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22 JUNIO DE 1992

50 AÑOS DE LA CORONACION CANONICA DE


LA SAGRADA IMAGEN.
CONSAGRACION COMO SANTUARIO
DIOCESANO

MONS. PAOLO ROMEO – NUNCIO APOSTOLICO


16 JULIO 1942

CORONACION CANONICA DE LA SAGRADA


IMAGEN EN IBAGUE.

MONS. PEDRO MARIA RODRIGUEZ ANDRADE


1942
DIAS ANTES A LA CORONACION.
FOTOGRAFIA EN EL COMEDOR DE LA CASA
CURAL DEL CARMEN DE APICALÁ EN ESA
ÉPOCA.
26 DE MARZO 2017

75 AÑOS DE LA CORONACION DE LA SAGRADA


IMAGEN DE
LA VIRGEN DE APICALÁ

MONS. ORLANDO ROA BARBOSA


1978

150 AÑOS DE LA APARICION DE LA


VIRGEN.

INAGURAION DEL MARMOL DEL


SANTUARIO
1960

PEREGRINACIONES DE LA VIRGEN
PIDIENDO LA PACIFICACION DEL
TOLIMA ,

EN TIEMPO DE LA VIOLENCIA
1953-1957

MANDATO DE PRESIDENTE
GUSTAVO ROJAS PINILLA,
OBSEQUIO PRENDEDOR DE PLATA EN
FORMA DE CORAZON.
09 DE JULIO DE 2022

25 AÑOS DE SANTUARIO NACIONAL Y 80


AÑOS DE SU CORONACION

MONS. MIGUEL FERNANDO GONZALEZ


MARIÑO
09 DE JULIO DE 2022

25 AÑOS DE SANTUARIO NACIONAL


Y
80 AÑOS DE SU CORONACION
HIMNO SOLEMNE DE LA
CORONACIÓN DE LA VIRGEN DEL
CARMEN DE APICALÁ

Estrofa I
Una tarde en que el sol derretía
todo su oro en la vasta llanura
un artista ofreció la escultura
de tu imagen bendita crear.
Y al ignoto viajero la Aldea
aceptó la propuesta. Y un día
sin hallarse el artista, María,
pudo el pueblo tu faz contemplar.
 
Coro
Virgen Sagrada de Apicalá
tus hijos claman piedad, piedad.
Virgen Sagrada de Apicalá
tus hijos claman piedad, piedad.
 
Estrofa II
Y al mirarte en la plaza radiante,
a la luz de un crepúsculo malva,
tras de aplausos tonantes la salva
de rodillas el pueblo cayó.
Fue después un silencio solemne
y después los favores sin cuento
que engranaron portento a portento
y tu fama el confín dilató.
 
RESEÑA HISTORICA DE
LA SAGRADA IMAGEN DE APICALÁ
 
No sabemos quién fue el inspirado escultor que modeló la imagen
que se venera en el santuario del Carmen de Apicalá.
La tradición dice que en los comienzos de la fundación del pueblo
(año 1828), se presentó un peregrino que se ofreció a hacer una
imagen del Carmen.
 
Los vecinos principales le exigieron que el Niño fuera de escultura
de madera, lo mismo que el rostro y las manos de la Virgen, pues
que, habiendo escogido a la Reina del cielo en la advocación del
Carmen, como patrona del pueblo, era muy justo que con
frecuencia sus hijos devotos renovaran el vestido como prueba del
cariño filial y tributo de vasallaje. Los contratantes vecinos
suministraron al escultor pieza y alimentación siendo condición
que si la imagen satisfacía a los anhelos de Quito, les costara, y si
no satisfacía, le pagarían diez jornales para que pudiera sin
detrimento grave (problema) trasladarse a alguna población
vecina y subsistir allí mientras encontraba trabajo.
 
