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El Intercambio

Pasajes seleccionados del Libro de Éxodo

¿Son ustedes expertos en intercambios? En la vida tenemos muchas oportunidades en la


vida para cambiar una cosa por otra. ¿Cómo se determina si un cambio es bueno o malo? Por lo
general, lo que buscamos cuando hacemos tal intercambio es “mejorarnos” – mejorar nuestra
vida. ¿No es así?

Los equipos profesionales hacen intercambios de jugadores con la esperanza de mejorar


la función de su equipo. La mayoría de nosotros los adultos en alguna ocasión cambiamos un
automóvil. ¿Qué hacemos cuando cambiamos un automóvil por otro? O vendemos el que
tenemos y compramos otro, probablemente uno más nuevo y mejor, o lo intercambiamos como
parte del pago por un modelo más nuevo. Nadie dice al vendedor, “Quiero cambiar este
Honda 2008 por un Hyundai 1997”.

¿Por qué no? Porque eso sería cambiar más por menos, un “retroceso”, y no es eso lo que
queremos. En todos nuestros intercambios queremos subir. Queremos avanzar, mejorarnos.
Mejorar nuestra situación financiera. Mejorar nuestra posición social. Mejorar, mejorar, mejorar,
es lo básico en los trueques y los cambios. Nuestra sociedad nos ha condicionado a pensar así de
los intercambios. No estoy sugiriendo que debemos hacer lo contrario, es decir, cambiar siempre
por algo inferior. Pero me parece a veces que este asunto del intercambio está fuera de control,
tanto, que nos parece difícil comprender y participar en la clase de intercambio que
consideraremos hoy.

Observaremos varios pasajes del libro de Éxodo que representan lo que podemos llamar
intercambios (el cambio de una cosa por otra) los cuales están relacionados con la vida de
Moisés. El primero se encuentra en el capítulo 2. Pero antes de comenzar, deben comprender la
premisa sobre la cual estoy reflexionando. Cada intercambio que vamos a analizar tiene que ver
con la decisión de cambiar la comodidad de estar seguro por un futuro incierto.

Ahora bien, quiero que escuchen cuidadosamente. No estoy diciendo y tampoco se


enseña en las Escrituras, que nuestro destino final en esta vida es incierto o que tenemos que
vivir dudando si iremos al cielo o no. No estoy hablando de incertidumbre acerca de nuestra
salvación -- esto es lo que el diablo quiere para nosotros. No. La inseguridad de la cual
hablaremos hoy es la incertidumbre sobre cómo los detalles específicos de las circunstancias de
nuestra vida resultarán, si ponemos en Dios nuestra absoluta confianza, en contraste a la
seguridad que sentimos, aunque no sea verdadera, cuando intentamos controlar nuestra vida.

Quiero sugerirles, aunque sé que generalmente no nos acostumbramos a pensarlo así, que
la Biblia está repleta de relatos de personas que hicieron intercambios, y cuando estas personas
estuvieron dispuestas a cambiar la comodidad de la certeza por la perspectiva de un futuro
incierto y seguir a Dios por fe, ¡resultaron cosas buenas! Leamos el pasaje bíblico relacionado
con el primer intercambio.
Intercambio No 1: Moisés y su madre

Leer Éxodo 2:1-4


La madre cambia al niñito en sus brazos (certeza) por el niñito en una barca improvisada en el río
Nilo (incertidumbre).

Me gusta esta historia. En estos breves versículos, vemos que abandonar la seguridad (la
certeza) del niño en sus brazos abrió paso para un arreglo incierto en que ella misma, la madre,
fuera la nodriza pero con la oportunidad de criar a este niño. El aferrarse a lo que en este
momento estaba seguro, ciertamente, habría resultado en la muerte de su hijito. Moisés fue
salvado porque ella lo dejó en una canasta de papiro en las aguas del Nilo.

¿Ven ustedes que fue el camino de incertidumbre, el que requería fe y esfuerzo y


vigilancia de su parte, el que resultó ser el camino correcto? No fue el camino seguro. Tuvo que
despegarse de lo que parecía cierto y seguro y escoger lo que parecía incierto y de mucho riesgo.

Al examinar las páginas de este libro, verán que éste fue y todavía es el tipo de
intercambio que Dios pide de su pueblo.

¿Está usted enfrentando algún intercambio? ¿Le está pidiendo Dios que deje algunas
cosas que le parecen muy seguras para seguir lo que no parece tan seguro?

Miremos el próximo intercambio.

Intercambio No 2: Moisés y el prepotente abusador

Éxodo 2:11-15
Intercambiar la liberación de la mano de Dios (incertidumbre -- no saber cómo Dios lo hará)
por la liberación mediante la propia mano (certeza).

Creo que la mayoría de nosotros tiene mucha experiencia con este tipo de intercambio.
Es intercambiar la incertidumbre de hacer algo a la manera de Dios por la aparente certeza de
hacerlo a mi manera. Todos hemos enfrentado esta situación muchas veces.

