Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
Carlos Humberto Romero
(Chalatenango, 1924) Militar y político salvadoreño, presidente de su país
desde julio de 1977 hasta octubre de 1979. Recibió su formación castrense en
la Escuela Capitán General Gerardo Barrios, la Escuela de Armas y Servicios
y la Escuela de Mando y Estado Mayor Manuel Enrique Araujo, entre otros
centros salvadoreños y de Estados Unidos. A lo largo de su carrera fue
suboficial del Primer Regimiento de Infantería, subdirector de la Escuela de
Armas y Servicios, jefe del Departamento de Personal del Estado Mayor de
las Fuerzas Armadas y agregado militar de la embajada en México.
2
Julio Adalberto Rivera Carballo
(Zacatecoluca, 1921-San José Guayabal, 1973) Militar y político salvadoreño.
Fue miembro del directorio que gobernó el país después que fuera derrocada
la junta que dio el golpe de estado en 1960. Obtuvo la victoria en las
elecciones presidenciales de 1961 como candidato único del Partido de
Conciliación Nacional, manteniéndose en el cargo hasta 1967. Posteriormente
fue embajador en EE UU (1969-1973) y representante de su país en la OEA.
Carrera Política
3
desde el año de 1972 presidente. Este mismo año fue candidato a la
presidencia de la República por la Unión Nacional Opositora, perdió
estrechamente contra el coronel Arturo Armando Molina.
Alfredo Cristiani
(San Salvador, 1948) Político salvadoreño. Estudió el bachillerato en la
Escuela Americana de El Salvador y se graduó por la Universidad de
Georgetown, Washington, en Administración de Empresas. A partir de 1984,
fecha en la que ingresó la ultraderechista Alianza Republicana Nacionalista
(ARENA), se integró en el consejo ejecutivo nacional del Partido, en calidad
4
de director, para pasar, un año después, a ocupar la presidencia del consejo.
En 1988 fue elegido diputado por el departamento de San Salvador.
5
centroamericanos: Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Costa Rica y El
Salvador.
Biografía
Junto con sus consejeros económicos, Juan José Daboub y Manuel Enrique
Hinds, Calderón Sol puso en marcha una serie de medidas neoliberales como
privatización de las compañías telefónicas y de distribución eléctrica y los
fondos de pensiones hasta entonces de propiedad gubernamental. Durante su
gestión, el territorio salvadoreño fue asolado por el paso del Huracán Mitch,
que provocó importantes daños en la infraestructura del país. Terminado su
mandato, el 1 de junio de 1999, Calderón Sol paso a ser Diputado del
Parlamento Centroamericano, desde entonces ha mantenido un alto perfil
político y ha ocupado el cargo de presidente honorario de ARENA.
6
Massachussets y de Maestría en Filosofía en World University California;
Historia y Literatura en Oxford University, Inglaterra; Ciencias Políticas en
Amherst College, Massachussets; Associate in Arts enfocado a la Sociología
en la Universidad de Hartford en Connecticut. Fue candidato presidencial por
el Partido Alianza Republicana Nacionalista, ARENA, en las elecciones del 7
de marzo de 1999. Durante su segundo período como diputado en la Asamblea
Legislativa, se dio a conocer por haber sido electo en Junio de 1997,
Presidente del Primer Órgano del Estado, a pesar de que su partido perdió la
mayoría de diputados en la misma. Se convirtió en uno de los presidentes más
jóvenes en la historia del Órgano Legislativo de El Salvador, al recibir el
apoyo unánime de todos los representantes de los partidos políticos que lo
integran. Durante la administración del Ex Presidente Alfredo Cristiani,
fungió como Vice-Ministro de Planificación, Representante Oficial del
Gabinete Social. Luego, fue designado Vice-Ministro de la Presidencia y
Asesor Presidencial. Con la firma de los Acuerdos de paz en 1992, que
terminó con el conflicto armado salvadoreño, el Presidente Cristiani lo
encomendó la reformulación del Plan de Gobierno. En 1994, nuevamente
ARENA continúa en el poder y el Presidente Armando Calderón Sol lo
nombra Secretario de Información de la Presidencia. El 1 de junio de 1999 fue
investido como el trigésimo tercer presidente de El Salvador en el siglo XX.
