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Introducción
Las vibraciones u oscilaciones de los sistemas mecánicos constituyen uno de los campos
de estudio más importantes de la física. Prácticamente, todo sistema posee una
capacidad de vibración y la mayoría puede vibrar libremente de muchas maneras
diferentes. En general, las vibraciones naturales predominantes de objetos pequeños
suelen ser rápidas, mientras que las de objetos más grandes suelen ser lentas. Por
ejemplo, las alas de un mosquito vibran centenares de veces por segundo y producen
una nota audible. La Tierra, después de haber sido sacudida por un terremoto, puede
continuar vibrando a un ritmo de una oscilación por hora, aproximadamente. El mismo
cuerpo humano produce fenómenos vibratorios; nuestros corazones laten, nuestros
pulmones oscilan, tiritamos cuando tenemos frío, podemos oír y hablar gracias a que
vibran nuestros tímpanos y laringes. Las ondas luminosas son ocasionadas por
vibraciones. Nos movemos porque hacemos oscilar las piernas. Ni siquiera podremos
decir correctamente "vibración" sin que oscile la punta de nuestra lengua.
Un movimiento que se repite en intervalos de tiempo iguales se le denomina
movimiento periódico. Cuando una partícula en un movimiento periódico se mueve a lo
largo de una misma trayectoria de ida y vuelta respecto a una posición de equilibrio, se
dice que el movimiento que efectúa es oscilatorio o vibratorio. El desplazamiento de una
partícula que describe un movimiento periódico puede expresarse siempre en términos
de funciones trigonométricas senos y cosenos. Debido a que el término armónico se
aplica a las expresiones matemáticas que contienen este tipo de funciones, al
movimiento periódico generalmente se lo denomina también movimiento armónico. En
general, una vibración armónica se produce cuando una partícula oscila alrededor de un
punto de equilibrio de forma que su velocidad es máxima al pasar por el punto de
equilibrio y nula en los extremos de la oscilación.
Aquella clase de ondas que precisan de un medio material que haga el papel de soporte
de la perturbación para propagarse se denominan ondas mecánicas. El sonido, las ondas
que se forman en la superficie del agua, las ondas en cuerdas, son algunos ejemplos de
ondas mecánicas y corresponden a compresiones, deformaciones, y, en general, a
perturbaciones del medio por el que se propagan.
No obstante, existen ondas que pueden propagarse aún en ausencia de un medio
material, es decir, en el vacío. Son las ondas electromagnéticas, categoría a la que
pertenecen las ondas luminosas. Independientemente de esta diferenciación, existen
ciertas características que son comunes en todas las ondas, cualquiera que sea su
naturaleza.
El tipo de movimiento característico de las ondas se denomina movimiento ondulatorio.
Su propiedad esencial es que no implica un transporte de materia de un punto a otro.
Un ejemplo de esto puede ser observado mediante la experiencia de colocar un corcho
en un recipiente suficientemente amplio con agua y provocar ondas en la superficie del
líquido. Se podrá comprobar que el corcho sólo sube, baja y oscila lentamente de
adelante hacia atrás, pero no sigue al desplazamiento del oleaje, de lo que se puede
concluir que el entorno que lo sostiene tampoco lo hace. Las partículas constituyentes
del medio (agua) que sirve de soporte para la onda se desplazan relativamente poco
respecto de su posición de equilibrio. Lo que avanza y progresa no son ellas, sino la
perturbación que se transmiten de unas hacia las otras en su entorno. El movimiento
ondulatorio supone únicamente un transporte de energía y de cantidad de movimiento.
