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•TRASTORNOS FACTICIOS (TF;1):

•Se caracterizan por síntomas físicos o psicológicos fingidos o


producidos intencionadamente, con el fin de asumir el papel de
enfermo.
•La apreciación de que un síntoma se ha producido de manera
intencionada es posible tanto por comprobación directa como
por la exclusión de otras causas.
•Por ejemplo, un individuo que acude por hematuria y se
descubre que tiene anticoagulantes y niega haberlos tomado,
mientras los análisis de sangre demuestran lo contrario. Cabe
pensar, pues, que si no existe prueba alguna de ingestión
accidental, el paciente ha ingerido intencionadamente este tipo
de fármacos.
•Debe reseñarse que la presencia de síntomas facticios no
excluye la coexistencia de síntomas físicos o psicológicos
verdaderos.
•TRASTORNOS FACTICIOS (2):
•Los TF son distinguibles de los actos de simulación.
•En la simulación el “paciente” también produce los síntomas de modo
intencionado, pero su objetivo es fácilmente reconocible cuando se
conocen sus circunstancias.
•Por ejemplo, la producción de síntomas de manera intencionada para
evitar una vista judicial o la incorporación al Servicio Militar. De manera
semejante, un enfermo mental hospitalizado puede simular la
agravación de su enfermedad para evitar su traslado a otra institución
menos deseable, produciendo así un acto de simulación.
•En cambio, en el TF existe una necesidad psicológica de asumir el
papel de enfermo, tal como se pone de manifiesto por la ausencia de
incentivos externos para tal comportamiento.
•Mientras que un acto de simulación puede considerarse adaptativo bajo
ciertas circunstancias (p. ej., en situaciones hostiles), por definición, el
diagnóstico de TF implica siempre un determinado grado de
psicopatología.
Criterios de los Trastornos Facticios según el DSM-IV
•La característica esencial es la producción intencionada de signos o síntomas
físicos o psicológicos (Criterio A).
•La sintomatología puede ser:
• inventada (p. ej., cuando el paciente se queja de dolor abdominal sin padecerlo)
•autoinfligida (p. ej., en el caso de abscesos producidos por la inyección de saliva
debajo de la piel),
•exageración o exacerbación de un trastorno físico preexistente (p. ej., la simulación
de un ataque de gran mal cuando se poseen antecedentes de crisis epilépticas),
•una combinación o variación de todas las anteriores.

•Para que se produzca este trastorno, el paciente debe asumir totalmente el


papel de enfermo (Criterio B).
•Además, no hay incentivos externos que justifiquen los síntomas (p. ej., una
ganancia económica, evitar la responsabilidad legal o mejorar el bienestar
físico, como en los actos de simulación) (Criterio C).
•Los sujetos por lo general explican su historia con un aire extraordinariamente
dramático, pero en cambio son sumamente vagas e inconsistentes cuando se
les pregunta con más detalle.
Manejo de los Trastornos Facticios

