Está en la página 1de 9

AL

DESIERTO
2
Moisés fue conmovido por el
dolor del pueblo israelita
porque a pesar de haber
vivido con el faraón no se
había vuelto insensible, pero
había aprendido que los
planes de Dios no se ejecutan
con métodos humanos .

3
4
Pero para aprender de esto
Moisés tuvo que ir al
desierto pues en él había
mucha confianza en sus
propias fuerzas para
cumplir con el propósito
de Dios.
Necesitaba que esa pasión
desbocada menguara para
que su único sueño fuera a
cumplir la voluntad de
Dios.
4
Cuando Moisés quería
servirle, Dios no se lo
permitió. Y cuando el
profeta ya no quería
servirlo, ¡Dios se lo
exigió! La razón es que
Dios no pone el acento
sobre nuestras acciones,
sino en la clase de persona
que somos.

5
Dwight Moody alguna vez
comentó de Moisés:
“Durante los primeros 40
años de vida, él pensó que era
una persona importante.
Durante los siguientes 40 años
de vida, aprendió que en
realidad no era nadie.
Durante los últimos 40 arios
de vida, vio lo que Dios puede
hacer con un “nadie””.

7
Dios no necesita de nuestros planes,
ni de nuestras habilidades, ni de
nuestros esfuerzos. Ni siquiera
necesita de nuestra pasión, como
tuvo que descubrir el apóstol Pedro.
Lo que necesita es simplemente que
nos pongamos en sus manos, para
que él dirija nuestras vidas,
señalando en el camino las actitudes
y el comportamiento que Él pretende
de nosotros.
8
PARA LOS QUE PASTOREAMOS, QUÉ TENTADOR
ES PLANIFICAR Y LUEGO PEDIR QUE DIOS
BENDIGA NUESTROS ESFUERZOS. ES MUCHO
MÁS DIFÍCIL ESPERAR EN ÉL, PARA MOVERSE
PARA SOLAMENTE CUANDO ÉL LO MANDA. NO
DEBERNOS PERDER DE VISTA, SIN EMBARGO,
REFLEXION QUE EL HOMBRE QUE VIVE COMPLETAMENTE
AR ENTREGADO A DIOS, ES LA HERRAMIENTA MÁS
PODEROSA QUE EXISTE PARA AVANZAR EN LOS
PROYECTOS QUE ESTÁN EN EL CORAZÓN
MISMO DEL SEÑOR. ¡NO SE APRESURE!

También podría gustarte