GLUECK, después de comparar dos grupos homogéneos de
500 delincuentes y no delincuentes, ponderando no solo aspectos cualitativos ni dinámicos de
las inteligencias, sino también la extensión y naturaleza de patologías psíquicas de acuerdo con
el test Rorschach. Las analogías entre los dos grupos fueron más acusadas que las diferencias.
Se compararon dos grupos homogéneos de criminales y no criminales, a menudo se halla
diferencias considerables en diversas escalas; sin embargo, el porcentaje medio de tales
diferencias no suelen ser significativo.
Por el contrario un conocido estudio de seguimiento de GUZE, GOODWIN Y CRANE,
publicado en 1969, encontró que la sociopatía, el alcoholismo y la drogodependencia son tres
datos solidamente unidos y asociados a la conducta delictiva.
En el momento de una valoración definitiva y conjunta de los materiales acumulados, parece
necesario excluir las dos tesis extremas. Ni se puede sostener que le delito sea consecuencia
directa de la enfermedad mental o trastornos psíquicos identificación arcaica hoy superada, ni
consta o cabe verificar los contrario: que le delincuente sea, desde un punto de vista psíquico tan
estable y normal como el resto de la población no criminal, e, incluso, el porcentaje de enfermos
mentales en la población carcelaria muy inferir al de tales tales patologías en la población
general. A caso procede reconocer con H. WILLIAMS que, salvo a excepciones determinadas,
la conexión de la enfermedad mental y el crimen es muy reducida. La sicopatología criminal,
por ello, a de esforzarse de poner en manifiesto tales correlacione con una metodología
diferenciadora no generalizadora. Y, en este sentido, tal vez solo pueda mantener en cierto
grado de certeza que cierto tipo de trastorno psíquico se hallan asociados significativamente con
ciertos tipos de comportamientos delictivos.
En tales términos se plantea, en efecto, el problema: no si “el” delincuente es una persona
“normal”, desde el punto de vista psíquico, o si “la” enfermedad mental influye o no en “el”
crimen; si no la conexión que puede existir entre “las” distintas patologías con sus muy diversas
modalidades y con concretas manifestaciones delictivas
Sabemos, sin duda, mucho mas sobre las enfermedades y trastornos mentales, desde un punto de
vista psicopatológico y clínico; pero no sabemos tanto sobre las relaciones especifica que puede
existir entre cada una de esta entidades y concretos comportamientos criminales.
Probablemente, porque, como apunta GOPPINGER, los progresos de las disciplinas medicas y
fines que se ocupan del hombre nos han permitido ampliar el saber sobre este, aportando una
multitud de conocimientos nuevos en torno a posibles proceso reguladores y conexiones
funcionales de su organismo; pero, al mismo tiempo, numerosas hipótesis hasta entonces
seguras e in controvertidas, quedaron relativizadas o desmentidas en virtud de ese mismo
progreso.
En todo caso, conviene reiterar una vez mas que la competencia de aquellas disciplinas
(psicopatológicas y psiquiatritas) se circunscriben a los proceso mentales patológicos, al
delincuente enfermo. Hipótesis que, según la comunes opino, debe entenderse estadísticamente
poco significativa si ponderamos el total de la población criminal. La sociedad tiene la
delincuente enfermo mas por impresibilidad propia del individuo sicótico que por las transen
decía o gravedad de sus actos, pero en términos cuantitativos, el delincuente sicótico representa
un porcentaje muy reducido de la población criminal total, muy inferior de lo que pudiera
parecerse. Ficciones estadísticas como la del delincuente medio, acaso carezcan hoy de especial
interés no obstante, i como punto de partida la experiencia parece demostrar que los infractores
de la ley son sorprendentemente normales, desde un punto de vista psíquico: el problema, a
menudo, consiste no en que determinados individuos se hallen mal compuesto inadaptados, sino
en que se encuentre bien dispuesto y adaptados a la vida y a los valores criminales.

6. El modelo Psicodinámico y su función Mediadora

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El psicoanálisis-o, si prefiere, el llamado modelo psicodinámico, representa un puente o
instrumento de comunicación entre el enfoque psiquiátrico y el Psicológico.

En efecto nacido en el centro de la clínica y como terapia para ciertas dolencias psíquicas
concretas (Histeria y Neurosis) pronto se convirtió en una teoría general e incluso en mas que
una teoría modelo en una autentica cosmovisión. El análisis imaginativo de la estructura y
dinámica de la personalidad, del proceso de desarrollo de esta de sus conflictos y motivo
profundos, permitió a los psicoanalistas elaborar un vocabulario e instrumental muy valioso
para la propia comunicación mutua de psiquiatras y psicólogos.
Los primeros adoptaron las teorías psicoanalíticas construidas como la base de diversas clases
de desajustes conductuales.
Los psicólogos trataron de verificar experimentalmente procesos como los de represión y
regresión. Pero, sobre todo, a través del paralelismo establecido por el psicoanálisis entre el
crimen y la neurosis, pudo aquel construir un entramado teórico capaz de explicar el
comportamiento antisocial, por más que el crimen propiamente dicho no ocupara la atención de
Freud, lo cierto es, en cualquier caso, que las concepciones psicoanalíticas han ejercido una
poderosa influencia de criminología, probablemente muy superior al resto de teorías
psicológicas y psiquiatritas. Así como las relaciones del psicoanálisis y el derecho penal son,
desde siempre, poco cordiales y trágicos en enfrentamiento de lo primero con la justicia penal,
la criminología contemplo y sigue contemplando con interés la sugestiva hipótesis del
psicoanálisis, tanto en el plano etiológico – explicativo como en el terapéutico.
El psicoanálisis desde luego, no es ni pretendió serlo nunca una teoría de la criminalidad pero a
pesar de sus innegables limitaciones y carencias posee un gran atractivo. La coherencia interna
de sus cutas de abstracción y generalización, el propio discurso sicoanalítico, metafórico y
enigmático, Ho la apelación las fuerzas ocultas del inconciente y al pasado remoto del hombre
en el momento de explicar la parte irracionalidad del crimen, tal ves contribuyen la fascinación
que sus proposiciones despiertan.

7. Postulados Del Modelo Psicoanalítico.

El modelo “psicoanalítico” se caracteriza frente a otros modelos por diversas preposiciones y


postulados.
a) Se trata de un modelo Psicodinámico
b) Responde a un poderoso determinismo biólogo
c) Concede un significado capital al instinto sexual, motor o referencia obligada al
comportamiento de todo individuo.
d) Su teoría psicosexual distingue cinco etapas en le desarrollo de la libido de corresponden a
otra zonas erógenas del cuerpo (oral, anal, genital); desarrollo que determinara el de psiquismo
y la personalidad del individuo.
e) La división topográfica del psiquismo en tres partes (consciente, preconsciente e
inconsciente) acentúa la trascendía etimológica e interpretativa de esta última. La conducta
humana consciente tiene un significado simbólico y profundo, como reflejo de inconsciente.
f) El único método que permite captar el significado real de la acción humana es le método
introspectivo
g) El modelo psicoanalítico distingue tres instancias mentales: el ello, el yo y el súper-yo
(aparato intrapsíquico). El correcto equilibrio de las mismas aseguras la estabilidad psíquica del
individuo, sus desajustes o disfunciones (ausencia del súper-yo o fragilidad del yo) las diversas
patologías de aquella (vg. Neurosis).
h) El marco psicopatológico queda encuadrado en los conflictos infantiles que, situados en
alguna de las etapas del desarrollo de la libido, se manifiestan durante la edad adulta a partir de
procesos inconscientes. Los traumas acaecidos durante esta última, son menores catalizadores
de los conflictos en fases tempranas de la vida.
i) Conflicto mental-represión (neurosis) y el delito como respuesta simbólica o
comportamiento sustitutivo, son los tres eslabones del proceso dinámico básico que esgrime el
psicoanálisis. El conflicto mental, que se produce entre las estructuras primarias del individuo y

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los requerimientos a la conformidad (moralidad convencional) de la comunidad o entre los tres
niveles del psiquismo de aquel: el yo, el ello y súper- yo reprime en el inconsciente impulsos y
complejos del individuo. Estos retratan de aflorar al mundo consciente, venciendo el obstáculo
del censor que les retenía allí, de modo que todos los actos, incluidos de los delictivos, son
respuestas sustitutivas o comportamientos simbólicos que directa o indirectamente expresan la
realidad de inconsciente, las ideas, tendencia y sentimientos reprimidos
j) Particular interés (criminológicos).La no superación de este genera un complejo de
culpabilidad cuyo componente auto punitivo explica la comisión de muchos delitos. El
individuo delinque para ser castigado y aliviar el complejo de culpabilidad. Este no subsigue al
crimen: el precede y motiva
k) Desde un punto de vista terapéutica, el psicoanálisis pretende hacer consciente lo
inconsciente, de modo progresivo. De las diversas formas en que este puede desvelarse (actos
fallidos, sueños) utiliza clínicamente las pruebas proyectivas, el análisis de los sueños y la
técnica de los asociaciones libres. La acción curativa exige que el paciente traslade al analista
sentimientos y reacciones acordes con el modelo elegido.

