Versículo Clave: “Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y que saque de Egipto a los hijos de Israel?” (Éxodo 3:11). Principio Bíblico: Dios nos refuta todo pretexto que ponemos para no cumplir nuestro llamado. Introducción: Este mundo cada vez está peor. Cada vez es más la gente que necesita ser liberada de las cadenas del pecado. Cada vez hay más violencia y maldad en la tierra. Da la impresión que no hay gente buena o que la gente buena está tan bien escondida, que es casi imposible encontrarla. Moisés y su actitud escurridiza Nací en Egipto en la época en la que los hebreos éramos esclavos de los tiranos egipcios. Me tocó nacer en el tiempo de mayor matanza de niños hebreos. Dios milagrosamente me salvó de la muerte y no sólo eso, sino que tuve la oportunidad de crecer y ser educado en el palacio los egipcios. Desde joven, sentía un celo profundo hacia la injusticia y maltrato hacia los hebreos. En una ocasión, fue tan grande mi coraje, ¡que maté a un egipcio! Me vi en la necesidad de huir al desierto, para que no me mataran. Ahí conocí a la que fue mi esposa. Estando en mi trabajo, cuidando las ovejas, tuve una experiencia maravillosa que me transformó completamente. Jehová, el Dios de Israel, me llamó a su santo ministerio. Aunque al principio me resistí y puse muchos pretextos para no ir, Él me refutó mis argumentos y, ¡en Su Nombre y con Su Autoridad, llevé a cabo la tarea encargada! Análisis de la actitud escurridiza de Moisés I. Pretextos de Moisés para no servir A) No soy nadie (Éxodo 3:11). Tenemos la tendencia de sentirnos “poca cosa”, para una tarea tan grande. Así le pasó a Moisés, a pesar de haber recibido un entrenamiento de 40 años en Egipto (educación) y 40 años en el desierto (experiencia). B) En nombre de quién voy (Éxodo 3:14). Es decir, no tengo autoridad para hacerlo. Se dice que la autoridad es el derecho de hacer o dejar de hacer algo. El sentirse sin el derecho de hacer o dejar de hacer algo, nos “frena” para hacerlo. C) No me van a creer (Éxodo 4:1). Generalmente, no damos por vencidos, antes de empezar. A) Qué voy a decir o qué voy a hacer (Éxodo 4:10). Uno de los pretextos que ponemos para no hacer lo que Dios nos ha encargado es “no sé lo que voy que decir (o hacer)”. En otras palabras, no tengo el mensaje o la respuesta que la gente necesita para suplir sus necesidades y problemas. B)Que vaya otro. Vemos el desafío tan grande y nos vemos tan pequeños, que preferimos que vaya alguien más y no nosotros. . Refutaciones divinas a los pretextos de Moisés A) Yo estaré contigo. Para el argumento de “no soy nadie”, de Moisés, Dios lo refuta con “Yo estaré contigo”. Como dice una frase: “no eres tú, sino Quien te acompaña”. Y otro slogan que dice: “Dios y yo somos mayoría” B) Dios te envía. Para el pretexto de “En nombre de quién voy”, Dios lo refuta con Su Nombre: “Yo soy” (Jehová). Hay poder en ese Nombre, por eso hacemos las cosas en ese Nombre y no en el nuestro o en el de alguien más. C) Dios muestra sus maravillas. Para refutar la idea equivocada de que “no me van a creer”, Dios responde con sus maravillas. Jesús ha prometido respaldarnos con señales hechas en su nombre. Dichas señales animarán a muchos a creer. D) Dios nos dará palabras. Ante el concepto de “qué voy a decir”, Dios ha prometido darnos las palabras que se necesiten, en el momento que se necesiten. Su Espíritu nos recordará todas las cosas y usará nuestros labios para dar el mensaje de manera oportuna y contundente. E) Dios provee a un acompañante: nuestro hermano. Si pensamos que puede ir otro, Dios nos responde que iremos nosotros, con un hermano. Juntos, podremos hacer la obra de Dios. Conclusión: Cuando Dios llama, lo mejor es ir EJERCICIO: El llamamiento de Jeremías, en Jeremías 1 Quién lo llamó A qué edad lo llamó Qué pretextos puso para no ir Cómo le refutó Dios sus pretextos Reflexión: Si Dios te llama, dile “no”, mientras puedas. Pero cuando le digas que sí, ve en su nombre y haz completa la obra que te ha encomendado.