Casado con Lourdes Rodríguez de Flores.
Óscar Osorio
(Sonsonate, 1910 - Houston, Texas, 1969) Militar y político salvadoreño,
presidente de la República entre 1950 y 1956. Cursó su carrera militar en la
Escuela Capitán General Gerardo Barrios y en la Escuela Superior de Guerra
(Turín, Italia). Participó en el movimiento revolucionario que derrocó al
presidente Maximiliano Hernández Martínez (1931-1944); fue desterrado y
vivió en México.
7
Miembro del Consejo Revolucionario que gobernó El Salvador desde 1948
hasta 1950, ese último año fue elegido presidente de la República con el apoyo
del Partido Revolucionario de Unificación Democrática (PRUD). Promulgó
una nueva Constitución y su política favoreció los intereses de la oligarquía
terrateniente productora y exportadora de café, las llamadas ‘14 familias’.
Fue sucedido por el coronel José María Lemus en 1956. Óscar Osorio se exilió
a causa de la revolución izquierdista de 1960 que derrocó a aquél, y regresó al
país en 1962 tras promulgarse el decreto de amnistía general.
Presidente de la República
Elías Antonio Saca realizó los estudios primarios en la escuela San Agustín de
Usulután y en 1978 se matriculó en el Instituto Cervantes de la capital, San
Salvador, a donde se mudaron sus padres a raíz de la quiebra de la algodonera
que regentaban en la ciudad del sudeste.
8
Cervantes a causa de los disturbios políticos que sacudían San Salvador.
Desde 1980, Saca continuó su actividad laboral en las ondas, prestando la voz
a las emisoras YSR, Sonora, Radio 10 y Radio Teatro, entre otras.
Hay que recordar que entonces discurría la etapa más sombría de la historia
contemporánea salvadoreña, con el derrocamiento de la dictadura encubierta,
corrupta y represiva a partes iguales, del general y presidente Carlos
Humberto Romero Mena, la toma del poder por una Junta de Gobierno cívico-
militar con proclamas de justicia social pero que muy pronto fue cooptada por
el sector más reaccionario del Ejército en connivencia con la oligarquía
terrateniente, y la emergencia de la guerrilla revolucionaria del Frente
Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y de los impunes
escuadrones de la muerte de extrema derecha, todo lo cual abocó al
malhadado país a una cruenta guerra civil.
En apariencia, Saca no prestó interés por la política militante durante los años
ochenta y noventa, si bien en su biografía oficial puesta en circulación con
motivo de las elecciones de 2004 se asegura que ha estado vinculado a la
Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) "desde hace 15 años", mientras
que él personalmente cuantifica esa relación en "muchos años" y añade que
formó parte de las juventudes del partido. ARENA, a estas alturas confirmada
como una de las formaciones políticas más exitosas del continente, fue
fundada el 30 de septiembre de 1981 por el mayor del Ejército Roberto
D’Aubuisson Arrieta, oficial de talante filofascista y anticomunista virulento,
al que siempre se le relacionó con la proliferación de los escuadrones de
9
paramilitares que asesinaron a miles de campesinos y miembros o
simpatizantes de partidos, sindicatos y organizaciones sociales, no
necesariamente de izquierda o situados en la órbita del FMLN.
10
oyentes y del mercado de la publicidad, así como merecedor de diversos
premios concedidos por asociaciones del mundo de la radiodifusión y las
telecomunicaciones. Además, seguía hablando desde los micrófonos,
conduciendo noticiarios y programas con apellido que acrecentaron su
difusión popular y sus habilidades innatas para la comunicación, que tan útiles
le iban a resultar en su próximo salto a la política.
11
Saca aplaudió el salto a la dolarización que establecía la Ley de Integración
Monetaria, después de haber animado al Gobierno a dar un paso trascendental
que sus promotores justificaron como la estrategia más sabia para sepultar los
riesgos de repuntes inflacionistas, alentar la caída de los tipos de interés, atraer
inversiones productivas y dar alas al PIB. Sin embargo, las tasas de
crecimiento obtenidas en 2002 y 2003, ligeramente por encima del 2%, no
iban a satisfacer a nadie, arrojando serias dudas sobre la capacidad de la
dolarización para reactivar la economía, cuyo sostén principal siguieron
siendo las remesas enviadas por los 2,5 millones de salvadoreños residentes en
el extranjero –en Estados Unidos la mayoría- y que en 2003 ascendieron a los
2.105 millones de dólares.