¡Nos sentimos tan confiados y seguros de lo que hacemos! Pero realmente la única
certeza es que si tenemos éxito, seremos nosotros quienes recibiremos la gloria, y no Dios. El
resultado es que fallamos en tomar otro paso en el importante proceso de aprender, el cual
consiste en alejarnos cada vez más de la zona de la certeza cómoda – cómoda porque yo estoy
tomando las decisiones y no hay tantas sorpresas - y entrar en la esfera de incertidumbre -
incertidumbre porque uno nunca sabe cómo Dios va a resolver las situaciones locas que él
permite en la vida de sus seguidores.

¿Qué ocurre a Moisés como resultado de este intercambio?


Moisés tiene 40 años. Su decisión resulta en 40 años en el desierto. Tiene muchas
lecciones que aprender. Por fin, se enfrenta con una oportunidad enorme para hacer otros
intercambios.

Intercambio No 3: Moisés y la zarza ardiente

Éxodo 3:10-11. “¿Quién soy yo para tal encuentro?” Es decir, “No soy lo suficiente
importante.” Cambie su insuficiencia (lo que nosotros vemos como certeza porque es conocida)
por la suficiencia de Dios (lo que vemos como incierto porque no es conocida).
Vs.12: “Yo estaré contigo.”

Éxodo 3:13-14. “Dios, nadie sabe quién eres.” Yo mismo ni aun sé cómo te llamas. Hace
mucho tiempo que mi pueblo vive en Egipto y la gente en su derredor tiene muchos dioses con
nombres. ¿Quién eres? Dios le contesta a Moisés: “YO SOY EL QUE SOY. Diles que YO
SOY te ha enviado”.

¿Cómo? Pero Moisés sabía lo que Dios quería decirle. “Yahweh” se deriva de la palabra
hebrea para “Yo soy”. Dios recordó a Moisés sus promesas a Abraham, Isaac y Jacob, y usó el
nombre YO SOY para mostrar su naturaleza inmutable. Vs. 15 -- “Diles a los israelitas, ‘El
Señor, el Dios de sus antepasados….’” La palabra hebrea para “Señor” suena como la palabra
hebrea para “Yo soy” en el vs. 14.

Cambia la ‘certeza’ de ti mismo por la aparente incertidumbre del ‘YO SOY’. No te pido
que te representes a ti mismo; te pido que me representes a mí. No, no me puedes ver. No, el
pueblo al que te envío no me puede ver. Pero estoy aquí para decirte que YO SOY. Ve en mi
nombre.”

Éxodo 4:1. “No tengo la autoridad necesaria.” No me escucharán. Observen que Dios no le pide
a Moisés que vaya sin evidencias de la autoridad del YO SOY. No sé si a Dios esto le parece
necesario, pero está dispuesto a respaldar a Moisés.

La vara se transforma a culebra -- la culebra en vara.


La mano se vuelve leprosa -- la mano se hace limpia.

Realmente esto sigue siendo un intercambio de la certeza por la incertidumbre. Dios dice,
cambia tu control de la situación por mi control. El pueblo verá que vienes con autoridad, pero
será la mía, no la tuya. Moisés, ¿puedes vivir con tal intercambio?

Dios, el gran YO SOY, ha respondido a cada objeción de Moisés con muy buenas
soluciones. Pero Moisés todavía no quiere hacer el intercambio verdaderamente grande que Dios
demanda. ¿Cuál es? “Moisés, te estoy pidiendo que cambies la seguridad de 40 años de cuidar
las ovejas viviendo entre personas que te quieren, por la inseguridad de la misión de liberar a mi
pueblo del Egipto hostil.” Moisés casi se ahoga esta vez.
Éxodo 4:10-12. “No hablo bien.” ¿Les parece que por fin está dispuesto a presentarse al
pueblo? ¡De ninguna manera!
Éxodo 4:13. Es uno de los versículos más penosos de la Biblia, y uno con que cada uno de
nosotros ha tenido experiencia: “Señor, por favor, envía a otra persona para hacerlo.”

Aun así, Dios tiene la solución - ¡Moisés va a ir¡ Éxodo 4:14-17.

¿Qué de usted? ¿Cuándo fue la última vez que usted dejó algo seguro a fin de
participar en la gran aventura misteriosa y desconocida de seguir a Dios?

Intercambio No 4: Moisés y el Faraón testarudo

Éxodo 5:1 – 12:30. Creo que para Moisés este es el cambio de la satisfacción inmediata donde él
mismo es el libertador, por la liberación en el tiempo de Dios, en la manera de Dios y sólo para
la gloria de Dios.

Como ustedes recuerdan, desde el primero encuentro con el Faraón, surgieron graves
problemas:

No más paja para los ladrillos


Ninguna reducción permitida en la cuota diaria
La opresión de capataces crueles
La ira y vigilancia del Faraón
El enojo de los israelitas contra Moisés

Éxodo 5:22-6:1… “por Mi mano poderosa, va a expulsarlos de su país.”

