El sexo asignado es la etiqueta que te dan cuando naces en función de factores
médicos, incluidos los cromosomas, las hormonas y los genitales. A la mayor parte de las personas se les asigna el sexo masculino o femenino, y esto es lo que se pone en el certificado de nacimiento. Cuando la anatomía reproductiva y sexual de una persona no parece ajustarse a las definiciones típicas de hombre o mujer, se las puede describir como intersexuales. Algunas personas llaman “sexo biológico” al sexo que se les asigna al nacer. Pero este término no capta completamente las complejas variaciones biológicas, anatómicas y cromosómicas que pueden presentarse. Tener solo dos opciones (biológicamente hombre o biológicamente mujer) puede no describir lo que sucede dentro del cuerpo de una persona. En vez de decir “sexo biológico” algunas personas utilizan la frase “sexo masculino asignado al nacer” o “sexo femenino asignado al nacer”. Esto da cuenta de que alguien (por lo general, el médico) toma una decisión por otra persona. Esta asignación del sexo biológico puede —o no— estar relacionada con lo que sucede dentro del cuerpo de la persona, con cómo se siente y cómo se identifica. Los factores que determinan el sexo asignado comienzan en el momento de la fecundación Cada esperma tiene un cromosoma X o Y. Todos los óvulos tienen un cromosoma X. Cuando el esperma fertiliza un óvulo, su cromosoma X o Y se combina con el cromosoma X del óvulo. Una persona con cromosomas XX tiene, por lo general, órganos reproductivos y sexo femeninos, y es biológicamente mujer. Una persona con cromosomas XY tiene, por lo general, órganos reproductivos y sexo masculinos, y es biológicamente hombre. .