8. El Pensamiento De S.Freud (1856-1939)

a) Para Freud todo acto humano – el delictivo también-tiene un sustrato y connotación sexual
profunda. La libido constituye la energía vital primaria del hombre, motor y referencia obligada
a su comportamiento. Freud potencia significativamente el papel de los instintos .A juicio,
pugnan en el individuo dos instintos contrapuestos que polarizan su existencia: una fuerza
positiva, básicamente sexual, y una fuerza negativa, de destrucción, dicha teoría freudiana de
destructividad o agresividad innata del individuo, ofrece una sugestiva hipótesis explicativa de
determinadas manifestaciones delictivas.
b) Según Freud, la personalidad del individuo sigue una evolución paralela al del mismo
instinto sexual .Hasta el punto de que la libido se be localizado progresivamente en diversas
partes del ser humano haciendo de estas, durante cada fases, el centro de interés del hombre.
c) Pero la aportación mas significativa de Freud reside en la trascendencia que atribuye al
inconciente su famosa ``división topográfica del psiquismo (preconsciente, consiente,
inconciente), así como en el descubrimiento del aparato intrapsiquico y sus tres instancias- yo,
ello, súper-yo
El llamado aparato intrapsiquico o división dinámica de la personalidad, merece especial
consideración .Freud distingue tres instancias mentales: el ello, el yo, y el súper-yo.

d) Según Freud, el equilibrio de estas tres instancias asegura la estabilidad psíquica del
individuo; sus disfunciones, desajustes o fallo de sincronización y armonía, los diversos
procesos patológicos. Es lógico, por ello, que la teoría psicoanalítica utilice como una hipótesis
explicativa del delito la ausencia del súper-yo. El crimen seria consecuencia bien de un fracaso
en la interiorización de las normas y valores convencionales, bien de una mala estructuración
del “”yo””, incapaz de controlar las fuerzas instintivas del “”ello” y las exigencias sociales del
``súper-yo.
La estructura dinámica del psiquismo conduce al concepto de neurosis, fundamentalmente en al
teoría psicoanalítica; estoes la, ``afección psicógena cuyos síntomas son la expresión simbólica
de un conflicto psíquico que tiene sus raíces en la historia infantil del sujeto y constituyen
deseos en tres el deseo y la defensa.
Freud estableció un claro paralelismo entre neurosis y criminalidad, por entender que tanto el
comportamiento del neurótico como del delincuente responden aun mismo proceso, a claves
psicoanaliticamente afines .En ambos casos existe un conflicto mental profundo, la actuación
defensiva del ``yo” que reprime en el inconciente síntoma del neurótico como expresión del
fracaso de la expresión mediadora del ``yo´´ y de los equilibrios intrapsiquicos. No obstante,
según Freud, dos diferencias separan al neurótico del criminal en cuanto al nivel de
conciensación y desencadenamiento de la agresividad: en el neurótico hay algo secreto para su
propia conciencia, el en criminal su hecho es secreto para los demás; el criminal pasa a los
hechos, al acto; lo que el neurótico generalmente imagina pero no llega hacer.

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9. Aportación A La Criminología De Otros Psicoanalistas:

a) F. ALEXANDER y H.STAUB, medico psicoanalista, el primero y colaborados de W.


HEALEY, jurista, el segundo, publicaron en el 1929 una obra ya clásica en la doctrina
sicoanalítica: ``el delincuente y sus jueces.
Alexander Staub asumen la teoría Freudiana del complejo de Edipo juicio de los autores- y
desde un punto de vista evolutivo-no hay diferencias ``congénitas entre el individuo delincuente
y el no delincuente, sino factores educacionales. Aquellas comienzan a perfilarse con ocasión
de la ``lucha edipiana´´ que tiene lugar en la denominada ``etapa de la tenencia. El individuo
``sanos consigue vencer el complejo de Edipo reprimiendo o sublimando sus impulsos
antisociales; mientras el criminal sucumbe a aquel.
Esta topología distingue dos grandes grupos de delincuente; crónicos y situacionales. Estos
últimos, a su ves, se subdividirán en tres categorías: delincuentes ``neuróticos, delincuentes
``normales y delincuentes``enfermos, cada una con su respectiva etimología y terapia.
El criminal `` neurótico´´ opta por el delito como una salida aun conflicto psíquico que tiene
ligar entre las tendencias sociales y antisociales de su personalidad. Cabe hablar, pues, de una
etimología ``psicológico. El delincuente ``moral, por el contrario, se identifica con modelos
criminales por motivos sociales, pedagogos, educacionales .La etimología de este tipo
delincuencial debe calcificarse de ``sociológica. Por ultimo, los delincuentes``enfermos,
padecen un condicionamiento orgánico, patológico. Desde un punto de vista etimológico, solo
la biología puede explicarte la génesis de estas personalidades anormales.

b) Otro psicoanalista ortodoxo fue TH.REIK, estrecho colaborador de FREUD, especialmente


conocido por dos obras de psicoanálisis aplicado: ``el impulso a confesar´´ yo
``psicoanálisis del crimen. Parte Reik de la importancia del sentimiento de culpa, como
explicaría, a su juicio el interés a menudo desproporcionado e irracional de la opinión
publica pro el delincuente desconocido y por el crimen mismo .E interpreta dicho complejo
al modo de Freud, esto es, como causa, y no como consecuencia o resultado del delito. El
individuo , según esto delinquiría para ser castigado, aliviando a si aquella vivencia
inconciente de Edipo esta reacción auto punitiva por el complejo de culpa atribuye Reik un
hecho muy común: que el delincuente no lleve a cabo uña ejecución de todo perfecta del
acto criminal, primero; y que se vea impedido, después, a confesar su autoría concurrían ,
pues, en aquel dos impulsos de signo contrario :uno consiente , dirigido a borrar todo el
rastro del delito; y otro inconsciente que le induce a delatar para expiar su culpa .
En el ámbito político-criminal, el planteamiento de Reik conduce al rechazo indiscriminado en
la pena como mecanismo disuasorio y privativo del crimen, por estimarla incapaz de acceder al
mundo de lo incidente y neutralizar el complejo de culpa, fuente de todo conducta criminal.
Habría que sustituirla por otras medidas preventivas y profilácticas.
De algún modo, Reik anticipa ya las críticas que un sector d el moderna doctrina psicoanalítica
(teoría de la psicología de la sociedad sancionadora) dirige a las funciones convencionalmente
asignadas a la pena por la concepción tradicional: retribución, prevención general, y prevención
especial.

c) A. AICHORN es, probablemente, el 1º autor que aplica un esquema psicoanalítico puro al


análisis de la delincuencia juvenil, con su obra “Wayward Youth”, su aportación más
destacable consiste haber introducido en la literatura psicoanalítica el concepto de
“Delincuente Latente”. Por otra parte, resiste a la tentación de propugnar una teoría de la
criminalidad, ya que distinguió nítidamente delincuencia y neurosis. Para este no todo
criminal es neurótico. El delincuente neurótico es solo un tipo más: un individuo que sufre
por sus malos actos, a diferencia de otros que no experimentan sentimiento alguno de culpa
por ellos incluso aprovechan tal circunstancias y se recrean.

