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COMO SE

FORMA
UN DISCÍPULO

Parte 1
Base bíblica: Juan 20:19-21

El discípulo no nace, se hace. Y la formación de un


discípulo no es misión imposible. Tampoco es un
misterio. Es simple, si prestamos atención a las
enseñanzas divinas.
El Señor no solo confió la misión de hacer discípulos,
también nos enseñó la manera de hacerlo. Las
dificultades surgen cuando nos olvidamos de las
instrucciones divinas, y empleamos métodos humanos.

“La comisión divina no necesita ningún cambio. No se


puede mejorar el método de Cristo para presentar la
verdad” (Consejos para la Iglesia, 560).

La base bíblica antes mencionada termina con una


declaración que es el punto de partida para el mensaje de
este día. ASÍ COMO EL PADRE ME ENVIÓ, YO
TAMBIÉN LOS ENVIÓ A USTEDES.
ASÍ COMO EL PADRE ME
ENVIÓ

Volvamos a los días de Jesús.


Después de la crucifixión, los discípulos estaban escondidos, con
miedo de cumplir la misión. Se preguntaban cómo podrían hacer
discípulos a todas las naciones si los estaban persiguiendo.
Entonces, Jesús se les presentó, diciéndoles estas palabras: “Así
como el padre me envió, también yo les envío a ustedes” (Juan
20:19,21). Juan explica: “Y la palabra se hizo carne, y habitó entre
nosotros, y vimos su gloria (la gloria que corresponde a la del
unigénito del padre), lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14). La
palabra que se hizo carne, esto es la encarnación de Cristo, cuando
tomó la naturaleza humana y habitó entre nosotros, a fin de que los
seres humanos pudiéramos ver la gloria del padre.
HABITÓ ENTRE LOS
PECADORES
Jesús cumplió su misión viniendo a este mundo y habitando entre los seres
humanos caídos. No predicó su evangelio desde el cielo, vino a este mundo
sin temor a contaminarse con el pecado. Vivió en un mundo manchado por
el pecado, pero no cometió pecado alguno.

En su oración intercesora expreso estas palabras: “No ruego que los quites
del mundo, sino que los protejas del mal” (Juan 17:15).

A. Nuestra misión debe ser cumplida en este mundo, como Jesús la


cumplió. Se hizo carne y habitó entre los hombres.
B. Busco los montes para orar, pero luego regresó al valle donde estaban
los hombres.
C. No hay forma de cumplir la misión encerrados en la iglesia. Hay que
salir y buscar a los perdidos donde ellos están.

“La sociedad de los incrédulos no nos hará daño si nos asociamos con ellos
con el propósito de conectarlos con Dios, y si somos lo suficientemente
fuertes espiritualmente como para resistir su influencia” (Consejos para la
Iglesia, 567).
TOMA CONCIENCIA DE TU MISIÓN
PERSONAL

Antes de salir al mundo a buscar nuevos discípulos; cada miembro


de iglesia, cada creyente, debe de transformarse en un discípulo
formador de discípulos. La misión que Cristo nos confió es
personal.

“Los hombres son, en las manos de Dios, instrumentos de los que él


se vale para realizar sus fines de gracia y misericordia. Cada cual
tiene su papel que desempeñar; a cada cual le ha sido concedida
cierta medida de luz, adecuada a las medidas, y suficiente para
permitirle cumplir la obra que Dios le asignó” (Conflicto de los
CONOCE AL SER
HUMANO

Si la misión está centrada en los seres, entonces debemos conocer


la humanidad de nuestros días. ¿Cómo piensa? ¿Qué lo motiva a
tomar decisiones? ¿Qué le preocupa?, es importante responder a
estas preguntas.

“Tratar con las mentes humanas es la obra más delicada en la cual


los seres humanos estuvieron alguna vez ocupados” (Mente,
carácter y Personalidad, tomo 1, 191).

Por esto es necesario conocer la cultura de las personas, sus


necesidades, que ven, que oyen etc.
AMA A LAS
PERSONAS
“Dios es amor”, afirma Juan.
El amor es la esencia de su ser. El amor es la motivación de las acciones
divinas, desde la creación hasta la redención.

Por amor estableció a su iglesia, y dio su vida por ella para purificarla y
salvarla.
De la misma forma el amor debe ser el distintivo de los discípulos de
Cristo, “En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos. Si se
aman unos a otros” (Juan 13:35).

Debemos amarnos unos a otros y amar a las personas y trabajar en su


salvación.
BUSCA A CINCO
PERSONAS

El trabajo que realizamos siempre debe ser


intencionado, con metas bien definidas para
lograr resultados.

Busca entre tus vecinos, parientes,


compañeros de trabajo o de estudio a cinco
personas que te propongas llevar a Cristo.
ORA, ORA, ORA

La oración es la llave que abre las ventanas de


los cielos, pero también los corazones de los
seres humanos, por lo tanto, es un recurso al cual
debemos recurrir en todo momento.

“Orad, orad; no deis descanso al Señor, pues sus


oídos están abiertos para las oraciones sinceras,
insistentes, cuando el alma se humilla ante él”
(La Oración, 291).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR

1. ¿Explica en tus propias palabras, Cómo se


forma un discípulo?

2. ¿Qué elementos debe conocer y practicar un


discípulo para tener éxito en su trabajo por los
demás?

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