En literatura, la leyenda del rey Arturo recoge la existencia de
un objeto mítico conocido como mesa o tabla redonda. En ella, el rey Arturo convocaba a los caballeros más distinguidos, entre ellos Lancelot, que fue el caballero más fiel y valiente así como el más conocido de todos los caballeros de la mesa redonda, a discutir o tratar diversos asuntos relacionados con el reino. Era, pues, la mesa redonda un lugar de reunión donde se borraban las jerarquías. Según cuenta la leyenda, la mesa redonda fue un obsequio del rey Leodegrance, padre de Ginebra, esposa de Arturo, cuando este subió al trono de Camelot. LA MESA REDONDA Una mesa redonda es un tipo de dinámica de grupo en la cual se aborda un tema de interés común para los participantes, sin diferencias ni jerarquías para que lleven a cabo una discusión . Su nombre, mesa redonda, obedece precisamente a que en ella no existen distinciones ni privilegios, sino que todos los participantes están sujetos a las mismas reglas y ostentan los mismos derechos. CARACTERÍSTICAS Explorar un tema de interés para todos los participantes (y para el público asistente), reuniendo a diversos opinadores o especialistas cuyas posturas distintas se expondrán y contrastarán entre sí. Los asistentes se encuentran al mismo nivel unos respecto de otros, y puede o no haber un moderador formal para facilitar las cosas. Cada uno contará con la misma oportunidad de exponer sus argumentos y luego de participar en el debate. Puede o no haber preguntas abiertas al público, generalmente al final de todas las intervenciones. La duración de una mesa redonda generalmente abarca tres fases: Apertura, en la que se identifican los participantes y se introduce al público al tema a tratar, y se dan las normas de participación del evento. Exposición, en la que cada participante interviene, por turnos. De haberlo, el moderador luego hará una síntesis rápida de lo expuesto por cada uno. Cierre, en el que cada expositor da opiniones finales, obtiene conclusiones, hace preguntas al otro o argumenta a favor de su postura. El moderador, de haberlo, resalta entonces las conclusiones obtenidas y ofrece participación a la audiencia.