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10. Pensamiento Psicoanalítico Postfreudiano Heterodoxo O Revisionista: Entre los
psicoanalistas posfreudianos, heterodoxos tres merecen una mención destacada por cuanto
representan otras tantas “escuelas” o “suborientaciones”: ADLER (“psicología individual”),
JUMG (“psicología analítica”) y ERCKSON (“teoría del desarrollo psicosocial”).

a) A, ADLER (1870-1937), medico vienés prestigioso y durante diez años colaborador de


FREUD, es autor de una extensa obra de la que destacan: “Estudios sobre las inferioridades
orgánicas” (1907), “El sentido de la vida “ (1933), “ Teoría y practica de la psicología del
individuo”, entre otros títulos su “psicología individual” gira entorno a tres principios que,
según ADLER, determinan la conducta humana: el sentimiento de inferioridad
(condicionado por razones genéticos, orgánicos o meramente situacionales), la ambición del
poder (que trata de compensar el complejo de inferioridad) y el sentimiento de comunidad
(moderador de ambos). El “complejo de inferioridad “juega un papel muy significativo en el
pensamiento criminológico de ADLER, para quien el delincuente es un individuo débil que
ha padecido un déficit primario de cooperación con los demás. Tres notas distancias la
“psicología individual “de ADLER del credo psicoanalítico ortodoxo: su rechazo del “pan
sexualismo” freudiano, la adopción de un método “finalista” (frente a la actitud determinista
de FREUD) y la relevancia atribuida al ambiente social en le desarrollo psíquico del
individuo. ADLER como JUNG y otros posfreudianos, relativizaría el pan sexualismo de
FREUD. La ambición de poder es el motor del hombre, según ADLER, y no el sexo. El
sexo se presenta simplemente como una de sus muchas manifestaciones posibles. Por ello
aunque ADLER asume significativos esquemas y construcciones freudianos (teoría de la
neurosis, complejo de Edipo, fases del desarrollo de la personalidad 9, libera a los mismos
de su carga “sexual” originaria, reinterpretándoles. Así, entenderá que la libido no es la
causa última de la neurosis, explicando tanto el problema edípico como la evolución de la
personalidad desde el más amplio y asexuado prisma del poder. ADLER, por otra parte,
adopta una actitud teleologica que contrasta con el determinismo férreo de FREUD, trata
de comprender la conducta del individuo no sólo en función de sus “causas”, sino de sus
“fines” y “objetivos”. Al “determinismo” freudiano opone un método “finalista”, centrando
su análisis en el aspecto o faceta “racional” de so fenómenos psicológicos. Por último,
ADLER concede a las factores sociales una importancia decisiva en el desarrollo psíquico
del individuo, pues a su juicio, éste depende más del ambiente social que de una supuesta
organización psíquica general. Desde un punto de vista criminológico, la originalidad del
pensamiento adleriano reside en el significado que atribuye al complejote inferioridad, base
de reacciones neuróticas que según el autor genera conductas delictivas a través de
conocidos mecanismos compensatorios. El es un acomplejado. El crimen le permite llamar
la atención de los demás, interesarles, afirmar su imagen de sí mismo ante los otros. Se
cumple así la formula: inferioridad orgánica o social –complejo de inferioridad-tendencia al
poder – supra compensación –delito. La actitud arrogante de muchos criminales no hace
sino expresar –razona ADLER –un complejo de inferioridad inconsciente de los mismos,
éste les impele a demostrar que son superiores a sus victimas y a las propias autoridades, e
incluso a atribuirse hechos delictivos en los que nunca participaron. Político –
criminalmente, la “psicología individual” de Adler contiene uno de los mensajes más
corrosivos del psicoanálisis contra el sistema penal. Pues al estimar que la causa del crimen
reside en el “desaliento social”, lógico es que sugiera la total sustitución del mecanismo
represivo clásico (la pena) por terapias pedagógico –sociales psicológicamente indicadas
que no desalienten más aún al individuo y refuercen su hostilidad hacia los demás. La pena,
según esto, no protege a la sociedad, sino que exalza al delincuente con el “honor de la
retribución”, con la “aureola del romanticismo” y le incita, en consecuencia, más al delito”

b) C. G. JUNG (1870- 1961), representante de la llamada “psicología analítica” y autor de


una valiosa obra científica, es conocido fundamentalmente, por la tipología psicológica
que propuso, así como por su famosa teoría del inconsciente colectivo. En cuanto a la

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tipologia psicológica, JUNG distingue entre “introvertidos” y “extrovertidos”,
clasificación básica muy utilizada desde entonces por las investigaciones sobre
psicopatía y reincidencia que ha conseguido más eco en la moderna psicología que las
propias tesis freudianas. De esta clasificación deduce JUNG una consecuencia: que los
rasgos histéricos son más probables en los extrovertidos que en los introvertidos,
mientras con los estados de ansiedad y neurosis obsesivo- compulsivas sucedería justo
lo contrario. Peor la aportación de la criminología original de JUNG reside en la idea
del inconsciente colectivo o conjunto de convivencia de la humanidad, acumulada a lo
largo de la historia a modo de legado cultural, que cada hombre revive en su persona y
se trasmiten por la herencia. JUNG concedió gran importación a este “deposito de la
experiencia ancestral” por entender que a lo largo de los siglos, acumula imágenes
generales y arquetipos, modelos culturales y pautas de conducta inconscientes peor
decisivos en la explicación de la conducta individual. La teoría del inconsciente
colectivo, al invocar la transmisión hereditaria de los arquetipos y vivencias culturales,
permiten a algún autor plantear si existe un “inconsciente colectivo criminal”, y si dicha
hipótesis coincide con la noción de “atavismo” esgrimida por la Scuola positiva. Tal ves
no falte razón a quienes creen ver el “inconsciente colectivo” una posible explicación a
las atrocidades históricas de pueblos que se dejaron arrastrar por “arquetipos –
imágenes” con funestas consecuencias por desgracia bastante conocidas. El
pensamiento de JUNG tiene por otra parte, puntos de coincidencias y de discrepancia
con el FREUD. Como buen heterodoxo, censura el excesivo énfasis que ponen los
freudianos en el instinto sexual. Aunque conserva el término “libido”, lo hace
privándole de la connotación sexual originaria. La libido- para JUNG – es una energía
vital que sirve de sustrato al instinto de auto conservación equivalente al “élan vital” de
Bergson. Sin embargo, se muestra como conciliador en cuanto a las técnicas
terapéuticas (por ejemplo a los delincuentes neuróticos), a pesar de que JUNG se ocupa
más del futuro que del pasado biográfico del individuo y ve en su situación presente la
clave de las neurosis.

c) Paradigmática es, también, la teoría del desarrollo psicosocial del “yo” de ERIKSON,
quien tiene en cuenta aspectos sociales y no solo intrapsiquicos o mentales en el
desarrollo evolutivo del individuo. ERIKSON distingue ocho etapas, en función de
otras tantas “adquisiciones psicosociales” definidas bipolarmente que el sujeto debe de
conseguir en cada una. Además, según ERIKSON, existen unas cualidades esenciales
básicas que permiten al individuo pasar de una fase a la siguiente. Cada etapa implica
un progresivo enriquecimiento del “yo”.

d) Por ultimo, E. FROMM, uno de los más prestigiosos teóricos sociales del pensamiento
psicoanalítico ha abordado problemas directamente relacionados con la conducta
anómala y antisocial. Dos de sus obras: “el medio a la libertad y “el psicoanalítico de la
sociedad contemporánea”, merecen especial consideración. FROMM plantea el
problema de la crisis de la civilización occidental, cuyas manifestaciones serían formas
colectivas de occidente es una libertad “de” ataduras tradicionales, pero no una libertad
“para”. El hombre de la moderna sociedad industrial se halla inmerso en una profunda
contradicción: por una parte se ha liberado de cadenas históricas que le esclavizaban,
peor de otra ha cobrado clara conciencia de sus limitaciones como persona y una
sensación de soledad moral que paradójicamente le incita el alinearse subordinando su
propia vida a poderes exteriores y superiores a él. El miedo a la libertad explica tales
mecanismos de defensa: el hombre se siente inseguro, angustiado y dependiente de la
aprobación ajena, es incapaz de amar y de usar la razón, incapaz de tomar decisiones,
en realidad, es incapaz de apreciar la vida añade FROMM. Y así esta pronto a
destruirlo todo y aún a destruirlo gustosamente.