En abril de 2003 Saca fue coartífice del llamado Foro de Solidaridad por el
Empleo, una mesa de concertación social convocada por el presidente Flores,
preocupado por los brotes de rechazo laboral a sus políticas liberales, que
12
brindó un diálogo tripartito con los representantes de los trabajadores y del
Gobierno, y que alcanzó un acuerdo, bastante cicatero, en un punto de tanta
importancia como la subida de los salarios mínimos en los sectores de la
industria, el comercio y los servicios.
13
cual ofrecía una imagen amable, dialogante y harto alejada de los tonos ultras
y vindicativos de una ARENA que hasta hacía bien poco había arrastrado más
ideología que pragmatismo. De cara al envite presidencial de 2004, el FMLN
se presentaba más potente y confiado en la victoria que nunca, lo que obligó a
los miembros del Consejo Ejecutivo Nacional de ARENA (COENA) y al
grupo de empresarios y hombres de negocios más afines al partido –que en
muchos casos eran las mismas personas- a realizar en 2003 un nuevo esfuerzo
de renovación de las ofertas de contenidos y, sobre todo, de rostros ante el
electorado. El primer paso en esa dirección, cuatro semanas después de la
conmoción electoral del 16 de marzo, fue el cambio en la membresía del
COENA, al frente de la cual se encaramó José Antonio Salaverría Borja,
cultivador de café y diputado de la Asamblea.
Haciendo oficial lo que venía siendo oficioso desde hacía dos meses y
contando con las simpatías manifiestas de Flores, el 4 de junio de 2003 Saca
lanzó su precandidatura a la elección primaria abierta a 600.000 militantes y
simpatizantes que ARENA, acatando los deseos de sus bases, había fijado
para el 13 de julio, y acto seguido presentó la carta de dimisión como
presidente de la ANEP. La postulación de Saca no fue bien recibida en
sectores tradicionalistas del partido que habían basado sus expectativas en el
magnate cervecero Roberto Murray Meza, presidente del COENA desde
septiembre de 2001 hasta la designación de Salaverría, pero el 7 de mayo
Murray había declinado presentarse.
14
magistratura de la nación de buenas a primeras. Junto con Saca y Calderón
presentaron sus intenciones de competir el actual vicepresidente de la
República, Carlos Quintanilla Schmidt, y el director de la Policía Nacional
Civil (PNC), Mauricio Sandoval, quien dimitió a tal efecto. Pero antes de
arrancar la campaña proselitista en el arenismo, Calderón se retiró para no
contribuir a la imagen de división, precisamente en un momento en que las
encuestas vaticinaban un amplio triunfo del FMLN –que aún no conocía a su
candidato-, gesto que fue secundado por Sandoval días después.
Saca encontró, por tanto, allanado el camino para ser endosado candidato en la
convención del 13 de julio, teniendo como único rival a Quintanilla, que no
demostró ser tal: con el 98% de los votos, el neófito en política arrasó al
vicepresidente de la República y convirtió la primaria en una aclamación por
práctica unanimidad. Lo que vino a continuación fue un paseo triunfal para
Saca, que se encontró a un partido compacto y disciplinado, dispuesto a no
regatearle ningún apoyo y ningún acatamiento en aras de la victoria en marzo
de 2004, que muchos vieron esfumarse tras los recientes comicios
parlamentarios. Así, el 12 de octubre la Asamblea General de ARENA le
ratificó como candidato presidencial y el 12 de noviembre el COENA le
catapultó a su jefatura merced a la renuncia voluntaria de Salaverría. Quien de
hecho era un outsider recentísimo en la alta política arenera, se convirtió
prácticamente de la noche a la mañana en el jefe incontestable de la formación
que ocupaba el Gobierno salvadoreño desde hacía 14 años.
15
libre actividad empresarial "en la medida que cumpla con las leyes y la justicia
social", de "no dar la espalda al pueblo" en la negociación del Tratado de
Libre Comercio con Estados Unidos y, en definitiva, de pasar página a un
modelo neoliberal que se encontraba "agotado". Además, Hándal vislumbró el
restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba.