Cuando el artista hubo terminado la obra, se presentó a sus
comitentes para que le recibieran la imagen con el Niño. Era un
domingo, y el vecindario todo, sin haber establecido el mercado,
se encontraba reunido en la plaza, de manera que bastaron unos
golpes de redoblante para que se congregara frente a la
habitación de nuestro artista, sobre la armazón que se acostumbra
para esta clase de imágenes, con un sencillo vestido y
escapulario, y cubierta discretamente la imagen con un velo, en
medio de la expectación y ansiedad generales, -cuando se hizo
silencio- el escultor descubrió su obra. La tradición dice que todos
los concurrentes, como heridos por celestial aparición, cayeron de
rodillas y con fervorosa piedad rezaron emocionados la salve.
Terminada la oración. aclamaron al artista y propusieron premiarlo
generosamente; pero ya este había desaparecido sin que haya
recuerdo alguno de su nombre. Ni de dónde procedía. De este
artista debemos decir que estaba inspirado y amaba a la Reina del
cielo. Sólo así pudo dar expresión Divina a la imagen y esa mirada
maternal que obliga a doblar la rodilla para venerarla. Es voz
popular que el autor de tan grande maravilla sería un ángel del
cielo o quizás San José.
( tomada de una novena antigua)
 
 
HIMNO SOLEMNE DE LA
CORONACIÓN DE LA VIRGEN DEL
CARMEN DE APICALÁ

Estrofa I
Una tarde en que el sol derretía
todo su oro en la vasta llanura
un artista ofreció la escultura
de tu imagen bendita crear.
Y al ignoto viajero la Aldea
aceptó la propuesta. Y un día
sin hallarse el artista, María,
pudo el pueblo tu faz contemplar.
 
Coro
Virgen Sagrada de Apicalá
tus hijos claman piedad, piedad.
Virgen Sagrada de Apicalá
tus hijos claman piedad, piedad.
 
Estrofa II
Y al mirarte en la plaza radiante,
a la luz de un crepúsculo malva,
tras de aplausos tonantes la salva
de rodillas el pueblo cayó.
Fue después un silencio solemne
y después los favores sin cuento
que engranaron portento a portento
y tu fama el confín dilató.
 
RESEÑA HISTORICA DE
LA SAGRADA IMAGEN DE APICALÁ
 
No sabemos quién fue el inspirado escultor que modeló la
imagen que se venera en el santuario del Carmen de Apicalá.
La tradición dice que en los comienzos de la fundación del
pueblo (año 1828), se presentó un peregrino que se ofreció a
hacer una imagen del Carmen.
 
Los vecinos principales le exigieron que el Niño fuera de
escultura de madera, lo mismo que el rostro y las manos de la
Virgen, pues que, habiendo escogido a la Reina del cielo en la
advocación del Carmen, como patrona del pueblo, era muy
justo que con frecuencia sus hijos devotos renovaran el
vestido como prueba del cariño filial y tributo de vasallaje.
Los contratantes vecinos suministraron al escultor pieza y
alimentación siendo condición que si la imagen satisfacía a
los anhelos de Quito, les costara, y si no satisfacía, le
pagarían diez jornales para que pudiera sin detrimento grave
(problema) trasladarse a alguna población vecina y subsistir
allí mientras encontraba trabajo.
 
Cuando el artista hubo terminado la obra, se presentó a sus
comitentes para que le recibieran la imagen con el Niño. Era
un domingo, y el vecindario todo, sin haber establecido el
mercado, se encontraba reunido en la plaza, de manera que
bastaron unos golpes de redoblante para que se congregara
frente a la habitación de nuestro artista, sobre la armazón que
se acostumbra para esta clase de imágenes, con un sencillo
vestido y escapulario, y cubierta discretamente la imagen con
un velo, en medio de la expectación y ansiedad generales, -
cuando se hizo silencio- el escultor descubrió su obra. La
tradición dice que todos los concurrentes, como heridos por
celestial aparición, cayeron de rodillas y con fervorosa piedad
rezaron emocionados la salve. Terminada la oración.
aclamaron al artista y propusieron premiarlo generosamente;
pero ya este había desaparecido sin que haya recuerdo
alguno de su nombre. Ni de dónde procedía. De este artista
debemos decir que estaba inspirado y amaba a la Reina del
cielo. Sólo así pudo dar expresión Divina a la imagen y esa
mirada maternal que obliga a doblar la rodilla para venerarla.
Es voz popular que el autor de tan grande maravilla sería un
ángel del cielo o quizás San José.
( tomada de una novena antigua)
 
 

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