53
11. Las Teorías Psicoanalíticas: Valoraciones Críticas

a) Una somera comparación de las tesis freudianas, neo o post freudianas y revisionistas,
pone de relieve que el cuerpo de doctrina del psicoanalista ha evolucionado
sensiblemente. Que no existe, en puridad, una teoría `psicoanalítica de la criminalidad,
sino diversas hipótesis. Es obvio, por ejemplo, que la moderna doctrina ha dado paso a
un nuevo lenguaje Psicodinámico. Así, el instinto primario de agresión, el triunfo de
“ello” o el complejo de culpa inconsciente de origen edípico, quedan relegados a un
segundo plano. El significado etiológico atribuido a ciertos conflictos intra psíquicos o
a traumas de la infancia ceden ante nuevas perspectivas: el proceso de aprendizaje del
niño, la interiorización de las normas y valores convencionales, los denominados
estados deficitarios criminógenos. En todo caso, cobra creciente interés el análisis de la
“psicología colectiva”: de la “sociedad sancionadora”.

b) El psicoanálisis ha contribuido de forma desiciva a una mejor comprensión del hombre


sano o enfermo profundizando en los mecanismos no conscientes que subyacen a su
conducta. Es tal vez, su mayor mérito y explica el éxito arrollador del mismo en cuanto
modelo psicodinámico hasta mediada la década de los cincuenta, en que parece
imponerse el paradigma estructural y el subcultural. Pero su objeto primordial, su
concepción mentalista, su método y fines, (en sus inicios, la terapia de ciertas neurosis e
histerias desde una perspectiva clínica individual –individualista) sellan las limitaciones
del psicoanálisis.

c) El modelo psicoanalítico ha sido objeto de muy diversas criticas, fundamentalmente y


con razón en le ámbito metodológica, pero también en el terapéutico, político criminal
etc. El psicoanálisis, por su mentalismo y por la función trascendental que asigna al
mundo de lo inconciente, opera con hipótesis no observables. En buena medida sus
proposiciones son irrefutables porque no son verificables. Como advirtió D.
RAPAPROT, FREUD manejaba indistintamente proposiciones que pertenecen a niveles
epistemológicos distintos: empirico, teorico, metateorico, etc pasando de unos a otros
sin cuestionar la licitud de tales malabarismos. Pero no sólo equiparaba el plano
empirico y el teorético, confiriendo implícitamente igual validez a los hechos
observados que a la interpretación de los mismos: FREUD, añadio a su repertorio
proposicional afirmaciones matacientíficas no susceptibles de refutación. Ni de
confirmación. La doctrina psicoanalítico ortodoxo ha sido tildada, tan bien, de
timocéntrica porque atribuye a las pulsiones instintos y a los afectos una función
reguladora de toda la actividad mental del individuo en contraste con la moderna
psicología cognitiva que concede mayor protagonismo a las operaciones intelectuales
del “yo”

d) Filosóficamente, el psicoanalítico ortodoxo conduce a un determinado biológico con


todas sus consecuencias dada la primacía y significado que otroga a las fuerzas del
inconsciente. Políticamente, el psicoanalisis refleja el marco liberal liberal
individualista de la sociedad que lo vio nacer, por lo que se comprender el rechazo
oficial del mismo por la criminología socialista. Su enfoque individual mentalista de la
enfermedad mental, entendida como producto de un conflicto intrapsiquico de la
persona en el la sociedad desempeña un papel periférico, ha sido puesto en duda por un
sector de la propia doctrina psicoanalítica. Pero su objeto primordial, su concepción
mentalista, su método y fines, sellan las limitaciones del psicoanálisis.

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e) El modelo psicoanalítico ha sido objeto de muy diversas criticas, fundamentalmente y
con razón en el ámbito metodológico, pero también en el terapéutico, político criminal,
etc. Como afirma RACHMAN; muchas de las tesis freudianas parecen no susceptibles
de oprativizacion científica, otras no han podido ser aún confirmadas de modo
convincente, las más, hacen referencia a hechos que encuentran una explicación
satisfactoria acudiendo a otras teorías psicológicas más acordes con el método de la
ciencia. El pan sexualismo que inspira toda la teoría de FREUD por ejemplo ha sido
abandonado por los neos freudianos (FROMM, SULLIVAN, ERIKSON. etc.) y desde
luego por los freudianos heterodoxos (ADLER, JUNG). Constituía sin duda el “talón de
Aquiles” del psicoanálisis. Desde una perspectiva político criminal. Las tesis
psicoanalíticas adolecen de una limitada practicidad. Esto es, resulta problemático
insertar la mismas en cualquier programa político criminal realista y eficaz de
prevención del delito. Mas aun si se repara en las característica de la terapia
psicoanalítica.

12. Los Modelos Psicologicistas

A) Conductimismo Versus Psicoanálisis. Para el modelo Psicodinámico, comos e puso


de relieve lo determinates últimos del comportamiento criminal son fuerzas
motivacionales, tendencias e impulsos que operan por debajo del umbral de la
conciencia. Las raíces del delito se hallan, pues en el interior del propio individuo.
Pero mientras en psicoanálisis infería sugestivamente de la conducta misma sus
determinantes internos, el conductismo buscó las claves del comportamiento del
hombre delincuente, con notorio rigor científico experimental en las fuerzas del
medio, despojando de su tradicional soberanía a los rasgos de la personalidad y a los
motivos del infractor.

B) CONDUCTISMO (Radical) VERSUS TEORIA COGNOTIVA Y APRENDIZAJE


SOCIAL. El comportamiento humano se explica dinámicamente como mera
concatenación de estímulos y respuestas de acuerdo a su imagen del hombre como
maquina de reflejos y hábitos.

Se analizan los siguientes modelos:

1. MODELOS Biológico - Conductuales: se trata de un conjunto de construcciones


teóricos que explican no como aprende el comportamiento criminal, sino por que
ciertas personas fracasan en la inhibición eficaz de las conductas de la conducta
socialmente prohibida cuando el resto de los ciudadanos han aprendido a evitarlas.
2. Modelo Socio conductuales O Del Aprendizaje Social: intenta explicar comos aprende
el comportamiento criminal insistiendo en la importancia de l a observación y la
imitación de modelos.
3. Teoría Del Desarrollo Moral Y Del Proceso Cognitivo: atribuye el comportamiento
criminal no al defectuoso condicionamiento del proceso de socialización del autor o a
concretos aprendizajes sino a ciertos procesos cognitivos: a su percepción del mundo al
propio contexto subjetivo del delincuente, al grado de desarrollo y evolución moral del
mismo valores y normas y otras variables cognoscitivas de la personalidad. Se
contemplarán las opiniones de PIAGET y KOHLBERG fundamentalmente.
4. Modelos factorialistas de rasgos o variables de la personalidad. Abandonada la
hipótesis de la “personalidad criminal”, los modelos factorialistas tratan de
identificar rasgos de la personalidad (variables) relacionados con el
comportamiento criminal; dimensiones de la personalidad del infractor de
validez transituacional, independientes de otras variables y dotadas de poder

55
predictivo. Todo ello, sirviéndose de instrumentos objetivos de medición y
cuestionarios como el MMPI. Los rasgos y variables consideradas son
inmunerables (extroversión – introversión, locus de control, esperanza –
desesperanza, etc.) Se dará cuenta sólo de algunas formulaciones recientes.
13. Modelos Biológicos – Conductuales (Modelos De Condicionamiento Del Proceso
De Socialización)

Un primer grupo de modelos explicativos del comportamiento criminal refieren


éste a la socialización del individuo, y dicha socialización a procesos de
condicionamiento. La razón es obvia: la mayor parte de los hechos delictivos
constituyen conductas adquisitivas para las que no se requieren especiales técnicas ni
habilidades. Por lo que, desde un punto de vista etiológico, no importa saber como se
aprendieron los hábitos criminales, sino por qué algunos individuos no inhiben ciertas
conductas socialmente prohibidas, mientras el resto de los ciudadanos aprenden a
evitarlas. El comportamiento delictivo, pues parece derivar entonces de fallos o
deficiencias en el condicionamiento del proceso de socialización.

a) El modelo de condicionamiento de EYSENCK.