•Los pacientes con TF deben ser confrontados con el diagnóstico


sin culpabilizaciones ni reproches.
•El médico debe mantener la condición de enfermedad real,
indicando simultáneamente al paciente que si coopera con él
pueden resolver el problema subyacente.
•A menudo habrá que implicar a algún miembro de la familia, con
quien abordar el problema como una enfermedad, no como un
engaño; es decir, no se explica a la familia cuál es el mecanismo
preciso de la enfermedad.
SÍNDROME DE MUNCHAUSEN (SM;1)
Simulación repetida de enfermedades físicas, usualmente agudas,
aparatosas y convincentes, por una persona que vaga de un hospital
a otro en busca de tratamiento.
•Pacientes con SM son capaces de simular muchas enfermedades
físicas, tales como infarto de miocardio, hematemesis, hemoptisis,
abdomen agudo o fiebre de origen desconocido.
•La pared abdominal de uno de estos pacientes puede mostrar una
encrucijada de cicatrices o incluso haberle sido amputado un dedo o una
extremidad.
•La fiebre se debe a menudo a abscesos producidos por el propio
enfermo, y el cultivo, generalmente de Escherichia coli, indica la fuente
del microorganismo infectante.
•Los pacientes con SM a veces acaban convirtiéndose en una inacabable
responsabilidad para los servicios médicos o quirúrgicos.
•No obstante, la enfermedad es fundamentalmente un problema
psiquiátrico, mucho más complejo que una simple simulación engañosa
de síntomas y vinculada a graves trastornos emocionales.
SÍNDROME DE MUNCHAUSEN (2)
• Pueden tener rasgos de personalidad llamativamente histriónicos, a
la vez que son inteligentes y con recursos; saben cómo simular una
enfermedad con sofisticada habilidad en lo tocante a la práctica
medica.
•Se diferencian de los simuladores en que sus mentiras y simulaciones
son conscientes, pero las motivaciones para fingir una enfermedad y
su solicitud de atención son en gran medida inconscientes.
•Habitualmente, existe una historia precoz de abuso emocional y físico.
•Parecen tener problemas de identidad, sentimientos intensos, control
inadecuado de los impulsos, sentido de la realidad deficiente,
episodios psicóticos breves y relaciones interpersonales inestables.
•La necesidad de que se les preste atención es pareja a la incapacidad
de confiar en figuras de autoridad, a las que manipulan y provocan o
someten a prueba continuamente.
•Son evidentes los sentimientos de culpa y la necesidad de castigo y
expiación asociada.
•SÍNDROME DE MUNCHAUSEN POR DELEGACIÓN:

•El síndrome de Munchausen por delegación consiste en una


extraña variante del cuadro en que generalmente se utiliza a un
niño como paciente sustituto.
•Los padres falsifican la historia y pueden lesionar al niño con
fármacos, añadir sangre o contaminantes bacterianos a las
muestras de orina, etc., para simular una enfermedad; solicitan
asistencia médica para el niño, mostrándose siempre
profundamente consternados y protectores.
•A menudo el niño está gravemente enfermo, con frecuencia
requiere hospitalización y puede llegar a morir.
TRATAMIENTO DEL SÍNDROME DE MUNCHAUSEN:

•En los pacientes con SM el tratamiento rara vez es fructífero.


•Acceder a las manipulaciones del paciente alivia su tensión, pero
provoca una escalada, que puede sobrepasar lo que los médicos
pueden o están dispuestos a hacer.
•Enfrentarse al paciente o negarse a sus demandas de tratamiento da
lugar a reacciones de enfado que lo llevan a cambiar de hospital.
•El paciente acostumbra a rechazar o eludir el tratamiento psiquiátrico,
pero puede que acepte la consulta y las visitas de seguimiento, al
menos para ayudar a resolver una crisis.
•El tratamiento suele limitarse al reconocimiento precoz de la
enfermedad y a evitar los procedimientos que impliquen algún riesgo,
así como la medicación excesiva o no justificada.
TRASTORNOS FACTICIOS Y SÍNDROME DE
MUNCHAUSEN:
•Hay diversos trastornos facticios que pueden asemejarse al
síndrome de Munchausen.
•Los pacientes se pueden provocar conscientemente los signos
propios de la enfermedad, por ejemplo, produciéndose
traumatismos en la piel o inyectándose a sí mismos un alergeno al
que saben que son sensibles.
•Entonces solicitan atención médica, pero sabotean el tratamiento
con una enfermedad autoinducida o autoperpetuada.
•Estos pacientes se diferencian de los del síndrome de Munchausen
en que tienden a simular sólo una enfermedad, sólo lo hacen
durante períodos de estrés psicosocial importante, no tienden a ir de
hospital en hospital o de médico en médico y, por lo general,
pueden ser tratados con buenos resultados.

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