Para una mejor comprensión del tema, consideremos un dispositivo con el que se
pueden generar ondas. Dicho dispositivo es un péndulo simple consistente de una pesa
suspendida de un hilo liviano. El hecho de que el hilo sea liviano no es trivial debido a
que, si pretendemos estudiar sólo el movimiento de la pesa, la masa del hilo jugará un
papel importante durante el movimiento de nuestro péndulo en los casos en que no sea
mucho menor que la masa de la pesa suspendida. Si se desplaza la masa de su posición
de equilibrio (figura inciso (a)), ésta empezará a describir un movimiento de vaivén
sobre un plano vertical determinado; la pesa empezará a acercarse a su posición de
equilibrio (figura inciso (b)) y al alcanzarla, empezará a alejarse nuevamente (figura
inciso (c)) hasta alcanzar una altura igual a la de la que salió desde el extremo opuesto
(figura inciso (d)). A partir de allí el movimiento se repite en dirección contraria (figura
inciso (e) y (f)). Si suponemos que el movimiento no es influido por ningún factor
externo al sistema, este comportamiento se repetirá infinitas veces. De acuerdo a lo
expuesto al principio, este movimiento es oscilatorio. El sistema completo se denomina
oscilador armónico simple y su movimiento se denomina movimiento armónico simple.
Para una mayor comprensión del tema,
consideremos un dispositivo con el que se
puedan generar ondas. Dicho dispositivo es un
péndulo simple consistente de una pesa
suspendida de un hilo liviano. Si desplazamos
la masa pendular de su posición de equilibrio
(figura inciso (a)), ésta empezará a describir un
movimiento de vaivén sobre un plano vertical
determinado; la pesa empezará a acercarse a
su posición de equilibrio (figura inciso (b)) y al
alcanzarla, empezará a alejarse nuevamente
(figura inciso (c)) hasta alcanzar una altura
similar a la del punto de partida (figura inciso
(d)). A partir de allí el movimiento se repite en
dirección contraria (figuras incisos (e) y (f)).
Si suponemos que el movimiento no es influido por ningún factor externo al sistema,
este comportamiento se repetirá infinitas veces. De acuerdo con lo expuesto, este
movimiento es oscilatorio. El sistema completo se denomina oscilador armónico simple
y su movimiento se denomina movimiento armónico simple.
Por tanto, una partícula o sistema posee movimiento armónico simple cuando vibra
bajo la acción de fuerzas restauradoras que son proporcionales a la distancia respecto a
la posición de equilibrio. En este sentido, decimos que dicho cuerpo es un oscilador
armónico.
Existen dos tipos de vibraciones u oscilaciones atendiendo a las fuerzas que actúan:
Cuando las fuerzas restauradoras que actúan sobre la partícula son proporcionales a la
distancia del punto de equilibrio, decimos que se produce un movimiento armónico
simple. En general, dichas fuerzas restauradoras siguen la ley de Hooke:
Es decir, una partícula o sistema tiene movimiento armónico simple cuando vibra bajo la
acción de fuerzas restauradoras que son proporcionales a la distancia respecto de
la posición de equilibrio.
Características del movimiento armónico simple:
• El MAS en muelles
• El MAS en péndulos
• El movimiento armónico simple en el movimiento circular uniforme
La constante de proporcionalidad, k , coincide con la constante elástica de la ley de
Hooke. Esto nos permite conocer el valor de la fuerza restauradora para un
determinado desplazamiento respecto a la posición de equilibrio a partir de la
frecuencia angular del movimiento y la masa del cuerpo que oscila.
La velocidad y aceleración de la partícula pueden obtenerse derivando respecto del
tiempo la expresión
T=2×1=2 segundos
Dado que la partícula tarda 2 segundos en completar una oscilación, a los 1.5 segundos
se habrán completado los 3/4 de la misma y se encontrará en el punto de equilibrio, de
vuelta hacia el punto inicial.
Los muelles están presentes en una gran y variada cantidad de objetos que te rodean:
colchones, pesos, automóviles, bicicletas.
2. Muelle horizontal unido a un cuerpo. En este caso sólo interviene una fuerza, la
fuerza elástica .
Dado que el segundo caso es una simplificación del primero en el que la fuerza total es
directamente , vamos a comprobar que, en el primero de los casos, el cuerpo
efectivamente se comporta como un oscilador armónico.