1) Según EYSENCK, el comportamiento social, se adquiere a través de un


proceso de condicionamiento, cuyo resultado final depende, básicamente, de tres
variables; la condicionabilidad de cada individuo (esto es: la rapidez de adquisición y la
resistencia a la extinción de las respuestas condicionadas, lo que, en buena medida
depende del código genético de la persona), el grado de condicionamiento y el modelo
de éste. La condicionalidad, para EYSENCK, guarda una estrecha y significativa
relación con la introversión: a mayor introversión mayor condicionabilidad. Los
delincuentes, por ello, serían personas más extrovertidas – peor condicionadas – que
la población general. Y los psicópatas, quienes exhiben más elevados niveles de
extroversión y neuroticismo (el neuroticismo, según EYSENCK, potencia la
condicionabilidad de los introvertidos y los defectos de condicionabilidad de los
extrovertidos).

El modelo de condicionamiento de EYSENCK reconoce que la conducta


criminal se halla fuertemente influenciada por factores genéticos, como lo están,
también, otras variables de la personalidad.

Pero el proceso de socialización y el defectuoso condicionamiento del individuo


desempeñan un papel decisivo en la génesis de la conducta delictiva. La calidad de
los confinamientos, el propio grado de condicionabilidad del individuo y las técnicas de
educación empleadas con el mismo (permisividad versus rigidez, por ejemplo) explican
que unos inhiban los comportamientos delictivos y otros no.

Según EYSENCK, el niño va asociando el castigo (“estimulo incondicionado”) a


las conductas prohibidas (“estimulo condicionado”) y, de este modo, poco a poco,
forma y desarrolla una “conciencia” o “reacción condicionada” de miedo y ansiedad
ante comportamientos semejantes en el futuro: esto es, una instancia de control
interno, autónoma, que actuará en lo sucesivo como factor disuasorio. Podría parecer
poco eficaz y seguro dicho mecanismo de condicionamiento, en comparación con las
poderosas resistencias contingentes a los actos delictivos. Y sin embargo, no lo es. El
condicionamiento explica un importante sector de la conducta socializada del ser
humano. Investigaciones empíricas con animales han demostrado, además, que su
impacto puede ser asombroso.

EYSENCK, por ello, considera más efectivo el aprendizaje clásico por asociación de
estímulos que el instrumental. A su juicio, el denominado aprendizaje “instrumental” es

56
poco eficaz como mecanismo de disuasión contra el comportamiento criminal porque
la consecuencia aversiva (pena) que sigue a aquél se aplaza considerablemente
(imposición no inmediata, ni segura), con lo que se infringe una de las reglas
elementales de la efectividad del “condicionamiento operante” (esto es: el que se lleva
a cabo a través de las consecuencias de la propia conducta en el sujeto que la
realiza). La intimidación penal es mucho menos efectiva que el condicionamiento,
“clásico” (asociación del acto prohibido o estímulo condicionado con el estímulo
incondicionado o castigo), ya que el proceso de socialización forma y desarrolla en el
individuo una conciencia (reflejo condicionado) o respuesta autónoma estable,
duradera y sólida que actuará, en lo sucesivo, como poderosa instancia de control
interno de los actos no deseados sirviéndose de implacables agentes punitivos: los
sentimientos de ansiedad y culpa.

2) La conducta delictiva, por otra parte, guarda estrecha relación con la


personalidad, ya que esta juega un papel destacado en el proceso de
condicionamiento del comportamiento social según EYSENCK. A juicio del autor, la
variable de la personalidad que influye más en aquel proceso es el mayor o menor
grado de activación cortical (arousal) del individuo, arousal que es el más elevado en
las personas introvertidas que en las extrovertidas (las primeras presentan, por tanto,
una mejor condicionabilidad que las segundas).

Los extravertidos exhiben bajos niveles de activación cortical, son más rápidos
en el desarrollo de la inhibición reactiva y disipan ésta más lentamente. Por ello, los
extravertidos en rapidez e intensidad. Y la predicción apunta a más elevados índices
de conductas criminales en los extrovertidos.

La segunda “dimensión”: el neuroticismo, se asocia a labilidad emocional,


inquietud e hipersensibilidad. Su base física (equivalente al arousal en la otra
dimensión) reside en el sistema nervioso autónomo lábil de los individuos de elevado
neuroticismo, propensos a reaccionar fuertemente, con acusados síntomas de
ansiedad a los estímulos dolorosos. Índices significativos de neuroticismo interfieren
los procesos de aprendizaje social, de modo que las predicciones de EYSENCK
asocian el mismo a la criminalidad.

Para EYSENCK, pues, el obvio que existe una relación inequívoca entre
comportamiento delictivo y puntuaciones elevadas en extraversión, neuroticismo y
psicoticismo, “prescindiendo de las grandes diferencias políticas, sociales y culturales
entre los diversos Países”

3) Finalmente, siempre según Eysenck, es necesario ponderar, también, la


incidencia de factores situacionales que determinan el grado y tipo de
condicionamiento, junto a la condicionabilidad individual.

Porque esta última no constituye la única variable. Es más: las correlaciones


antes mencionadas (extraversión elevada – bajo condicionamiento) valen en
semejantes condiciones ambientales, no si éstas difieren.

El modelo de EYSENCK es rico en consecuencias en orden a la prevención de la


criminalidad y el tratamiento del delincuente.

Para el autor, el sistema educativo desempeña un rol decisivo en la prevención


del delito. Un desmedido culto a la permisividad perjudica la efectividad del proceso de
socialización porque restringe el número de ensayos de condicionamiento al dejar de
castigar adecuadamente conductas negativas del niño. Sería oportuno un sistema que

57
mantenga una disciplina adecuada: suficiente para asegurar el condicionamiento
necesario y no tan severa como para generar procesos neuróticos en el educando.

4) El cuanto al tratamiento del delincuente, sugiere EYSENCK tres criterios: la


conveniencia de incidir, de modo directo (mediante drogas), en el sistema nervioso del
penado, o con idénticos procedimientos cuando este padece alguna disfunción
endocrina; acudir a técnicas de modificación de conducta sobre la base del
denominado condicionamiento operante, si bien tales sistemas no ofrecen
perspectivas esperanzadoras una vez que el recluso se reincorpora a su medio
originario; y situar los programas de tratamiento rehabilitador en marco de los
regímenes abiertos, donde parece ser más eficaces y operativos.

5) El modelo explicativo de la criminalidad de EYSENCK ha suscitado una viva


controversia. Seguidores y detractores del mismo han tratado de verificar
empíricamente las dimensiones de la personalidad en criminales y en grupos de
control; los efectos de concretas variables; e incluso, el comportamiento de éstas en
determinados delitos o conductas antisociales diferenciadas. Existe ya una abundante
y prolija literatura científica que evalúa y revisa la obra de EYSENCK. Crítica severas
para la metodología y conclusiones del autor; o confirmaciones parciales, unas veces,
totales, otras del modelo eysenckiano.

b) La hipótesis de la necesidad de estimulación como rasgo de la personalidad:


necesidad de estimulación y actividad cortical.

Esta sugestiva hipótesis, propugnada entre nosotros por Pérez Sánchez, parte
de una revisión crítica de la teoría de la criminalidad de EYSENCK.