Aquí tenemos la clave para cada intercambio que Dios pide que hagamos en nuestro
andar con él. ¿Permitirás que esto se trate de mí y no de ti? Sí, yo sé que te sentirías más seguro
si la acción se concentrara en ti, y si tú pudieras ejercer esa cosa frágil y débil que tú llamas ‘el
control.’ Pero una vez que lo sueltes y aceptes por la fe la inseguridad y lo excitante de seguirme
y hacerlo según mi plan, y observarme hacer lo que tú nunca podrías hacer con tus propias
fuerzas -- te aseguro que no querrás volver a vivir como antes vivías.”

Dios sabía de qué hablaba. No, no se cumplió todo de una vez; no fue inmediato. Sí,
estoy seguro que hubo momentos cuando Moisés deseaba que hubiera otra alternativa. Pero diez
plagas más tarde (Éxodo 12:31-32), “Durante la noche, Faraón mandó llamar a Moisés y a
Aarón y les ordenó, ‘¡Largo de aquí! ¡Aléjense de mi pueblo ustedes y los israelitas! Vayan a
adorar al Señor, como lo han estado pidiendo. Llévense también sus rebaños y sus ganados,
como lo han pedido, ¡pero váyanse ahora mismo, que para mí será una bendición! ’”

¿No es asombroso lo que el YO SOY puede hacer cuando por fin cedemos nuestra
voluntad y cambiamos nuestra Certeza Cómoda por el Futuro Incierto de fe y obediencia?

Intercambio No 5: Moisés y los tercos israelitas.


Éxodo 15:22. El obedecer - sí y no, pero más no que sí – hasta el fin del libro.

Comienza en la misma ribera del Mar Rojo. Pocos días después de la liberación
milagrosa al dividir las aguas, ellos enfrentan un intercambio en el cual fracasan miserablemente,
así como lo harán numerosas veces durante los próximos 40 años. Su actitud se manifiesta
primero cuando hay falta de agua. Obviamente, si uno viajaba en el desierto en aquel tiempo,
había inquietudes acerca de la provisión de agua. Ellos no estaban contentos con esta situación.
No se sentían cómodos. No les gustaba la idea de cambiar la seguridad de saber de dónde iban a
sacar su próximo vaso de agua por la incertidumbre de confiar en el Señor por ese vaso de agua.
Pero el problema iba más allá de esto, ¿no?

Éxodo 16:1-3

Habiendo visto diez plagas castigar al enemigo y no tocarlos a ellos, habiendo visto a los
egipcios morir ahogados en el Mar Rojo que ellos acababan de cruzar sobre tierra seca – ahora
comienzan a rememorar los buenos tiempos en Egipto – los días maravillosos de seguridad.
¡Ah, qué lindo fue! Pero ahora estamos atrapados aquí en el desierto donde cada día
enfrentamos incertidumbres.

A través de los años se quejaban y luchaban con Moisés acerca del agua, acerca de la
comida, y por fin diez de los doce espías enviados a explorar la tierra prometida hicieron una vez
más un intercambio equivocado. ¿Cuál fue? Ellos pensaban: Vamos a cambiar la inseguridad de
batallar contra un pueblo más numeroso y poderoso que nosotros – sólo mire qué grande es, sería
un milagro vencerlo y poseer su tierra – vamos a cambiar esta inseguridad por la certeza de vagar
aquí en el desierto donde hemos aprendido a sobrevivir más o menos bien.

La aplicación de un mensaje como éste es tan obvia, que es casi ofensivo decirlo en voz
alta. No es el intercambio No 1, No 2, etcétera. Realmente todos son iguales, y sólo cambian los
actores y las circunstancias. El punto es que el diablo quiere mantenerte abajo y no le importa
cómo. Si él puede engañarte haciéndote creer que estás viviendo una vida segura porque rehúsas
aventurarte en el reino de Dios, si es que tiene el potencial de restringir tu comodidad y
seguridad, entonces él está feliz.

Hermanos, no tienen que confiar en mis palabras esta mañana. Lean el Libro. Está
repleto de historias de personas como ustedes y como yo a quienes Dios se acercó en su certeza
cómoda y les dijo, “Levántate. Sal de tu comodidad. Ven y sígueme. ¡Sígueme a un futuro
incierto donde tú no conoces el camino y donde yo soy la única persona en quien te puedes
apoyar!”

¿Hay algún intercambio que Dios te está pidiendo hoy? ¿Está acaso pidiendo que te
desprendas de algo que te parece seguro, para que entres a su servicio de una forma que no
logras comprender porque te parece demasiado insegura? ¡Hazlo! ¡Haz el intercambio! ¡Deja la
certeza y entra en un futuro incierto. ¡Aprende a confiar en él como nunca antes!

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