Saca rizó el rizo con las advertencias y aseguró que en las elecciones del año
siguiente lo que estaba en juego eran "el sistema democrático y de libertades"
que representaba su partido y "el sistema comunista" que representaba el
FMLN, cuya victoria sólo significaría "retroceso" para el país. Sin duda, el
FMLN, que en 1995 pasó de ser una federación de partidos a un partido con
tendencias -una de las cuales, la de los renovadores, venía librando una acerba
disputa con la mayoría oficialista-, se decantó por Hándal, no obstante su
perfil izquierdista ortodoxo, capaz de asustar a un determinado segmento
electoral no necesariamente adscrito a la derecha sin atenuantes, porque estaba
convencido de que esta vez no iba a escapársele la victoria, no habiendo al
parecer, por tanto, necesidad de recurrir a figuras más escoradas al centro o
con un impacto emocional menor como Rubén Ignacio Zamora Rivas y
Facundo Guardado, aspirantes frustrados en 1994 y 1999 en coalición con la
Convergencia Democrática (CD) y la Unión Social Cristiana (USC),
respectivamente. Esta vez, además, los efemelenistas concurrían en solitario.
16
ser cubiertos por el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) o bien por
gestoras de salud privadas que deberían brindar los mismos servicios que
aquel y sin recargo a la cotización habitual del trabajador. El aspirante arenero
explicó que lo que pretendía para el ISSS era someterlo a una "reforma
integral" encaminada a mejorar y ampliar su servicio a los ciudadanos.
Más allá de este punto especialmente objeto de debate nacional, Saca situó el
término social en el estribillo de su campaña ("agenda social", "proyecto
social", "bienestar social"), regado de constantes apelaciones al "Gobierno de
rostro humano", al "desarrollo integral", a "invertir en la gente" y a establecer
una "concertación nacional" por encima de las diferencias partidistas. La
invocación de lo social era más que pertinente en uno de los países de
desarrollo humano más bajo del continente, con un PIB por habitante de 4.800
dólares a paridad de poder adquisitivo y de sólo 2.000 dólares al tipo de
cambio corriente, y donde el 21% de la población no sabe leer ni escribir, el
26% no tiene acceso al agua potable y el 17% sufre idéntica carencia de
servicios de salud.
17
y asistencia técnica para las microempresarias, ayudas a la maternidad y la
escolarización entre las familias de rentas más bajas, un control prenatal para
frenar la altísima tasa de embarazos entre adolescentes solteras, y programas
formativos enfocados a los niños de las áreas rurales que son empujados a
trabajar en el campo, en algunos casos desde los ocho años (la ONG Human
Rights Watch ha denunciado particularmente el empleo de mano de obra
infantil en las grandes plantaciones azucareras, en unas condiciones
intolerables de abuso y explotación).
Saca, que se ufanó de tener la "solvencia moral" para decirle al país que tenía
las "manos limpias", en alusión a que se había mantenido al margen, ni con
unos ni con otros, durante la guerra civil, explicó de dónde iban a salir los
ingresos para costear sus promesas sociales: haciendo una "utilización óptima
de las finanzas estatales", colocando en el mercado bonos del tesoro y
aumentando la recaudación fiscal, no introduciendo nuevos impuestos o
18
elevando los ya existentes, sino combatiendo en firme el fraude y la evasión.
19
competitivo y abierto a la alternancia, lo que no fueron, por ejemplo, los casos
de México en las décadas de la hegemonía priísta y, menos aún, del propio El
Salvador en el período (1962-1979) en que rigió el régimen híbrido y pseudo
democrático del Ejército y el PCN; el otro referente democrático
contemporáneo, el del coloradismo en Paraguay, con cuatro presidentes
electos también desde 1989, difería sin embargo del caso salvadoreño por el
hecho de constituir la prolongación automática de un sistema de partido
dominante que anteriormente a aquel año había basado su poder en la
dictadura militar y en la anulación de la oposición. Además, lo que resultaba
más notable por contraste con la situación que se vivía en los países vecinos,
Flores se marchaba con unos niveles de aprobación popular realmente altos.