Según Pérez Sánchez, después de treinta años de investigación científica y


más de un centenar de trabajos sobre varias decenas de miles de delincuentes, la
teoría de EYSENCK sólo ha alcanzado una verificación parcial, incompleta.

El perfeccionamiento de la metodología inicial del autor y la introducción de


nuevos diseños, por otra parte, no sólo obliga a una atenta evaluación de aquella, sino
que abre nuevas perspectivas.

En efecto continúa Pérez Sánchez el hecho de que tanto la variable “P” psicoticismo,
como la variable “E” extraversión, guarden una estrecha relación con la conducta
antisocial según demuestran numerosas investigaciones (no así la variable “N”,
siempre en el modelo de EYSENCK) sugiere la búsqueda de los que puedan tener en
común uno y otro rasgo de la personalidad. Pérez Sánchez llega a la conclusión de
que la “necesidad de estimulación” es el dato común que explica la relación de las
variables “E” y “P”, con la delincuencia: una acusada necesidad de estimulación sería
elemento esencial en la génesis de la conducta antisocial.

Según esto, las personas con gran necesidad de estimulación para conseguir
un rendimiento óptimo (debido a un bajo nivel de activación cortical, probablemente)
sería las más propensas a la conductas antisociales que impliquen estimulación, Por
ello siempre a juicio de Pérez Sánchez se ha podido detectar en todo tipo de
personalidades antisociales (tanto en psicópatas, como en drogadictos o en individuos
considerados normales) una significativa necesidad de estimulación. Necesidad, por
otra parte, más acusada en el varón que en la mujer.

Ahora bien, mientras unos autores, como García Sevilla estiman que la
necesidad de estimulación es una consecuencia de la baja sensibilidad al castigo,
otros relacionan ambas invocando la hipótesis de la activación cortical.

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En todo caso, existirá una relación inversa entre mayor o menor activación
cortical y mayor o menor necesidad de estimulación. Esto es: un bajo nivel de arousal
conlleva una elevada necesidad de estimulación. De acuerdo con esta hipótesis, pues
las personas con bajo arousal son menos sensibles al estímulo aversivo, de modo que
el castigo produce un menor impacto disuasorio en las mismas.

c) El modelo de Trasler.

G. TRASLER se sirve, igualmente, de un modelo biológico conductual inserto


en una teoría general de la socialización, a fin en muchos extremos al de EYSENCK.
Para TRASLER lo importante es, también, no investigar por qué el delincuente
aprendió el comportamiento criminal, sino porqué fracasó el condicionamiento
socializador, por qué no supo o pudo inhibir la realización de una conducta prohibida
que los demás ciudadanos sí consiguen evitar.

Según TRASLER, tal fracaso del condicionamiento puede producirse bien por
la inadecuación de las técnicas de entrenamiento aplicadas, bien por la inadecuación
de las técnicas de entrenamiento aplicadas, bien por la pobre condicionabilidad del
individuo o la interferencia de factores exógenos que perturban la eficacia de aquél.
Dos son, por tanto los parámetros básicos en el modelo de TRASLER: los que
determinan la condicionabilidad diferencial del individuo a los entrenamientos en
evitación de la conducta criminal y los que caracterizan o especifican el propio proceso
de socialización, al decidir la eficacia del entrenamiento y los valores que se trasmiten
al individuo a través de los mismos.

Por otra parte, TRASLER confiere mayor importancia que EYSENCK a las
variables sociales, como el status socioeconómico relacionado con el riesgo de
exposición a modelos criminales, por cuanto, a su juicio, tales variables se proyectan
en la educación impartida a los miembros de las respectivas clases sociales.

d) En cuanto al modelo socio biológico de JEFFERY, ya examinado en otro


capitulo de esta obra, baste con recordar ahora tres ideas.

JEFFERY parte de la hipótesis de que el comportamiento delictivo, como


cualquier otro comportamiento, se aprende. De hecho, el autor asume un modelo
conductista skinneriano que rechaza la introspección como método de examinar la
conducta y llevar a cabo las oportunas inferencias.

Pero el modelo de aprendizaje de JEFFERY tiene un importante componente


biológico, genético: es un modelo biosocial. A su juicio, el código biológico traza
importantes diferencias entre unos individuos y otros en orden a la capacidad de
aprender en un ambiente dado. JEFFERY rechaza, pues expresamente la
denominada ley de la “equipotencialidad”, que presupone lo contrario, y lamenta que el
evidente triunfo del conductismo sobre la introspección propia de los análisis
psicodinámicos signifique la consolidación de las tesis ambientalistas y, por tanto que
se perpetúe el mito de la equipotencialidad.

De otra parte, el modelo de aprendizaje de JEFFERY descansa en el principio del


aprendizaje operante, no en el denominado “clásico” ni en el “vicario” u observacional,
característico del aprendizaje social. De hecho, JEFFERY reprocha a este último que
olvide la importancia del refuerzo primario y de lo condicionantes biológicos. Olvide
que el comportamiento criminal constituye una conducta “reforzada”, una respuesta
“operante”, mantenida por sus consecuencias, de acuerdo con una compleja fórmula.

59
En cuanto a la opción, prevencionista de JEFFERY y su certera crítica a los sistemas
legales represivos basados en la idea del intimación y a la trascendencia que asignan
al factor ambiental – físico como ámbito adecuado para llevar a cabo con éxito el
control de la criminalidad, baste con una remisión a lo ya expuesto en un capítulo
anterior.

14. Modelos Socio conductuales: El Aprendizaje “Social”

La teoría del aprendizaje social es la variante del conductismo más próxima a las
teorías sociológicas del aprendizaje por transmisión cultural o asociación diferencial.
Su premisa es que la adquisición de pautas y modelos criminales se lleva a cabo a
través de un proceso de aprendizaje evolutivo que descansa en la observación y en la
imitación del comportamiento criminal de otros (aprendizaje vicario, observacional o
proceso de modelado).

Este modelo teórico se ha utilizado, a menudo, para explicar la génesis de la


criminalidad violenta. Su principal valedor es BANDURA, siendo importantes las
contribuciones al ámbito específico de la Criminología de FELDMAN y GLASER.
Según este punto de vista, el crimen en particular, el crimen violento es aprendido por
el individuo y representa una respuesta normal a las situaciones y experiencias vitales
del mismo. Para BANDURA, el individuo no nace como sujeto violento, sino que
aprende a ser violento, a actuar así a través de sus vivencias diarias, de su interacción
con los demás. Sobre todo por el impacto que tienen durante su niñez ciertos ejemplos
que provienen de personas especialmente significativas. Al observar como los otros
emplean la violencia para conseguir sus propósitos, siendo a menudo recompensados
por ello, los comportamientos agresivos de los adultos van modelando la conducta del
niño, quien aprende de este modo a actuar violentamente. Los factores biológicos y los
psicológicos pueden predisponer al individuo, pero la activación definitiva de las
tendencias criminales, violentas, se debe al entorno social, ambiental. Por ello,
BANDURA pone especial énfasis en la forma que adopta el comportamiento social
violento, la frecuencia con que se expresa, la situación en que tiene lugar y los
objetivos específicos seleccionados por aquél, como extremos todos ellos
ampliamente condicionados por las variables del aprendizaje social.

Pero, como modelo teórico, el del aprendizaje social trasciende el ámbito estricto de la
criminalidad violenta. Con el mismo trata de explicarse, también, el proceso de
adquisición de normas de conducta en general, de juicios y valores, y el desarrollo del
autocontrol, esto es, la capacidad de tolerar la demora de una recompensa, de
posponer recompensas inmediatas a favor de metas y objetivos a medio y largo plazo
de trazarse auto – recompensas y castigos.

En cuanta teoría conductiva, propone un análisis directo del comportamiento humano y


explica el mismo en función de los mecanismos propios de todo proceso adquisitivo,
lejos de la supuesta influencia de fuerzas ocultas que yacen en el pasado y operan por
debajo del umbral de la conciencia.

a) El modelo de aprendizaje social de FELDMAN

El modelo de FELDMAN es una modelo complejo e integrado, por que según el


autor, en los diversos momentos del proceso de aprendizaje social intervienen factores
genéticos, situacionales y conductuales. La adquisición y el mantenimiento de la
conducta delictiva se hallan en función del peso específico e interacción de las citadas
tres variables: la predisposición individual incide fundamentalmente en la adquisición
de las pautas criminales; los factores situacionales afectan, ante todo, al

60
mantenimiento o perpetuación de la conducta infractora; las variables de aprendizaje
son los factores criminógenos por excelencia, interactúan con los anteriores y
despliegan su acción tanto en el momento adquisitivo del modelo criminal como en el
de ejecución de la conducta infractora y mantenimiento del estatus criminal.

15. Teoría Cognitiva Del Desarrollo Moral (Variables Cognitivas)

Para la teoría cognitiva, el comportamiento humano se rige por claves mucho


más complejas y organizadas que lo que supone el conductismo, pues el hombre no
es una máquina de reflejos y hábitos, ni la conducta de éste puede explicarse, sin
más, como una concatenación de estímulos y respuestas. El sentido último del a
acción es inseparable de ciertos procesos mentales del individuo; de cómo percibe y
se representa en mundo en el que vive; de sus propios valores y normas; de su
desarrollo moral y el de las restantes variables cognitivas; del contexto subjetivo del
infractor y el significado que éste asigna a las diversas situaciones, etc.

Tales procesos cognitivos o cogniciones son valiosos determinantes internos


de la conducta. De difícil acceso y evaluación, pero indiscutible interés en el momento
de interpretar y comprender el complejo comportamiento del hombre.

Los psicólogos más destacados de la orientación cognitiva (WUNDT,


ITCHENER, JAMES, etc.) se preocuparon, fundamentalmente, de ciertos procesos
mentales del individuo; de cómo percibe la realidad y se representa el mundo en el
que vive; de cómo soluciona sus problemas, de lógica se diversificó, dando lugar a tres
suborientaciones: La Psicología de la “Gestalt”, que propugna una comprensión global,
total del mundo y de los fenómenos psicológicos (entre otros, el crimen), sin análisis
que fragmenten y aíslen la realidad; la teoría del desarrollo moral e intelectual, de
especial interés criminológico porque relaciona el comportamiento delictivo con las
fases menos evolucionadas, menos maduras, del desarrollo moral y cognitivo del
individuo; y la denominada Psicología humanista, que apela a los sentimientos del
individuo.

a) La Psicología de la Gestalt.

Para la teoría de la Gestalt todo fenómeno psíquico es una unidad inescindible,


una unidad vital, un complejo o estructura que no puede descomponerse
analíticamente sin perder su esencia. Lo que sucede, también con el crimen,
fenómeno o estructura total. Compleja, organizada y distinta de los elementos que
hayan podido concurrir en su producción.

El delincuente según los psicólogos de la Gestalt no reacciona a estímulos


específicos, si no a la configuración u organización total de objetos que los rodean.
Tales configuraciones son genuinas estructuras o elementos mentales, que deben ser
contempladas como experiencias unitarias: cómo se producen las “leyes” que
gobiernan sus cambios, de qué factores dependen, etc.

b) Teoría del desarrollo moral y cognitivo

1) El gran iniciador de la teoría cognitiva fue J. PIAGET (1896 – 1980),


si bien no llegó a aplicar sus hipótesis a la explicación del comportamiento criminal.
Según PIAGET, el individuo desarrolla su capacidad de razonar a lo largo de un
proceso en el que se pueden distinguir una serie de etapas o estadios, que se inician
con el nacimiento y culminan a los doce o trece años – o más; un proceso evolutivo
cada uno de cuyos momentos matiza el grado de desarrollo moral del individuo y las
características singulares de su razonamiento y respuestas.

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2) Mayor interés tiene para la teoría de la criminalidad la formulación de
KOHLBERT, quien comparte la premisa básica de la concepción cognitiva, esto es,
que la forma en que una persona organiza sus razonamientos en torno a las leyes y
normas genera patrones de conducta eventualmente delictivos. Partiendo de la tesis
de PIAGET, mantiene KOHLBRT la existencia de seis estadios en el proceso de
formación del razonamiento moral del individuo, durante los cuales se perfilan sus
decisiones y juicios sobre el concepto de lo justo y lo injusto de distinta manera.

3) Por su parte TAPP ha progresado en la verificación y redefinición de


las hipótesis cognitivas, si bien refiriéndose no al razonamiento “legal”. Su conclusión
es muy similar a la de KOHLBERT y como este, pone especial énfasis en la no
superación por el niño de la etapa preconvencional, entre los diez y los catorce años.
Por entender que tal disfunción evolutiva tiene un profundo impacto criminógeno.

4) FLAVELL y ENRIGHT han elaborado recientemente un nuevo


modelo de “cognición social” (FLAVELL) con un componente de desarrollo
(ENRIGHT), partiendo de la hipótesis de que dicho proceso evolutivo interviene
decisivamente en el ajuste conductual del niño según constatarán SELMAN, SHURE y
otros.

c) Valores y actitudes específicamente criminales.

La infracción de una norma jurídica, de facto, puede significar el rechazo


de los valores sociales que dicha norma simboliza y tutela. Por ello, son muchas las
concepciones criminológicas que acentúan el valor “expresivo” de la conducta
desviada, atribuyendo a la misma una función simbólica: el delito reflejaría –
mantienen los particulares valores del criminal, del subgrupo al que éste pertenece;
encarnado, en todo caso, una actitud de rebeldía y rechazo intencionado hacia los de
la sociedad oficial, hacia los valores dominantes.

16. Análisis Factorialista: “Rasgos” De La Personalidad

a) El denominado “modelo factorialista” se caracteriza por la pretensión de


identificar, con una metodología diferencial factorialista, rasgos de la personalidad que
expliquen la consistencia de ciertas conductas. En particular, trata de verificar hasta
que punto el comportamiento criminal se halla asociado a determinadas características
estables de la personalidad del infractor.

En su lugar se dio cuenta de la hipótesis de la “personalidad criminal”, viejo


mito positivista hoy desterrado; así como de los esfuerzos llevados a cabo, sin
excesivo éxito, en el campo de la Psicopatología general y de la Criminología para
fundamentar posibles correlaciones entre concretos rasgos de la personalidad y
específicas conductas antisociales.

b) El modelo factorialista ha generado una inabarcable producción científica de


la que ni siquiera es posible dar cuenta. Son innumerables los rasgos de la
personalidad cuya relevancia etiológica han tratado de verificar unos y otros autores.
Expuesta ya la conocida tesis factorialista de EYSENCK, y los resultados obtenidos,
aplicando el MMPI, en diversas investigaciones, baste ahora con una breve referencia
a otros trabajos recientes.

62
17. Teorías Psicológicas De La Criminalidad: Valoración Final

La aportación de la moderna Psicología empírica a la Criminología tiene un


triple ámbito de incidencia u operatividad:

a) En primer lugar, elabora y formula las correspondientes teorías y modelos


sobre la génesis del comportamiento criminal. Cumple, pues una función explicativa de
la etiología del delito.

b) Un segundo cometido de la Psicología empírica consiste en clarificar y


desmitificar ciertos procesos reales que sirven de soporte a la más importante
institución jurídica relacionada con el crimen: el castigo. La reflexión jurídico – penal –
la dogmática cuando se pronuncia sobre la función “disuasoria” de la pena y su
impacto preventivo – general, lo hace siempre, con su normativismo, desde el plano
del “deber ser”, operando con imágenes ficticias a menudo apartadas de la realidad. A
la Psicología corresponde desvirtuar el esteriotipo intelectualista de delincuente y el
simplismo idílico con que suele describirse el impacto contra motivador de castigo,
supuestamente uniforme, infalible y atento, sobre todo a su rigor nominal.

c) En el ámbito clínico, terapéutico, no es necesario resaltar la perspectiva que


se ofrece a la experiencia psicológica.