Nada más conocer su victoria, Saca exhortó a "olvidar el pasado sin odio ni
rencor" y ofreció la rama de olivo a Hándal, quien, sumamente irritado por la
furiosa demagogia anticomunista que habían derrochado los areneros con sus
resultados a la vista, reconoció su derrota pero no quiso felicitar a su
oponente, al que prometió de paso una oposición beligerante en temas como el
CAFTA (firmado por los ministros en Washington el 28 de mayo con la
adición de Costa Rica y la entrada de la República Dominicana en ciernes), lo
cual iba a obligar al nuevo dignatario a apoyarse en el PCN -16 diputados-
para escurrir la minoría de ARENA en la Asamblea. El reto más inmediato iba
a ser la aprobación del presupuesto general de 2004, establecido en los 2.800
millones de dólares.
20
conmilitón, repasó los puntos principales de su programa electoral, prometió
"poner la agenda social en el primer plano", definió su proyecto político como
de "renacimiento y renovación", dio garantías gubernamentales de
"concertación" "diálogo" y "cercanía", y aseguró que no iba a poder acusársele
de "dogmatismo económico ni de veneración desproporcionada a la lógica del
mercado".
El flamante presidente no dijo una sola palabra sobre los 380 soldados que El
Salvador mantiene estacionados en la provincia irakí de Najaf, si bien en la
campaña había asegurado la continuidad del compromiso asumido por el
Gobierno de Flores ante su homólogo de Estados Unidos de mantener estas
tropas, dedicadas a labores esencialmente humanitarias, al menos hasta la
transferencia de la soberanía por la potencia ocupante al Gobierno interino
irakí en la fecha del 30 de junio, 15 meses después de comenzar la invasión
ilegal y la ocupación de Irak.
Mauricio Funes
21
Carrera periodística
Funes realizó sus estudios de primaria y secundaria en el Colegio Externado
San José, y sus estudios superiores de Licenciatura en Letras en la
Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" (UCA). En 1986 comenzó
su práctica periodística como reportero del Noticiero Tele 10, programa de la
televisora estatal Canal 10. Desde 1987, y por un período de cuatro años,
trabajó en "Al Día", espacio informativo de Canal 12, teniendo bajo su
responsabilidad la fuente parlamentaria (cobertura de la Asamblea
Legislativa).
22
Chávez, Fidel Castro (en 2000), o Luiz Ignacio Lula da Silva.[3] En 1988
entrevistó en Costa Rica al Comandante del FMLN, Joaquín Villalobos,
siendo la primera vez que un comandante de la guerrilla concedía a un medio
de prensa nacional.
23
un pueblo cerca de San Miguel donde se venera la patrona de El Salvador,
Nuestra Señora de la Paz.
En 1966, es nombrado Secretario de la Conferencia de Obispos en El
Salvador, cargo en el cual permanece por once años más. Durante este tiempo,
Oscar difundió centenares de sermones emotivos y espirituales a través de la
radio a lo largo y ancho del país, ganándose así el respeto de la comunidad
católica. En 1970, Oscar es nombrado Obispo y ejerce al lado del entonces
Arzobispo de San Salvador, Monseñor Chávez y González. También
desempeñó su oficio en 1974, en la parroquia de Santiago de María, en el
Departamento de Usulután.
El 3 de febrero de 1977, la Iglesia Católica en el Vaticano bajo el mando de
Pablo VI, le concedió el título de Arzobispo de San Salvador, sólo unas
semanas antes de las elecciones presidenciales que trajeron al General Carlos
Humberto Romero a la presidencia de la república. Sangre, tortura y
persecuciones enmarcan los tres años que sirvió como Obispo de San Salvador
En enero de 1979, Monseñor Romero se unió al resto de los obispos de
Latinoamérica en Puebla, México; para discutir el futuro de la Iglesia. El
nombramiento de Juan Pablo II hizo hincapié de la importancia de esta junta.
En Puebla, Monseñor Romero recibió el reconocimiento y el apoyo que
buscaba para fortalecer su posición dentro de la Iglesia salvadoreña y
enfrentar un gobierno corrupto que intentaba silenciar su voz. Cuarenta
Obispos de Latinoamérica firmaron una carta de soliradidad, alabando su
lealtad al Evangelio y a la Teoría de la Liberación. La Teología de la
Liberación se basa en la palabra de Cristo: "Pónganse de pie y levanten la
cabeza, porque está por llegarles la liberación". Esta teología pretende liberar
a los pobres de la injusticia social, del hambre y de la miseria.
Durante la guerra civil de este país que daba comienzo en 1979, Monseñor
Romero se convirtió en la "voz de los sin voz" y en "el pastor del rebaño que
Dios le había confiado" por su férrea defensa de los derechos de los pobres y
marginados. Tras el asesinato de su colega y buen amigo, el sacerdote Rutilio
Grande, Monseñor Romero cita las enseñanzas de su Papa favorito, Pío XI:
"La misión de la Iglesia no es desde luego política, pero cuando la política
toca el altar, la Iglesia defiende el altar." Es por esto que Monseñor intervino
en el conflicto social que estaba destruyendo a su país y a su gente. Dio
noticias de las desapariciones de la población civil, de las torturas y matanzas
de las Fuerzas Armadas y se atrevió a seguir denunciando el gobierno corrupto
en un terreno resbaladizo del juicio histórico. Se atrevió a dar nombres y
apellidos para describir esa opresión de los pobres que, como enseña el
Catecismo de de San Pío X, clama venganza ante Dios. Son muchos los
militares y periodistas los que asistieron a sus sermones que siempre trataron
24
de la actualidad del país y Monseñor Romero recurrió a las palabras de San
Agustín y Santo Tomás para justificar a quien se levanta contra las leyes
opresoras. La defensa de los pobres siempre fue su criterio para juzgar la
política.
Monseñor Romero, luego de luchar por los derechos humanos de los pobres y
de los oprimidos por el gobierno, cae asesinado por un certero disparo de
calibre 25 directo al corazón, el 24 de marzo de 1980, mientras celebraba una
misa en la capilla del Hospital de la Divina Providencia en San Salvador. Fue
en este día que los corazones salvadoreños se manifestaron y se dividieron.
Mientras unos lloraban la muerte de Monseñor ante el cuerpo sacrificado a los
pies del altar, otros celebraban y brindaban por "la ejecución de ese comunista
hijo de puta". Su muerte martirial sancionó para siempre su vida y lo ha
convertido en una buena noticia para los hombres de nuestro mundo
contemporáneo. Es el símbolo real de muchos mártires, sobre todo de la
multitud de mártires anónimos, porque su disposición fue siempre de dar su
vida por Dios.
La figura y el legado de Monseñor Romero sigue generando simpatía entre la
población salvadoreña, especialmente entre los pobres. Pero también su figura
es rechazada por los poderosos, quienes siempre le criticaron su posición en
contra del gobierno y de las fuerzas armadas de El Salvador que cometían
actos de brutalidad entre la población campesina. En medio de una historia de
dolor, vivió y compartió con los pobres su fe inquebrantable en el Señor de la
Vida, la esperanza de ver realizada en El Salvador la realidad cristiana de unos
cielos nuevos, de una tierra nueva, y una caridad no sólo anunciada, sino
encarnada en el destino de los pobres. Con ellos, desde ellos y para todos
proclamó los grandes valores que Dios ha dado a la humanidad.
Para muchos, la imagen de Monseñor Romero es el símbolo religioso más
grande del país y, desde su asesinato, su legado ha traspasado fronteras y se ha
convertido en un símbolo universal de la justicia y de la paz. Su proceso de
beatificación y canonización se inició el 24 de marzo de 1994 a cargo del
sacerdote Rafael Urrutia, párroco de la misma capilla donde Monseñor fue
asesinado. Ahora le conocen como "El Profeta y Mártir de la Américas".
Farabundo Martí
Revolucionario salvadoreño (?, h. 1893 - San Salvador, 1932). Tras haber
participado en las luchas sociales del periodo posrevolucionario en México,
colaboró en la fundación del Partido Socialista Centroamericano (Guatemala,
1925). Entre 1928 y 1930 se unió a las fuerzas de Augusto César Sandino, que
25
combatían contra la intervención norteamericana en Nicaragua; pronto se
convirtió en hombre de confianza de Sandino, que le hizo nombrar coronel de
su ejército.
Desde que en aquel año se firmaran los acuerdos de paz que permitieron su
reintegración a la vida civil, el FMLN se convirtió en una fuerza política de
izquierdas, con amplia presencia en el Parlamento salvadoreño.
26