En todo caso, los amplios cometidos reservados a la Psicología empírica en el


marco del sistema penal que tienen por objeto el delito, el delincuente, la victima y los
agentes del control social: Policía, protagonistas del proceso e instituciones
penitenciarias se concretan en tres tipos de actividades básicas : de evaluación, de
tratamiento y de entrenamiento.

La denominada Psicología comunitaria, pieza fundamental en los programas de


prevención del delito, será objeto de análisis más detenido y diferenciado en un
capítulo posterior, dada su conexión con las teorías ecológicas y ambientalistas.

63
Conclusiones

1. Psicocriminología: Explicación de los fenómenos delictivos y antisociales abordando


también el estudio psicológico de los actores de tales fenómenos.

2. La personalidad no se hereda, sino que se construye a lo largo de la experiencia vital de


cada individuo, antes de los 6 o 7 años, pero que se reajusta con algunas influencias en
los años posteriores.

3. Tipologías Caracterológicas:
⇒ Nervioso ( emotivo-inactivo-primario)
⇒ Sentimental ( emotivo-inactivo-secundario)
⇒ Colérico ( emotivo-activo-primario)
⇒ Apasionado ( emotivo-activo-secundario)
⇒ Sanguíneo ( no emotivo-activo-primario)
⇒ Flemático ( no emotivo-activo-secundario)
⇒ Amorfo ( no emotivo-inactivo-primario)
⇒ Apático ( no emotivo-inactivo-secundario)

4. Teoría de los Rasgos de la personalidad: Para la medición de la personalidad, dentro de


la corriente psicométrica, se emplean diversos tests, habiendo logrado mayor desarrollo
del estudio a través de cuestionarios o inventarios multifásicos de personalidad que
miden los rasgos.

5. Según Bandura hay dos tipos de aprendizaje de la agresión:


+observación de modelos
+experiencia directa

6. El autor nos trata de explicar las influencias que desde el crecimiento que nos va
formando y nos va haciendo más propensos a cometer delitos.

7. El lugar donde vivimos donde podemos estar cotidianamente frente a casos de


delincuencia tenemos grande influencia que en nuestra adultés reflejaríamos en nuestros
actos

8. Estas son la clasificación de la esquizofrenia.


Esquizofrenia paranoide
1. Esquizofrenia habefrenica
2. Esquizofrenia catatónica
3. Esquizofrenia indiferenciada
4. Depresión post-esquizofrenica
5. Esquizofrenia residual
6. Esquizofrenia simple

9. Los diversos trastornos y disfunciones del comportamiento sexual, si bien tienen una
concomitancia fisiológica, no dejan de ser condicionados también por diversos procesos
psicosociales

10. Disfunciones Sexuales: Incluye conductas que no constituyen desviaciones, sino más
bien alteraciones que dificultan su expresión fisiológica “normal” por razones

64
psicológicas o psico – biológicas, tales como la aversión sexual, frigidez, vaginismo,
etc.

11. La Psiquiatría, la psicología y el Psicoanálisis son elementos esenciales del estudio de la


Psicocriminología.

12. La Psiquiatría esta dispuesta a explicar el comportamiento delictivo de las personas.

13. El comportamiento criminal no tiene base en la psicopatología.

14. El modelo Psicoanalítico distingue tres instancias mentales: El ellos, el yo y el súper yo,
el correcto equilibro de estas aseguran la estabilidad psíquica del individuo.
15. El Psicoanálisis ha contribuido de forma decisiva a una mejor comprensión del hombre
sano o enfermo en los mecanismos no consecuentes que subyacen a su conducta.

16. El conductismo supuso un rotundo desplazamiento del análisis causal de las respuestas
humanas del ámbito de las motivaciones internas.

17. El comportamiento delictivo, pues parece derivar entonces de fallos o deficiencias en el


condicionamiento del proceso de socialización.

65
Bibliografía

⇒ Antonio García- Pablos de Molina


Tratado de Criminología
TIRANT LO BLANCH. DERECHO 1999

⇒ Alejandro Solis Espinosa.


Criminología
Editorial Intercopy.- 3ra.- Edición.- Lima Perú.- 1997

66
Índice

Dedicatoria 2
Presentación 3

Tendencias Psicocriminológicas

1.- Nociones de Psicocriminología 4


2.- Teorías y factores Psicocriminológicos 5
2.1.- Personalidad y delito 5
2.1.1 Carácter y Personalidad 6
2.1.2.- Las Tipologías Caracterológicas 7
2.1.3 La Teoría de los “Rasgos de Personalidad” y Delito 8
2.2 Teoría de Hans Eysenck 11
2.3 Teorías Psicoanalíticas 13
2.3.1 La Concepción de Sigmund Freud 13
2.3.2 Tesis de Franz Alexander y Hugo Staub 14
2.3.3 Tesis de Mc Night y Colaboradores (1966) 15
2.3.4 Propuesta de M. N. Walsh (1966) 15
2.3.5 Planeamiento de David Abrahamsem (1970) 16
2.4 Frustración-Agresión y Delito 16
2.4.1 Nociones de Frustración 16
2.4.2 Frustración – Agresión 17
2.4.3 Frustración- Agresión y Nivel de Expectativa 18
2.4.4 Nivel de Tolerancia a la Frustración y Reacción Agresiva 19
2.5 Condicionamiento Operante Y Delito 19
2.5.1 El Condicionamiento Operante 19
2.5.2 Delito y condicionamiento operante 21
2.6. Teoría Del Aprendizaje Social O Imitación Social 22
2.6.1 Aprendizaje de la agresión por observación 22
2.6.2 Aprendizaje Por Experiencia Directa 24
2.6.3 Instigadores Y Reforzadores De La Agresión 24
2.7 El Modelo De Aprendizaje Social Según P. Feldman 26
3. Psicopatológica Criminología 26
3.1 Clasificación De Los Trastornos Mentales 26
3.2 Trastornos Mentales Orgánicos Y Delito 28
3.2.1 Trastornos Mentales: debido al consumo de alcohol (F10) 28
3.2.2 Trastornos Mentales Debidos Al Consumo De Drogas 29
3.3 Esquizofrenia Y Trastornos De Ideas Delirantes 29
3.3.1 Esquizofrenia Y Delito 30
3.3.2. Trastornos de ideas delirantes persistentes 32
3.4 Trastornos Del Humor Psicotico 32
3.4.1. Episodio Maniaco Psicotico Y Delito 32
3.4.2. Episodios Depresivos Psicóticos y Delito 33
3.5 Trastornos Neuróticos Y Delito 33
3.6. Trastornos De Personalidad Y Delito (Psicopatías) 34
3.6.1 Antecedentes De Los Trastornos De Personalidad 34
3.6.2 Tipo De Trastornos De Personalidad 35
3.7 Disfunciones, trastornos sexuales y delitos 40
3.7.1 Defunciones sexuales 40
3.7.2 Trastornos Sexuales y Criminalidad 40

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3.8. Retraso Mental y Delito 42
4. Explicaciones Psicopáticas (Psiquiatritas) Del Delito 43
5. Fundamentos Psicopatológicos De La Conducta Delictiva 44
6. El modelo Psicodinámico y su función Mediadora 48
7. Postulados Del Modelo Psicoanalítico 49
8. El Pensamiento De S.Freud (1856-1939) 50
9. Aportación A La Criminología De Otros Psicoanalistas 51
10. Pensamiento Psicoanalítico Postfreudiano Heterodoxo O Revisionista 51
11. Las Teorías Psicoanalíticas: Valoraciones Críticas 54
12. Los Modelos Psicologicistas 55
13. Modelos Biológicos – Conductuales (Modelos De Condicionamiento Del Proceso De
Socialización) 56
14. Modelos Socio conductuales: El Aprendizaje “Social” 60
15. Teoría Cognitiva Del Desarrollo Moral (Variables Cognitivas) 61
16. Análisis Factorialista: “Rasgos” De La Personalidad 62
17. Teorías Psicológicas De La Criminalidad: Valoración Final 63

Conclusiones 64

Bibliografía 66

68

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